"Seguramente este triunfo me da mucha confianza en mi juego. En Francia los partidos son todos al mejor de cinco sets y aún debo entrenarme más, y tengo que jugar en Hamburgo. Pero creo que tengo buenas opciones y si juego a este nivel creo que seguro soy uno de los que lo pueden ganar", dijo Mantilla.

El tenista barcelonés no dudó en afirmar que el triunfo en el Foro Itálico es el mejor resultado de toda su carrera. "Es mi primer 'Masters Series' y me dará mucha confianza para el futuro. Me siento dentro con ganas de dar mucho más aún".

"He ganado porque tenía hambre de triunfo y sigo teniendo más aún. He jugado con el corazón y con coraje. Sinceramente, no me esperaba tras la lesión de hombro que tuve llegar después a este nivel. Pero mi entrenador y mi preparador físico en el inicio de la temporada me dieron ánimos ya que decían que estaba jugando bien. Ello me ha dado mucha confianza", comentó.

Mantilla dijo que se sentía muy fuerte mentalmente. "Ello hace muy difícil de que me derroten. Doy todo sobre la pista, mi juego ha mejorado, sobre todo con la derecha y el saque, y me siento mucho mejor que antes".

El español, asimismo, confesó que tras Montecarlo decidió cambiar de modelo de raqueta. "Con la actual me encuentro más a gusto, e incluso he ganado potencia en los golpes, sobre todo en el saque. Con la anterior sentía que no servía fuerte".

"He trabajado mucho la preparación física y pese al gran esfuerzo no me noto cansado y en los partidos siento que puedo dar más. Este triunfo me sirve de acicate para seguir trabajando aun más. Trabajar duramente como lo hacía el atleta Emil Zatopek, que se entrenaba con botas que pesaban siete kilos y luego iba a las pistas. Yo me he dicho que esto lo puedo hacer en el tenis", confesó.

De su rival en el partido, el suizo Federer, dijo: "Creo que en el primer set jugó muy bien, sólo que no logró concretar las ocasiones de romperme el servicio que tuvo. De haberlo realizado hubiera caído el set en su favor, pero no me preocupaba ya que también ayer perdí el primero y luego gané".

"Ha sido un partido increíble. He ganado a uno de los mejores jugadores del mundo y he tenido que estar mentalmente muy fuerte. Sin corazón no habría ganado", apuntó.

Durante la entrega del trofeo a Mantilla le vinieron las lágrimas, en especial a la hora de dar las gracias. "Se lo he dedicado a mi familia, a mi novia, a mis entrenadores y a Jordi Vilaró, mi anterior preparador, con el que estuve once años y, luego decidimos separarnos".

"Pero él ha sido muy importante para mí, como un padre ya que me enseñó respeto, humildad y trabajo en la pista", desveló.

También explicó el motivo de lucir en la entrega del trofeo una camiseta azul oscura con la famosa imagen de los dos ángeles pintados por Raffaello: "Me la regaló mi novia el viernes, que se cumplieron tres años que estamos juntos".

"Como ella no ha podido venir, pues le dije que la iba a hacer una sorpresa. Me la he puesto, pues ella me ayuda mucho en mi carrera. Es importante tener junto a ti personas que te quieren y ayudan", añadió.

Asimismo, dijo que la barba que luce, y que ayer comentó se la dejó para parecerse al protagonista del "Gladiador", fue una apuesta con su preparador físico tras perder en Barcelona con el brasileño Gustavo Kuerten. "Le dije que hasta que no ganará un torneo no me afeitaba".