Costa necesitaba ganarle a Moyá para ser segundo del grupo y desbancar a Hewitt de esta posición, pero aunque el ilerdense hizo un gran tenis y luchó hasta que sus fuerzas se lo permitieron, al final fue el mallorquín el que se impuso.

El tenis español volverá a tener un finalista en la Copa Masters después de tan sólo cuatro años de espera, ya que Moyá enfrentará en semifinales a Juan Carlos Ferrero, quien más tarde doblegó al checo Jiri Novak, mientras que el suizo Roger Federer y el australiano Lleyton Hewitt pugnarán en la otra.

Todavía está reciente la victoria de Alex Corretja sobre Carlos Moyá en Hannover en 1998 y de nuevo un español estará en disposición de levantar la copa reservada para el "Maestro" del 2002.

"Esta ha sido una de las victorias de las que menos me he alegrado", señaló Moyá tras derrotar a Costa en dos horas y 53 minutos, y no precisamente por ser el partido más largo del torneo hasta ahora, si no porque con ese triunfo dejaba fuera del mismo al campeón de Roland Garros y abría las puertas a un enemigo como es Hewitt, quien el jueves aseguró el puesto de número uno al final de la temporada.

Un triunfo de Costa habría dejado al campeón de Wimbledon fuera de circulación, pero los dos españoles demostraron una profesionalidad fuera de toda duda para exhibir un gran tenis y luchar como si la vida les fuera en ello.

Y tanto fue el fragor de la lucha que los dos pueden salir escaldados de la misma. Costa, porque se lesionó en el octavo juego del tercer set al reproducírsele en un mal gesto la misma lesión que le impidió participar en Madrid, una lumbalgia aguda, y que le hace temer en cuanto a su participación en el Masters Español la semana próxima en Barcelona.

Moyá, mientras, tuvo que forzar al máximo, sabiendo que más le hubiera valido ahorrar energías pues sus luchas con Ferrero son últimamente épicas y además con resultados alternos y difíciles con derrotas en la final de Montecarlo, y más recientemente en la de Hong Kong, y victoria en el Masters Series de Cincinnati.

Pero como el propio Moyá aseguró, "había mucho en juego" y también había que ser honrado "con el deporte, conmigo mismo" y con el rival, y el mallorquín no desaprovechó la ocasión para sumar su tercera victoria en esta primera fase, con lo que sigue en la lucha para recibir un cheque por 1.520.000 dólares, caso de ganar el torneo invicto.

Costa planteó el duelo con sus armas, amarrando desde el fondo e intentando que el partido se resolviese allí. Tuvo su oportunidad al disponer de una bola de set en el desempate (6-5), pero Moyá confirmó la suya a la tercera. Luego su nivel aumentó y ganó la segunda manga, y en la tercera se encontraba capacitado para mantener la lucha cuando al golpear una bola alta de derecha, su cintura se resintió.

El ilerdense fue atendido en pista en dos ocasiones pero no fue capaz de continuar al mismo nivel y Moyá vio su camino hacia las semifinales mucho más fácil.