Esta vez David no pudo con Goliat

El argentino David Nalbandian jugó un pésimo partido y cayó en cuatro sets frente al alemán Rainer Schuettler en cuartos de final. El rival del alemán en semifinales es el estadounidense Andy Roddick que, en un memorable partido, venció al marroquí Younes El Aynaoui

MUY FRUSTRADO
David Nalbandian tuvo un partido para olvidar y se quedó afuera del Abierto de Australia
MELBOURNE -- El cabeza de serie número 31, el alemán Rainer Schuettler avanzó hoy a las semifinales del Abierto de Australia, al vencer al décimo favorito, el argentino David Nalbandian, por 6-3, 5-7, 6-1, 6-0, en dos horas y dieciocho minutos.

Nalbaldian, que fue el primer argentino en alcanzar las semifinales del primer Grand Slam del año desde que lo lograra Guillermo Vilas en 1980, fue una sombra del jugador de los partidos anteriores, y nunca llegó a establecer el juego que lo guió a clasificarse a la ante penúltima fase del torneo.

La primera vez que el argentino y el alemán se enfrentaron en una pista de tenis fue en el torneo de Indian Wells del año pasado, donde Schuettler ganó por 4-6, 6-4, 6-2, sobre pista dura.

El argentino se tomó la revancha en el torneo de Montecarlo del años pasado, en tierra, imponiéndose por 7-6 (7-1), 6-7 (4-7), 6-2, pero Schuettler volvió a inclinar la balanza en su favor al derrotar a Nalbandian por 7-6 (8-6), 6-4, sobre moqueta en el de Moscú 2002.

El cordobés de 21 años, que en el 2002 surgió al primer plano al ganar los torneos de Estoril y Basilea, y llegó a la final de Wimbledon y a los cuartos de final de Auckland, Buenos Aires y la serie Masters de Toronto, alcanzó la ante penúltima fase del Abierto de Australia tras vencer sucesivamente al francés Jerome Golmard, al australiano Jaymon Crubb, al belga Xavier Malisse y al suizo Roger Federer.

Por su parte, Schuettler llegó a los cuartos de final después de eliminar al español Albert Portas, al holandés Richard Krajichek, al ruso Marat Safin (abandonó por lesión antes del partido), y al favorito 23, el estadounidense James Blake.

El primer set del tercer cuarto de final del torneo fue de una clara superioridad del alemán, que controló el juego explotando la desesperación y el descontrol de un Nalbandian impreciso en los golpes desde el fondo y en las raras llegadas a la red. Schuettler quebró el servicio del cordobés en el sexto juego de la primera manga y, desde allí hasta el final, con un juego sólido mantuvo su superioridad.

Sin embargo, en el segundo set, el argentino, que parecía perdido después que Schuettler rompiera su servicio en el quinto juego, reaccionó quebrando al alemán en el octavo y duodécimo para igualar el marcador, aunque sin demostrar una mejoría suficiente para volcar el encuentro en su favor ya que su éxito momentáneo se debió más a los errores de su rival que a sus propios aciertos.

Pero en la tercera y cuarta manga, el germano volvió a asumir control de la contienda sin tomar riesgos innecesarios, y sacando partido de la impaciencia y descontrol de su rival, se adjudicó el encuentro que lo coloca en la semifinal del torneo.

Nalbandian se vio totalmente sometido por un Schuettler cada vez más confiado y seguro de sí mismo ganando un sólo juego en el tercer set y ninguno en el cuarto.

RODDICK, EL OTRO SEMIFINALISTA
El servicio, diminutas detalles, algunos aliados de la fortuna y el capricho del destino, dictaron sentencia a favor del estadounidense Andy Roddick, trasladado hacia el penúltimo acto del Abierto de Australia después de disfrutar del triunfo ante el marroquí Younes El Aynoui en un partido memorable.

El primer Grand Slam de la temporada rescató un enfrentamiento épico, de cinco horas de lucha intensa apoyada en un soberbio despliegue físico sin precedentes que terminó encumbrando al tenista de Nebraska por 4-6, 7-6, 4-6, 6-4 y 21-19.

La lucha se aproximó a récords históricos aparentemente inalcanzables. El más largo, todavía en manos del que disputaron el alemán Boris Becker y el italiano Omar Camporese en 1991 y que duró 311 minutos (7-6, 7-6, 0-6, 4-6 y 23-21). Y el de mayor número de juegos, aún en el recuerdo del duelo de 1970 entre Dennis Ralston y John Newcombe (19-17, 20-18, 4-6 y 6-3).

Pero Roddick uno de los jugadores más prometedores del tenis estadounidense pero todavía involucrado en papeles secundarios, deslumbrado por el relumbrón de los grandes, encontró la respuesta gloriosa del porvenir y se dejó el alma en el empeño. Igual que su adversario, protagonista a la par de un espectáculo grandioso reconocido por los quince mil aficionados que poblaron las gradas del Rod Laver Arena en Melbourne Park.

El tenista de Nebraska y el de Casablanca terminaron abrazados en el centro de la pista, con la red como testigo, deshechos físicamente, tocados mentalmente pero orgullosos del entrego a la causa.

El saque, arma que sustenta el juego de ambos tenistas, terminó por resolver un desafío sin fin. Las escasas rupturas definieron cada una de los sets y la imponente resistencia a tirar el servicio estiró increíblemente un partido que pareció no tener fin.

Hasta que la flaqueza no apareció en las piernas nadie cedió. Pero para entonces tuvieron que transcurrir veinte juegos. Y fue el marroquí quién antes se inclinó (27-25). Younes El Anaoui, que padeció calambres y molestias en las piernas cuando la fatiga insistió a los jugadores, terminó abatido a pesar del consuelo del público, feliz por la epopeya. El marroquí se vio ganador. Llegó a tener una bola de partido cuando la normalidad todavía perduraba en el quinto set.

Pero hasta ese momento ambos tenistas ya habían dilapidado sus energías y también eficacia de su servicio -52 saques directos entre los dos-. El jugador de Casablanca vivió de la rotura del primer juego del partido para embolsarse el primer set y de otro 'break' para anotarse el tercero.

Sólo gracias a una 'muerte súbita' el de Nebraska pudo equilibrar por vez primera el duelo con el triunfo parcial en la segunda manga. Pero no fue hasta la cuarta cuando el estadounidense fue capaz de romper el saque de El Anaoui. No lo dejó pasar.

El quinto pareció eterno y repartió ocasiones para los dos. El marroquí, con 5-4 pudo cerrar el duelo. No lo aprovechó. Después, Roddick rompió el saque con 11-11 pero el tenista africano lo hizo a continuación. El duelo se extendió hasta que las fuerzas y el saque dictaron sentencia.

-EFE

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miércoles, 22 de enero
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