Wilmer Flores, héroe de culto, solo quiere ser un Met
FECHA
29/08
2015
FILADELFIA - En las 48 horas antes de la fecha límite de traspasos directos, las aspiraciones de postemporada de los Mets de Nueva York parecían irse por el barranco.
Wilmer Flores estaba llorando en el puesto de campocorto durante un partido el 29 de julio luego de escuchar de parte de fanáticos que estaban monitoreando las redes sociales que él se encaminaba a ser cambiado a los Cerveceros de Milwaukee. Entonces el acuerdo se vino al suelo cuando los doctores de los Mets expresaron preocupaciones por la cadera de Carlos Gómez, lo que dejó al gerente Sandy Alderson poco tiempo para escudriñar el mercado y localizar una ayuda ofensiva que necesitaba desesperadamente para los jardines.
Un día después, el cerrador Jeurys Familia permitió un cuadrangular de tres carreras a Justin Upton con dos outs en la novena entrada para completar la recuperación de los Padres de San Diego de un déficit de seis carreras. La decepcionante derrota dejó a los Mets a tres juegos de los punteros Nacionales de Washington en la batalla por la cima de la División Este de la Liga Nacional.
Pero apenas un mes después, Flores, de 24 años, es un héroe de culto. Los fanáticos corean su nombre casi a diario, sea en casa o en la carretera, cuando llega a la caja de bateo, para expresar su gratitud por la forma visible en que demostró que quería seguir siendo un Met.
Y los Sorprendentes neoyosquinos han dado una sorprendente voltereta al asunto. Luego la debacle de Gómez, Alderson consiguió en alquiler al potente bateador cubano Yoenis Céspedes en cambio con los Tigres de Detroit 13 minutos antes de la fecha límite, cediendo en la transacción al valioso lanzador prospecto Michael Fulmer. Los Mets entonces barrieron a los Nacionales ese fin de semana en el Citi Field. Lo que era un deficit de tres partidos al entrar a los juegos de ese fin de semana ahora se ha convertido en una ventaja de 6½ juegos sobre los atribulados Nacionales.
"Si estás diciendo que yo tuve algo que ver con eso, no lo sé. No puedo decir eso", dijo Flores sobre el incidente lleno de lágrimas. "Pero desde ese día, todo ha sido muy divertido. En la carretera y en casa, ha sido algo bien divertido. Pero no puedo decir que ha sido a causa de eso".
Al preguntqarle si estos 30 días han constituido el mes más loco que haya experimentado en el béisbol, Flores dijo, "Bueno, lo que me pasó a mí, creo, es la cosa más loca que jamás haya experimentado. Pero eso está en el pasado. Estamos batallando por un boleto".
Nueva York no siempre ha sido un lugar demasiado agradable para jugar, gracias a los titulares sensacionalistas de los tabloides de prensa, y a, digamos, los fanáticos apasionados. Pero el manager Terry Collins, quien se encuentra en su quinto año al mando, decidió que una de sus misiones sería cambiar la deseabilidad de ser un Met, particularmente en términos de aislar la negatividad del camerino del equipo.
El episodio donde Flores lloró porque pensaba que se iba del equipo ciertamente sugiere que Collins ha logrado convertir a la novena de Queens en un lugar deseable para jugar. Rayos, Flores no fue el único jugador emocional ese día por la posibilidad de irse de los Mets. Zack Wheeler, en rehabilitación de su cirugía Tommy John en el complejo de los Mets en Florida, llamó a Alderson antes de la fecha límite para indicarle de forma apasionada su deseo de quedarse con la organización. Wheeler se habría unido a Flores en Milwaukee de haberse completado el acuerdo por Gómez.
Horas antes de que los Mets consiguieran a Céspedes, Wheeler estaba pautado para ser cambiado a Cincinnati por Jay Bruce. Pero ese acuerdo también se cayó.
"Yo entiendo que es un negocio. Sandy tiene un trabajo que hacer para mejorar este equipo lo más posible", dijo Wheeler. "Pero he estado con esta organización durante algunos de los dolores de crecimiento. Me gusta lo que Sandy ha hecho aquí. Y quiero ser parte de ellos porque vamos a ser buenos este año y el año que viene y por varios años por venir. Definitivamente es un lugar muy divertido para jugar".
"Hemos traído a grandes personalidades al camerino que han mejorado el ambiente", dijo Collins. "Y eso ha ayudado. A los chicos les gusta venir aquí. A los chicos les gusta estar en el estadio. Eso es algo que tienes que tener".
Luego de quedarse a un juego de la Serie Mundial en 2006, los Mets desperdiciaron una ventaja de siete juegos restando 17 partidos en calendario en la temporada siguiente y se perdieron los playoffs. En 2008, los Mets fueron eliminados en el día final de la temporada regular por segundo año consecutivo. Eso llevó a una solemne ceremonia postjuego con la presencia de Tom Seaver y Mike Piazza para reconocer el cierre del Shea Stadium. Desde ese entonces, los Mets han sufrido seis temporadas perdedoras consecutivas, igualando a los Astros de Houston por la racha activa más larga en las mayores. Pero todo indica que ambas rachas se quebrarán en esta temporada.
"Uno lo ve en television y se puede ver en los rostros de estos chicos. Ellos nunca creen que van a perder", dijo el capitán David Wright, quien se unió de vuelta a los Mets esta semana luego de una ausencia de cuatro meses al lidiar con un desgarro en la corva y luego sufrir de estenosis espinal.
Los fanáticos de los Mets vitorearon a Wright el lunes en Filadelfia durante su primer partido de Grandes Ligas desde el 14 de abril. El capitán bromeó luego del partido al indicar que se puso bien emocional y que por poco "tuvo un Wilmer Flores."
En ese mismo juego, Flores tuvo una gran actuación al conectar dos jonrones y remolcar cinco carreras al llevar a los Mets a superar un déficit de cinco carreras para vencer a los Filis de Filadelfia 16-7. La una vez moribunda ofensiva se ha recuperado gracias a las adiciones en la fecha límite de Céspedes, Juan Uribe y Kelly Johnson, el ascenso del seleccionado en la primera ronda del sorteo del 2014 Michael Conforto desde el equipo Doble A Binghamton y ahora el regreso de Wright.
Los fanáticos le responden particularmente bien a Flores sin importar la ciudad, más que a cualquier otro miembro de los Mets.
"Es algo realmente divertido", dijo Flores. "Aunque estábamos en Filadelfia, me sentía como si estuviese en Nueva York. Es algo divertido. Realmente aprecio que los fanáticos estén haciendo esto".
La cercanía de la fecha límite de cambios libres en Grandes Ligas, que será este viernes a las 4 pm ET nos trajo un episodio que pocas veces se ve en el béisbol organizado.
El supuesto canje entre los Mets de Nueva York y los Cerveceros de Milwaukee, que llevaría al jardinero Carlos Gómez a la Gran Manzana por el jugador del cuadro Wilmer Flores y el lanzador Zack Wheeler, terminó en nada cuando el gerente general Sandy Alderson afirmó que la transacción no se llevaría a cabo.
El cambio explotó con fuerza en las redes sociales. Flores, que estaba en el terreno en el partido ante los Padres de San Diego, se enteró del mismo por un fanático y rompió a llorar. El manager Terry Collins, también sin conocimiento de lo que estaba pasando, no sacó al venezolano del partido incluso después de la descarga emocional. Pocos minutos más tarde, Alderson declaró que no había cambio.
Todo un circo, para decirlo coloquialmente.
Pero vamos a explicar que pasó legalmente con el fin de aclarar unas dudas y errores que circulan sobre todo en Twitter.
Los cambios a nivel de Grandes Ligas pasan por varias etapas de negociación, evaluación, consideraciones financieras y todo tipo de intercambios. Una vez identificados los jugadores involucrados pueden pasar muchas cosas antes que legalmente estemos hablando de un 'negocio cerrado".
A veces es necesario que el pelotero dé su aprobación. En otras ocasiones el equipo debe hacer una reestructuración del contrato. Incluso hemos visto como el sindicato de jugadores se tiene que meter y aprobar transacciones que involucran la renuncia de parte de un dinero garantizado. Pero la condición más común de todo cambio es la revisión de los exámenes médicos.
Esto legalmente es muy sencillo. Es una transacción sujeta a una condición. La condición es la revisión y aprobación de los exámenes médicos.
Hasta que eso no ocurra no existe el cambio.
El problema es que ese paso normalmente se ha convertido en una simple formalidad, ya cuando la negociación llega a ese punto es muy probable que suceda. De hecho, son varios los casos de equipos que han recibido peloteros con alguna lesión o indicios de lesión, como Prince Fielder, pero no le prestan atención o no les preocupa la gravedad de la misma.
Ahora, no nos confundamos, el cambio de Gómez a los Mets nunca se dio legalmente. No importa si en el pasado los exámenes médicos no eran un escollo, si había pasado un millón de radiografías recientes o si salió en Twitter. La realidad es que toda esa transacción estaba sujeta a una condición que no se cumplió ya que a uno de los dos equipos, los Mets, no le gustó algo que vio en alguna placa.
Scott Boras se molestó con la decisión de los Mets y eso también es lógico. Carlos Gómez es uno de los clientes más importantes de Boras y en un año se declarará agente libre. Ahora el dominicano tiene una etiqueta de problema crónico en la cadera que lo acompañará en el futuro y posiblemente baje su valor al representar un mayor riesgo de lesión. Eso es lo que enfurece al agente, que al final su representado sale perjudicado de todo esto.
¿Qué pasa si un pelotero es cambiado y luego se lesiona en el primer juego y pierde su carrera? Bueno esa es exactamente la razón de los exámenes médicos. La idea es que sea una transacción de buena fe, sin que las partes oculten algún vicio.
Como en las Grandes Ligas se maneja tanto dinero y obtener un pelotero implica asumir nuevos compromisos financieros y además desprenderse de prospectos en lo cuales también se han realizado grandes inversiones entonces lo correcto es que los dos equipos estén absolutamente consciente que todos los involucrados estén sanos o relativamente sanos.
Siempre hay un riesgo, todo pelotero tiene alguna dolencia o viene de recuperase de lesiones que pudieran reaparecer. Es en ese último momento de la revisión de exámenes médicos en el que se transfiere ese riesgo, pero no antes. Eso lo saben los equipos, nadie puede garantizar que un pelotero con alguna lesión previa no vaya a tener problemas relacionados con esa misma lesión. Por eso hablo de 'asumir' el riesgo. Igual un pelotero pudiera estar 100% sano y le dan una pelotazo en la mano y se pierde el resto de la temporada. Ese tipo de cosas están fuera del control del equipo.
Se que este es uno de esos blogs un poco complejo pero como pasa mucho hoy en día en las Grandes Ligas los temas legales y contractuales se meten en medio de lo que hasta hace muy poco era solo una discusión de beisbol. El cambió que no se dio ayer es otra muestra de eso.
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