El sistema de competencia que sea, con liguilla, con reclasificación, con cuatro lugares directos, con 12 de 18 clubes en finales, lo que sea, sigue siendo absurdo sin la presencia del ascenso y el descenso. El futbol mexicano está tocado y trastocado por esa penosa decisión que ha mermado su desarrollo y su nivel competitivo. Una liga sin ascenso y descenso en una “liga de chiste”... Y el problema es que nadie puede asegurar que esa situación se remediará al corto o mediano plazo…

CIUDAD DE MEXICO. – La única forma de definirlo es cómo... ¡Un globo desinflado! El futbol mexicano sin ascenso y sin descenso es también una “liga de chiste”...

Hace algunos días, la Liga MX presumía que el porcentaje de goles por partido y el acumulado al final de la temporada regular había sido el mejor en mucho tiempo. Claro, eso es normal, después de la pandemia y todas sus repercusiones, pero lo que deben entender es que, cualquiera que sea el sistema de competencia del futbol mexicano, tendrá una calidad irreal y fomentará la mediocridad si no existe la capacidad y el derecho de ganar o perder la categoría.

Torneos cortos, liguilla, repechaje, cuatro boletos directos y hasta el hecho de que se clasifiquen 12 de 18, todo eso lo podemos obviar y hasta aceptar, pero el verdadero problema de nuestro futbol sigue siendo la “exterminación” de un principio básico en toda competencia futbolística: el miedo de descender y la motivación de ascender. Todas las ligas del mundo que se jactan de tener un estatus de calidad y de verdadera competencia están sujetos a las divisiones y a perder o ganar la categoría. Es y seguirá siendo una de las decisiones más tristes en la historia del futbol mexicano.

El sistema adoptado en la pandemia, el de los primeros cuatro con derecho a los cuartos de final de forma directa y la recalificación con ocho equipos que terminan del quinto al duodécimo puesto son medidas que llegaron para quedarse. La primera parece un premio justo a los clubes que mejor desempeño y más regularidad mostraron durante el certamen regular. Y el segundo, está avalado por la televisión. La jornada que viviremos este fin de semana, con partidos “a matar o morir”, genera buenos niveles de teleaudiencia, con lo cual, difícilmente se desechará en el futuro. Vivimos, hoy, con la promesa de que el ascenso y el descenso volverán en el futuro cercano. “Si cuatro equipos cumplen con la certificación en el 2023 y uno es campeón de campeones, se reabre el ascenso y el descenso”, prometió Mikel Arriola, presidente ejecutivo de la Liga MX, en enero pasado.

El problema no es lo que diga Arriola o cualquier otro dirigente. El problema es que la decisión recae en los dueños de clubes, los mismos que lograron una mayoría mínima de votos cuando se toma la decisión de abolirle el ascenso y el descenso y todo volverá a resolverse en la Asamblea de Dueños, erigida como “el club de Toby”, donde los propietarios defenderán intereses particulares antes que el bienestar deportivo de nuestro futbol. El ascenso y el descenso no están garantizados mientras el futbol mexicano ve cada día con ojos de “más amor” el sistema de competencia de las ligas estadounidenses, incluyendo y resaltando a la MLS.

No sé, no estoy seguro si en realidad se está haciendo un trabajo a consciencia con los clubes de la ahora llamada “Liga de Expansión” para que obtengan la famosa y polémica “certificación”. Lo último que supe es que la Liga no le otorgó al Atlante la certificación debido a fallas en el alumbrado del Estadio de la Ciudad de los Deportes, el mismo escenario que América y Cruz Azul utilizarán a partir de enero por la remodelación que sufrirá el Estadio Azteca en camino al Mundial del 2026. Hasta ahora, oficialmente, el único club certificado de la Liga de Expansión es la Universidad de Guadalajara. ¿Los demás? ¿Cuándo? ¿Cómo? ¿Por qué? Quien sabe…

Ningún sistema de competencia sirve sin ascenso y descenso. Pueden calificar cuatro, ocho, 12 o los 18 equipos a las finales, pero sin la adrenalina y la presión de bajar o subir, el futbol mexicano es un “globo desinflado”, una “liga de chiste”...

@Faitelson_ESPN

Comentarios

Usa una cuenta de Facebook para agregar un comentario, sujeto a las políticas de privacidad y Términos de Uso de Facebook. Tu nombre de Facebook, foto y otra información personal que hagas pública en Facebook, aparecerá en tu comentario, y puede ser usado en las plataformas de medios de ESPN. Más información.


Lo increíble del tema es que al América no le alcanza si no es capaz de ser campeón. La realidad es que el América está bien y de buenas, juega con una idea clara, se defiende con orden y concentración, es contundente al frente, pero el camino para levantar el trofeo es largo y sinuoso y siempre, o casi siempre, aparece un “valiente” que lo baja de sus nubes… El América gana, gusta y golea, sin embargo, no ofrece garantía de nada…

SAN DIEGO, California.- Lo malo siempre 'vende' más que lo bueno y por increíble que parezca, la terrorífica noche de Cruz Azul parece contar con más reflectores que la gloriosa noche del América.

La realidad es que el América ha tenido semana espectacular: ganó en el Olímpico Universitario por 3-0, en Pachuca por el mismo marcador y cerró la semana con el 7-0 ante Cruz Azul. Mejor, imposible. Pero valdría la pena recordarles a los americanistas -no soy nadie para advertirles- que el torneo no se gana la Fecha 10 y que el camino será aun largo y sinuoso en la búsqueda del trofeo. El funcionamiento es excepcional: gana, gusta y golea, pero nada se ha transformado de sus pretensiones originales. Para este club, un segundo lugar, un subcampeonato, cuenta como un fracaso.

La labor de Fernando Ortiz ha sido excepcional. El América se encontró con un entrenador donde menos esperaba hallarlo. Un tipo que combina la personalidad con un perfil bajo, educado, que conoce a la institución y que ha logrado obtener el mejor provecho de su plantel. Este América ha encontrado las bases de una sólida defensa encabezada por su líder, el portero Guillermo Ochoa, con la incorporación del veterano internacional mexicano Néstor Araujo y con el nivel sobresaliente del joven canterano Emilio Lara, que ha hecho un trabajo impresionante para que el equipo no resienta del todo la ausencia de Jorge Sánchez, recientemente firmado por el Ajax de los Países Bajos. Luis Fuentes, un veterano de 35 años, ha cumplido con creces por la banda izquierda.

Pero, quizá, el gran descubrimiento que Ortiz ha logrado en su equipo es la colocación de las piezas de medio campo hacia el frente. Ahí, destacan en la contención y en el inicio de armado del juego el paraguayo Richard Sánchez y el español Álvaro Fidalgo. Luego, una línea de tres volantes que también tiene sacrificio: el chileno Diego Valdés, el uruguayo 'Cabecita' Rodríguez y el aporte, de gran forma, del joven Alejandro Zendejas. Todos ellos, respaldados por un inspirado Henry Martín, líder de goleo del equipo y de la Liga MX. Cuando el América necesita de un ajuste, hay futbolistas de sobra: el veterano Miguel Layún, el también experimentado Jonathan Dos Santos, el uruguayo Federico Viñas y cuando se reponga, también dispondrá del colombiano Roger Martínez, además del prometedor novato Salvador Reyes. Ortiz se dio el lujo de sacar a la banca ante Cruz Azul a cuatro jugadores con tres dígitos en la camiseta, es decir, elementos provenientes de la cantera.

El América ha logrado una comunión excepcional en el campo y fuera de ella, donde el americanismo, generalmente de mecha corta para la pasión, está motivado por el paso de este equipo, aunque están conscientes, la mayor parte de ellos, que sin el trofeo de liga nada de lo que están haciendo valdría la pena, ni siquiera combinando las tres “G” tan apegadas a la idiosincrasia del club, de golear, gustar y ganar.

@Faitelson_ESPN

Comentarios

Usa una cuenta de Facebook para agregar un comentario, sujeto a las políticas de privacidad y Términos de Uso de Facebook. Tu nombre de Facebook, foto y otra información personal que hagas pública en Facebook, aparecerá en tu comentario, y puede ser usado en las plataformas de medios de ESPN. Más información.


Jugadores buenos, dotados de grandes condiciones técnicas y físicas, siempre han existido en el futbol mexicano. Lo que no hemos llegado a atestiguar plenamente es la combinación de ese talento con una fortaleza mental. Santiago Giménez (Feyenoord/Eridivisie) y Marcelo Flores (Real Oviedo/segunda división de España) parecen poseer un legado indestructible: la formación de casa, el sólido vínculo familiar que no se compra en ninguna parte ni se estudia en alguna universidad. México sigue buscando un equipo, un grupo de jugadores que transforme su historia competitiva internacional. Para ello, necesita, no solo de buenos futbolistas, también de jugadores de otra clase de fortaleza mental...

CIUDAD DE MÉXICO.- Cuando uno cierra los ojos e imagina la delantera mexicana del 2026 con Santiago Giménez y Marcelo Flores, la ilusión renace. Luego, cuando recuerdas que ya antes se habían fincado esperanzas en futbolistas que prometían llevar a México al siguiente nivel de competencia, el desencanto vuelve.

Y ellos nos lleva a la misma conclusión de siempre: México no debe esperar un Messi, un Cristiano Ronaldo, un Maradona o un Pelé. Lo que realmente le debe interesar al futbol mexicano es encontrar un equipo, un funcionamiento, una idea clara de su juego, de lo que quiere y de cómo lograrlo. Claro, esa labor será mucho más sencilla si cuentas con futbolistas de alto nivel, de calidad e incluiría y destacaría de una poderosa mentalidad.

Giménez y Flores se parecen en muchas cosas y son diferentes en otras, pero lo que les une es que son "futbolistas de familia" y ahí es donde puede forjarse la diferencia con respecto a otros jugadores mexicanos en la historia. Veo en Santiago y en Marcelo un sólido vínculo familiar, con el padre, la madre y los hermanos como parte de su desarrollo, primero como ser humano y luego como futbolista. Proceden, además, de escenarios que no son comunes en el futbolista mexicano. Son chicos que han forjado su esencia competitiva sin tener, quizá, el hambre y las carencias de la generalidad de jugadores, pero que lo han transformado -el "hambre"- como motivación, con los ejemplos y la educación que han recibido en casa. No son, definitivamente, Santiago Giménez y Marcelo Flores, el clásico futbolista mexicano que nace en el barrio, en la ranchería, en un mundo donde las carencias y la fragilidad del círculo familiar provoca contextos que tarde que temprano saldrán a relucir en su carrera dentro de la cancha y fuera de ella.

Hay que celebrar totalmente el paso que Giménez y su familia han decidido dar para tratar de jugar en un mayor nivel de juego, aunque ello signifique, con el Mundial tan cerca, un riesgo. También hay que ponderar que Flores y su padre hayan optado por dejar -aunque sea momentáneamente- la grandeza y la seguridad del Arsenal para aceptar el reto de jugar en la siempre compleja segunda división de España. Ambos, crecerán más como jugadores y como personas y terminarán escalando al nivel de su talento futbolístico.

El futbol mexicano sigue buscando el "eslabón perdido". Es evidente, que lo tendrá que hacer basado en un grupo de jugadores, en un equipo, no en una individualidad. Y futbolistas buenos, llenos de cualidades técnicas y físicas, siempre han existido. Lo que no hemos tenido, generalmente, es esa combinación de talento y fortaleza mental. Santiago Giménez y Marcelo Flores lo tienen, son "futbolistas de familia".

@Faitelson_ESPN

Comentarios

Usa una cuenta de Facebook para agregar un comentario, sujeto a las políticas de privacidad y Términos de Uso de Facebook. Tu nombre de Facebook, foto y otra información personal que hagas pública en Facebook, aparecerá en tu comentario, y puede ser usado en las plataformas de medios de ESPN. Más información.


Es la Copa Libertadores, sin duda, lo que más añora el futbol mexicano a nivel de clubes… Alejarse de Sudamérica ha significado para el futbol de México renunciar al nivel de calidad y de esencia competitiva que difícilmente encontrará en otro sitio de su entorno actual. Y puede que la economía de los clubes mexicanos sea más boyante que la de los sudamericanos -Pumas le acaba de ganar la pulsada a Boca Juniors por un futbolista-, pero en la parte deportiva hay una sensible diferencia. Lo increíble es que nadie está pidiendo algo que no existió o que sea imposible. México estuvo ahí y decidió renunciar por motivos que van desde lo político y hasta los intereses económicos. Una verdadera pena…

CIUDAD DE MÉXICO -- Suena a una gran contradicción, pero mientras el futbol sudamericano parece rendirse ante la economía de los clubes mexicanos, éstos envidian el nivel y la pasión competitiva que poseen los torneos sudamericanos. Uno tiene lo que el otro añora. El otro posee lo que aquel necesita. No se puede tener todo…

Para decirlo como es: pienso que la gran pérdida histórica del futbol mexicano a nivel de clubes ha sido el alejamiento de la Copa Libertadores. Y cada día es más evidente que los clubes mexicanos presumen de una economía más estable que les permite acceder a futbolistas argentinos, uruguayos, chilenos, paraguayos que no están destinados al mercado de las “grandes ligas” europeas y que ayudan mantener a flote las economías de esos clubes.

El mejor ejemplo acaba de ocurrir con el Boca Juniors, una de las entidades más grandes, tradicionales y ganadoras del futbol argentino y sudamericano y que en una batalla por darle continuidad a un futbolista, Eduardo Salvio, ha terminado doblando las manos ante un equipo mexicano. Y el tema no se queda ahí, porque ese equipo mexicano no es Rayados, Tigres, América o Toluca, ese equipo es Pumas, señalado por tener una de las economías más inestables de la Liga MX. Juan Román Riquelme, el dirigente de Boca Juniors, decía esto a la prensa argentina hace apenas algunas horas: “ Renovarle es la ilusión que tenemos. Yo hablo con la gente del Consejo de Fútbol y le hicieron un ofrecimiento para que continúe en nuestro club, un esfuerzo muy grande e importante. Está a las claras que el club confía en él. El ofrecimiento es para pagarle el dólar a precio oficial, así no tiene más problemas de nada. Se le está ofreciendo lo máximo, cosa que hoy no la tiene así. Nunca tuvo esta posibilidad que va a tener ahora. El club está demostrando que quiere contar con él”.

La industria del futbol mexicano -presente en dos países diferentes- le permite esa solvencia a los clubes, pero la cuestión aquí tiene algo más trascendental: la parte deportiva, donde la Liga MX podría envidiar parte de la calidad y el nivel competitivo que existen en los torneos sudamericanos. A partir de ahí, se lamenta más y más el alejamiento mexicano de la Libertadores, el sitio donde el futbol mexicano a nivel de clubes podía crecer, foguearse, medirse ante ese nivel de calidad y de intensidad competitiva. Creo, sin temor a equivocarme, que tres de los grandes momentos en la historia del futbol mexicano por equipos está inscrito en las tres finales que alcanzaron los clubes mexicanos (Cruz Azul, Chivas y Tigres). Los tres subcampeonatos deben valer más que cualquier título de la Concacaf o incluso de los buenos, malos o regulares resultados que se desprenden de la participación en el Mundial de Clubes de la FIFA. Y también creo -y este es un atrevimiento que voy a dar- que la Libertadores, como torneo, solo está por debajo de la calidad y el nivel futbolístico de la Liga de Campeones de Europa.

Puede que el futbol mexicano tenga un mayor poder adquisitivo que la mayor parte de las ligas sudamericanas, pero también hay un sentimiento de añoranza por algo que se tuvo y que se fue -o lo dejaron ir-, o nos les convino más. La gran pérdida del futbol mexicano ocurrió a partir de su alejamiento de la Copa Libertadores.

@Faitelson_ESPN

Comentarios

Usa una cuenta de Facebook para agregar un comentario, sujeto a las políticas de privacidad y Términos de Uso de Facebook. Tu nombre de Facebook, foto y otra información personal que hagas pública en Facebook, aparecerá en tu comentario, y puede ser usado en las plataformas de medios de ESPN. Más información.


Get ADOBE® FLASH® PLAYER
Mario Carrillo: "No es posible que nos hayan superado tanto"
Tags: xbox 360

La Selección Mexicana no aparece por ninguna parte. No lo hizo el jueves en Phoenix ni el domingo en Chicago. No aparece un estilo, un funcionamiento colectivo, un nivel individual, nada de nada. México deambula por la cancha mientras el tiempo para debut ante Polonia (el 22 de noviembre) se aproxima dramáticamente. ¿Qué hacer? Esa es la pregunta que se formula el futbol mexicano. Todos son “riesgos”, desde mantener a Gerardo Martino como abortar su gestión. Los directivos tomarán el que, aparentemente, es el menos impactante de todos: esperar a que ocurra un milagro. Hoy, sólo queda cruzar los dedos.

ESTADOS UNIDOS -- “Todo cambia en el Mundial”.

La frase de Guillermo Ochoa puede tomarse de muchas formas: ¿Una promesa? ¿Una esperanza? ¿Una necesidad? ¿Una verdad? ¿Una mentira? Lo único real y tangible es que hoy, a poco más de cinco meses del debut mexicano en Qatar 2022, la Selección Mexicana no tiene forma ni fondo, ni funcionamiento, ni resultados, ni nada de nada. Está en el limbo, a la espera de un milagro futbolístico que cada día existe menos.

Y si es verdad, si todo cambia en el Mundial, puede ser, pero este México se ve tan alejado de una idea futbolística y de un nivel individual en sus jugadores que, en realidad, asusta. Desde el Mundial de 1994, cuando regresó a los escenarios de FIFA tras la suspensión por la alteración de edades antes de Italia 90, México ha pasado con sorpresa y con lujo de un futbol competitivo la fase de grupos de la competición. Hoy, eso se ve lejos, muy lejos.

Gerardo Martino probó el jueves en Phoenix, ante la seria y poderosa selección de Uruguay, un sistema en línea de 5, poco utilizado durante su gestión. El resultado fue un desastre. Una Uruguay “a medio gas” terminó pasándole por encima a la Selección Mexicana. Y no sólo es lo que determina Martino desde la banca, también es un tema de ambición y de confianza en el futbolista.

Por otro lado, Raúl Jiménez, Jesús 'El Tecatito' Corona, Erick Gutiérrez y el propio Héctor Herrera no terminan de entregar resultados de acuerdo al nivel y a la calidad de sus trayectorias. Los futbolistas que proceden de la Liga MX (Alexis Vega y Uriel Antuna) tampoco están a la escala de las exigencias.

Hay un desorden defensivo importante y una confusión en medio de un cambio generacional. México salió el domingo a la cancha de Chicago para enfrentar a Ecuador con Ochoa, Héctor Moreno, Herrera y Andrés Guardado, la 'trinchera' veterana de esta Selección que, se supone, sería reemplazada por los jugadores que han sido parte de los exitosos procesos juveniles del futbol mexicano.

Y no hay que olvidar que Martino fue traído al futbol mexicano para lograr trascender en el Mundial de futbol. No para clasificarse, no para ganar la Liga de las Naciones de la Concacaf o la Copa Oro. Martino esta aquí para darle a México una certeza competitiva diferente a la que ofrecieron sus antecesores.

El tiempo corre en contra. Quedan poco más de cinco meses y quizá tres o cuatro partidos antes del debut ante Polonia el 22 de noviembre en el Estadio 974 de Ras Abu Aboud. Y México no tiene certeza de nada. Su futbol colectivo, no existe. Sus figuras individuales están por debajo de su nivel y solo queda la esperanza, la fe, de que esta Selección se acerque a la escala competitiva en la que, creemos, puede estar. Sólo queda cruzar los dedos.

@Faitelson_ESPN

Comentarios

Usa una cuenta de Facebook para agregar un comentario, sujeto a las políticas de privacidad y Términos de Uso de Facebook. Tu nombre de Facebook, foto y otra información personal que hagas pública en Facebook, aparecerá en tu comentario, y puede ser usado en las plataformas de medios de ESPN. Más información.


Con el tiempo recortándose de forma dramática para el Mundial, la selección mexicana parece totalmente extraviada de un nivel competitivo que pueda garantizarle una buena participación en Qatar 2022. En el plano individual, los futbolistas, tanto los que actúan en el extranjero como los que proceden de la Liga MX, están muy debajo de lo que se espera de ellos. Y el entrenador, Gerardo Martino, es parte de la confusión en lugar de ser el camino a la solución. El panorama mexicano es sombrío de cara a una primera fase mundialista que incluye a Argentina y a Polonia como principales rivales… Hoy, México no parece tener ninguna oportunidad…

PHOENIX, Arizona.- Algunos dicen que se trata de contundencia; otros afirman que es un asunto de concentración; hay quienes creen que el entrenador se ha equivocado en la parte táctica y existen aquellos que aseguran que es una situación de nivel y calidad futbolística. Sea la explicación que sea, la realidad es que con el Mundial a la vuelta de la esquina, la selección mexicana es un desastre.

Noventa minutos ante Uruguay han sido suficientes para corroborar que “El Tri” que comanda Gerardo Martino sigue “extraviado”. Los futbolistas que vienen de Europa muestran un escaso nivel competitivo y no marcan diferencia en la cancha. Los que proceden de México son la evidencia clara del pobre nivel por el que atraviesa el futbolista mexicano en la Liga MX. Y el entrenador parece contrariado, muchas veces, incapaz de tomar las decisiones acertadas y sin un claro concepto de lo que quiere y busca en la cancha.

Individualmente, hay futbolistas que están muy por debajo de su nivel: Raúl Jiménez no es el jugador que marcaba diferencia antes del incidente con David Luiz; “El Tecatito” Corona empequeñece cuando se viste con la camiseta de la selección; “El Chucky” Lozano está lesionado y cuando ha estado para jugar luce acelerado y ansioso. Martino no ha encontrado un sistema defensivo que le brinde seguridad al equipo. El jueves, aquí, probó con una línea de 5 que terminó siendo un caos ante los uruguayos. A México le anotan goles con mucha facilidad, como el primero de la noche, que resultó de un tiro de esquina, un balón a media altura que remató Cavani y que generó el gol.

Aunado a todas esas carencias, esta selección parece ausente en cuanto a futbolistas de personalidad y gran presencia en la cancha. Cuando no están Ochoa, Guardado y Herrera, como sucedió de inicio ante Uruguay, no hay quien pegue un grito o ponga orden en el momento apremiante. Creo que se trata de una generación sobrevalorada que no es tan buena como muchos aseguran.

Echar a Martino, como algunos sugieren, no parece una idea plausible cuando el tiempo para el Mundial se acorta dramáticamente. Tampoco parece ser una solución clara a los problemas que tiene de fondo este equipo.

México va al Mundial porque tiene la bendición --o la maldición-- de clasificarse a través de la Concacaf, pero hoy no se le ven armas --ni futbol, ni personalidad-- para creer que puede competirle a Argentina y a Polonia y salvar la clasificación a los octavos de final, sitio al que no ha fallado en los mundiales desde hace más de 30 años.

Puede que se trate, como ha sido casi siempre, de un asunto de calidad. Habría que ver la clara y extensa diferencia que prevalecía en el campo de Glendale en la comparación con la nómina uruguaya, que cuenta con futbolistas regados por las principales ligas del mundo. Pero, México siempre --o casi siempre--se las había arreglado para esconder sus defectos y resaltar sus virtudes más allá de los contrastes y presentar un cuadro que sabía y podía competir. Hoy, no puede.

Cómo, cuándo y por qué se extravió esta selección y alcanzó el desastre es todo un misterio. Cómo solucionarlo, es, aún más enigmático…

@Faitelson_ESPN

Comentarios

Usa una cuenta de Facebook para agregar un comentario, sujeto a las políticas de privacidad y Términos de Uso de Facebook. Tu nombre de Facebook, foto y otra información personal que hagas pública en Facebook, aparecerá en tu comentario, y puede ser usado en las plataformas de medios de ESPN. Más información.


El entrenador argentino no estará con la Selección Mexicana en Honduras este domingo por una recomendación médica y ello puede significarse en el inicio del final de su gestión al frente del combinado mexicano. Es evidente que Martino, un gran entrenador, magnifico profesional, honrado y trabajador, no ha alcanzado el potencial que se esperaba y que él mismo aguardaba cuando llegó a la Selección Mexicana. Los futbolistas no han encontrado su nivel y no parecen sentirse cómodos en el estilo de juego del 'Tata'. Pero lo más importante aquí tiene que ver con un tema de salud. El semblante de Martino ha cambiado mientras ha avanzado su proceso y hoy, en cada aparición, muestra una faceta agobiada, cansada y completamente desgastada. ¿Será esa la 'escapatoria perfecta'? ¿El 'salvoconducto' ideal para hacerse a un lado? ¿Llegará a dirigir el Mundial con México?

CIUDAD DE MEXICO -- ¿Una teoría? ¿Una hipótesis? ¿Una intuición? Creo que Gerardo Martino ha encontrado la 'escapatoria perfecta' en el tema de su salud. Lo veo anunciando que, tras la eliminatoria y tras calificar a México al Mundial, se hará a un lado voluntariamente.

Espero equivocarme. Sigo creyendo que Martino es el entrenador ideal para llevar a México a Catar; un hombre con mucha experiencia, capacidad, honestidad y personalidad, pero, día con día, se observa en su proceso un gran desgaste físico y emocional. Al argentino se le nota desencajado, desesperado y hasta decepcionado. La noticia que se ha producido en las ultimas horas, la de que no podrá hacer el viaje a Honduras al decisivo juego eliminatorio por temas que tiene que ver con su salud, abre un nuevo e intrigante espacio para rumores e insinuaciones.

Creo que Martino ha sufrido por la presión de dirigir a la Selección Mexicana como no le había sucedido antes, ni con las selecciones de Paraguay y Argentina y ni con el propio Barcelona.

“Es la posición más difícil del mundo. Nunca dejas satisfecho a nadie”, dijo alguna vez Javier Aguirre sobre el puesto de seleccionador en México.

En Martino se percibe ese deterioro, acentuado por una enfermedad en los ojos -presión ocular, desprendimiento de retina- que no le permite tomar un avión. Veo en esta situación la 'escapatoria perfecta' del 'Tata'. Una vez calificado al Mundial, Martino optaría por un retiro voluntario amparado en una cuestión medica.

Espero, insisto, en estar equivocado, pero Martino parece haber alcanzado su limite y también ha encontrado un 'salvoconducto'.

No veo, hoy, la forma en que el futbol mexicano pueda presentar una alta expectativa de cara a Catar 2022. No hablemos del famoso 'quinto partido', hablemos de conseguir sensaciones diferentes, como la que se logro, por ejemplo, en el Mundial de Brasil tras el atropellado proceso eliminatorio, o quizá la selección de Lavolpe en la Copa Confederaciones del 2005, la de Aguirre ante Italia en el 2002, la de Lapuente en 1998 y hasta la de Mejía Barón de la Copa América de 1993.

Nadie dice que, finiquitando la era de Martino, México va mejorar en el terreno futbolístico. Esa situación es mucho más compleja de lo que parece.

Siempre pensé que el futbol mexicano no podía darse el derecho de desperdiciar a Gerardo Martino y lo esta haciendo. Los futbolistas jamás parecen haber entendido o sentirse cómodos en el estilo del 'Tata'. Quizá se vislumbro algo en el inicio de su proceso, pero no ha sido suficiente. Las expectativas del aficionado son muy altas y él sabe que, de acuerdo al pobre nivel que ha alcanzado esta selección, no podrá cumplirlas.

Martino, lastimosamente, pudo haberse encontrado con la escapatoria o el salvoconducto perfecto. Aducir un tema médico que, además es real y muy serio, es y podría ser una 'escapatoria perfecta'...

@Faitelson_ESPN

Comentarios

Usa una cuenta de Facebook para agregar un comentario, sujeto a las políticas de privacidad y Términos de Uso de Facebook. Tu nombre de Facebook, foto y otra información personal que hagas pública en Facebook, aparecerá en tu comentario, y puede ser usado en las plataformas de medios de ESPN. Más información.


No le busquemos más donde no lo hay. El choque entre México y Estados Unidos es un simple juego de futbol, calificado como un Clásico del área y aderezado, casi siempre, por temas históricos, políticos, económicos y sociales, pero es eso, un juego y nada más. La Selección Mexicana está obligada a recuperar su memoria futbolística, si es quiere romper la cadena de derrotas que tiene ante el vecino del norte. Y eso se va a definir en la cancha, no en las tribunas, donde esperamos la mejor versión del aficionado mexicano… Es por el orgullo y nada más…

CIUDAD DE MEXICO -- Nunca se ha tratado de algo más que un simple juego de futbol. Puede ser un Clásico del área y puede, si usted quiere, estar aderezado por temas históricos, políticos, económicos y sociales, pero el México-Estados Unidos no debe ni puede ir más allá. Es “por el orgullo”, sólo eso…

Entendeos que, para el aficionado mexicano, resulta pesado, frustrante y hasta insoportable contar tres derrotas consecutivas en juegos oficiales ante Estados Unidos, pero ello no justifica nada, ni siquiera lo poco o mucho que ha hecho la Federación Mexicana en el tema de la violencia en los estadios. No se trata de reclamar desde la tribuna con un grito que, además de majadero, es discriminatorio y homofóbico. No, así no se vale. Hay que reclamar siendo educados, tolerantes y mostrando los grandes valores que tenemos, en este caso, los aficionados mexicanos al futbol.

En la cancha, debe definirse un ganador. México debe elevar su nivel competitivo si quiere romper la racha de derrotas ante los estadounidenses. Y ahí, no sólo esperamos que se imponga la calidad del futbolista mexicano, también aguardamos que prevalezca su orgullo, por un orgullo futbolístico y nada más. El juego mexicano ha decaído notablemente en los últimos meses, pero existe la idea de que, en cualquier momento, recuperará su memoria futbolística. Y los jugadores y el entrenado, encontrarán y tomarán las mejores decisiones dentro y alrededor del juego. México puede jugar mejor porque ya lo ha hecho en el pasado reciente, con estos mismos futbolistas y con este entrenador.

Es un juego de futbol. Algo tan banal, lúdico, trivial, donde se puede ganar, perder o empatar; pero lo que tenemos prohibido perder los mexicanos es nuestra esencia e imagen de un pueblo siempre dispuesto a ser un excelente anfitrión. Debemos respetar el himno de los Estados Unidos y de ninguna forma, aunque el juego o el resultado de la selección no vaya por el mejor camino, abrir un nuevo escenario para que reaparezca el “grito homofóbico”. Somos un país maravilloso, con gente buena, muy buena, noble, apasionada, y es el momento de mostrar que también tenemos educación, valores y tolerancia. Mostrémosla desde una tribuna de futbol.

@Faitelson_ESPN

Comentarios

Usa una cuenta de Facebook para agregar un comentario, sujeto a las políticas de privacidad y Términos de Uso de Facebook. Tu nombre de Facebook, foto y otra información personal que hagas pública en Facebook, aparecerá en tu comentario, y puede ser usado en las plataformas de medios de ESPN. Más información.


La jornada de este jueves en la cancha del Estadio Azteca promete arrojar secuelas inmediatas para el futbol mexicano. El choque ante Estados Unidos no sólo es una batalla pasional que involucra historia, política y aspectos sociales. También es una invitación a perder un cuarto partido consecutivo ante el vecino del norte, a complicarse la eliminatoria mundialista y a generar que ciertos aficionados vuelvan con el grito discriminatorio y homofóbico…Todo eso se “juega” el futbol mexicano es un duelo ante una selección que está lejos de ser una potencia mundial…

CIUDAD DE MÉXICO -- Miedo, no. Nerviosismo, sí. Así esta el futbol mexicano de cara al siguiente juego eliminatorio rumbo a Catar 2022.

La jornada de este jueves podría ser mucho más trascendente de lo que el futbol mexicano se imagina. Primero, porque ninguna selección mexicana puede darse “el lujo” de perder cuatro partidos oficiales ante una selección de Estados Unidos. Segundo, porque la clasificación al Mundial de forma directa, podría ponerse en entredicho. Y tercero, porque el aficionado mexicano está molesto y en cualquier momento puede regresar con el grito homofóbico que tanto daño le ha hecho a la Federación Mexicana. Con todos esos ingredientes, el partido del Azteca está más “caliente” que nunca.

Tampoco hay que hacer demasiados dramas. Es un simple juego de futbol aderezado siempre por temas políticos, sociales e históricos al tratarse del poderoso vecino norteño, pero esto es futbol y México no afrontará ni a Alemania, a Francia, a Brasil o a España. Jugará ante una selección que no logró clasificarse al último Mundial aún en la pobreza de esta área futbolística y ante un futbol que tampoco asistió a los últimos Juegos Olímpicos. Ante ese futbol, México ha perdido tres juegos consecutivos oficiales (Liga de las Naciones, Copa Oro y eliminatoria mundialista en Cincinnati).

Ningún equipo y ningún entrenador de una selección mexicana puede perder cuatro veces consecutivas ante los norteamericanos -la última sería en el propio Estadio Azteca- sin afrontar las consecuencias que ello conlleva. Una nueva derrota, por otra parte, complicaría el final del octagonal para México que debe ir el domingo a la siempre compleja cancha de San Pedro Sula ante un combinado hondureño con nada que perder y mucho orgullo que mostrar. Y el tema de la expresión discriminatoria y homofóbica sigue presente como una amenaza velada -nunca justificada- de algún sector de los aficionados que siempre sobrereaccionan si la selección no encuentra los caminos del triunfo en la cancha.

Sobra decir que México no ha alcanzado su mejor nivel futbolístico en todo el proceso eliminatorio y si está a punto de obtener el boleto mundialista se debe más a la pobre escala competitiva que afronta en su área, que a su rendimiento en la cancha. Martino y sus futbolistas han perdido la brújula desde el año anterior. Demostraciones carentes de una forma de jugar y con futbolistas que han descendido dramáticamente su nivel. Es evidente que, con lo que ha mostrado hasta hoy el proceso de Martino, el Mundial en Catar ofrece pocas expectativas de lucimiento para el futbol mexicano.

Pero Martino es buen entrenador, con mucha experiencia y los futbolistas mexicanos pueden jugar mucho mejor de lo que lo han hecho hasta ahora enfundados en la camiseta de la selección. Ello, más una “sed de venganza” -siempre futbolística- pueden ser las “armas” para enviar un poderoso mensaje en la eliminatoria y de cara al Mundial.

Yo espero que México salga a jugar su mejor partido de la eliminatoria. Que muestre la idea de juego clara y concisa que se perfiló en los inicios de la era Martino. Que de fe de un grupo de futbolistas provistos de grandes condiciones, algunos de ellos, encumbrados en las mejores liga del mundo. Que encuentre confianza en jugadores de un largo recorrido en el futbol y en la selección mexicana y que luzca a esa fusión con jóvenes y talentosos jugadores que deben ser la respuesta hacia el mañana del futbol mexicano.

No creo que exista miedo por la jornada que se avecina, pero sí mucho nerviosismo. No es un partido cualquiera. Su resultado podría arrojar secuelas contundentes en el futuro inmediato del futbol de México.

@Faitelson_ESPN

Comentarios

Usa una cuenta de Facebook para agregar un comentario, sujeto a las políticas de privacidad y Términos de Uso de Facebook. Tu nombre de Facebook, foto y otra información personal que hagas pública en Facebook, aparecerá en tu comentario, y puede ser usado en las plataformas de medios de ESPN. Más información.


En un futbol donde la brecha entre ricos y pobres ha amenazado con hacerse más extensa en los últimos años, Puebla y Pumas son, hoy, una muestra contundente de que el trabajo bien planificado, la inteligencia y la humildad son herramientas invaluables para el éxito en este juego. No todo es dinero en el futbol. El casi 'milagro' lo han provocado dos jóvenes entrenadores argentinos. Lejos de quejarse por lo que no tienen, Nicolás Larcamón y Andrés Lillini, se vanaglorian por los que tienen mientras sus equipos, Pumas y Puebla, se mantienen, asombrosamente, en un nivel competitivo…

SAN DIEGO, California.- La formula es bastante sencilla: hacer más con menos…

Nicolás Larcamón y Andrés Lillini, dos entrenadores argentinos, lo han demostrado con creces en un futbol mexicano donde, la brecha, la distancia entre ricos y pobres, ha amenazado con ampliarse en los últimos años. A ninguno de los dos les ha importado ni afectado la riqueza de otros. “Tengo lo que tengo y con eso nos debe alcanzar”, dice el joven entrenador del Puebla. “Sí, es verdad, tenemos muchas bajas, pero también tengo al equipo Sub-20 y al Pumas-Tabasco a disposición. Tengo de sobra. No me falta nada”, dice Lillini, ante la compleja semana que significa para Pumas afrontar el juego ante el Saprissa de la Liga de Campeones de la Concacaf (que ganó al final por goleada) y el siempre pasional duelo ante el América de la Jornada 7 de la Liga MX.

Los trabajos de Larcamón y de Lillini asombran a propios y extraños.

El Puebla ha sufrido, por la conformación de su economía, bajas sensibles de futbolistas en las últimas temporadas. Jugador que se consolida o se hace estrella, enseguida es vendido a los grandes postores de la Liga. (Tabó, a Cruz Azul; Ormeño y Omar Fernández, al León; Reyes, al América; Vikonis, a Mazatlán y Ángel Zaldívar, cesión de préstamo finalizada y regresó a Chivas). A pesar de ello, los resultados del Puebla han sido sorprendentes. Se ha transformado temporada a temporada en un equipo que compite hasta las instancias más adultas de la Liga. Gran parte de ese crédito lo merece Larcamón, quien, a sus 36 años, sin haber sido futbolista profesional, ha mostrado una gran capacidad para ganarse la confianza de sus futbolistas y plantear la táctica adecuada para sacar el mayor provecho de sus virtudes.

Lo de Andrés Lillini sigue siendo una de las mejores historias que le han ocurrido a Pumas en su historia. Llegó cuando 'otros' no aceptaron el reto de dirigir bajo las condiciones de un club fuertemente golpeado por la economía. En Pumas no hay dinero para ponerse al nivel de lo que exige su historia y sus aficionados, pero Lillini lo ha hecho de forma magistral, sacando provecho de futbolistas que no parecían tener futuro en el equipo y manteniendo la esencia universitaria de apostar por los jóvenes surgidos en las fuerzas básicas. Así, Pumas ha sido finalista y protagonista de los torneos.

Puebla es el líder general. Pumas compite con holgura en dos torneos que enfrenta. Hoy, son la envidia de clubes que invierten millones de dólares y que no consiguen resultados. Ejemplos: Monterrey, América y hasta Chivas. Hacer más con menos siempre ha sido una virtud del ser humano que, para efectos del futbol, se ha vuelto mucho más complejo con el pasar de los años. El crédito es de los futbolistas y por supuesto, de dos jóvenes entrenadores argentinos que han mostrado que, con trabajo y humildad, se puede, sin duda, se puede…

@Faitelson_ESPN

Comentarios

Usa una cuenta de Facebook para agregar un comentario, sujeto a las políticas de privacidad y Términos de Uso de Facebook. Tu nombre de Facebook, foto y otra información personal que hagas pública en Facebook, aparecerá en tu comentario, y puede ser usado en las plataformas de medios de ESPN. Más información.


AL INICIO