LOS ÁNGELES -- Ansioso de cancha. Y de vestuario. Y de competencia. Y de revancha. Y de Champions. Ese gnomo vertiginoso, despiadado, obsesivo en el terreno de juego, tomó con parsimonia de burócrata, con ecuanimidad tibetana, y con la rutina de una contestadora automática, su comparecencia de prensa con el ParIs Saint-Germain este miércoles.

Lionel Messi recibió oficialmente otra camiseta número 30. Como aquella con la que comenzó todo en el Barcelona. Esa con la que terminará todo en Europa, antes de seguramente emigrar en 2023 a la MLS.

La recibió de manos de Nasser Al-Khelaifi, su patrón, un tipo mediocre como tenista profesional, pero astuto como empresario, con una fortuna estimada en 16 mil millones de dólares. Malo con el passing shot de revés cruzado, pero letal en los malabares petroleros.

Rostro inalterable, exponiendo una que otra sonrisa, Messi confesó su hartazgo en el inevitable ceremonial mediático. “Estoy ansioso de que termine esto para ir con los muchachos (jugadores del PSG) a entrenar”, dijo.

Se subió a la barcaza frágil de la temeridad: “Quiero ganar otra vez la Champions”. Mantuvo la compostura y la lealtad, al dejar en claro que aquella pléyade blaugrana con Xavi e Iniesta “es irrepetible”, aún con Kylian Mbappé y Neymar.

Cierto, Mbappé aún no renueva. Esgrime que quiere un equipo con aires de conquista. Remolón, roñoso, este miércoles se llevó una advertencia de Al-Khelaifi. “Mbappé es parisino, muy competitivo, quería un equipo competitivo, creo que no hay nada más competitivo como equipo (en referencia al PSG), no tiene excusas”.

Incluso, la frase más prometedora de Lionel pareció un mensaje para el francés: “Mi sueño es ganar otra Champions y siento que he caído en el lugar ideal para lograrlo”.

Messi encaró preguntas de todo tipo, que él llevó a un lugar común y que en la cancha, por cierto, repudia. Sí, todos los cuestionamientos los llevó al banderín de tiro de esquina, y ahí, los sobó, los anestesió, los enfrió, se comió el reloj. Todo fue elogio, sin apóstrofe alguno.

¿Será que por primera vez Messi se convierte en un mortal más del mundillo de los asalariados? Sí, cierto, un asalariado con privilegios mayúsculos. Seguirá haciendo lo que mejor sabe y lo que más le gusta. Pero esta vez no está donde querría estar, sino donde debe estar. En Barcelona, con salario y premios de escándalo, donaba con amor su talento, ahora los ha puesto en alquiler, ambos, el amor y e talento, también con bonificaciones de escándalo.

Reiteró, hasta el reiterado cansancio, en esa comodidad de jugar pegadito al banderín de córner, que en el vestidor del PSG encontrará amigos, y que la calidad de la plantilla, las amistades con Neymar y Pochettino, y el hambre de competencia, terminaron por convencerlo de elegir París.

Revancha es un combustible poderoso, nuclear. No usa la palabra, pero Messi la describe de manera inequívoca. Lo hace cuando replantea su urgencia por ganar otra Champions y por el placer culposo que le significaría enfrentar a su cuna culé en el festival máximo de clubes en el mundo. “Sería lindo regresar a Barcelona y con gente (en la tribuna)”. Claro, la venganza sin testigos presenciales, corre el riesgo de ser más anécdota que leyenda.

No te preocupes, Leo, Ceferin (UEFA) e Infantino (FIFA), ya se ocuparán de ello. Su habilidad siniestra de “matchmakers” sonrojaría a Don King y a Bob Arum. Y así como alguna vez hubo ocho horrores arbitrales para someter al PSG en los Octavos de Final de 2017, ahora podría haber ocho horrores arbitrales para que Barcelona, Laporta y la tambaleante Superliga se enteren quién manda.

Mientras una nación azulgrana sigue en duelo, Messi saludó agradecido a una nación festiva, redimida, resucitada, que en abril pasado había sepultado sus ilusiones de Champions ante el Manchester City. Sabe que los parisinos han vivido en una gestación múltiple: venerando su llegada, entre la vigilia de la ansiedad y la belicosa desesperación por velar armas. Desde París, con nuevo almirante, a Europa entera le han declarado la guerra.

“Agradecidísimo. Sé que hace tres días que están en la calle. Es impresionante. No había vivido algo así nunca. Es mi primera experiencia de cambiar de club y ha sido espectacular. Espero empezar y vivir cosas grandes juntos”, fue el mensaje a multitudes, que sin mascarillas, están desperdigadas por París, una ciudad agobiada por Covid-19, con 29 mil nuevos casos de infectados, solamente este martes.

Ciertamente aún quedan pendientes los trámites más importantes, esos, los que deberán consensuarse dentro de la cancha. Las migrañas serán para Pochettino, quien tiene la mejor plantilla posible, a expensas del futuro de Mbappé, obsesión del Real Madrid, y quien públicamente, alguna vez, deslizó que su ídolo, Cristiano Ronaldo, es mejor que Messi.

¿Quién cobrará los tiros libres con semejantes artilleros? ¿Quiénes serán los tres capitanes de la plantilla? ¿Quiénes cobrarán los penaltis? ¿Quién de entre Mbappé, Messi y Neymar deberá hacer labores más estrictas de sacrificio y marca? ¿Estarán los tres al servicio de su mejor rematador de cabeza, y con quien han tenido rencillas y resquemores, como lo es Sergio Ramos?

Partamos de un principio. Todos estos personajes, que han convertido al PSG --al menos en la cartelera--, en un equipo de ensueño, tienen enormes particularidades en común. Cierto: falta dar el paso gigantesco, colosal, de equipo de ensueño a equipo de época.

1.- Todos son competitivos y ganadores. Han besado Copas del Mundo, Champions, Copas América, Ligas de Europa. El problema de saborear la gloria es la adicción que provoca.

2.- Todos tienen una desmesurada hambre de revancha y de títulos. Han sido humillados por clubes ingleses y alemanes.

3.- Más allá de la inmadurez de Mbappé, y de las misteriosas lesiones de Neymar en tiempos de cumpleaños familiares, ambos serán empujados y metidos al orden, por tipos con ascendencia en el vestidor, como el mismo Ramos, y la cercanía de Messi con el fiestero brasileño.

Por eso, insisto en la analogía: Mauricio Pochettino debe estar más atribulado que un daltónico con un Cubo de Rubik.

Pero, al final, concluyó el teleculebrón. Joan Laporta se queda con un Barcelona saludable y Lionel Messi con un horizonte de desafíos, afortunadamente en un terreno de bendiciones, para hacer lo que le más le gusta y lo que mejor sabe.

La cancha dimensionará las equivocaciones y los aciertos de todos los involucrados, incluyendo, por supuesto, al PSG.

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Todo lo que se diga si este partido depende el futuro de Messi, está equivocado. Lionel tiene su futuro asegurado de por vida

Señoras y señores… Regresa la Champions League con los octavos de final, y uno de los partidos más atractivos será, indudablemente, entre el Barcelona y el París Saint Germain.

Dos equipos involucrados en rencillas por la famosa contratación de Neymar y el estilo de manejarse tanto del PSG como del Barcelona.

El París pertenece a un jeque de Catar que utiliza el presupuesto de la nación para mantener al equipo e intentar ganar la Champions League, para así convertirlo en un equipo grande, para ese objetivo, han hecho todos los esfuerzos posibles de reestructurar el plantel, porque la Liga de Francia es de risa para ellos.

Con sus reestructuras, consiguieron llegar a la final la pasada edición de la Champions, sin embargo, la perdieron ante el Bayern Múnich por un gol de Kingsley Coman.

Pero bueno… Para este partido hay que recordar que el Barcelona le ha afectado al PSG porque juega muy bien, ya sea porque cambia su estilo de juego o porque Messi se supera. Hoy no tienen a Luis Suárez, ahora goleador del Atlético de Madrid, pero está Lionel en muy buen nivel, Dembélé que ha recuperado su mejor forma, y tienen también a Antoine Griezmann, en fin, los blaugranas tienen un equipo atractivo para pelar en este encuentro.

No es fácil ganar en el campo del Barcelona, hay que recordar también aquella remontada del famoso 4-0 en París que acabó en un 6-1 a favor de los culés en el partido de vuelta que se jugó en el Camp Nou, así eliminaron al equipo de Unai Emery, hoy técnico del Villarreal.

Todo lo que se diga si este partido depende el futuro de Messi, está equivocado. Lionel tiene su futuro asegurado de por vida, en el Barcelona o fuera del Barcelona. Con lo que ha ganado futbolísticamente hablando y los resultados que ha dado en la cancha, es más que suficiente para asegurar el futuro de por vida.

Seguramente Messi saldrá mañana a dar un gran partido y el París Saint-Germain irá también irá a dar pelea, no jugará Neymar quiene está lastimado, lamentablemente, por el próximo mes, será una pena no verlo jugar en el equipo en donde demostró su valía, en el Barcelona cuando el equipo ganaba los tripletes y sumaba títulos.

Pero bueno, así son las cosas. Será un duelo atractivo con el Barcelona que ha mejorado mucho y con el París que es uno de los líderes de la Liga Francesa, siempre, porque ahí no hay competencia, esa solo la encuentra en la Champions League y mañana se topará con un rival que le va a complicar la vida.

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LOS ÁNGELES -- Reapareció. Ése mismo. El que cautivó en el Santos de Brasil. El que sedujo, a veces, en el Barcelona. Resucita con el Paris Saint Germain. Y de su mano, el PSG está a 90 minutos de la inmortalidad o de la fatalidad.

¿Quién regresó realmente? ¿Neymar el mito o Neymar la leyenda? Porque el mito se compone de leyendas, generalmente urbanas, pero las leyendas se erigen con historias. ¿Quién regresó, el mito Neymar o la leyenda Neymar?

Porque, aparentemente, Neymar hoy ya no juega irrestrictamente para el equipo Neymar Ególatra FC. Hoy sí juega para el PSG, pero, porque, en realidad, no nos engañemos, juega para el Barcelona.

En tiempos de caos, de sismos y de próximos cismas en el Barcelona, Neymar ve el río azulgrana revuelto y ve que son tiempos propicios para ganancias de pescadores oportunistas. Y él es de esos.

En los más recientes 180 minutos de Champions, ha fallado cinco goles que, normalmente, hubiera embocado con alguna filigrana agregada, pero ha recuperado protagonismo y presencia. Él sabe ser aparatoso.


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Tras sacudir al Leipzig, el mundo habla de Neymar, aunque la radiografía del partido se consagra y venera a Ángel Di María. Pero el brasileño hace suyos los carnavales ajenos.

Además, parece haberse redimido. No más piscinazos, o no tantos como antes. No tantos lloriqueos, ni teatralidades, ni fingir faltas, ni provocaciones al adversario. Hoy, Neymar, el predestinado, cumple su rol: juega al futbol y al mejor futbol posible, en la asociación de buenos ejecutores a su lado.

Elusivo, escurridizo, prófugo de la justicia deportiva, Josep María Bartomeu se ha comprometido con Lionel Messi y Ronald Koeman, a reclutar a Neymar, el saltimbanqui letal que armoniza, finalmente, con Mbappé, Di María y compañía, en la escalada fantástica del PSG.

Bartomeu sabe que firmar a Neymar y a Lautaro Martínez, le sacaría, de momento, de ese patíbulo donde la afición catalana coloca a los personajes más odiados de su historia. Y, de momento, no hay quien le haga sombra.

Medios franceses aseguran que el PSG le ha garantizado a Neymar bajar sus pretensiones y aceptar como canje a Antoine Griezmann, para que emigre al Barcelona, pero sólo y estrictamente si se coronan en la Champions.

Es decir, estímulos, o chantajes, o premios, o como quiera Usted llamarle, le sobran a Neymar para tener un rendimiento sobresaliente, determinante, en la Final de la Champions.

Vea Usted el botín que cargaría este genial e ingenioso gambusino del futbol.

1.- Ganar la Champions, que en sí, es un poderoso agregado a cualquier resumé.

2.- Cotizar sus haberes, cuando están pendientes algunas renovaciones con las firmas comerciales que son sus patrocinadores.

3.- Regresar al Barcelona a retomar la sociedad con Messi, algo por lo que ha llorado descaradamente el mismo día en que llegó a París. La nostalgia despertó en cuanto aterrizó el vuelo.

4.- El impacto histórico de ser, finalmente, el líder genuino de un equipo, habida cuenta que el protagonismo de Messi, en la cancha y fuera de ella, empieza a declinar, y que es la gran oportunidad de ser el delfín heredero del argentino.

5.- Y claro, detrás de toda la avalancha de reajustes financieros, los allegados a Neymar calculan que el jugador incrementaría en cerca de 50 millones de dólares su fortuna.

Este escenario global apadrina todos los escenarios y todas las versiones que circulan entre Barcelona y París, para entender porque Neymar ha resucitado de entre sus cenizas.

Por eso, insisto, Neymar hoy juega en y con el París Saint Germain, pero ese futbolista revulsivo, implacable, de esta reanudación de la Champions, juega, estrictamente para Barcelona.

Pero, para cargar con semejante botín, para que todas las piezas del rompecabezas encajen perfectamente en su codicioso plan, aún debe ganar la Champions este domingo.

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Sea como sea, el América ganó el partido que tenía que ganar. Y a partir de aquí, justo a tiempo, puede seguir creciendo mientras se sumerge más en el mundo donde sus jugadores, en la cancha, y sus aficionados, en la tribuna, parecen sentirse más cómodos: En el "mundo" del 'Piojo'. Una muestra de personalidad es también una señal positiva y alentadora en un club como el América. Tal parece que el regreso de Miguel Herrera empieza a dar sus primeros frutos. Hay mucho camino por delante, falta futbol y profundidad, pero algunas pistas en el campo empiezan a señalar el rumbo que requiere un equipo de estos tamaños. El América ganó algo más que un Clásico caliente, pasional y cerrado ante Pumas. Ganó una esperanza hacia su futuro inmediato.

LOS ANGELES, CA.- Tres fechas no parecen ser suficientes para establecer un juicio definitivo sobre el porvenir de un club en el futbol mexicano, pero sí, en cambio, podemos encontrar algunos momentos preciados que podrían enviar mensajes definitivos.

El América aprovechó una tarde de sábado llena de pasión en el Estadio Azteca. Ganó algo más que un juego muy parejo ante Pumas, ganó un Clásico y eso empieza a marcar diferencia. Mostró, además, que está comenzando a sumergirse en un “mundo” que conoce bien, donde sus aficionados, desde la tribuna, se sienten cómodos y sus futbolistas, en la cancha, encuentran resultados.

El regreso al “mundo” del 'Piojo' ocurrió cuando le quedaba poco más de 10 minutos al "derbi" ante Pumas. El grito y los ademanes desesperados desde la banda eran de Miguel Herrera. El entrenador del América saltaba, se retorcía, chiflaba y requería la atención de Oribe Peralta: "El 10...El 10...", gritaba eufórico 'El Piojo' para indicar que fuese Cecilio Domínguez el que cobrara el penalti que el árbitro había decretado a favor del América. Algunos minutos más tarde, y tras cobrar la falta “a lo Panenka”, el América podía sentirse ganador del primer Clásico de la temporada. Había vencido, legítimamente, a los Pumas. El triunfo significaba, también, la primera gran victoria desde el regreso de Miguel Herrera a Coapa.

Pero podríamos y hasta deberíamos ir más allá. El mensaje principal que llega a través del triunfo americanista sobre Pumas radica en una cuestión mental antes que futbolística, sello imprescindible en los equipos del 'Piojo' y la manera en la cual logró sus mayores éxitos en su primera etapa como entrenador del popular club.

El América está lejos de jugar como quisiera el 'Piojo', pero ha comenzado a pensar y a reaccionar como le gusta al 'Piojo'. Y ese es el primer aviso de que el América anda mejor que el torneo pasado y que puede andar mucho mejor en el futuro inmediato.

No hay penaltis bien tirados y mál tirados. Lo que hay son penaltis convertidos en gol. Lo que cuenta aquí es que Miguel Herrera sabía que el hombre ideal para cobrar la falta en la agonía del juego era Cecilio Domínguez. ¿Por qué? Porque justamente el paraguayo tendría la capacidad y el temperamento de hacer lo que hizo. Dialogar con el portero de Pumas, sonreír ante la aparente presión y entender que había que "vengar" --en cierto modo-- lo que su compañero --Silvio Romero-- había hecho en los últimos minutos de la primera mitad y que le valieron dejar la cancha bajo una poderosa rechifla. Cecilio hizo lo que tenía que hacer: tomar la pelota como se lo ordenó su entrenador, meter el balón a la portería, festejar con la tribuna y enviar un mensaje contundente de que este América se ha desprendido de todos sus complejos y que va mejorar en todos los aspectos hasta colocarse en el sitio que debe estar en el futbol mexicano.

Hay, por otra parte, muchos aficionados, especialistas, periodistas y también los clásicos porristas del América que parecen tener prisa en colocarle a Cecilio Domínguez la etiqueta de figura y hasta de ídolo. Hasta ahora, el paraguayo no ha jugado ni 10 partidos completos con el América. Hay que tener calma y esperar. Apunta bien, pero hasta ahí nada más. Hay otras pistas en la cancha que hacen indicar que este América puede ir de menos a mucho más: el regreso de Paul Aguilar por la banda derecha --tanto en defensa como en proyección ofensiva-- y la mejoría notable de Carlos Darwin Quintero. El jugador colombiano era, hasta hace no mucho, el mejor de la Liga. Luego, se perdió. Tuvo una lesión grave, pero si alguien sabe recuperar futbolistas ese es Miguel Herrera. Lo mismo con el ecuatoriano Renato Ibarra que por momentos parece detenido en su proceso. 'El Piojo' parece haber encontrado ya una alineación base en la cual trabajar. En las próximas horas se incorporará el colombiano Mateus Uribe, la ultima contratación del club.

El América no juega todavía como tendría que jugar y parece expuesto a la tradicional irregularidad que siempre afecta a los equipos del futbol mexicano, pero ha dado una muestra, en el sitio y a la hora indicada --en un Clásico-- cómo se debe jugar un partido y cómo se debe ganarlo. El América empieza a volver al "mundo del Piojo", un mundo donde, generalmente, no vive tranquilo pero sí cercano a una felicidad completa.

Es muy fácil confundirse en un torneo como el mexicano donde, antes de que nada, siempre impera la irregularidad, pero el América da una muestra poderosa de su carácter, de su personalidad. El resto, es futbol y eso lo puede conseguir con el paso de las fechas. Por ahora, las señales son positivas y alentadoras.

@Faitelson_ESPN

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Un histórico movimiento en el futbol internacional que ha alcanzado cifras inauditas. Pero más allá del tema económico, surgen otras preguntas que tienen que ver con la cancha y el futbol. ¿Será Neymar capaz de jugar al mismo nivel en el París Saint Germain? ¿Quién extrañará más a quien: Neymar al Barcelona o el Barcelona al Neymar? Y hablando de echar de menos: ¿Cuánto extrañará al brasileño a Lionel Messi? El dinero ha sido el motor principal en la independencia de Neymar. Ya veremos hasta donde acertó y hasta donde se equivocó.

LOS ANGELES, CA.- La gran noticia alrededor de la salida de Neymar del Barcelona es que un futbolista pueda costar 222 millones de euros. La otra gran noticia es que alguien pueda pagar por ello.

Neymar se va, abandona “el barco” de uno de los equipos de mayor condición mediática en la historia del futbol para abrazar otro que es más famoso por la ciudad donde juega que por sus logros sobre el campo de futbol. El París Saint Germain, respaldado por la poderosa chequera de sus dueños qataríes, dueños del petróleo y del gas y con fortunas interminables, ha hecho “la travesura”, una millonaria “travesura” que quedará inscrita en los anales de la historia del futbol moderno.

Hay varias preguntas interesantes en medio de la salida de Neymar del Barcelona. La primera surge de forma natural, casi espontanea: ¿Quién extrañará más a quién? ¿El Barcelona a Neymar o Neymar al Barcelona?

Está claro que la decisión la ha tomado el futbolista. El Barcelona no quería, ni siquiera pensaba que iba a prescindir del brasileño de manera tan abrupta. No hay un jugador con las características de Neymar en todo el futbol internacional. No lo hay por ahora, por más que por ahí se asomen algunos nombres para substituirlo, Mbapee, Dembele o el propio Dybala, y que el “vendedor”, es decir, el Barca, tenga dinero fresco y “cash” para comprar. El Barcelona pierde mucho sin Neymar, pero Neymar pierde también la condición de club que significa el Barcelona. El PSG se va, sin duda, a revalorizar con la llegada del brasileño, pero todavía no está en el nivel de equipos del Barcelona. Acceder a ganar la Champions promete ser más complicado desde Paris que desde la Ciudad Condal.

Pero hablando de extrañar, hay otra pregunta que se me ocurre enseguida: ¿Cuánto va a echar de menos Neymar a Lionel Messi? Está claro que el futbolista argentino, uno de los mejores en la historia del juego, hacia mejor futbolista a Neymar y a quien se pusiera a su lado. Neymar tendrá buenos compañeros a su lado en el PSG, pero ninguno con la calidad y el futbol de Messi. Tendrá que luchar por su independencia futbolística a partir de sentirse y ser el líder de la manada.

Otra de las muchas preguntas que se asoman en este histórico movimiento se refiere a si un futbolista puede valer 222 millones de euros. Yo siempre pensaré que no, que un futbolista, por más brillante y espectacular que sea, no puede tener ese costo. Pero el crecimiento del mercado indica otra cosa. Si alguien puede pagar esa cantidad por Neymar es que el futbol y su industria ha alcanzado tal desarrollo. Sigo creyendo que es una exageración.

Neymar se va. Ha logrado su “independencia” en medio de una “revolución” económica en el futbol. Tiene todo el derecho de buscar su libertad y su propio camino, destino y alejarse de la poderosa sombra de Messi. Sólo el tiempo dirá si fue una decisión acertada.

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Andrés Fassi anuncia que tiene al menos 10 interrogantes y sugerencias para el entrenador nacional como parte del Comité de Desarrollo Deportivo de la FMF, pero la pregunta es si todos los integrantes de este comité están aptos para exigirle cuentas al señor Juan Carlos Osorio. Esto parece, sin duda, una nueva evidencia de la falta de una estructura apropiada alrededor de la selección mexicana de futbol. No es malo analizar y exigir sobre el trabajo del seleccionador. La cuestión es: ¿Son los personajes apropiados para hacerlo?

LOS ANGELES, CA.- LOS ANGELES, CA.- El problema no es "pedirle cuentas" a Juan Carlos Osorio. El problema es quién le pediría "esas cuentas" a Juan Carlos Osorio.

Andres Fassi, el directivo del Pachuca, ha admitido que ha completado casi un decálogo de preguntas y sugerencias para el entrenador nacional como parte del Comité de Desarrollo Deportivo de la Federación Mexicana de Futbol, en apariencia, el único mecanismo u órgano que tiene facultad para realizar un análisis y valoración del seleccionador nacional a nombre de los clubes.

Pedir explicaciones y razones al entrenador nacional es algo normal en cualquier empresa u organigrama de trabajo. La pregunta es si en realidad ese comité está completamente apto para realizar ese estudio.

Una de las grandes ausencias de las selecciones mexicanas de futbol es la falta de una estructura apropiada para trabajar. Arropar, cuidar, exigir y encontrar soluciones en equipo tendría que ser la labor de un grupo de expertos de cancha, que con todo el respeto y el perdón para Fassi y el resto de los integrantes de este comité, debería corresponde a entrenadores, a gente experimentada y capacitada en la cancha. Puede, insisto, que algunos de esos directivos cuentan con esa capacidad, pero hoy es una tarea muy distinta administrar el futbol desde una oficina a hacerlo sobre el pasto y bajo el intenso sol.

PRODUCIR FUTBOLISTAS

El pequeño "milagro" ha ocurrido: La Federación Mexicana de Futbol ha admitido por primera vez que las políticas empleadas por la Liga MX pudieron haber comenzado a lastimar el proceso de la selección mexicana de futbol. Las famosas y controversiales reglas 10/8 y hoy 9/9 son parte de la explicación del fracaso que México tuvo en la reciente Copa Oro. La pregunta es: ¿Qué hacer o qué se puede en realidad hacer?

La respuesta no es tan sencilla. La Liga ha dado pasos para buscar una globalización que al mismo tiempo le genere más nivel y una mayor competencia interna y ese tipo de estrategias no se pueden transformar de un día para otro. Lo que sí puede hacer la FMF es justo lo que los clubes han dejado de hacer: producir futbolistas mexicanos.

Tanto la Federación como la Liga MX tienen la suficiente estructura, infraestructura, fondos y patrocinadores para crear una gran escuela de futbolistas y de entrenadores alrededor de la poderosa marca de la selección mexicana de futbol. Hay que trabajar con el talento naciente, para desarrollarlo como futbolista y al mismo tiempo trabajar y capacitar entrenadores. Esos futbolistas pueden ser la base de las selecciones mexicanas con límite de edad y después, vía ahora sí un "Draft" (bien organizado y bien delineado en reglamento), la FMF puede vender a esos jugadores a los clubes que estén interesados o bien exportarlos directamente al mercado extranjero. Una gran escuela de futbolistas y entrenadores mexicanos vinculada a la selección mexicana de futbol podría generar otra clase de ventajas: futbolistas aleccionados con un estilo propio del futbol mexicano y no sujetos a los caprichos de un club, de un entrenador o de cierto sistema. Les daría una formación plena, fogueo internacional y las mejores oportunidades para poder continuar con sus estudios y con su formación integra. Lo mismo en el tema de los entrenadores. El futbol mexicano necesita de más y de mejores directores técnicos, con una preparación que no sólo parta del futbol doméstico, sino que cuente con los avances más desarrollados del futbol internacional. Teniendo futbolistas y entrenadores, México da un paso fundamental para hacer crecer su futbol. Si la mayor parte de los clubes están enfocados en su competencia interna, por qué no adoptar la responsabilidad de manera institucional. Al final del día, lo que necesitas para jugar mejor al futbol es materia prima, son futbolistas y tienes que encontrar la manera de producirlos. Algunas de las naciones más desarrolladas en temas futbolísticos ya lo hacen. Alemania, Francia, Holanda, España tienen, al margen de la labor de los clubes, sus propias escuelas de desarrollo de talento. Entiendo que la gran problemática del futbolista mexicano parece llegar a una edad avanzada, cuando debe recibir la oportunidad en el primer equipo para seguir creciendo. Ahí, en los puestos de mayor "responsabilidad", aparecen, generalmente, futbolistas extranjeros, lo cual, más temprano que tarde, atrofiará el proceso de una selección mexicana. Para Decio de María sería una magnífica oportunidad de darle una esperanza franca de crecimiento al futbol mexicano. Una "fábrica" de futbolistas, una "fábrica" de sueños, donde se trabajará a conciencia para obtener goleadores, defensas, porteros y jugadores con un patrón de cualidades que se adaptan a las condiciones propias de la genética del mexicano. Es tiempo de generar jugadores porque mientras más tengas, más serán tus posibilidades de tener éxito. La FMF puede, con los dineros que produce la selección, gastar en el nacimiento de una escuela, que este lo suficientemente cerca (y también lejos) de los equipos. Al final del día, lo que hay que lograr es surjan más y mejores futbolistas mexicanos. Y si la mayor parte de los clubes no quieren o no pueden hacerlo, alguien debe levantar la mano.

 @Faitelson_ESPN

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Gana Neymar, gana el Paris Saint Germain y hasta gana (dinero) el Barcelona. Los que perdemos somos nosotros. Aquellos que encendíamos el televisor los domingos temprano (de este lado del planeta) para atestiguar como un tridente bordaba el futbol de manera exquisita y espectacular. Ver juntos a Messi, Neymar y Suárez no tenía precio. Entre los tres, llegaron a fincar niveles memorables e impresionantes de futbol y de espectacularidad. Hubiésemos querido alargar esas sensaciones por un buen tiempo más, pero el dinero, a veces el maldito dinero descompone todo lo bueno que existe en la vida. Ni hablar...

LOS ANGELES, CA.- Neymar gana su "independencia" y 34 millones de dólares como sueldo anual. El Paris Saint Germain gana a uno de los mejores jugadores del mundo y el Barcelona se gana, aun perdiéndolo, unos 222 millones de dólares. Los únicos que perdemos, al final del día, somos nosotros, los que encendemos la televisión para buscar una magia, una espectacularidad y un futbol que ya no existirá. La inminente partida de Neymar del Barcelona suponer ser una derrota para aquellos que encendemos la televisión con el simple propósito de encontrar diversión a partir de un deporte llamado futbol.

Nadie ha dicho que Neymar dejará de ser el gran futbolista que es a partir de las siguientes horas, cuando desde Paris o desde Doha se anuncie su millonario traspaso (el más grande de la historia del futbol) al Paris Saint Germain. Desde el equipo francés (más famoso por la ciudad donde radica que por su logros futbolísticos) el brasileño intentará, primero, colocar a su equipo en la órbita de los grandes favoritos a ganar la Champions y segundo, pelear por su propio espacio en el mundo individual del futbol, donde le considera que está muy cerca de figuras como el argentino Lionel Messi y el portugués Cristiano Ronaldo. La verdadera desgracia de esta operación (no para Neymar que podría ganar 30 millones de euros netos al año) es la descomposición de un "tridente maravilloso" que en poco tiempo ha sido capaz de elevar el futbol hasta niveles extraordinarios de espectacularidad. Estamos perdiendo, con este movimiento, la oportunidad de ver junto a dos virtuosos de todos los tiempos: un argentino que está más allá del calificativo de un "gran futbolista" y que muchas veces se asoma como un "genio" y un brasileño verdaderamente "brasileño" para jugar al futbol, profundo, inmaculado, lleno de magia, clase y talento para desbordar y valiente ante los rivales que suelen "cocerlo" a patadas para tratar de amedrentarlo o detenerlo. Eso y más estamos perdiendo en este millonario movimiento que propone el futbol.

Neymar hará que los bonos del Paris Saint Germain suban inmediatamente. Un jugador que vale 222 millones no puede ser cualquier cosa, pero tampoco colocarán, inmediatamente, al equipo parisino en el mismo nivel del propio Barcelona, o del Real Madrid, el Chelsea, el Bayern Munich y la Juventus. Para eso, debemos esperar por pruebas fehacientes en el campo de juego. Lo que sí hará Neymar, con su "independencia", es labrarse su propio camino para poder competir ante Messi o ante Cristiano Ronaldo por ser el mejor futbolista del mundo. A sus 25 años, pertenece a una generación que esta dos por debajo del portugués y una por atrás del argentino. Eso, le da, sin duda, cierta ventaja, mientras su juego y sus responsabilidades de desarrollen al ritmo y al nivel que se esperan. Lamento lo de Neymar. La operación es espectacular para el futbol, para él mismo y para los amantes de los nuevos retos, pero nos privará, a muchos de nosotros, de la alegría de encender la televisión el domingo temprano (de este lado del mundo) para ver como un equipo de futbol, ataviado en el uniforme del Barcelona, y obligado a jugar con el estilo de la casa, desarrolla el futbol con la alegría y la clase que sólo futbolistas como Messi, Neymar y Suárez pueden hacerlo. Alguien tendría que perder en esta operación. El "maldito" dinero que todo lo descompone.

 @Faitelson_ESPN

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Doscientos veinte millones por Neymar y 210 por Mbappé. Hace sólo un par de años, parecíamos pasmados cuando un futbolista llegó a cotizarse por encima de los 100 millones (Gareth Bale del Tottenham al Real Madrid). Luego siguió Pogba y ahora existen nuevas pistas de que esas cifras quedarán empequeñecidas. El futbol está en su vorágine económica, comercial. Se ha convertido en una industria inagotable. Sigue creciendo, sigue siendo negocio, pero los tiempos no han enseñado que la economía mundial es caprichosa y que de un momento a otro, las cosas cambian. Cuidado. El futbol está propiciando valores y salarios exorbitantes, espectaculares, dramáticos. Así también han sido las caídas de las grandes empresas que de pronto se sentían en el cielo. Mucho cuidado.

LOS ANGELES, CA.- Si Neymar y Mbappé amenazan con costar más de 200 millones de dólares, la pregunta es: ¿Cuánto costarían Lionel Messi o Cristiano Ronaldo?

Y mientras descubrimos o intentamos descubrir el valor de las grandes estrellas del Barcelona y del Real Madrid, hoy, parece claro, que el futbol ha entrado a un paraje sin límites, donde los precios alcanzan niveles exorbitantes, dramáticos y al mismo tiempo irreales. Medir el precio o el valor de un jugador de futbol es cómo tratar de calcular cuánto vale el trabajo de un artista. La única diferencia entre Messi, Cristiano o Neymar -sin que esto pretenda herir ninguna susceptibilidad- con Van Gogh, Dalí o Miguel Ángel es lo que genera la industria que está detrás del "virtuoso".

Si el futbol es capaz de generar ese tipo de precios quiere decir que su negocio y sus márgenes o dividendos están en ese nivel, al menos de que en alguna forma o condición, se trate de algún deseo o capricho personal que tampoco son raros en este medio.

Parece imposible aceptar que un futbolista valga más de 200 millones de dólares. Y no es una cuestión exclusiva de talento, es también un asunto de épocas. Pelé, Maradona, Cruyff o Zidane hubiesen valido lo mismo en estos días. El futbol o la industria del futbol se han desarrollado a niveles descomunales. De los "tickets" o billetes de entrada al estadio queda sólo una faceta romántica. Hoy es parte de la escenografía que necesita la televisión, una televisión que ha ampliado su espectro y al mismo tiempo su capacidad de penetración a través de la internet y ahora de las nuevas tecnologías de comunicación que significan las redes sociales. El futbol se ha hecho más grande, está vendiendo más camisetas y está involucrando más a los patrocinadores. Y ello, obviamente, está elevando la cotización de los futbolistas.

Y los más encumbrados, consagrados y talentosos -Messi, CR7, Neymar- van a valer más y a cobrar más, pero también los que pertenecen a un nivel medio y hasta por debajo de esta línea, verán como su cotización se incrementará. El futbol se ha convertido en un yacimiento, por ahora, inagotable. Ha descubierto una manera de expandir su negocio pero también vive atemorizado de que como es la economía mundial de nuestros tiempos, en cualquier momento, los valores se deprecian y caen abruptamente. He ahí la razón por la cual las ligas, las diferentes confederaciones y la propia FIFA tratan de implementar mecanismos y bloqueos para que el tema no se les vaya de las manos a los clubes.

Lo que para nosotros supone ser una diversión -el futbol- para otros es un gran y lucrativo negocio. Los precios de los futbolistas han escalado violentamente. Para algunos, es motivo de alegría y reto -¿Cuál será el mejor pagado? ¿Por qué? ¿Quién tiene mejores condiciones en la cancha? ¿Quién han ganado más? ¿Realmente es mejor?- son parte de las entretenidas y hasta emocionantes conversaciones que se derivan en el verano. Y está bien, mientras dure, mientras no se agote, mientras el globo no se desinfle y caiga dramáticamente como en su momento han caído otras industrias que respiraban en el cielo y se sentían todopoderosas.

 @Faitelson_ESPN

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Una remontada del Barcelona analizada desde la estadística

FECHA
06/03
2017
por Víctor Martínez Segura | ESPN Estadísticas e Información
Ningún equipo fue capaz de remontar una desventaja de cuatro o más goles tras el partido de ida en una eliminatoria de Champions League, pero si hay algún club al que no podemos descartar para romper la estadística, es el Barcelona. Acostumbrados a golear

Barcelona necesitará ganar al Paris Saint-Germain por al menos cinco goles de diferencia si quiere estar entre los ocho mejores de la Champions League. En caso de no recibir goles, necesitará anotar cuatro para forzar la prórroga. Si tenemos en cuenta las cinco ligas grandes europeas y los torneos UEFA en la presente temporada, Barcelona es el club que más partidos ha ganado por al menos cinco goles de diferencia.

La fuerza del Camp Nou

Barcelona ha jugado como local tres partidos en la actual edición de Champions League, y en cada uno de esos encuentros marcó al menos cuatro goles sin recibir alguno. Cualquiera de los marcadores que consiguió en dichos partidos sería válido para, al menos, forzar el alargue en el partido del próximo miércoles contra el PSG.

Estas goleadas permiten al Barcelona presumir del mejor promedio goleador como local esta campaña de UCL, superando por amplio margen al siguiente club en la lista.

Además, en todas las competencias, Barcelona promedia 3.26 goles por partido en casa esta temporada, el más alto entre equipos españoles, por delante del Real Madrid (2.79). A Unai Emery se le complica el Camp Nou

El técnico vasco del PSG ha visitado el estadio del Barcelona como entrenador en 12 ocasiones con tres equipos diferentes (Almería, Valencia y Sevilla) y siempre perdió. En cinco visitas no pudo conseguir que sus equipos anotaran y en cuatro recibió al menos cuatro goles. Además, sus equipos acumularon una diferencia de gol muy negativa (-26).

En busca de hacer historia

Solo en 36 eliminatorias de Champions League, el equipo que perdió la ida logró avanzar a la siguiente ronda. De esas 36 remontadas, 27 fueron en eliminatorias con desventaja de un gol tras la ida, ocho por déficit de dos goles y una de tres goles (Deportivo vs Milan en 2004). Barcelona fue protagonista en cuatro de aquellas 36 remontadas: 1999-2000 vs Chelsea, 2001-02 vs Panathinaikos, 2010-11 vs Arsenal y más recientemente en 2012-13 vs Milan.

Se cortaría una racha histórica...

El club catalán lleva nueve participaciones consecutivas en cuartos de final de Champions League, lo que supone la racha más larga de presencias en dicha fase en la historia del torneo. Si Barcelona quiere extenderla, tendrá que obrar el milagro vs PSG.

El factor Messi

Otro gran motivo para confiar en una remontada es la presencia de Lionel Messi, autor de 93 goles en Champions League (10 en esta temporada) y el hombre con la mayor cantidad de partidos de UCL marcando tres o más goles, algo que hizo en siete ocasiones. Para darle más emoción, Messi es uno de dos jugadores que han marcado cinco goles en un partido de Champions, junto al brasileño Luiz Adriano. Barcelona ha ganado seis partidos por cinco o más goles en Champions League cuando Messi ha participado, y en todos ellos marcó el "diez" blaugrana. Si vamos más allá, incluyendo partidos que Barcelona y Messi ganaron por un resultado que forzaría la prórroga el próximo miércoles, fueron 14 los encuentros, y sí, en todos anotó la pulga.

Todas las estadísticas históricas en esta publicación se enmarcan en el periodo UEFA Champions League (1992-presente)

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