Un día en junio pasado, Madison Bumgarner descansaba en el camino hacia la caseta del AT&T Park y hablaba sobre los Gigantes de San Francisco, pero le dio un giro a la conversación en medio de la plática, planteando una pregunta que no es fácil de responder y pintó el siguiente panorama: ¿Estamos viendo al mejor pitcher de todos los tiempos en su punto?

Bumgarner hablaba de Clayton Kershaw, el zurdo de los Dodgers de Los Ángeles, quien es el mejor lanzador en el planeta y podría ser el mejor lanzador que ha caminado en el mundo. Kershaw es el líder entre los jugadores activos de Grandes Ligas en efectividad con 2.37, significativamente mejor que el segundo lugar --Bumgarner con 2.98. El único lanzador que ha permitido menos hits por cada nueve entradas que Kershaw (6.62) --en todos los tiempos-- es Nolan Ryan (6.56). Kershaw es cuarto en todos los tiempos en WHIP con 1.007, y dos de los lanzadores delante de él, Addie Joss y Ed Walsh, lanzaron contra Ty Cobb en la era de la bola muerta; el otro era el cerrador, Mariano Rivera.

El primero de nuestra posición y un ranking de evaluadores de equipos, presentamos a los mejores 10 lanzadores del juego hoy en día, recopilado con la ayuda de evaluadores alrededor del béisbol y debemos comenzar con un grande de todos los tiempos.

1. Clayton Kershaw, Dodgers de Los Ángeles

Debido a su lesión en la espalda, a Kershaw le faltaron 13 episodios la temporada pasada para calificar entre los mejores en efectividad en la Liga Nacional, y que probablemente significará que se perderán en la historia por su excelente temporada 2016 --que es demasiado malo, porque la evaluación de Bumgarner queda muerta. Discutible para el más grande lanzador de todos los tiempos en su mejor momento.

Kershaw ponchó a 172 y caminó a 11 para una relación de ponches y bases de 15.64. En 19 de sus 21 inicios que hizo la temporada pasada, permitió dos carreras limpias o menos. Aceptó 10 hits en una apertura de sus 21 y permitió cinco hits o menos en 15 salidas.

Algunos bateadores de oposición dicen que les gusta enfrentar al as de los Dodgers, debido a la pureza del desafío. Kershaw va a lanzar strikes, y durante el turno, habrá posibilidad para hacer swing con el bate. Él te retará. Pero el éxito contra Kershaw es intermitente en su peor día, muy cercano a lo imposible en su mejor día.

Algunos funcionarios del club estaban contentos por cómo Kershaw respondió al tratamiento a su espalda, y más que en la postemporada no tuvo una recaída. Otros en la organización se sorprendieron cuando fue capaz de lanzar como lo hizo a pesar de sus problemas físicos. Kershaw cumplirá 29 años de edad durante el entrenamiento de primavera.

2. Max Scherzer, Nacionales de Washington

Durante las últimas cuatro temporadas, Scherzer ha acumulado 1.052 ponches en 891T entradas, permitiendo sólo 689 hits, lo que explica por qué parece que cada cinco días es una amenaza para crear grandes recuerdos.

''No hay hits casi siempre que lanza'', dijo un evaluador desde hace mucho tiempo.

Scherzer expresó cierta frustración por el número de jonrones que aceptó la temporada pasada, 31, la cifra más alta en la Liga Nacional, pero una gran parte de ellos fueron solitarios; Toleró un total de 75 carreras limpias. Limitó a los bateadores rivales a un promedio de .199 y cuando se pone por delante en el conteo, es casi incomparable en su capacidad para acabar con los bateadores.

Los Oponentes ante Scherzer después del conteo de 0-1 en 2016: .493 OPS

Después de 0-2: .348 OPS, con 149 ponches en 252 turnos al bate.

Después de 1-2: .359 OPS, con 154 ponches en 281 turnos al bate.

3. Madison Bumgarner, Gigantes de San Francisco

Tuvo su actuación más perfeccionada en una temporada regular en 2016, compilando un 2.74 en efectividad en 34 aperturas, con su cifra más alta e entradas lanzadas con 226 y dos tercios. Luego, en el juego de comodín de la Liga Nacional, blanqueó a los Mets de Nueva York y recordó a todos por qué podría pasar a la historia junto con Mariano Rivera como los mejores lanzadores de postemporada. Bumgarner tiene 27 años de edad y tiene seis salidas en los playoffs y Serie Mundial en los que ha permitido cero carreras al tirar siete o más entradas.

La situación del contrato de Bumgarner es digno de ver: Firmó hasta 2017, con opciones de club para 2018 y 2019, y lo más que podría ganar para esos tres años bajo los términos de su acuerdo actual es un total de $35,5 millones de dólares. El tiempo dirá si los Gigantes reconsiderarán el contrato que resultó muy amigable para el equipo.

4. Chris Sale, Medias Rojas de Boston

El alto precio pagado con prospectos por los Medias Rojas para adquirir al zurdo es un indicador del valor de venta, pero los bateadores nos dicen todo lo que necesitamos saber. ''Él no es divertido para los bateadores'', dijo un evaluador, refiriéndose a su estilo de lanzar como la mantis religiosa.

Durante las últimas tres temporadas, Sale tiene 715 ponchados y sólo 504 hits permitidos en 609 entradas un tercio, y para su carrera, él tiene una ajustada ERA de +135 --al igual que Randy Johnson y Christy Mathewson, dos de los mejores lanzadores en la historia.

Sale se une a una rotación que incluye al reinante Cy Young de la Liga Americana, Rick Porcello, y ex ganador del Cy Young, David Price, y sin embargo se le preguntó al manager de Medias Rojas, John Farrell, en las Reuniones Invernales si le daría la pelota en el Juego Inaugural. Sale es digno de esa pregunta.

5. Corey Kluber, Indios de Cleveland

Después de dominar el primer juego de la postemporada, Terry Francona recordó que un reportero le preguntó qué tan impresionado estaba por el derecho --y Francona se sorprendió por la pregunta, porque Kluber había lanzado grandes juegos para Cleveland. Esto fue un rendimiento de rutina, Francona consideró. ''En una rara manera, de que era un cumplido sobre lo bueno que es'', dijo el manager.

Kluber cargó con los Indios a través de la postemporada en la que Danny Salazar y Carlos Carrasco no estaban disponibles para lanzar. ''Nunca abrió con corto tiempo de descanso'', dijo Francona, ''y él nunca dio alguna excusa''.

Kluber ganó el premio Cy Young en 2014, pero el excelente octubre de 2016 parecer ser la grana aparición de Kluber en el escenario nacional.

6. Noah Syndergaard, Mets de Nueva York

En su primera salida este año, Syndergaard anunció su presencia con autoridad, comenzando con un slider impresionante de 95 mph contra los Reales de Kansas City. Ningún pitcher abridor lo lanza tan fuerte --de hecho, nadie lo hace tan cercano al promedio de velocidad de una recta--, y a pesar de que Syndergaard ponchó a 218 bateadores y caminó a 43 bateadores en 2016, es todavía muy temprano en su carrera y sigue aprendiendo. ''De todos los chicos en su lista'', dijo un evaluador, ''él probablemente tiene las mejores cosas''.

7. Justin Verlander, Tigres de Detroit

En una conversación antes de la pretemporada, el manager de los Tigres, Brad Ausmus, habló acerca de cómo han sido los ajustes importantes de Verlander. El Cy Young de la Liga Americana en 2011 vuelve a estar completamente sano, pero como Verlander se ha adaptado a la edad, ha lanzado más sliders y de acuerdo con informes de scouteo, ha explotado las debilidades de los bateadores--, algo que no necesariamente hizo con rutina cuando lanzaba 100 mph. El año pasado, Verlander tuvo 254 ponches, la segunda cifra más alta que ha tenido en cualquier época del año en su carrera, y tuvo 3.04 en efectividad.

Verlander cumplió 34 años de edad este invierno, y cuenta con 173 victorias y probablemente superará las 2.500 entradas y 2.400 ponches en su carrera el año que viene. Hace unos pocos años, le preguntó a Verlander acerca de lo que quería lograr en su momento en las Grandes Ligas, y él fue contundente: Quiero hacer todo lo posible para ganar la inducción al Salón de la Fama.

Al parecer tiene una excelente oportunidad.

8. Jake Arrieta, Cachorros de Chicago

Nadie en Grandes Ligas tendrá más dinero en juego en el 2017 que Arrieta, que será elegible para la agencia libre el próximo otoño y podría ser el destino Nº 1 en el mercado si tiene otra temporada fuerte, a la edad de 31.

Debido a su complicada forma de lanzar y el movimiento violento al lanzar, Arrieta nunca va a ser un artista como Greg Maddux, que rasguña constantemente los bordes de la zona, pero, como Scherzer, tiene esa capacidad cualquier día: el reloj del juego sin hit con él comienza en la primera entrada.

Durante la segunda mitad de la temporada pasada, su actuación fue constantemente comparada con su trabajo sin precedentes en la segunda mitad del año 2015. Pero al final, Arrieta era todavía dominante, aceptando sólo 138 Hits en 197 entradas un tercio con una efectividad de 3.10.

9. Jon Lester, Cachorros de Chicago

Ahora ha lanzado para tres equipos campeones, con dos franquicias históricas, y viene de una temporada regular con la mejor actuación en su carrera: Lester acabó en segundo lugar por el Cy Young de la Nacional atrás de Max Scherzer. Lester, que cumplirá 33 el 7 de enero, está empezando a construir un caso creíble para el Salón de la Fama; Aunque todavía tiene un largo camino por recorrer, es en el ámbito de posibilidad.

Lester superó las 2.000 entradas de temporada regular en su carrera, y tiene una ajustado ERA de +124, a un mismo nivel estadístico como Jim Palmer (125), Lefty Gómez (125) y Tom Seaver (127). Él lanzó la mayor parte de su carrera en el Este de la Liga Americana y tiene un 3.44 de efectividad. Pero la fuerza del currículum rumbo al Salón de la Fama de Lester será probablemente su trabajo en la postemporada: 22 aperturas, 133 entradas y dos tercios y 2.63 de efectividad. En seis partidos de Serie Mundial, tiene 4-1 con una ERA de 1.77.

Sus victorias no tienen el caché usual, pero pueden servir como un barómetro de hasta qué punto puede llegar Lester a lo largo de su carrera, y con 146 victorias, el zurdo probablemente necesita al menos tres años más para mejorar y convertirse en un serio candidato. Pero, parece capaz de hacerlo debido a su desarrollo constante como lanzador. David Ross, que sirvió como receptor de Lester en Boston y Cachorros, cree que se ha convertido en un lanzador más completo.

''Cuando estaba en Boston, tuvo que dominar adentro a bateadores derechos'', recordó Ross. ''Tuvo problemas para lanzarle a bateadores zurdos. Ahora puede hacerlo bien y lanzar un buen cambio al lado del plato, y lanza en el cuadrante, demasiado. Puede ir para arriba, o hacia abajo y adentro''.

10. Johnny Cueto, Gigantes de San Francisco

Algunos equipos eludieron a Cueto cuando llegó a la agencia libre en el otoño de 2015 debido a preocupaciones sobre su codo, pero su primer año con los Gigantes fue excepcional: lanzó 219 entradas y dos tercios con sólo 45 bases. ¿Constante? Qué tal esto: su efectividad en partidos en casa fue de 2.79 y en el camino fue 2.78. Sólo a tres lanzadores les fue mejor en WAR en 2016.

MENCIÓN DE HONOR

Rick Porcello, Medias Rojas de Boston -- Al venir de su temporada ganadora del Cy Young, evaluadores se preguntan si puede repetir su éxito.

David Price, Medias Rojas de Boston -- Su primera temporada en Boston fue en general mejor de lo que se percibió, pero tuvo sus problemas, y como él mismo ha mencionado, sabe que tiene que irles mejor en los juegos de postemporada.

Stephen Strasburg, Nacionales de Washington -- Siempre dominante cuando lanza, pero ha tenido problemas de lesiones.

Aarón Sánchez, Azulejos de Toronto -- Domina la materia y seguramente estará en esta lista próxima temporada.

Chris Archer, Rays de Tampa Bay -- Batalló la temporada pasada, pero algunos evaluadores creen que su 2016 fue una aberración.

Kyle Hendricks, Cachorros de Chicago -- Su velocidad de la recta fue de 87.8 mph, el lugar 69 de 73 lanzadores calificados, pero demostró en el año 2016 que tiene uno de los mejores cambios de las mayores y una inusual sensación para lanzar.

Carlos Martínez, Cardenales de San Luis -- Dio otro paso adelante en 2016, un ascenso natural en el papel de ser un as en San Luis.

Masahiro Tanaka, Yankees de Nueva York -- Como Arrieta, él podría cobrar después de esta temporada: Tanaka puede irse a la agencia libre en el otoño si decide salir del trato con los Yankees.

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Cuando Manny Machado prosperó en sus primeros días en las Grandes Ligas, aparentaba ser el heredero de los Orioles de Baltimore tras el legado dejado por Cal Ripken Jr., el jugador multidimensional de una franquicia que podría construir a su alrededor e, incluso en el peor de los momentos, alguien tan bueno que podría ser negociado como esperanza de los aficionados.

Pero la ventana de oportunidad para que los Orioles otorguen a Machado un contrato a largo plazo probablemente ha pasado, y Machado esta tan sólo a dos inviernos de alcanzar la agencia libre y convertirse en un caso raro de una estrella de 26 años que llega al mercado abierto.

A menos que Machado sufra una lesión que altere su carrera en las dos próximas temporadas, estará en línea a obtener un valor de cientos de millones de dólares en el invierno de 2018-19, con los Filis de Filadelfia, Yankees de Nueva York o Dodgers de Los Ángeles o algún otro equipo del mercado grande. Mike Trout es ampliamente considerado como el mejor jugador de béisbol, pero Machado es la siguiente mejor conversación, y él está consiguiendo ser mucho mejor.

La temporada pasada, Machado estableció marcas personales en promedio de bateo (.294) y porcentaje de slugging (.533), y desde que irrumpió en las Grandes Ligas, Machado ocupa el quinto lugar en carreras salvadas a la defensiva a pesar de faltar un tiempo considerable por lesiones de rodilla. Él y Nolan Arenado son considerados los mejores defensores de tercera base en el deporte, y Machado también podría cambiar a su posición natural en el campocorto, si es una necesidad para los Orioles.

El sitio web MLBTradeRumors.com proyecta que Machado puede ganar $11.2 millones en el arbitraje en 2017, que colocaría sus ganancias hasta la fecha en algún lugar en el rango de $20 millones, incluyendo su bono en el draft amateur. Esto significa que en esta etapa de su carrera, Machado tiene el apalancamiento financiero para permitirse esperar la agencia libre. Las conversaciones entre el jugador y los Orioles a comienzos de su carrera no alcanzaron la meta, y ahora prácticamente no hay oportunidad de hacerlo en terreno intermedio de un contrato, dado la riqueza que espera a Machado en el horizonte.

La posibilidad de cambiar a Machado es un tema que no ha sido explorado en profundidad dentro de la organización de los Orioles, según las fuentes, pero esto es algo que debe ser discutido, examinado o estudiado. Los Orioles deben estar preparados para sopesar todas las opciones, a partir de junio y julio si se esfuerzan por luchar en la División Este de la Liga Americana. Baltimore jugó sobre las expectativas de la temporada pasada y llegó a los playoffs, pero si O's comienza a la deriva detrás de los líderes de la división, deben dibujar en el ejemplo reciente de los Medias Blancas de Chicago y estar listos para capitalizar en el valor de cambio de sus jugadores veteranos.

El sistema de sucursales de ligas menores de Baltimore se alinea generalmente entre el tercio inferior de los 30 equipos, debido en parte a decisiones tomadas para ganar. Para poder firmar a Nelson Cruz, Ubaldo Jiménez y Yovani Gallardo, los Orioles entregaron a los mejores prospectos. Su roster de Grandes Ligas no tiene mucha profundidad, tampoco.

Pero qué jugadores tienen los Orioles de alta calidad y cercanos a terminar contrato --Machado, uno de los mejores en el deporte, y Zach Britton, que es sin duda el mejor cerrador del béisbol, tras tener la mejor temporada para cualquier relevista en la historia. Está previsto que Machado y Britton lleguen a la agencia libre tras la temporada de 2018, y los recientes fichajes de Kenley Jansen (Dodgers) y Aroldis Chapman (Yankees) demuestran que el valor de mercado relevos de alta calidad nunca ha sido mayor de lo que es ahora.

Si los Orioles dan pelea en el primer trimestre de 2017, deben moverse rápidamente para reconstruir el sistema de ligas menores de la organización. Si O's cae demasiado atrás, debe mirar un cambio con Machado, para traer un gran paquete de prospectos.

Los Orioles deben cambiar a Britton, con valor máximo si están a la mitad de la pelea del banderín. Incluso deberían considerar mover a Adam Jones, el jardinero que ha tenido seis temporadas consecutivas de 25 o más jonrones. Jones tiene 31 años de edad y está bajo contrato para 2016 y 2017 por un total de $33.7 millones. J.J. Hardy podría ser agente libre después de la próxima temporada si los Orioles no toman su opción, y podría ser un guante estable para un aspirante.

A principios de este mes, los Medias Blancas se convirtieron en un gran modelo para cualquier equipo que trata de dar un giro. Si se tiene a jugadores altamente negociables, se puede entrar al terreno de merecer prospectos y encontrar una manera de salir del atolladero del intermedio de las 74 a 81 victorias que los equipos buscan para evitar caer abajo de la normativa actual. Si no se puede ganar ahora, debe posicionarse para ganar en el futuro, y esta es la opción a la que los Orioles se enfrentarán con Machado y Britton y otros más tarde o temprano.

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La temporada de los Medias Rojas de Boston terminó el 10 de octubre en el Fenway Park, y luego que David Ortiz le dijera adios a la fanaticada, parándose en el montículo con emoción en su rostro, volvió al camerino, y su carrera había concluído.

Uno por uno, sus compañeros fueron hasta su casillero para darle un abrazo final, una felicitación final, un adios. Ryan Hanigan, con 10 años de experiencia en Grandes Ligas, dejó en claro el punto al pedirle que le firmara un bate. Sus compañeros de Boston habían compartido su última temporada con él, disfrutando la experiencia hasta el día final.

De todos modos, ese era el plan, el que Ortiz reafirmó al someter formalmente sus papeles de retiro ante la Asociación de Jugadores. Escribió una columna en el Players Tribune hace tres semanas reiterando que sí, se estaba retirando del deporte.

Y aun así, algunas personas que han jugado con él se preguntan en privado si va a cambiar de parecer, intrigados por su mensaje en Instagram la semana pasada sobre un posible regreso luego que los Medias Rojas consiguieran en cambio a Chris Sale. Ortiz dijo de nuevo hace dos días que su carrera había terminado, pero sus amigos se preguntan si en realidad su decisión es final y firme - y algunos de ellos creen fuertemente que de todos modos Ortiz debería reconsiderar su retiro, mientras siga siendo uno de los mejores bateadores en el béisbol.

A menos que Ortiz cambie de parecer, él será el mejor jugador, y el más efectivo en retirarse desde que Sandy Koufax se retiró a los 30 años luego de la temporada de 1966 en la que jugó con artritis en su codo izquierdo.

Pero ¿es eso algo bueno, el ceder la oportunidad de la excelencia mientras sigas teniendo la habilidad para lograrla?

La temporada pasada, David Ortiz logró 87 extrabases y se ponchó 86 veces, y tuvo 5.1 Victorias Sobre Reemplazo (WAR, por sus siglas en inglés). Para poner ese número en perspectiva, he aquí los mejores totales de WAR para jugadores en el Salón de la Fama en la temporada final de sus respectivas carreras, recopilados por Sarah Langs de ESPN Datos:

Por supuesto, Clemente no se retiró, ya que falleció trágicamente en un accidente de aviación luego de la temporada 1972. Los Dodgers cambiaron a Jackie Robinson a los Gigantes luego de la temporada de 1956, y Robinson optó por retirarse, antes de jugar para sus odiados rivales. Ningún otro jugador del Salón de la Fama en su última temporada se acercó a lo que Ortiz logró en la pasada temporada.

Así que quizás este no sea el momento correcto para que él se aleje del deporte. Solo Ortiz lo sabe con seguridad.

El dolor en los pies de Ortiz lo persiguió durante toda la temporada, y como muchos otros jugadores viejos, ya no puede aguantar el ritmo de los viajes y el desgaste de una larga campaña de béisbol. Durante la temporada, es posible que yo le haya preguntado media docena de veces si cambiaría de opinión, y en su respuesta siempre mencionaba el dolor. Prefería hablar sobre su deseo de alejarse de la carretera.

Pero Ortiz también hablaba sobre su conocimiento acumulado y sobre cómo ahora sabe tanto sobre bateo, y sus amigos añaden esto: él sigue amando el momento en el que se para en la caja de bateo en un momento importante, con el juego en la línea, con los fanáticos gritándole a favor, o en contra.

Si Ortiz decide volver a los Medias Rojas para la temporada 2017, esperemos que no le preocupe la ola inicial de críticas que enfrentaría por cambiar su decisión. Sí, inmediatamente sería comparado con Brett Favre, quien estableció el estándar para los regresos luego de un alegado retiro, y seguro, Ortiz sería criticado por cambiar de opinión luego de haber pasado por tantas ceremonias de retiro y ovaciones de pie, incluyendo un fin de semana entero de despedidas en el Fenway Park al final de la temporada regular.

¿Saben qué? A quién le importa.

Ortiz fue sincero en su intención de retirarse, y es su prerrogativa el cambiar de opinión sobre su trabajo, al igual que cualquier otra persona en este país.

A los fanáticos de los Medias Rojas les encantaría, y quizás aún más importante, los Medias Rojas lo recibirían con los brazos abiertos. Ha habido grandes jugadores cuya actuación al final de sus carreras bajó tan dramáticamente, al grado de que en privado, sus empleados estaban contentos de que se retiraran, para relevarlos de la responsabilidad de mantenerlos en la alineación.

Pero ese no es el caso con Ortiz, quien fue increíblemente importante para una alineación de Boston que anotó 101 carreras más que cualquier otro equipo la pasada temporada. Mookie Betts terminó segundo en la votación del JMV en la LA, como el mejor jugador de Boston, pero Ortiz fue el mejor bateador en la alineación de los Medias Rojas. Tuvo un wRC+ de 163, estadística que mide las carreras creadas, y el único jugador en Grandes Ligas que tuvo un número mejor que ese en 2016 fue Mike Trout.

A los compañeros de Ortiz les encantaría tenerlo de vuelta para mejorar su ofensiva y capturar su conocimiento. Si Ortiz vuelve en 2017, no estaría bloqueando a nadie: el prospecto de los Medias Rojas Sam Travis está laborando en su regreso de una lesión, y realmente no sería una opción hasta mediados de temporada, y Boston firmó al veterano Mitch Moreland con un contrato de un año para ayudar a absorber algunos de los turnos al bate dejados por el Big Papi.

Ortiz es bien querido en el deporte por su cálida personalidad, lo que le ayudaría a disipar rápidamente el asunto de los regalos y las ceremonias de retiro. Él sería el primero en criticarse a sí mismo por su cambio de mentalidad. Le agradecería a todo el mundo por la forma en que fue tratado el año pasado, y ofrecería hacer donaciones con parte de su salario de 2017 a los equipos que le dieron a su fundación. Podría hacer un punto de honrar a los fanáticos con otros equipos, de la forma que Mariano Rivera lo hizo el año pasado.

Y, en el Fenway Park, su retroceso sería olvidado la primera vez que se pare en el plato. Lo ovacionarían y le gritarían de la misma forma que lo hicieron en el pasado verano.

Solo hay un puñado de días en la vida de los pocos escogidos que han jugado en las Grandes Ligas para ganarse la vida. Cal Ripken ya no lo puede hacer más, ni Al Kaline, o Derek Jeter, o Pedro Martínez. Todos ellos aman el béisbol de la misma forma que Ortiz ama el béisbol, pero el juego ya no está accesible a ellos.

Pero a David Ortiz todavía le quedan días en su carrera. Podría mantenerse firme en su decisión tomada y anunciada hace un año de irse del juego, y eso estaría bien. Pero si cambia de parecer, también sería una gran decisión. Podría canalizar su Michael Jordan interno y colocar tres palabras en Instagram: Estoy de vuelta.

Podría ignorar la respuesta negativa de un puñado de columnistas y fanáticos, y sería abrazado nuevamente, volviendo a hacer lo que él hace mejor que nadie.

Una nota más de Lang: Ortiz lideró las mayores en dobles (48), la Liga Americana en RBI (127) y las mayores en slugging (.620) y OPS (1.021). El único de los miembros del Salón de la Fama en la lista mostada arriba en liderar alguna categoría importante fue Hank Greenberg, quien lideró la Liga Nacional con 104 boletos.

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A medida que nos adentramos en diciembre en la semana que entra, he aquí algunos números de la temporada 2016, para recordar el juego del verano:

51.4: Ése fue el porcentaje de extrabases de David Ortiz, fueron 87 de los 169 indiscutibles conectados. Pegó 48 dobles, un triple y 38 jonrones.

A Ortiz probablemente se le preguntó una docena de veces a lo largo de la campaña si reconsideraría su decisión de retirarse, y con seguridad y confianza, dijo "no" consistentemente y habló del dolor que sentía en sus pies y piernas. En una conversación a mediados de la temporada, mencionó que su tipo de extrabase favorito (después del jonrón) era el doble por regla, porque así podría facilitársele el camino a la segunda base.

Las últimas ceremonias de despedida de Ortiz fueron emocionantes, y en los momentos después de que los Medias Rojas fueron eliminados, entre lágrimas, hizo un gesto de despedida a los aficionados de Boston.

Pero algo que Ortiz dijo cerca de la jaula de bateo un día en Fenway Park se quedó conmigo. Le pregunté si se enfrentaría a cualquier tipo de procedimientos médicos en sus tendones de Aquiles y pies una vez que terminara su carrera, para reducir el dolor que siente. Dijo que no, agregando que el malestar desaparece tan pronto como deja de jugar al béisbol y descansa sus pies.

Con eso dicho: Tendría sentido para él continuar cuando él está rindiendo a un nivel tan alto como bateador. Sí, tendría que soportar las comparaciones inevitables con Brett Favre, que se retiró y regresó, aparentemente una y otra vez.

Habrá un día en que Ortiz no tendrá la capacidad de batear más, y eso durará el resto de su vida, pero aún no ha llegado a ese punto. Él tiene tanto conocimiento sobre lanzadores, y todavía tiene la habilidad para hacer daño. Ortiz tiene la opción de seguir jugando hasta que pierda esas habilidades y luego, ya sin esas habilidades, tendría un montón de tiempo para la jubilación. Su tasa de swing y fallos en 2016 fue la tercera más baja de su carrera, y generó casi un número idéntico de boletos y ponches. Big Papi tuvo más extrabases (87) que ponches (86) por primera vez en su carrera.

Tal vez valdría la pena para Ortiz repensar sus planes. Se puede apostar a que los Medias Rojas, que enfrentan un enorme agujero en el medio de su alineación, lo traerían de vuelta.

Ortiz reiteró recientemente que sí, que se está retirando. Pero siempre es su prerrogativa cambiar de opinión.

0: Ese es el total de conexiones para doble play que Chase Utley bateó en 2016, en más de 565 apariciones al plato. Generalmente genera muchos elevados, pero ese número parece casi imposible.

Mark Simon de ESPN Estadísticas e Información envió esto: "MLB sigue el récord como un registro de veces al bate, no de comparecencias al plato. El récord de veces al bate" -de más veces al bate sin conectar para doble play- "es de 646 de Augie Galan de los Cachorros de 1935. Él también sería el campeón en comparecencias al plato con 748.

"Los 512 turnos de Utley sin batear para doble play ocupan el cuarto lugar, detrás de Galan, Craig Biggio (619 en 1997) y Dick McAuliffe (570 en 1968)".

Pero la hazaña de Utley de ir toda la temporada sin conectar para doble play está enraizada en parte en lo duro que juega. Los Dodgers tienen cierto interés en traer de vuelta a Utley, pero prefieren ver si hay otros jugadores disponibles en el mercado, tal vez un negocio por Ian Kinsler de los Tigres o Brian Dozier de los Mellizos. Utley cumple 38 años en pocas semanas, y registró un porcentaje de embasamiento inferior a .300 en junio, agosto y septiembre. Él fue parte del problema de los Dodgers contra lanzares zurdos, promediando apenas .154 contra ellos.

Pero si L.A. apuesta por otro jugador, los dirigentes de los Dodgers lo harán con plena apreciación de lo duro que jugó Utley y lo útil que fue en el clubhouse en 2016.

5: Ese fue el número de jonrones que Mike Trout golpeó contra curvas en 2016. Él se fue en cero en 2015, y sólo seis en toda su carrera. Pero este es sólo otro ejemplo de la notable habilidad de Trout para hacer ajustes. Hace un par de años, los lanzadores opuestos comenzaron a atacarlo en la parte superior de la zona de strike, especialmente con dos strikes, pero Trout abordó eso, y ahora ha respondido a la curva.

En 2015, Trout bateó .133 contra curvas; En 2016, bateó .364, aparentemente identificándolas y atacándolas con más éxito. En 2015, Trout vio 115 curvas e hizo swing a 30, y en 2016, vio 113 curvas haciendo swing a 54.

1: Ese es el ranking de Robinson Canó MLB entre todos los jugadores de MLB en jugadas hechas fuera de su zona defensiva, enumerados bajo el acrónimo OOZ. Mookie Betts fue segundo, Carlos Correa y Francisco Lindor tercero y cuarto, respectivamente.

30.2: Es el promedio de segundos entre lanzamientos del relevista de los Dodgers Pedro Báez, el tiempo más lento de cualquier abridor o relevista en las Grandes Ligas.

78.3: Ese es el porcentaje de contacto en los lanzamientos en la zona contra Max Scherzer, el más bajo para cualquier titular de la liga mayor en 2016. ¿El más bajo para cualquier relevista? Aroldis Chapman, con un 71,7 por ciento.

8: El número de sliders que Anthony Rizzo bateó para jonrones en 2016. Iniciando el año, había alcanzado un total de nueve jonrones en su carrera contra sliders. Al igual que con Trout, habla de los ajustes realizados por el bateador zurdo, que parece ver el bateo como un trabajo constante en progreso -moviéndose hacia atrás en la caja para luchar contra las bolas rápidas, retrocediendo contra ciertos lanzadores, y ahora, aparentemente encontrando una manera de lidiar con las sliders que ve, especialmente de los lanzadores zurdos. Mark Simon envió esto:

Rizzo vs. Sliders, promedio de bateo

2013: .184
2014: .295
2015: .175
2016: .311

.335: Fue el promedio de bateo del MVP de la Liga Nacional Kris Bryant ante las rectas la temporada pasada. Y si incluyes las sinkers y los cutters, su promedio fue .340.

¡Ay de cualquier lanzador que cayerá detrás de Bryant en el conteo de bolas, dado su dominio de las bolas rápidas. Su promedio de bateo ante conteos específicos fue en 2016 asó:

1-0: .521, con un OPS de 1.646 (dos dobles, tres triples, siete cuadrangulares en 48 turnos al bate)
2-0: .353
2-1: .353, con cuatro cuadrangulares en 34 turnos al bate
3-1: .381, con cuatro cuadrangulares en 21 turnos al bate

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BOSTON -- Enrique "Leo" Ortiz se enteró del plan de su hijo de retirarse luego de esta temporada de la misma forma en que el resto de nosotros nos enteramos: Viendo un video colocado en el portal The Players' Tribune el pasado 18 de noviembre.

Y aunque el orgulloso padre del Big Papi apoyó dicha decisión, no era la manera que él habría escogido para dar a conocer la noticia.

"Yo le habría dicho que no anunciara su retiro, porque pueden ocurrir tantas cosas en una temporada, o al final uno puede cambiar de opinión", dijo el patriarca de los Ortiz el sábado. "Si yo hubiese estado ahí, le habría dicho que se mantuviera neutral, para mantener abiertas sus opciones".

Pero de nuevo, no había duda de que la mente de David Ortiz su decisión ya estaba tomada. A pesar que ha logrado vencer a los lanzadores contrarios en una de las temporadas de despedida más grandes de la historia, aquellos cercanos al icónico toletero de los Medias Rojas de Boston sabían que él tenía la intención de retirarse, independientemente de cuántos dobles y cuadrangulares ha lograd a los 40 años.

Para él ya es demasiado difícil acondicionar sus adoloridos pies y talones para aguantar el empuje de una temporada de seis meses. Leo Ortiz puede recordar el 2013 cuando él visitó a su hijo procedente de la República Dominicana y asistió a varios partidos en el Fenway Park.

"Recuerdo haber llegado al terreno, y verlo con lo que parecían dos yesos en sus pies", recordó. "Yo le dije, '¿Qué le pasa a mi muchacho? ¿Tuviste un accidente o algo?' Lo que él me dijo fue, 'Así es como tu hijo se gana s dinero, haciendo estas cosas antes de los partidos'. No es sorpresa para mí [que se esté retirando]."

Leo Ortiz volvió al Fenway Park el sábado para unirse a la celebración de todo el fin de semana de la carrera de David y reflexionó sobre los años de formación que pasó en la organización de los Mellizos de Minnesota. Cuando David estaba en problemas, Leo intentaba darle algún consejo y su hijo siempre le decía, "Papá, lo entiendo. Estoy listo. Estoy listo para jugar en Grandes Ligas".

De los 541 cuadrangulares de Ortiz en su carrera, su padre recuerda uno más que el resto. Fue uno de tres carreras, como emergente en la novena entrada, ante el poco conocido lanzador zurdo de los Medias Rojas Tim Young en el Metrodome en Minneapolis.

"Yo estaba en ese partido, y él me dijo antes del juego que me iba a dedicar un cuadrangular a mí", recordó Leo Ortiz. "En ese momento él jugaba para un coach [el manager de los Mellizos Tom Kelly] al que no le caía bien y que no lo puso a jugar mucho. Yo le dije, 'Si te ponen a jugar, y lo logras, yo sé que no te ponen a jugar mucho, pero sí lo haces, que así sea'. Así que durante el juego te puedo decir que él estaba ansioso porque tenía un bate en su mano, y se la pasaba caminando frente al coach casi diciéndole, 'Mírame'. Entonces veo que el coach lo señaló, y yo pienso que va a batear.

"Así que cuando conectó el cuadrangular, y estaba recorriendo las bases, yo estaba sentado en los asientos, y él me señaló para decirme, 'Oye, lo hice por tí'. Recibió muchas críticas en Minnesota por eso, pero le dije, 'No te preocupes. Tú vas a conectar muchísimos más cuadrangulares'".

De hecho, tantos que solo 16 jugadores en la historia del béisbol tienen más que él.

Mientras hablaba, Leo Ortiz llevaba puesta su sortija del campeonato de Serie Mundial de 2007. Al serle preguntado cuánto tiempo pensaba estar en la ciudad, indicó que su boleto de regreso no tiene fecha definida ya que los Medias Rojas jugarán en la postemporada en la temporada final del Big Papi.

"Yo voy a estar aquí hasta la Serie Mundial", dijo Leo Ortiz, "porque esa la vamos a ganar también".

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David Ortiz comienza el martes su última estadía en el Bronx, un lugar, que por muchas razones, ocupa un lugar muy especial en la carrera del toletero dominicano de los Medias Rojas de Boston. El jueves, en su último partido en Yankee Stadium, Ortiz será honrado por sus enconados rivales.

Los Yankees de Nueva York anunciaron desde enero que tendrían una ceremonia de reconocimiento para Ortiz, quien anunció su retiro en noviembre pasado, pero no fue hasta hace dos semanas que revelaron que la misma tendría lugar el jueves, antes del último juego de la serie. En cierta forma, los rayados estarán devolviendo el favor a los Medias Rojas, que homenajearon a Mariano Rivera y Derek Jeter en Fenway Park en sus despedidas, en los últimos dos años.

Los Yankees son el gran enemigo de los Medias Rojas y uno de los clubes más castigados por Ortiz, quien dejará las Grandes Ligas al final de esta temporada como el bateador designado más productivo de la historia. Por otro lado, Nueva York es el hogar de la mayor comunidad dominicana en el extranjero.

"Siempre es un placer jugar en New York, que para mí y todos mis compatriotas es un lugar muy especial. Tengo gran respeto por la organización de los Yankees", dijo Ortiz a ESPN Digital en la víspera de la última serie del año entre las grandes bestias de la División Este de la Liga Americana.

"Nueva York no es una ciudad cualquiera para los dominicanos. Tenemos como tres millones de compatriotas en esta ciudad", dijo Ortiz. Sobre los reconocimientos que ha recibido este año, incluyendo el que tienen preparado los Yankees, agregó: "Eso no es normal. Las cosas pasan, pero no de la noche a la mañana. Uno se lo gana".

Ortiz, un 10 veces Todos Estrellas y uno de cuatro paloteros que han pegado 600 dobles y 500 jonrones en las ligas mayores, batea .307 con 53 jonrones, 75 dobles y 171 carreras impulsadas en 1,043 turnos contra los Yankees. Eso incluye .308 con 52 jonrones y 162 impulsadas en 222 partidos desde que se unió a los Medias Rojas en el 2003. Ted Williams (62) es el único jugador de Boston con más cuadrangulares de por vida contra Nueva York.

Algunos de los principales "highlights" de la carrera de "Big Papi", quien tiene 31 jonrones, 31 dobles y 67 impulsadas en el Bronx (16 H4, 19 H2 y 35 impulsadas en el viejo Yankee Stadium y 15 H4, 12 H2 y 32 impulsadas en el nuevo Yankee Stadium), ocurrieron contra los Yankees, comenzando en el inolvidable otoño del 2004, cuando Boston logró el primer regreso de un 0-3 en una serie de playoffs de siete juegos para ganar ocho choques consecutivos y su primer campeonato en 86 años.

En la final de liga de esa temporada, la segunda de Ortiz con Boston, los Yankees ganaron los primeros tres partidos y estaban al frente 4-3 en la novena entrada del juego 4, a tres outs de avanzar a la Serie Mundial, a expensas de su odiado rival, que no ganaba desde 1918.

Pero los Medias Rojas empataron 4-4 en su última oportunidad en Fenway Park y en el inning 12, Manny Ramírez bateó sencillo contra el relevista Paul Quantrill y Ortiz siguió a su compatriota con un cuadrangular de dos carreras que mantuvo con vida a Boston en la serie.

En el quinto juego, Yankees y Medias Rojas estuvieron empatados 4-4 hasta la entrada 14, cuando Ortiz pegó un sencillo contra el mexicano Esteban Loaiza para dejar a los Mulos tirados en el campo por segundo día consecutivo.

De regreso a Nueva York, Boston también ganó el juego 6 y en el séptimo y decisivo, "Big Papi" despachó un cuadrangular de dos carreras en la primera entrada para marcar el tono de una paliza 10-3 que mandó a los Medias Rojas a la Serie Mundial. Ortiz fue el Jugador Más Valioso (MVP) de la final del joven circuito y siguió encendido en la Serie Mundial, donde Ramírez fue el MVP, ayudando a Boston a barrer a los Cardenales de San Luis para conseguir el anhelado título que esperó por cerca de un siglo.

"Mi carrera ha estado llena de momentos emocionantes, pero lo que pasó en el 2004 en la Serie de Campeonato es lo máximo. Eso rompió el hielo", dijo Ortiz, quien también ganó la Serie Mundial en 2007 y 2013 y fue el Jugador Más Valioso del último clásico de otoño de los Medias Rojas.

Durante la serie en Nueva York, es muy probable que Boston asegure el banderín de la División Este, ya sea con un triunfo ante los Yankees o una derrota de los Azulejos de Toronto Blue Jays ante los Orioles de Baltimore Orioles. Será el tercer banderín y la octava aparición en playoffs para los Medias Rojas en la era Ortiz.

A los 40 años de edad y en su última temporada como pelotero activo, Ortiz ha conseguido un desempeño con ribetes históricos y es uno de los buenos candidatos que tiene la amplia lista de candidatos al premio Jugador Más Valioso de la Liga Americana. Un galardón que nunca ha sido otorgado a un jugador que se desempeñe mayormente como bateador designado durante la temporada.

"No todos tenemos la oportunidad de tener una buena temporada en el año de retiro. La gente me ha hablado mucho de eso y aunque no había reparado mucho, creo que la temporada va de acuerdo a tu preparación y el respaldo. Tenemos muchos jugadores que están poniendo números escandalosos y eso me quita presión", dijo Ortiz, quien encabeza la Liga Americana en dobles (48), slugging (.632) y OPS (1,039); es segundo en bateo (.321), OBP (.406) y carreras impulsadas (124), y octavo en jonrones (37).

En una carrera de muchos candidatos, Ortiz tiene de favorito a su compañero de equipo Mookie Betts.

"¿Ahora mismo? El jardinero derecho de nosotros está fuera de liga. A Ese muchachito le saco su comida aparte. Mookie está teniendo una temporada increíble", dijo Ortiz.

"Hanley [Ramírez] está teniendo una temporada de ensueño, si vamos a Baltimore, mi hermanito [Manny] Machado está teniendo una temporada única, en Toronto Edwin [Encarnación] está teniendo gran temporada, entre otros", dijo. "Hay muchos jugadores ahora mismo que tu diría ´wao´, va estar reñida esa pelea. Pero vuelvo y repito, el jardinero derecho de nosotros no ha parado desde el primer día hasta hoy", agregó.

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NUEVA YORK -- Yankees de Nueva York aprovechará el último partido de la temporada contra su odiado rival Medias Rojas de Boston para homenajear al toletero dominicano David Ortiz, uno de sus mayores verdugos de todos los tiempos.

Para completar el surrealismo del acto, se espera una noche gris y fría en el Bronx, cuando los recién coronados campeones de la División Este de la Liga Americana salten al campo contra los Yankees locales. El zurdo Henry Owens abrirá por Boston y CC Sabathia por los locales.

"David Ortiz se merece todos los homenajes que le hagan. Ha sido un extraordinario bateador y un gran dominicano en Grandes Ligas", dijo el sensacional novato dominicano de Nueva York, Gary Sánchez. "Esta es la noche de Big Papi, aunque queremos ganar el juego", agregó.

Se espera que participe en la ceremonia el gran relevista panameño Mariano Rivera, una de las figuras más brillantes en la historia reciente de los Yankees y un gran amigo de Ortiz. Boston homenajeó a Rivera y al torpedero Derek Jeter en Fenway Park durante sus tours de retiro.

Ortiz, quien se marchará de las ligas mayores al final de esta temporada, ha pegado 53 jonrones de serie regular contra los Yankees, 52 desde que se unió a los Medias Rojas en el 2003. Los Yankees han preparado una ceremonia antes del choque del jueves para honrar a un hombre, que entre otras cosas, fue el artífice del regreso histórico de Boston en la Serie de Campeonato de la Liga Americana del 2004.

"Creo que todo el mundo del béisbol, incluyendo los Yankees, me han entregado más amor del que podría esperar un jugador. Me siento sumamente honrado", dijo Ortiz, quien compite por el premio de Jugador Más Valioso en su vigésima y última temporada en Grandes Ligas.

Ortiz batea .316 con 48 dobles, 37 jonrones y 124 carreras impulsadas para ayudar a que Boston avanzara a postemporada por séptima vez y atrapara su tercer título divisional desde el 2003. Boston, que no había ganado un título de Serie Mundial desde 1918, tiene tres en la era Ortiz. Nueva York, el equipo más ganador de la historia, solamente ha ganado una vez en esos 14 años.

"Es increíble, uno se pregunta porque se retira", dijo Joe Girardi, el manager de Nueva York. "Me gustaría pensar que se arrepentirá, pero voy a aconsejarle que se vaya", agregó Girardi medio en serio, medio en broma.

"Todos vamos a extrañar a Big Papi, pero creo que nosotros estaremos felices de no tener que enfrentarlo más", dijo el relevista dominicano de los Yankees, Dellin Betances.

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NEW YORK - Una cosa es conectar 632 dobles y 540 cuadrangulares, para ser el mejor en tu posición (sí, el designado es una posición en la Liga Americana), para ganar tres Series Mundiales y ser la cara de la franquicia. Pero otra cosa es hacerlo bajo la rivalidad más encarnizada en los deportes.

Y David Ortiz lo sabe.

Ortiz todavía seguiría siendo considerado entre los bateadores más temidos de su generación si hubiese jugado las últimas 14 temporadas en Cleveland o Milwaukee, Atlanta o Arizona - ciudades donde el equipo local de béisbol no es medido constantemente ante un ardiente rival que juega a 200 millas de distancia. Pero para convertirse en el Big Papi, él tuvo que levantarse hasta el nivel de héroe en Boston y villano en Nueva York, ícono para los Medias Rojas y enemigo público No. 1 para los Yankees.

Ortiz hizo eso como uno de los jugadores más reconocidos de esta rivalidad. La misma comenzó con Babe Ruth, avanzó con Ted Williams y Joe DiMaggio, y fue impulsada por Bucky Dent y Aaron Boone, Pedro Martínez y Roger Clemens y el guante de Jason Varitek en la cara de Alex Rodríguez. Pero Ortiz atormentó a los Yankees como pocos mientras se convirtió en un ganador constante con una organización de los Medias Rojas que se había acostumbrado solo a perder.

"Esto es algo especial", dijo Ortiz, reflexionando sobre su lugar en el juego de moralidad Medias Rojas-Yankees. "Eres un héroe o un villano. En esta rivalidad, uno tiene que ser un poco de ambos. Uno hace algunas cosas buenas para alguna gente. Uno causa algo de daño para otras. No vas a lograr que todo el mundo te apoye. No vas a hacer que todo el mundo sea feliz".

Por ahora, con la cortina pautada para descender sobre su carrera ante los Yankees, hay demasiados momentos que Ortiz recuerda. Al pedírsele esta semana que escogiera su momento favorito en el Yankee Stadium, se echó a reir y dijo, "Hombre, no sé. Esa es una buena pregunta. He conectado muchos hits aquí".

De hecho, su hoja de trabajo es impresionante. Ortiz ha logrado 53 cuadrangulares en temporada regular ante los Yankees, 9.8 por ciento de su total general y empatado con Hank Greenberg con la cuarta mayor cantidad para un jugador ante los Yankees detrás de Jimmie Foxx (70), Williams (62) y su ex compañero Manny Ramírez (55). Solo Williams logró más cuadrangulares ante los Yankees en uniforme de los Medias Rojas.

Ortiz siempre encontró la forma de llegar hasta el predio corto del jardín derecho en el Yankee Stadium, el viejo y el nuevo. Jugó 56 partidos en el estadio viejo y bateó .316con 19 dobles, 16 cuadrangulares, 35 impulsadas y un OPS de 1.025 en 212 turnos. Al llegar al partido del miércoles en la noche, él había participado en 59 juegos en el estadio nuevo. Aunque solo batea .229 (¡gracias, formaciones especiales!), de todos modos ha logrado 12 dobles, 15 cuadrangulares, 32 impulsadas y OPS de .806 en 227 turnos.

"Definitivamente me gusta jugar aquí", dijo Ortiz. "Es posible que independientemente de los problemas, el Yankee Stadium sea mi lugar favorito para batear. Las dimensiones son perfectas para un bateador zurdo de poder. Todas las emociones, toda la adrenalina. El Yankee Stadium siempre va a ser parte de mi éxito. Es un lugar en el que siempre me encantó jugar".

Como se pueden imaginar, la relación de Ortiz con los fanáticos aquí siempre ha sido, bueno, complicada. Pero, ¿no siempre es de esa forma con los superheroes y los villanos?

En las calles de Nueva York, Ortiz insiste que "la gente es súper amable", una reacción que él atribuye a la gran población dominicana que vive en la ciudad. Él dice que siempre es tratado con respeto, incluso con reverencia. Pero cuando se para en el plato ante un lanzador de los Yankees, usualmente es abucheado, incluso con saña. Pero no como que quiera que sea de otra forma.

"El abucheo es como que, yo soy un fanático de los Yankees, y te voy a abuchear porque tú juegas para los Medias Rojas, juegas para los Dodgers, o juegas para cualquier otro. Así es como es", dijo Ortiz. "Eso no me afecta. Me motiva. En serio. Hay atletas, que cuando son abucheados, algunos de ellos se apagan. Otros, eso les saca lo mejor de ellos".

Los Yankees solo han recibido lo mejor de Ortiz desde el 2003, su primera temporada con los Medias Rojas, la que también coincidió con el pico de la rivalidad. Los Yankees y los Medias Rojas chocaron en la SCLA de 2003 y 2004 - ambas series se fueron a siete juegos, ambos equipos ganaron una de las series en forma épica. Si buscan cuál es el hit de Ortiz con mayor significado en el Yankee Stadium, es difícil superar su cuadrangular de dos carreras que estableció la pauta en el Juego 7 de la Serie de Campeonato de la Liga Americana en 2004 ante Kevin Brown.

"Desde nuestro punto de vista, él ha jugado el papel del villano - sin duda alguna - extremadamente bien desde que llegó aquí", dijo temprano en esta temporada el gerente de los Yankees Brian Cashman.

Sin embargo, desde 2004 esa rivalidad se ha enfriado, en parte porque los equipos han llegado a la misma postemporada en solo tres de los últimos 11 años. Pero Ortiz ha sido la constante, acumulando enormes cantidades de hits ante los Yankees, elevando su estatus al máximo héroe/villano.

El jueves, los Yankees reconocerán a Ortiz en una ceremonia pre juego, justo como los Medias Rojas hicieron con Mariano Rivera en 2013 y Derek Jeter en 2014. Se espera que Rivera, considerado por Ortiz como uno de los dos lanzadores más difíciles que ha enfrentado (Martínez es el otro), esté presente para participar en la ceremonia.

Como cualquier otro, Ortiz se pregunta cómo será recibido. Él bromeó en los entrenamientos primaverales de que los fanáticos de los Yankees podrían darle el regalo de una ovación de pie. Pero él está preparado para un recibimiento algo más brusco. Un portal de internet fue creado para pedirle a los fanáticos que asistan esta noche al Yankee Stadium que le muestren su trasero a Ortiz antes de su último turno en el estadio.

"¿Se lo imaginan? Yo tampoco", dijo Ortiz con una sonrisa. "Si ocurre, me tengo que asegurar que tengo a la mano mi celular para poder fotografiarlo".

Independientemente de lo que ocurra, se espera que la noche sea eléctrica, tal y como suele ocurrir en cada aparición de Ortiz en el Bronx.

"Uno entra a esta rivalidad y se puede ver cuán intenso es todo lo que ocurre en ella", dijo Ortiz. "Uno ve la intensidad en los jugadores, la intensidad en los reporteros en sus preguntas. Es una serie muy intensa cuando jugamos contra los Yankees. Y uno vuelve atrás en el tiempo y revisa la historia y se puede ver todo lo que lograron jugadores como el Sr. Ted Williams antes. Es algo que, uno sabe que está entrando a algo especial".

Para Ortiz, además representa la diferencia entre ser un toletero histórico y la leyenda del Big Papi.

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David Ortiz hará su viaje final para medirse a Tampa Bay este fin de semana (viernes a domingo) para sus juegos finales ante los Rays.

El bateador designado de los Medias Rojas de Boston ha logrado algunos de sus más grandes éxitos ante Tampa Bay. Los 46 jonrones de Ortiz, sus 163 impulsadas, 217 hits, 63 dobles y 151 boletos ante los Rays en uniforme de los Medias Rojas son la mayor cantidad para un jugador de Boston (lo que hace sentido, ya que sus 221 juegos con Boston ante Tampa Bay son la mayor cantidad de un jugador).

Los grandes momentos de Ortiz ante los Rays

Primer cuadrangular para empatar un juego al final del partido: 12 agosto 2001

Con los Mellizos abajo 3-2 en la novena entrada y sin outs, Ortiz conectó cuadrangular solitario ante Esteban Yan para igualar el marcador 3-3. Fue el primero de 10 jonrones para empatar un juego en la séptima entrada o más tarde para Ortiz.

Dos jonrones, incluyendo uno para dejar tendido al rival: 12 septiembre 2007

En la misma fecha y ante el mismo equipo contra quien conectó su cuadrangular 500 ocho años más tarde, Ortiz conectó cuadrangular de dos carreras ante Alberto Reyes para dejar tendido al rival y darle a los Medias Rojas la victoria 5-4 en un juego en el que llegaron a estar atrás 4-0. Fue el segundo cuadrangular de Ortiz en el partido. Su primero, ante Edwin Jackson, colocó a los Medias Rojas a una carrera, 4-3.

El Ramillete: 16 octubre 2008

En un juego que los Medias Rojas estaban atrás 7-0 al entrar a la séptima entrada, Ortiz conectó cuadrangular de tres carreras para colocar el pizarrón 7-4. Los Medias Rojas ganaron 8-7 con sencillo de J.D. Drew para dejar en el terreno. La victoria evitó la eliminación para los Medias Rojas en una serie de Campeonato de la Liga Americana que perdieron en siete juegos.

Único partido en postemporada con más de un cuadrangular, 5 octubre 2013

Ortiz conectó par de bambinazos ante su futuro compañero David Price, en la segunda y la octava entradas, en ruta a la victoria de los Medias Rojas en el Juego 2 de la Serie Divisional de la LA. Ellos ganaron la serie en cuatro juegos y siguieron su camino hasta la Serie Mundial. Ese ha sido el único partido de Ortiz en postemporada con más de un jonrón. Fue el 12º jugador de los Medias Rojas en lograr dicha hazaña.

Cuadrangular 500 de su carrera: 12 septiembre 2015

En septiembre pasado, Ortiz abrió la parte alta de la quinta entrada ante Matt Moore de los Rays y conectó un pitcheo en conteo de 2-2 para enviarlo por encima de las gradas para su cuadrangular 500. Ortiz había conectado el 499 en la primera entrada de ese mismo juego ante Moore.

Por los números

34: Él tiene 34 cuadrangulares en el Tropicana Field, su segunda mayor cantidad en un estadio en el que haya jugado solo como visitante (41 en el Rogers Centre de Toronto).

8: De sus 51 juegos en su carrera con más de un cuadrangular, ocho de ellos han sido ante los Rays, su mayor cantidad ante cualquier equipo. Esto no incluye su partido con dos cuadrangulares en postemporada ante ellos.

176: Ha remolcado 176 carreras de por vida ante los Rays, la mayor cantidad de cualquier jugador ante Tampa Bay y su tercera mayor cantidad ante un rival (Azulejos 189, Orioles 177).

52: Sus 52 jonrones ante los Rays son la cuarta mayor cantidad ante un rival. El único jugador con más cuadrangulares ante los Rays es Alex Rodríguez (56).

239: Sus 239 hits de por vida ante los Rays son la segunda mayor cantidad ante los Rays detrás de los 317 que les conectó Derek Jeter.

¿Recuerdan cuándo?

En 2006, la temporada en la que Ortiz conectó la mayor cantidad de jonrones en una temporada, con 54, (incluyendo ocho ante los entonces Devil Rays), el manager de los Rays Joe Maddon le dio a Ortiz una botella de la colonia favorita de Maddon en agosto, con un ruego de que Ortiz dejara de conectar bambinazos ante el equipo de Maddon.

Ortiz no le hizo caso, bateando su cuadrangular final de la temporada ante Jason Hammel el 26 de septiembre.

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Ya empezaron los sabermétricos a hacer campaña por Mike Trout para el premio de Jugador Más Valioso de la Liga Americana.

Y lo hacen con la misma insistencia con la que Hillary Clinton y Donald Trump buscan convencer a los electores para que voten por ellos el 8 de noviembre.

Son los mismos que en el 2012 absurdamente abogaban por premiar a Trout por encima de Miguel Cabrera, a pesar de la hazaña de la Triple Corona del venezolano.

Y para ello se basan principal y casi exclusivamente en el WAR (Victorias sobre Reemplazo, por sus siglas en inglés), esa estadística inexacta con que estos sesudos, que ven el béisbol como un videojuego, intentan descubrirle la quinta pata al gato.

Nadie pone en dudas la calidad del jardinero central de los Angelinos de Los Angeles, un pelotero completísimo que lo hace casi todo a la perfección en el terreno y que además es el chico bueno del béisbol, siempre correcto, siempre impecable.

Pero pongámonos serios. Sus números globales no se comparan con los del dominicano David Ortiz o los de Mookie Betts, ambos de los Medias Rojas de Boston, quienes deben ser los verdaderos candidatos al JMV.

En primer lugar, definamos qué es ser un Jugador Más Valioso. Si los Medias Rojas están hoy con un pie en la postemporada, se debe en gran medida al aporte de Ortiz y Betts, independientemente del trabajo del resto del equipo.

Entonces, ¿de qué ha valido el famoso WAR de Trout para los Angelinos?

Vamos a las estadísticas. Trout batea, hasta los juegos del martes, .318 de promedio, con 164 hits en 515 turnos, 27 jonrones, 31 dobles y cinco triples, 113 carreras anotadas y 92 impulsadas, 104 bases por bolas y 127 ponches, además de 26 bases robadas en 31 intentos.

Si comparamos esas cifras con las de Betts, vemos que el jugador de Boston lo supera en casi todas y en las que no, se le acerca mucho.

El jardinero de los Medias Rojas promedia .317, con 201 imparables en 635 veces, 31 bambinazos, 40 dobles y cinco triples, 115 anotadas y 108 remolcadas, 43 pasaportes y 80 abanicados, además de 24 estafas en 28 intentos.

O sea, que Betts batea un punto menos en promedio, pero ha bateado 37 hits más, ha anotado y empujado más carreras, tiene más dobletes y jonrones, la misma cifra de triples y dos robos menos.

Trout ha recibido 61 boletos más, pero también se ha ponchado en 47 oportunidades más que Betts.

A la defensiva, el de Boston ha cometido un solo error, con 13 asistencias desde los jardines y completado tres dobles matanzas.

El de los Angelinos tiene cuatro errores, siete asistencias y ha participado en un solo doble play.

Y me enfoco en Betts por encima del Big Papi para no entrar en el debate de que si un bateador designado debe o no merecer el galardón.

Y porque Trout y Betts son jugadores de características similares, a pesar de que el primero es físicamente más grande y fuerte, algo que también hablaría a favor del segundo, pues tratándose de un hombre de 5 pies 9 pulgadas de estatura y 180 libras de peso es capaz de poner mejores números que el primero, dotado con 6'2" de altura y 235 libras.

Volviendo al Papi, es cierto que su aporte al equipo es solamente ofensivo. Pero ¡qué aporte!

Tiene el mismo promedio de Trout (.318), 16 dobletes más (47 en total, líder del circuito), nueve bambinazos más (36) y 121 carreras impulsadas.

A pesar de ser un toletero natural, se ha ponchado apenas 75 veces. O lo que es igual, 52 menos que Trout.

A eso súmenle el liderazgo indiscutible que ostenta el dominicano en Boston, algo que no se mide en las estadísticas, ni tradicionales, ni sabermétricas, y que hace a un jugador capaz de cargar sobre sus hombros al equipo cuando más lo necesita.

Eso es ser verdaderamente valioso y no el WAR, ese dato inexacto cuyo resultado está en dependencia de quien lo calcule, sea Baseball Reference o Fangraphs, cuando dos más dos son cuatro desde los orígenes del mundo y los gatos son cuadrúpedos, por más que los sabermétricos intenten hallarle una quinta pata.

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