La victoria que obtuvo México frente a Puerto Rico en el primer día de competencia fue una muy importante para los mexicanos, no solamente porque arrancan con un triunfo ante un rival contra el que luchan la clasificación a la segunda ronda, sino también por lo infrecuente de la misma. Previo a este partido, la última vez que los mexicanos habían derrotado a los boricuas en una competencia internacional de cualquier nivel había sido en el 1995, en los Juegos Panamericanos de Mar del Plata, Argentina. Antes de eso, hay que remontarse a la final de los Juegos Centroamericanos y del Caribe de 1990, celebrados en ciudad México, para encontrar la otra victoria de los aztecas sobre los caribeños. Tres victorias en 18 años (1990 inclusive) ante un rival que enfrentan continuamente en selecciones juveniles, sub-21 y absolutas merecen el calificativo de esporádicas.

LO ECHAN DE MENOS
En la derrota de Venezuela ante Canadá, en la segunda fecha del torneo, brilló el pívot haitiano y recién nacionalizado canadiense, Samuel Dalembert, con 18 puntos, 8 rebotes, 5 tapas y varias intimidaciones hacia los jugadores venezolanos que ingresaban a la llave y cambiaban su tiro o no intentaban por miedo a recibir el rechazo del centro de los Philadelphia 76ers. Varios allegados al equipo vino tinto se nos acercaron para señalar lo mucho que el equipo echa de menos al pívot Richard Lugo, un jugador con la capacidad para crear el mismo efecto en el rival que Dalembert tuvo en ellos y cuya presencia hubiese podido inclinar la balanza hacia el lado de los sudamericanos.

La ausencia de Lugo de la selección venezolana obedece a un cambio generacional que ha favorecido el técnico Néstor Salazar y en el que el centro de 34 años de edad no tiene cabida. Lo cierto es que Venezuela carece de centros capaces y Richard todavía es un jugador muy productivo a cualquier nivel. ¡Como lo extrañan!
La primera jornada del Torneo Preolímpico de las América terminó con una sola sorpresa, tres partidos que siguieron el libreto predeterminado y la expulsión y posterior suspensión de un jugador.

Barea fue suspendido dos partidos (Getty Images)

En el partido inaugural del torneo en el que Uruguay derrotó a Panamá en tiempo suplementario, se enfrentaron dos de los mejores reboteadores de Latinoamérica de los últimos tiempos, Antonio García, de Panamá, quien finalizó con 11 rebotes en 37 minutos y Esteban Batista, de Uruguay, quien fue la figura del encuentro con 26 puntos y 19 rebotes.

Uruguay demostró tener la paciencia y la disciplina táctica que les faltó a los panameños y por eso pudieron descontar una desventaja de 15 puntos, pero en cuanto a disciplina competitiva parecen ser el peor equipo del campeonato. Protestan todos y cada uno de los fallos arbítrales que les son desfavorables, tanto los jugadores en cancha, como la banca y el cuerpo técnico.

El juego entre Puerto Rico y México rompió con todos los patrones de enfrentamientos previos entre estos dos equipos. Los mexicanos aprovecharon las 27 pérdidas de los boricuas para dar la primera sorpresa del torneo. En lo que se rompieron los patrones fue en la presión constante, con dos hombres sobre el porta balón que impusieron los aztecas, defensa que jamás fue su marca de fábrica en el pasado, mientras que los caribeños, que sí se han caracterizado históricamente por utilizar esta defensa como punta de lanza, prácticamente no la emplearon en este juego.

Todo el mérito de esta nueva dinámica de los mexicanos hay que dárselo a su nuevo entrenador, Nolan Richardson, quien ha instituido una nueva versión de los "40 minutos de infierno" que popularizara en el básquet universitario estadounidense con la Universidad de Arkansas.

El base de Puerto Rico y de los Dallas Mavericks, José Juan Barea, fue expulsado del partido ante México por comentarios considerados antideportivos que le hiciera al árbitro español Miguel Ángel Pérez, luego de que se le notificara que tenia que abandonar el juego por haber cometido su quinta falta personal. Mas tarde la Comisión Técnica del campeonato lo castigó con suspensión por los próximos dos partidos de su equipo.

La prensa canadiense se había mostrado muy optimista por el resultado del partido que su selección había efectuado ante Brasil en la Copa "Tuto" Marchand, recientemente celebrada en Puerto Rico. Escribían los colegas canadienses que el resultado, una derrota por 13 puntos que le permitió a los brasileros quedarse con la copa, tenia sabor a victoria porque el entrenador, Leo Rautins, había decidido darle descanso y no utilizar a sus jugadores referentes Samuel Dalembert y Carl English, mientras Brasil había utilizado a todos sus estelares, lo que, a juicio de estos periodistas, era una estrategia de Rautins para no mostrar sus mejores armas y para hacer el "scouting" de sus primeros rivales de grupo de cara a sorprenderlos en este primer encuentro del Torneo de las Américas.

La entrada de los dos estelares canadienses les sirvió para hacer un partido mas cerrado, pero no les dio para ganar, al final Brasil se impuso por 8 puntos de diferencia.

Como era de esperarse, Estados Unidos no tuvo problema alguno para derrotar a Venezuela; pero hay dos factores que llaman la atención por encima de lo que han podido hacer las versiones anteriores del mal llamado "Dream Team". Este equipo defiende mucho mas (dejó a Venezuela en apenas 8 puntos en el primer cuarto, sentenciando el partido ahí mismo) y, cuando arma Jason Kidd, juega mejor en la media cancha.

Algo que quedó demostrado en el Mundial de Indianápolis del 2002 y parece refrendar esta primera jornada del Preolímpico (una asistencia de unos 6,000 espectadores para el partido final de la jornada, en el que jugaba el equipo de casa, en un coliseo en el que caben casi 19,000) es que a la generalidad de los aficionados de los Estados Unidos no le importa para nada el baloncesto FIBA, aún cuando pueden ver jugar a sus propias estrellas. En un momento dado en el tercer cuarto, cuando el conjunto anfitrión comenzaba a despegarse por más de 30 puntos, un grupito de alrededor de 10 aficionados comenzó con el cántico "USA", pero el mismo murió instantáneamente porque no recibió el respaldo del resto de la concurrencia.
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