Un año después que el panameño Mariano Rivera se convirtiera en el primer exaltado al Salón de la Fama con el voto unánime de los miembros de la Asociación de Escritores de América (BBWAA), su compañero de equipo en los New York Yankees, Derek Jeter, va en camino de imitar su hazaña.

Según Ryan Thibodaux, quien lleva el conteo de las boletas en la medida en que se hacen públicas, Jeter ha sido marcado por todos los que han revelado sus votos.

Hasta ahora se han dado a conocer 48 papeletas, que representan el 11.7 por ciento de los integrantes de la BBWAA con derecho al voto para Cooperstown.

Aunque la muestra todavía es demasiado pequeña, no existe absolutamente ninguna razón para no votar por el famoso número 2 de los Yankees.

Sus 3,465 hits lo sitúan en el sexto lugar de todos los tiempos, sólo superado por Pete Rose, Ty Cobb, Hank Aaron, Stan Musial y Tris Speaker.

Es además el líder histórico en imparables dentro de la franquicia de New York, Novato del Año en 1996, con 14 participaciones en Juegos de Estrellas, cinco anillos de campeón de Serie Mundial, Jugador Más Valioso en el clásico de octubre del 2000, ganador de cinco Guantes de Oro e igual cantidad de Bates de Plata.

Fue un hombre ejemplar, dedicado por entero al deporte, sin escándalos extradeportivos tan comunes en estos tiempos, de conducta intachable que le valió ser la cara limpia del béisbol en la turbulenta era de los esteroides.

Y después de Jeter, ¿cuándo volveremos a ver otro unánime en Cooperstown? ¿Quién sería ese al que nadie se atrevería a escatimarle su voto?

No será en el 2021. De hecho, ninguno de los que aparecerán por primera vez en las boletas reúne los requisitos necesarios para la inmortalidad.

En el 2022 les tocará el turno a Alex Rodríguez y a David Ortiz.

De antemano, hay muchos integrantes de la BBWAA que han adelantado que jamás votarían por ARod, mientras que otros dudarán en hacerlo incondicionalmente por el Big Papi, pues siempre hay quien cuestione su rol fundamental de bateador designado.

En la clase del 2023 se estrenan como principales figuras el puertorriqueño Carlos Beltrán y el venezolano Francisco Rodríguez, ambos con números sobresalientes, pero sin llegar a extraordinarios, de esos que dejan al mundo con la boca abierta.

En el 2024 le corresponde su oportunidad al dominicano Adrian Beltre, quien debería entrar en su primer año de elegibilidad, aunque dudo que lo haga con todos los votos.

Si no lo consiguió Ken Griffey Jr., difícilmente lo logre Beltré.

Tendrán entonces que pasar cinco años desde Jeter para que veamos entrar, de manera unánime, indiscutible, al gran samurái de Japón, Ichiro Suzuki.

A pesar de llegar a las Grandes Ligas con 27 años en el 2001, Ichiro, único pelotero que lucía su primer nombre y no su apellido en el uniforme, tuvo unas primeras diez temporadas excepcionales.

En su debut ganó la corona de bateo de la Liga Americana y fue elegido Novato del Año y Jugador Más Valioso.

Su excelencia ofensiva le permitió superar los 200 imparables en diez campañas seguidas, incluida la del 2004, donde impuso el récord de 262 cohetes, para eclipsar la marca de George Sisler, que databa de 1920.

Para que se tenga una dimensión real de su hazaña, téngase en cuenta que desde el récord de Sisler pasaron por las Grandes Ligas la mayoría de los mejores bateadores de la historia, como Babe Ruth, Ted Williams, Musial, Aaron, Joe DiMaggio, Mickey Mantle o el propio Rose. ¡Y ninguno logró lo que el japonés!

Además, en ese mismo lapso ganó siempre el Guante de Oro por su defensa exquisita en el jardín derecho.

De haber llegado más joven a la MLB, en lugar de pasar nueve campañas en el béisbol profesional japonés, quién sabe hasta dónde hubiera llevado su marca de 3,089 hits.

Desde ya, Ichiro tiene un voto. El mío. No creo que nadie me lleve la contraria.

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David Ortiz ocupará gran parte del escenario central en Boston este año, con ovaciones de pie para él comenzando desde el Día Inaugural de los Medias Rojas en el Fenway Park el 11 de abril, y continuando hasta su turno final al bate en el viejo estadio, sea cuando sea. Veremos regalos, palabras y memorias, nuevas y viejas.

En el camino, probablemente Ortiz sobrepase a Eddie Murray en la lista de jonroneros de todos los tiempos, y Gary Sheffield, y Mel Ott, Eddie Matthews y Ernie Banks, y quizás otros. Hay un escalón en esa escalera al que hay que prestarle particular atención: Ortiz tiene en la actualidad 503 jonrones, y Ted Williams tiene 521.

Ortiz terminó con fuerza el año pasado, conectando 24 jonrones entre sus 49 extrabases conseguidos en los últimos 74 partidos de la temporada regular; en los juegos desde el 2 de julio hasta el final de la temporada, él bateó .318, con un porcentaje de embasamiento de .406 y slugging de .690 - una de las mejores mitades de temporada de su carrera.

Si Ortiz sigue con ese impulso en el 2016 y continúa con ese nivel de producción, no solo tendría oportunidad de competir por el JMV de la LA, sino que habrán comentarios y discusiones sobre si debería continuar por una temporada más. Pero los Medias Rojas no pueden perder de perspectiva el hecho de que en los primeros tres meses de la temporada pasada. Ortiz tuvo problemas. En la mañana del 2 de julio, tenía promedio de .228, con porcentaje de embasamiento de .313 y apenas 13 jonrones. En otras palabras, parecía como un jugador viejo en declive.

Mientras los Medias Rojas esperan y anticipan una gran temporada de parte de Ortiz, ellos deben tratar de evitar los errores que cometieron los Yankees con Derek Jeter antes y durante la temporada final de Jeter en el 2014. Los Medias Rojas deben prepararse por lo menos para la posibilidad de que una gran estrella tenga problemas mientras se prepara para el adiós final de su carrera.

La última semana de la carrera de Jeter se llevó a cabo como si fuese diseñada por los dioses del béisbol: Conectó un hit para dejar tendido al rival en su último turno en el Yankee Stadium, y su hit 3,465 en su última aparición en el plato, coincidentemente en el Fenway Park, antes de salir de juego ante una larga y merecida ovación. Su última ovación de pie no pudo ser mejor, en esa última semana, y de aquí a 50 años, eso es lo que siempre será recordado. Jeter tuvo un mejor final que el que tuvo Willie Mays en la Serie Mundial de 1973, cuando, luego de una emocionante primera presentación, el que muchos consideran el mejor jugador de la historia tuvo problemas para mantenerse sobre sus pies mientras corría las bases y perseguía elevados. (En el Juego 2, Mays entró como corredor emergente en la novena entrada, como se puede ver en este video del juego, comenzando a los 1:59:30, y lo que le sigue es simplemente triste.)

Pero dentro del contexto de los esfuerzos de los Yankees para llegar a los playoffs, la actuación de Jeter en su última temporada fue un problema; fue algo negativo. Bajo cualquier medida analítica, él fue uno de los peores jugadores en la liga, tanto en ofensiva como defensiva, y Jeter y los Yankees nunca se ajustaron a esta realidad en su camino a ser eliminados de los playoffs en los días finales de la temporada. Se mantuvo fijo en la alineación, en el puesto No. 2, algo que su actuación no ameritaba, y jugó muchos más partidos que los que debió jugar, en una temporada en la que cumplió 40 años. Día tras día, los Yankees tuvieron mejores torpederos en otras partes de su roster, en algunas ocasiones jugando en otras posiciones.

Jeter será correctamente recordado como un jugador que ganó más que cualquier otro en su carrera, pero no hay manera de esconder el hecho de que jugó un gran rol en el fracaso de los Yankees en su última temporada, como lo dijeron otros y hasta yo mismo varias veces. De los 146 jugadores que calificaron para el cetro de bateo, él se ubicó en el puesto 137 en WAR, justo en medio de jugadores como Dayán Viciedo.

Si los Yankees hubiesen puesto la mesa para esta posibilidad en el inicio de los entrenamientos primaverales, ellos habrían estado en una mejor posición para hacer ajustes, porque ellos se habrían arriesgado a verse por todas las partes - incluyendo a Jeter - como reactivos.

Jeter venía de una temporada 2013 en la que una devastadora fractura en el tobillo le había limitado a apenas 73 apariciones en el plato, y los Yankees no tenían idea de cómo podría lucir en el 2014. Habría sido completamente razonable de su parte el acercarse a él en la temporada baja y reiterarle que si lucía de forma efectiva, él seguiría siendo el torpedero regular y que seguiría bateando en la parte superior de la alineación - pero que si no lo hacía, lo descansarían más, o dejarían que Jacoby Ellsbury y Brett Gardner batearan en el tope de la alineación. Los Yankees pudieron haberle sugerido a Jeter que en esa última temporada, al igual que ocurrió con Hank Aaron, Mays, Ernie Banks, Babe Ruth, Honus Wagner, Cal Ripken y practicamente cada gran jugador que se retiró antes de él, habrían concesiones en posiciones en la alineación y en tiempo de juego que habría que tomar que cuenta.

Pero los Yankees no lo hicieron, y eso se convirtió en un problema. Los Medias Rojas no deben cometer el mismo error con Ortiz, especialmente luego de la remodelación de la organización, que data desde la contratación de Dave Dombrowski como presidente de operaciones deportivas.

Luego de su segunda temporada consecutiva en el sótano de su división, ellos gastaron una suma record para firmar a David Price y cambiaron prospectos valiosos para adquirir a Craig Kimbrel y Carson Smith, y arreglar el bullpen. Boston está en un modo de ganar ahora, con mucho en riesgo para la franquicia, y es posible que Ortiz siga presente en el medio de su alineación, como lo estuvo en la segunda mitad de la pasada temporada.

Sin embargo, los Medias Rojas no deben asumir eso desde ahora. Ellos deberían, por lo menos, comenzar a hablar y establecer algunas reglas del juego con Ortiz, quien ya ha hecho su propia concesión a la edad al decidir retirarse. El dueño John Henry, el manager John Farrell y Dombrowski podrían llevarlo a cenar y presentarle un mensaje como este:

Mira Papi, tú ya tienes en tus manos un gran pedazo de la historia de Boston, y siempre serás recordado como uno de los más grandes de todos los tiempos en esta franquicia. No podemos esperar para rendirte homenaje, y algún día tu número será retirado y habrá una estatua tuya. Queremos que termines tu increíble carrera de forma fuerte. Vamos a ver cómo nos va, pero si hay días en los que sea mejor para ti el tener un día extra de descanso, lo vamos a aprovechar. Si hay días en los que sea mejor para tí sentarte ante un zurdo - un Chris Sale, o un Dallas Keuchel, un Carlos Rodón -- hagámoslo. Hanley Ramírez puede ser el designado, y moveremos a algunos chicos en algunas posiciones. Queremos el mejor final posible para tí.

Si la actuación de Ortiz en el 2016 tiene un marcado declive - mantiendo la tendencia histórica de prácticamente todos los jugadores de 40 años, desde Honus Wagner a Jeter - entonces la reunión hecha en la temporada baja pondrá al personal en una mejor posición para hacer frente a los ajustes necesarios durante la temporada.

Lo que los Medias Rojas no quieren - lo que realmente no pueden dejar que pase - es una situación parecida a la que le ocurrió a los Yankees y Jeter, en la que Ortiz tenga problemas al bate en agosto y septiembre y el equipo siga utilizándolo como un jugador de alto nivel, ante la preocupación de no avergonzarlo.

Ortiz se merece más que eso. Xander Bogaerts, Mookie Betts y Dustin Pedroia se merecen más que eso. Farrell se merece más que eso. Todo el mundo que trabaja en la organización se merece más que eso.

Ortiz siempre va a ser un ícono de Boston, y con el fin de que él y Boston terminen de la manera que todos quieren, ellos tienen que darse a si mismos la oportunidad de ganar tantos partidos como sea posible, hasta octubre.

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Además de sus 3,465 hits, 544 dobletes, 66 triples, 260 jonrones, 1,923 carreras anotadas, 1,082 impulsadas, cinco Guantes de Oro y otros tantos Bates de Plata, un premio de Novato del Año y cinco anillos de campeón en Series Mundiales, Derek Jeter suma una estadística que no iguala ningún otro pelotero.

Por su cama han pasado varias de las mujeres más bellas de la farándula y el jet-set del mundo, entre las que sobresalen Jessica Biel, Adriana Lima, Jordana Brewster, Mariah Carey, Minka Kelly y Scarlett Johansson.

Pero ninguna de ellas tuvo los recursos de llevar hasta el altar al soltero más codiciado de Nueva York, al Capitán de los Yankees de Nueva York, uno de los deportistas más "mercadeables" de todo el país.

Alguna que otra vez hubo amenaza de boda, pero al final todo quedó en las buenas intenciones, con un ramo de flores y una pelota autografiada por el astro beisbolero como acto de desagravio.

Fue tal la reticencia a casarse, que en algunos programas de chismes se llegó a cuestionar la sexualidad del ex pelotero, quien en una ocasión declaró en una entrevista su admiración por la capacidad de sus compañeros de equipo para llevar a la par exitosas carreras deportivas y las complejidades de la vida familiar.

Pero con el retiro, no sólo desaparecieron los imparables, las atrapadas en el hueco del cuadro y los saltos acrobáticos para lanzar la pelota hacia la inicial.

Al parecer, a Jeter le llegó el momento de cortar la racha de novias espectaculares para casarse y formar una familia con la que compartir una fortuna estimada en cerca de 300 millones de dólares.

De más está decir que la elegida es otra belleza de esas que le quitan el aliento a los simples mortales.

Se trata de Hannah Davis, una modelo de 25 años, de quien el ex jugador se declara totalmente enamorado.

Y debe de estarlo para dar ese paso. O al menos, para gritarlo a los cuatro vientos al formalizar su compromiso, tratándose de un tipo más resbaloso y escurridizo que una anguila, en lo que a relaciones se refiere.

Todavía la pareja no ha fijado una fecha para la boda, a la que posiblemente concurrirán muchas celebridades del deporte y la farándula.

O quién sabe si Jeter opta por una ceremonia más privada, acorde con su personalidad de bajo perfil, que logró mantener a pesar de su grandiosa carrera que lo tiene a la espera, dentro de cuatro años, del llamado del Salón de la Fama de Cooperstown.

Pero al menos se aventuró a dar el primer paso. Ahora hay que ver si esta vez el juego llega finalmente al out 27 o ci, como en otras ocasiones, se suspende por lluvia.

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Cambiamos de año y vale la pena recordar algunas historias que nos emocionaron, otras tantas que nos sorprendieron y alguna más que hizo ambas cosas en Major League Baseball. Del 2014 me quedo con cinco historias especiales que aquí resumo en orden de importancia hasta llegar a la más notable, la despedida de una leyenda.

Royals
Royals

LOS INEXPLICABLES ROYALS
Kansas City dejó de ser relevante en el béisbol de grandes ligas a mediados de los 80 cuando consiguió su única Serie Mundial venciendo a los Cardinals en siete juegos. Después de llegar a lo más alto en 1985, los Royals se ausentaron de la postemporada durante 29 años y volvieron a ella en 2014 de una manera poco común. Después de comenzar la temporada en medio de un slump colectivo con el bate, Kansas se convirtió en el line-up más oportuno del béisbol. Perdiendo por cuatro carreras el juego de Playoff entre comodines y a seis outs de ver a los A's avanzar a la serie divisional, los Royals desataron su ofensiva y terminaron ganando 9-8 en 12 episodios con un imparable decisivo del receptor venezolano Salvador Pérez. De ahí en más parecía que nadie los podría parar. Barrieron a los Angels de Mike Trout a punta de jonrones y batazos oportunos, sacaron la escoba también ante los Orioles a los que superaron en cuatro juegos con una extraordinaria actuación de su relevo. Solo los enrachados Giants pudieron frenar el sueño de Kansas venciéndoles en una electrizante Serie Mundial que llegó a siete juegos y que se decidió gracias al dominio de Madison Bumgarner.

Bumgarner
Bumgarner

BUMGARNER; HISTÓRICA SERIE
Lo de Madison Bumgarner fue sencillamente surreal. Su postemporada arrancó con una blanqueada sobre Pittsburgh que puso a San Francisco en la Serie Divisional ante Washington. Los Nationals fueron el único equipo capaz de vencerle en los playoffs, pero los Giants superaron esa serie en cuatro juegos. Desde entonces San Francisco ganó todos los juegos en los que apareció Bumgarner incluyendo el séptimo de la Serie Mundial en el que el zurdo lanzó un relevo de cinco entradas solo dos días después de su segunda apertura de la serie en la que tiró 117 pitcheos. En 21 innings de labor durante el Clásico de Otoño, Bumgarner permitió apenas una carrera para una efectividad jamás vista de 0.25. El zurdo fue sencillamente imbateable y además llevó su rendimiento a límites impensados con 68 envíos en su relevo del juego siete. Nunca hubo un MVP tan lógico como el abridor de San Francisco.

Altuve
Altuve

JOSÉ ALTUVE: EL GIGANTE DISFRAZADO
José Altuve podrá medir menos de un 1.70mts. pero su talento con el bate es inmenso. En 2014 el segunda base venezolano terminó como líder de MLB en promedio al bate con .341 e imparables conectados con 225, una cifra que solo había conseguido Ichiro Suzuki en los últimos catorce años. Jugando para una franquicia perdedora como los Astros, Altuve terminó en el Top 10 de once categorías ofensivas y además comandó la Liga Americana con 56 bases robadas. Para entender el significado de la cifra de hits que el nacido en Maracay conectó en 2014 vale la pena destacar que con sus 225 imparables, Altuve pegó 34 hits más que Miguel Cabrera y 52 más que el MVP de la Americana, Mike Trout. Con solo 24 años y tres temporadas completas en las mayores, José Altuve es ya el líder de unos Astros que esperan competir por un lugar en los Playoffs en 2015.

Stanton
Stanton

GIANCARLO Y SUS 325 MILLONES
Los días en los que nos escandalizamos con los dos contratos de más de 250 millones de dólares que firmó Alex Rodríguez con Rangers y Yankees han quedado atrás. En noviembre de este año los Marlins dieron de qué hablar mucho más que en toda la temporada cuando finalizaron un contrato de 325 millones con Giancarlo Stanton. El pelotero con la mayor fuerza bruta de todas las Grandes Ligas, se convirtió en el poseedor del contrato deportivo más grande la historia. Su temporada de .288 con 37 jonrones y 105 empujadas indicó que el jardinero de 25 años aún no había llegado a su pico. Stanton finalizará su contrato con Miami a los 37 años si es que lo completa. Sobre su espalada pesará ahora una presión inmensa. La mayoría de los peloteros que han firmado contratos de al menos 10 años o por lo menos 150 millones han desmejorado su rendimiento en el primer tercio de sus nuevos pactos. Alex Rodríguez, Albert Pujols, Prince Fielder y Joe Mauer son algunos ejemplos. Stanton puede llevar a Miami a la gloria o a la bancarrota de la mano de su swing en la próxima década.

Jeter
Jeter

ADIÓS AL GRAN CAPITÁN
Debo empezar con la verdad. Derek Jeter no es el mejor shortstop de la historia, ni ofensiva ni defensivamente hablando. Pero Jeter ha sido a lo largo de su carrera mucho más que solo un shortstop. En la época de los contratos millonarios, de los agentes libres sobrepagados y los arbitrajes salariales, Jeter se convirtió en el símbolo irrefutable de la franquicia más famosa del beisbol. Y aunque parezca un cliché aquello de que "triunfar en Nueva York es triunfar dos veces", pregúntenle a Randy Johnson, Kevin Brown o Chuck Knoblauch si jugar en la "Gran Manzana" es lo mismo que en el resto de las ciudades. Jeter fue consistente en al menos 17 de sus 20 años de carrera con los Bombarderos del Bronx y no me refiero solo a su bate y su guante. Nunca una declaración altisonante o un desliz con la prensa. Aunque no lo estuviera pensando en cada momento, Derek siempre habló maravillas de la organización y puso los objetivos colectivos por encima de los individuales. Uno como él tenia que irse como lo hizo, reescribiendo el guión de la película que fue su juego de despedida en Nueva York. En su última aparición en el campocorto y ante 48.613 aficionados delirantes en Yankee Stadium, Jeter mandó la bola a la banda contraria para traer la carrera del triunfo en el noveno episodio y con un out en la pizarra ante los Orioles de Baltimore. Classic Jeter.

En su última temporada Derek Jeter alcanzó los 3.000 hits con un cuadrangular, fue aplaudido de pie en veinte estadios de las mayores (incluido Fenway Park en Boston) y dejó el beisbol como un héroe de otra época. No fue el más poderoso, el más rápido, ni el más ágil, pero supo hacerlo todo en el diamante y con más clase que ninguno.

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Uno de estos días, una de estas semanas, uno de estos meses, Max Scherzer encontrará un equipo para lanzar. Podría ser la víspera de Navidad. Puede ser que sea el Día de San Valentín. Podría ser en el medio de un juego de entrenamiento de primavera.

Pero uno de estos días...

La pregunta, sin embargo, es cuál de estos días. Y esa es una pregunta que me encanta hacer a ejecutivos y agentes en todo el béisbol cada año mientras nos dirigimos hacia las reuniones de invierno:

¿Qué te parecería escoger una fecha en que los agentes libres firmarán?

Esto estuvo complicado este invierno, con bateadores agentes libres volando fuera del tablero más rápido de lo que pude compilar en mis predicciones. Así que decidí limitar la encuesta de este año a los tres grandes agentes libres abridores --Scherzer, Jon Lester y James Shields. Y los resultados fueron tan intrigantes como siempre.

Nueve hombres de béisbol participaron en la encuesta de este año. Aquí está cómo lo vieron:

Y ahora un rápido desglose:

Jon Lester

Obviamente, él está a punto de tomar una decisión. Así que en la década que he estado haciendo esto, nunca he tenido tal acuerdo unánime sobre cuándo cualquier agente libre firmaría. No solo era el próximo miércoles el promedio de estos picos, sino que era la fecha exacta seleccionada por casi la mitad del grupo.

Así que lo más interesante fueron las predicciones (todas opcionales) para donde Lester firmará. Los seis panelistas dispuestos a emitir un voto (varios de ellos dividido) establecieron esto:

•  Medias Blancas 3

•  Cachorros 2

•  Dodgers .5

•  Gigantes .5

En otras palabras, ellos no saben, tampoco. Es muy bueno saber que este tipo de cosas representa un juego de adivinanzas tan grande en el interior del béisbol como lo hace con el resto del continente.

Max Scherzer

Ahora bien, esto fue muy divertido. Un ejecutivo de la Liga supuso el Día de San Patricio para firmar con los Cachorros. Un ejecutivo de la Liga Nacional pronosticó una firma suya el 4 de marzo por los Nacionales. Otro ejecutivo de la Liga Nacional hizo a Scherzer el ganador de su predicción anual del "medio tiempo del Super Bowl" (pero a ningún equipo en particular). Y solo uno de los nueve panelistas recogió una fecha anterior a un mes a partir de ahora. Así que, claramente, Scherzer se va a ninguna parte.

Pero, ¿dónde va? Si usted realmente desea ponerse analítico, si Scherzer realmente espera hasta los entrenamientos de primavera para ver si algún as sale lesionado, él casi tiene que ser un Yankee, ¿verdad? Las probabilidades de que Masahiro Tanaka o CC Sabathia salgan de la lomita a mitad de inning ciertamente no son minúsculas. ¿Y qué otro equipo además de los Yankees podría encontrar $ 175 millones de emergencia para su uso en la firma de un astro del pitcheo?

Bueno, era solo ese tipo de pensamiento que condujo a las confusas selecciones de los cinco panelistas dispuestos a dar una pista sobre dónde Scherzer terminará. La votación:

•  Yankees 2.83*

•  Nationals 1.33

•  Cubs .5

•  Tigers .33

(* Un voto dividido de dos maneras, otro dividido en tres)

Un gerente general describió esta situación como "fascinante", incluso para él. Pero fue bueno saber que estas personas piensan que esto es tan entretenido como el resto de nosotros. La predicción más divertida: El ejecutivo que escogió el 4 de marzo supuso un fichaje por Washington --"pero si Tanaka se lastima, serán los Yankees por $ 50 millones al año".

James Shields

¿Cuán vinculado está el calendario de Shields con el de Lester? Tan de cerca que un ejecutivo incluso predijo que la fecha de la firma de Shields sería "dos días después de la de Lester," a un club que se pierde en el Plan A. (¿Adivina quién?) Y todos ellos escogieron fechas dentro de las dos semanas de unos a otros --con cuatro panelistas prediciendo que Shields optará por un equipo antes del final de las reuniones. Lo que nadie parecía tener una idea de cuál equipo será. Tres predijeron una reunión con Joe Maddon en Chicago, si los Cachorros pierden la oportunidad de Lester. Uno, adivinado, dijo que Shields podría reunirse con Andrew Friedman en Los Ángeles. Un quinto, escogió a los Medias Rojas, si no logran conseguir a Lester. Y un sexto señaló a los Cardenales, simplemente por una corazonada.

Así que, en última instancia, esto no dejan de ser un montón de corazonadas de personas que hacen esto para ganarse la vida y que todavía encuentran el negocio de las predicciones bien sobrevalorado --pero el entretenimiento es siempre el mismo.

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Entre los proponentes de la sabermetría, uno de los instrumentos más populares para medir el "valor" de un pelotero para su equipo es una estadística llamada "Wins Above Replacement (victorias sobre reemplazo)", mejor conocida por sus siglas en inglés como WAR.

El objetivo del "WAR" es determinar el valor de un pelotero conforme al impacto que tiene en el número de victorias del equipo cuando está en la alineación por encima de las que tendría si fuese sustituido con jugador promedio de Triple A.

Hay diferentes escuelas sobre cómo calcularlo, pero en general, para los jugadores de posición, el WAR tiene una ecuación matemática bastante complicada. Por ofrecer una explicación simplificada, se toman en consideración las carreras anotadas bateando, corriendo las bases y fildeando por encima de la media de la liga, a lo cual se le hacen ajustes por posición y por liga, entre muchos otros aspectos.

En términos generales, WAR trata de estimar el valor matemático de cuantos triunfos más puede obtener un equipo con un jugador específico estando en la alineación y defensivamente cuántas derrotas le puede costar.

Es considerada la mejor estadística disponible para capturar la cantidad de valor de un jugador.

El WAR global más alto en Grandes Ligas esta campaña regular fue de 7.87 y le corresponde a Mike Trout, segundo finalizó Clayton Kershaw con 7.54. También se puede separar en WAR ofensivo, donde Trout sigue siendo líder con 8.7, o defensivo, con Andrelton Simmons al tope de la tabla con 3.89.

Este 2014, Derek Jeter finalizó con un WAR de -0.30, lo cual, según dicha estadística, significa que el Capitán pudo haber sido sustituido por Brendan Ryan (-0.70) y la diferencia hubiese sido matemáticamente insignificante.

Pero, ¿verdaderamente es así?

Comprendo que sean necesarios instrumentos matemáticos y ecuaciones para establecer el valor de un pelotero a lápiz y papel, incluso los encuentro sumamente útiles en mi labor como cronista deportivo, pero hay aspectos que no se pueden cuantificar.

En Major League Baseball, al igual que en todas las ligas deportivas profesionales, jugar en casa es considerado una ventaja matemática. El poseedor del mejor récord en todo Grandes Ligas, este año los Angelinos de Los Ángeles con 98-64, es recompensado con "ventaja" como dueños de casa durante su participación en playoffs.

Incluso, cuando el comisionado Bud Selig decidió en el 2003 que la liga ganadora del Juego de Estrellas tendría la ventaja como dueños de casa durante la Serie Mundial, se promocionó aquel "experimento" (aprobado por el sindicato de peloteros) con el eslogan de "ahora sí cuenta".

Y es que se entiende que el equipo local tiene una ventaja sobre el visitante como resultado de jugar en sus propias instalaciones y frente a sus aficionados. No es que el simple hecho que haya más aficionados apoyando a un equipo garantice una victoria, pero sí coloca a dicho equipo en una mejor posición para ganar.

Entonces, si decimos que es así, y jugar en casa es determinado como una ventaja, hacerlo ante un promedio de 42,000 aficionados, la media por partido de los Yankees de Nueva York este año y cuarta mejor en todo Grandes Ligas, es mucha más ventaja.

Entre ese promedio de boletos que se vendió por partido en Yankee Stadium esta campaña, la gran mayoría de ellos fueron gracias a Derek Jeter.

Igualmente pienso que el valor de Kershaw debería ser mucho más, porque él fue, con su impresionante año de Cy Young de facto, el que vendió muchos de esos 3,782,337 boletos en Dodger Stadium para los líderes en asistencia en Grandes Ligas (promedio de 46,695).

Quizás es una opinión poco popular, en particular entre los que con estadísticas pueden comprobar que Jeter afectó a los Yankees bateando segundo todo el año. Pero el impacto que tiene un solo jugador muchas veces no está plasmado en sólo estadísticas y números en un papel. Va mucho más allá.

Jeter no fue sólo el motivo principal de venta de boletos, su mera presencia en el camerino de los Yankees resultó en palmadas en la espalda que le dieron confianza a Dellin Betances, en una palabra de aliento que ayudó a Brett Gardner a creer en su poder como primer bate, en el orgullo de Chase Headley y de Brandon McCarthy de ponerse el uniforme rayado, en una sonrisa que le dijo a Michael Pineda que todo estaría bien, en una broma que hizo estallar a carcajadas a Chris Young el día que llegó al Bronx... y son sólo seis de los 58 peloteros que utilizaron los Yankees esta temporada, cantidad record para la franquicia).

Y eso mis amigos, no hay WAR que lo cuantifique.

¿-0.30?

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Dos bandos han luchado a lo largo de la carrera de Derek Jeter -- aquellos que reclaman que él ha elevado su nivel de juego en momentos cruciales, versus los escépticos, quienes alegan que Jeter simplemente le supo sacar provecho a un fragmento de su extraordinario número de oportunidades en el gran escenario.

Yo siempre he pensado que ambas partes fallan en reconocer el punto crucial. Yo no creo que Jeter de repente mejore cuando todos lo estemos viendo, pero él tampoco se ha dejado amedrentar por la presión. Todos hemos visto a veteranos probados jugar en un momento crítico y desintegrarse, al ponerse demasiada presión en sí mismos -- intentando demasiado obtener un gran hit o teniendo problemas para comandar una bola rápida.

El atributo más grande de Jeter es que él siempre ha reducido el número real de partidos jugados al menor denominador común: Él siempre se divirtió. Luego de firmar los contratos y que se respondieran las preguntas de la prensa y que los fanáticos fueran reconocidos, él siempre se divirtió, manejando un partido de Serie Mundial de la misma manera que un partido de Día Inaugural de temporada en Kalamazoo Central. Así fue como obtuvo el hit de oro en la novena entrada luego de casi ser apabullado por las lágrimas en la octava entrada el jueves en la noche.

Su OPS para su total de partidos disputados en octubre, que casi equivalen a una temporada regular completa -- 158 juegos, 650 turnos, exactamente 200 hits -- es de .838. Su OPS de por vida al entrar a esta temporada era casi idéntico a ese, con .828, y ahora se sitúa en .817, restándole un puñado de turnos en su carrera. Juegos de entrenamiento primaveral, juegos de temporada regular, juegos de postemporada, juegos de Serie Mundial, para él son todos iguales.

Durante la temporada 2013, él estaba a punto de comenzar una entrevista con ESPN en Fenway Park, y yo le mencioné que muchos jugadores jóvenes preguntaban por la manera en que él respondía preguntas.

"¿Qué tú les dices a ellos?", me preguntó él a mí.

"Yo les digo que tú te pones aburrido a propósito", le dije.

A medida que comenzaba a defender su forma de bonachón, yo le admití que a lo largo de los años él se ha sentido más relajado con sus respuestas. Pero de todas formas, eso no importaba, según le dije, porque era aparente la razón por la que Jeter siempre se ha comportado de la manera que lo ha hecho a lo largo de su carrera.

"A tí no te gusta que nada de esto" -- el lidiar con los medios, o alguna otra fuerza exterior -- "te distraiga de lo que tienes que hacer allá afuera", le dije, y señalé al campocorto.

Él estuvo de acuerdo con eso.

Jeter mencionó en una conversación hacer un par de años que él siempre se ha mantenido en un rango de cinco libras del peso con el que comenzó a jugar en las mayores. El mismo peso corporal, la misma confianza inquebrantable, la habilidad de jugar cada partido en la misma forma simple por tanto tiempo, desde el principio de su carrera hasta el final. Quizás él no haya conectado tantos jonrones, o acumulado la mayor cantidad de premios, o liderado en la mayoría de las categorías ofensivas. Y cómo el resto de nosotros, sin duda él es más complicado que la narrativa que siempre lo acompaña.

Pero en consistencia, confiabilidad y en esfuerzo, y en cómo él le ha servido al juego, él siempre ha sido y será uno de los más grandes de todos los tiempos.

• El héroe del jueves: Por supuesto, Jeter, según escribe David Waldstein.

• Jeter nos dió una última memoria, escribe Mike Vaccaro.

• Jeter dejó lo mejor para el final, escribe David Lennon.

• Él fue un héroe para el final, escribe Bob Klapisch.

• Jeter escribió en un libreto el final perfecto, escribe Ian O'Connor.

• Los Tigres eligieron ver el último turno al bate de Jeter en vez de ver a los Reales.

Fue el final más apropiado para una carrera desde, quizás, Ted Williams en 1960:

Mayor cantidad de temporadas con 150 hits
* Historia de MLB
Pete Rose -- 18
Tris Speaker -- 18
Ty Cobb -- 18
Derek Jeter -- 17 <<
Hank Aaron -- 17
Honus Wagner -- 16
>> 147 hits esta temporada (le quedan tres juegos)

• Desde el Elías Sports Bureau: Un solo miembro del Salón de la Fama remolcó la carrera para dejar tendido al rival en su último partido en casa. Ese fue Lou Boudreau, quien como jugador-manager de los Medias Rojas en 1952 se colocó a sí mismo como bateador emergente en la parte baja de la 10ª entrada en un partido empatado 1-1 ante los Cafés de San Luis. Teniendo como rival en la loma a nada más y nada menos que Satchel Paige por los Cafés, Boudreau puso un toque de cuña para traer al plato la carrera de la victoria para Boston. Boudreau, quien fue por muchos años campocorto de los Indios, nunca jugó otro partido en grandes ligas.

Otra de Elías: Derek Jeter se unió a Hal Morris como los únicos jugadores en la Era de la Expansión (desde 1961) con por lo menos 10 años de experiencia en MLB y que haya logrado un hit para dejar tendido al rival en su último partido en casa.

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El último partido de Derek Jeter en Yankee Stadium este jueves será la primera y única vez en la carrera del Capitán de los Yankees de Nueva York en que jugará en la catedral del béisbol en el Bronx con el equipo estando matemáticamente eliminado de la postemporada.

En los 20 años en Grandes Ligas del Capitán, los Yankees no habían clasificado a playoffs en sólo dos ocasiones anteriores. Está es la tercera vez que ello ocurre.

En el 2008, la primera campaña bajo el piloto Joe Girardi, los Yankees jugaron su último partido en casa (el número 156 de la temporada) el 21 de septiembre. El 23 de septiembre de 2008, todas sus esperanzas de clasificación a playoffs se esfumaron cuando Boston derrotó a Cleveland en Fenway Park para asegurarse al menos el comodín de la Liga Americana.

Esa victoria de los Medias Rojas oficialmente terminó la racha de 13 apariciones consecutivas en playoffs para los Bombarderos del Bronx, todas y cada una de las cuales incluyeron a Jeter en el plantel desde 1995.

Fue la primera vez en 13 años que no hubo béisbol en octubre en Yankee Stadium, una excepcional racha que incluyó cuatro anillos de Serie Mundial. Los Bravos de Atlanta son poseedores de la marca histórica en Grandes Ligas al clasificar a 14 postemporadas consecutivas.

Los Yankees jugaron sus últimos partidos de la temporada 2008 del 23 al 28 de septiembre entre Rogers Centre y Fenway Park, por lo cual Jeter nunca regresó al Bronx después que el equipo quedó fuera de la postemporada.

El año pasado, los Yankees no lograron clasificar a los playoffs por apenas segunda vez en 19 años. El 25 de septiembre de 2013, el equipo neoyorquino quedó eliminado cuando los Indios de Cleveland vencieron por marcador de 7-2 a los Medias Blancas de Chicago.

Los Yankees estaban disputando un partido contra los Rays de Tampa Bay en el Bronx, con una desventaja de 7-3 en el octavo inning, cuando se dio el triunfo de Cleveland.

No obstante, una semana antes, el 11 de septiembre de 2013, Jeter había sido colocado en la lista de inhabilitados, dando por finalizado un pésimo año donde se vio afectado por múltiples complicaciones tras sufrir una severa fractura en el tobillo en los playoffs de 2012.

El campocorto de los Yankees sólo jugó en 17 juegos en toda la campaña 2013.

Notoriamente, el Capitán estuvo presente en todos los juegos de fin de temporada, aunque no era un jugador activo, entre ellos el jueves, 26 de septiembre, el emotivo último partido de Mariano Rivera. Jeter subió a la lomita junto a quien también estaba jugando su última temporada, el zurdo Andy Pettite, para remover a "Mo" del juego, fungiéndose en un gran abrazo.

Al no ser parte del roster activo desde ese 11 de septiembre, Jeter nunca jugó en un partido en Yankee Stadium con el equipo ya eliminado.

Todo eso cambiará este jueves.

Los Yankees fueron derrotados por marcador de 9-5 por los Orioles en el penúltimo partido de su última estadía en casa en 2014, una serie de cuatro juegos contra los campeones divisionales. Dicha derrota dejó a los Yankees fuera de los playoffs, poniendo el último clavo en el ataúd de la campaña neoyorquina.

Jeter ha dicho que siempre que el equipo esté luchando por algo que él estaría en la alineación. Así ha sido en los 142 partidos de esta campaña, y en 2,743 de los 2,744 que ha jugado en su carrera.

El dirigente Joe Girardi había indicado el pasado sábado que cuando los Yankees quedaran matemáticamente eliminados, dejaría que el mismo torpedero determinara su titularidad.

"Le dejaré la decisión a él", dijo Girardi, para quien fue la tercera ocasión desde que asumió las riendas del equipo en 2008 que los Yankees no clasifican a playoffs.

"Trataré de hablar con él mañana [jueves] sobre la forma en que quiere jugar su último partido, como lo hice con 'Mo"".

El pronóstico para este jueves es de fuertes lluvias para la zona de la ciudad de Nueva York, pero se anticipa que aclare en la noche para lo que será el último adiós del Capitán en el Bronx... ¿Un día para el recuerdo o para el olvido?

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El béisbol se encuentra en horas nostálgicas. Está ocupándose en despedir a uno de los grandes beisbolistas de la época y quizá de todas las épocas. El shortstop de los Yanquis, Derek Jeter, dice adiós tras 20 años de carrera y más allá de los números, las estadísticas, los hechos contundentes, está su legado principal: un pelotero desde de los "spikes" y hasta la punta de la cabeza, un pelotero que no será medido en su porcentaje de bateo, sus jonrones, las veces que pisó el plato, que hizo una asistencia en el campo corto, un pelotero que promete ser medido por su carisma, su entrega, su limpieza su gran condición de caballero en el diamante. Cada momento de Jeter en las últimas dos décadas fue una conexión con las raíces del deporte, una esencia romántica del juego y del atleta.

LOS ANGELES -- He despertado al menos dos o tres veces en las últimas semanas con la misma pregunta: ¿Qué podría o qué debería decir la placa de Derek Jeter en el fondo del jardín izquierdo del Yankee Stadium? Y quizá sea lo menos importante, pero sin los números ni la contundencia de personajes como Ruth, Mantle, DiMaggio o Gehrig, el texto, en letras de oro, deberá ser exacto, contundente y altamente emotivo.

No bastarán las tres líneas, las 10 palabras, las 39 letras que luce hoy la estatua de Babe Ruth, a quien muchos consideran el más grande jugador de todos los tiempos: "Un gran beisbolista, un gran hombre, un gran estadounidense...".

Para él, para Derek Jeter, habrá que buscar el mensaje apropiado.

Podría hacerlo, pero no lo haré. No pretendo llenarles de cifras, de estadísticas, de hechos, de situaciones que ocurrieron durante las últimas dos décadas, donde él aparecía sonriente, donde el estadio lo aclamaba y donde el mayor de los mensajes pudieron haberse diluido en el .310 de porcentaje, los pocos o muchos jonrones que conectó y la cantidad de veces que pisó el plato. Él siempre fue más que esos números.

El béisbol parece estar sufriendo y a la vez suspirando por los últimos juegos, los últimos turnos al bate y las últimas exhibiciones defensivas que el número "2" de los Yanquis hará en los próximos días. Tras una carrera de 20 años, donde tuvo espacio para instalar su nombre entre los mejores jugadores de los Yanquis de la historia, Derek Jeter dirá adiós. Ganó 5 Series Mundiales, fue a 14 Juegos de Estrellas, ganó 5 bates de plata, fue el más valioso del "Clásico de Otoño" del 2000 y más allá de ciertos números, de alguna polémica extraída de las meticulosas estadísticas de algunos, se trata, sin duda, de uno de los mejores jugadores de la historia.

Pero más que un beisbolista, Derek Jeter fue siempre un pelotero.

La interpretación del término no debe ser muy confusa. Jeter fue una conexión auténtica con el pasado del juego, con sus raíces más profundas y con maneras para las cuales el deporte de hoy no parece tener espacio. Un atleta profesional en estos días sin escándalos, sin escarmientos públicos, sin actitudes exageradas, sin violencia, sin mentira, un pelotero que en muchos de sus números no representa un tema extraordinario ni propio de una fantasía, pero que en su simpleza, en el hecho de caminar con la cabeza erguida y de salir a hacer su trabajo todos los días, encontró el secreto más sagrado de la profesión: Jeter no es un beisbolista. Jeter no será recordado como el beisbolista perfecto. Jeter será recordado como el pelotero, como una pisca de romanticismo en un diamante, en un mundo, donde los deportistas profesionales eran medidos por la cantidad de sustancias prohibidas en la sangre, por la violencia familiar, por el engaño, por la cantidad de dólares que eran capaces de generar y por la nula capacidad de entender que habían sido elegidos --por el destino o por un ser mucho más poderoso que nosotros-- para ser los mensajeros de algo a través de un deporte.

Derek Jeter se va y con él quizá la última expresión de lo que un deportista debe significar en el campo de los sueños: respeto, entrega, humildad y triunfo.

Hoy, lamentablemente, se convirtió en una cuestión de tiempo. Y el tiempo se agota para él y el tiempo se extingue para nosotros.

Su placa, en el fondo del jardín izquierdo del Yankee Stadium, junto a la de Ruth, Mantle, Dimaggio, Gherig, Berra, dirá exactamente lo que tiene decir:

"Derek Jeter: más que un beisbolista, el pelotero, nuestro pelotero. El hombre que nos guió a los nuevos tiempos, el hombre que nos condujo a la 'tierra prometida', el hombre que nos conectó con nuestro pasado para asegurarnos un presente y un futuro. El hombre que tenía el numero '2 'en la franela pero que siempre fue nuestro numero '1' en el corazón.

A ti, Derek, nuestro capitán, nuestro pelotero, el pelotero...".

@Faitelson_ESPN

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En cuestión de días, sus ruedas dejarán de rodar. Su No. 2 se desvanecerá solo para reaparecer en el Monument Park. Y la increíble hoja estadística de Derek Jeter se congelará en el tiempo. Para siempre.

Así que, ¿cuáles entradas en su página de la encyclopedia del béisbol resaltan más a la vista para ustedes? He aquí 10 números de Jeter que yo particularmente adoro:

2,743 ¿Cuál es este número? Es el número de partidos de temporada regular que Jeter ha jugado en su carrera, cada uno de ellos en uniforme de los Yankees de Nueva York. ¿Y qué tan cool es eso? Que él que el sigue en esa lista tiene 2,401, y se llama Mickey Mantle. Pero esto es más cool todavía: Jeter es uno de apenas ocho jugadores en la historia que han jugado tantos partidos, todos para un solo equipo. Los otros: Carl Yastrzemski (3,308 para los Medias Rojas), Stan Musial (3,026 para los Cardenales), Cal Ripken Jr. (3,001 para los Orioles), Brooks Robinson (2,896 para los Orioles), Robin Yount (2,856 para los Cerveceros), Craig Biggio (2,850 para los Astros) y Al Kaline (2,834 para los Tigres). Un grupo increíble.

3,461 Este, por supuesto, es el total de hits conectados por Derek Jeter. Y santo cielo, esos son muchos imparables. Rayos, tiene más que Hank Greenberg y Shoeless Joe Jackson de forma combinada (3,400). Y solo cinco jugadores en la historia del béisbol han conectado más hits que Derek Jeter. Vean si sus nombres les resultan familiares: Pete Rose, Ty Cobb, Hank Aaron, Stan Musial y Tris Speaker. Wow.

2,673 Otro número súper cool. Es el número de partidos que Jeter ha jugado en el campocorto. Y eso no solo representa más partidos que los que jugaron Ernie Banks y Robin Yount como torpederos de forma combinada, sino también la mayor cantidad de cualquier jugador que haya jugado en una posición defensiva y que no haya jugado en alguna otra posición - ni siquiera en un juego en la entrada 19, por un solo turno. Pete Rose jugó seis posiciones. Ty Cobb jugó siete. Stan Musial jugó cinco (incluyendo ser lanzador). Y Derek Jeter ha jugado en una sola posición. Solo una. Así es como debe hacerse.

1,013 No puedo entender por qué me gusta tanto este número, pero no importa. Derek Jeter terminará su carrera con más de 1,000 partidos con más de un hit. Más que Tony Gwynn o Wade Boggs. Más que Willie Mays o Rogers Hornsby. De hecho, solo otros tres bateadores en toda la era de la pelota viva terminaron sus carreras en el Club de los 1,000 Partidos Multihit: Pete Rose (1,225), Stan Musial (1,059) y Hank Aaron (1,046). Una compañía demasiado grata.

200 Uno de los números más especiales de Jeter. ¿Por qué? Porque él es el único jugador en la historia que ha logrado 200 hits en su carrera en postemporada. Ahora, obviamente ha tenido más oportunidades de lograr esos imparables que, digamos, Ernie Banks. Pero pongamos esto en una mejor perspectiva. En 158 juegos en postemporada, casí el equivalente a una temporada completa, Jeter logró 200 hits, 20 jonrones, 18 robos de base, promedio de .308, porcentaje de embase de .374 y un OPS de .838. ¿Cuántos jugadores han tenido una temporada regular como esta? Exactamente cinco. Y uno de ellos es (¿adivinen quién?) Derek Jeter. Quien por supuesto tuvo además una "temporada" como esta en octubre. Contra los mejores equipos y los mejores lanzadores, en los juegos con más presión en toda su vida. No me vengan ahora con el cuento de que está sobrevalorado.

11 Quizás para ustedes no sea tan importante el hecho de que Derek Jeter tuvo 11 temporadas en su carrera con promedio por encima de los .300 y que terminó con doble dígito en jonrones y bases robadas. Pero ¿les gustaría saber cuántos otros jugadores en la historia han tenido 11 temporadas como esas? La respuesta correcta, de acuerdo con la Enciclopedia Completa del Béisbol de Lee Sinins: Cero. Willie Mays tuvo siete. Hank Aaron tuvo seis. Barry Bonds tuvo ocho. Solo nombren cualquier jugador con alto promedio, poder y velocidad que quieran. ¿Ken Griffey Jr.? Siete. ¿Alex Rodríguez? Ocho. ¿Frank Robinson? Cinco. Ese es un recordatorio que Jeter te podía vencer de varias maneras. Y lo hizo.

.377 Oh, de acuerdo, de acuerdo, yo sé que el promedio de bateo no es una estadística que impresione como antes. Pero ¿qué tal esta? Es el porcentaje de embas de Derek Jeter. Y si no están seguros de como leer la importancia de la misma, les puedo ayudar. Desde la Segunda Guerra Mundial, tres docenas de peloteros han jugado por lo menos 1,500 partidos en el campocorto. ¿Quieren saber cuáles de ellos tuvieron un porcentaje de embase de por vida superior al de Jeter? Ninguno. Cal Ripken Jr. terminó con .340. Ozzie Smith terminó con .337. Alan Trammell tuvo un OBP de .352. Entre los torpederos que jugaron en algún punto durante la carrera de Jeter, solo Barry Larkin se le acerca, con .371.

92 Del 21 de julio de 2006 al 16 de mayo de 2007, Derek Jeter jugó en 100 partidos. Consiguió hit en 92 de ellos. En algún momento, en el siglo 19, Wee Willie Keeler conectó imparables en 93 de 100 partidos. Pero desde 1900, de acuerdo con el historiador de rachas Trent McCotter, solo van a poder encontrar un solo jugador que haya logrado 92 hits en 100 juegos. Ese fue Ichiro Suzuki, en 2008 y '09. Pero es algo alucinante ver la lista de jugadores que nunca pudieron lograr algo así. Ty Cobb. Rogers Hornsby. Honus Wagner. Tony Gwynn. Pete Rose. George Brett. Pero ¿el campocorto de los Yankees, que nunca logró un campeonato de bateo o que logró batear en más de 25 partidos de forma seguida? Él sí lo hizo. Solo lo mencionamos porque la consistencia fue el producto más importante de Jeter.

6 Derek Jeter jugó para los Yankees cuando tenia 20 años de edad. Derek Jeter también jugó para los Yankees con 40 años de edad. Y jugó para ellos en todas las edades entre medio de esas. Gracias al Elias Sports Bureau, sabemos que eso es algo que no ha sucedido mucho. Él es solo uno de seis jugadores que ha participado con un equipo a los 20 años y que ha estado ahí a los 40. Los otros: Ted Williams, Stan Musial, Brooks Robinson, George Brett, Cal Ripken Jr. Hay una palabra para esa lista: icónica.

1 Finalmente, está este número asombroso. De acuerdo con Elias, ese es el número de partidos que Jeter ha jugado, en toda su carrera, en los que su equipo, los poderosos Yankees, estuvieron matemáticamente eliminados de llegar de alguna manera a la postemporada. ¿Un solo partido sin importancia en 20 temporadas? Wow. Por un lado, sería algo alocado alegar que esto es todo lo que hace Derek Jeter. Por otro lado, ¿qué puede definir la carrera de un jugador mejor que esto? Un hombre que siempre vivió para el juego grande - y que solo jugó partidos grandes. Por 20 años. ¿Qué mejor manera de enmarcar la carrera del que fue uno de los mejores torpederos en completar una doble matanza 4-6-3?

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