Es por eso que resulta difícil hasta dónde calificar lo que hicieron Los Pumas en el 2001.

LOS PUMAS Y UN AÑO DE CRECIMIENTO SOSTENIDO
Pero indudablemente el año que se va ha mostrado al seleccionado argentino de rugby en uno de sus picos de más alto rendimiento y, consecuentemente, se lograron resultados muy importantes, como los triunfos ante Gales y Escocia, ambos como visitantes, además de ratificar el predominio continental en el Pan Am Championship (victorias frente a Uruguay, Estados Unidos y Canadá) y festejar una clara victoria como local contra Italia en Buenos Aires.

El seleccionado de Nueva Zelanda, mundialmente conocidos como los All Blacks y sin dudas el equipo con mayor tradición y prestigio en este deporte, fueron los únicos verdugos de Los Pumas.

En junio, cuando los argentinos visitaron Oceanía, fueron recibidos con la dureza de un 64-19 difícil de borrar en el recuerdo de los jugadores. Pero en los albores de diciembre, cuando los kiwis pisaron Buenos Aires, Los Pumas quedaron apenas a cuatro minutos de un triunfo incomporable y finalmente cayeron por 24 a 20.

Marcelo Loffreda, el entrenador del seleccionado argentino, recientemente fue elegido por un web site inglés como el mejor técnico del año, tras las encuestas de costumbre. Y aunque los que entran a la cancha son los jugadores, probablemente el hecho sirva para destacar lo que ha sido la mayor virtud de los argentinos en la temporada: la planificación y preparación de cada partido.

Es cierto que hombres como Felipe Contepomi e Ignacio Corleto han tenido actuciones superlativas, que Rimas Alvarez y Bernardo Stortoni fueron dos muy importantes apariciones dentro del seleccionado argentino. Pero lo realmente valioso fue el funcionamiento y la concentración colectiva y, especialmente, el sistema defensivo.

ADIÓS AL AMATEURISMO Y PUMAMANÍA
Pero al margen de los hechos deportivos, para los amantes del rugby en la Argentina hay otros dos aspectos muy importantes que deben subrayarse. En primer término, la abolición de los códigos amateurs para los integrantes de Los Pumas, culminando una tradición que la Unión Argentina de Rugby sostuvo durante más de un siglo.

Y, en segundo lugar, pero no menos importante, el grado de popularidad que alcanzó este deporte. Dos fueron los eventos que más claramente lo reflejaron : el Mundial de Seven disputado en enero en Mar del Plata (donde los Pumas quedaron en el tercer lugar y Nueva Zelanda fue campeón) y el test-match Pumas vs. All Blacks disputado en diciembre en el estadio de River Plate.

En ambas ocasiones el público desbordó los estadios y se recreó aquella "Pumamanía" vivida algunos años atrás, vital para la captación de fanáticos y de sponsors.

Puertas adentro en la Argentina, las competenciass locales siguen sufriendo por el contínuo éxodo de las figuras hacia Europa. Y tanto la consagración de Alumni en el campeonato de Buenos Aires como de La Tablada en la Liga del Interior, revalorizan a aquellos equipos con afinidad hacia el rugby dinámico y creativo, en detrimento de quienes se basan en la fortaleza física.

LOS WALLABIES, LO MEJOR DE PUERTAS PARA AFUERA
En el plano internacional resulta difícil encontrar un hecho que sirva para recordar el año 2001. Fueron los Wallabies quienes se adjudicaron el Torneo de las Tres Naciones y se impusieron en la serie frente a los British Lions.

Todo indicaba que los australianos serían ratificados como los mejores de la temporada. Pero el técnico Rod MacQueen decidió despedirse en agosto y su sucesor, Eddie Jones, no logró buenos resultados en la gira de noviembre por Europa, donde cayó sucesivamente (aunque por poco) ante Inglaterra y Francia.

Los números más puros igualmente podrían consagrar a los Wallabies como los mejores del mundo por tercer año consecutivo. No obstante, su performance quedó algo ensombrecido por el magnífico presente de Inglaterra, equipo con record de 18 victorias contra 3 caídas en los últimos dos años, y que lleva 10 triunfos consecutivos en Twickenham.

Tanto Sudáfrica como Nueva Zelanda, los otros dos gigantes de este deporte, estuvieron al acecho, pero un escalón debajo de australianos e ingleses.