Barbora Krejcikova (23°) logró lo que casi nadie puede: venció a la N°1 del mundo, Iga Swiatek y se coronó campeona del WTA 500 de Ostrava. La checa se impuso por 5-7, 7-6 (4) y 6-3.
Sin el brillo que tuvo en la previa y durante Roland Garros, Swiatek se pareció en Ostrava más a la de Nueva York: una jugadora con muchos recursos tenísticos, momentos de gran superioridad y pronunciados baches en su juego.
Consistente en el arranque del partido, Iga estuvo 5-1 arriba con su servicio. Sin un crecimiento notable aunque bajando los errores, Krejcikova recuperó los dos quiebres y hasta tuvo chances de quebrar en el 5-5. Swiatek logró mantener su saque y luego quebró en la segunda oportunidad que tuvo.
El segundo parcial empezó mal para Swiatek: quiebre en el primer game. Estando 1-3 abajo, tuvo que levantar tres break points para manter la distancia corta ante la local. En el octavo game, pudo recuperar el quiebre y luego el partido se fue (con tensión, con grandes winners) a un tiebreak. Allí, la checa logró cerrarlo y cortar una racha de 3 años para Swiatek, que no perdía un set en una final desde Lugano 2019 (cuando cayó en su primera final WTA, ante Polona Hercog por 6-3, 3-6 y 6-3).
El tercer set no tuvo el dramatismo de los dos primeros: el único quiebre se dio en el octavo game del partido y sin vueltas. Krejcikova le ganó en cero el saque a Swiatek y luego sacó para partido, donde necesitó de seis oportunidades para finalmente cerrar el set por 6-3
Terminaron siendo 3 horas y 17 minutos en la primera final que Swiatek pierde desde Lugano 2019. La polaca de 21 años, ganadora de dos Majors en 2022 y absoluta dominadora del circuito, aún tiene varios récords por pelear en esta temporada.