Alemania-ArgentinaGetty ImagesArgentina y Alemania le darán vida a un duelo con mucha historia mundialista

BUENOS AIRES -- Este viernes comienza el final de esta Copa del Mundo. Los próximos cuatro años de fútbol conocerán su nuevo rey en sólo algunos días y los cuartos de final arrojarán los cuatro Seleccionados que cumplirán el primer gran objetivo: jugar siete partidos.

Las Selecciones que han quedado en la historia siempre dan el gran salto en esta instancia. Los primeros partidos son para encontrar el equipo, por eso los verdaderos candidatos aparecen en estos momentos, en los instantes definitivos. Las figuras también nacen aquí y las derrotas duelen más cuando la meta está más cerca. En definitiva, esta fase marca un antes y después, da prestigio o quita. Aquí comienza a escribirse la historia grande.

No es costumbre de los freaks de ESPNdeportes.com realizar pronósticos sobre partidos de fútbol, sobre todo porque es una actividad inútil en un deporte imposible de predecir como este. Ésta no será una excepción y tampoco aventuraremos posibles resultados, aunque sí presentaremos datos y antecedentes de cada duelo para comenzar a palpitar esta etapa definitiva.

Sin dudas, el encuentro más equilibrado y esperado será el que enfrentará a Argentina y Alemania, dos de los campeones mundiales que aún sobreviven en este torneo, junto a Uruguay y Brasil.

Por primera vez en la historia, una Selección repitió adversarios en octavos y cuartos de dos Mundiales consecutivos. La Albiceleste le ganó a México por segunda vez consecutiva tras la victoria en Alemania 2006 y ahora volverá a chocar con los teutones, aunque espera que el marcador sea distinto.

Argentinos y alemanes chocaron cinco veces en Copas del Mundo, con un triunfo argentino, dos alemanes y dos empates. Dos de esos duelos se vivieron en finales, con una victoria para cada lado. Por todo esto, es uno de los tres o cuatro partidos con más historia.

Son los equipos que mejor fútbol desplegaron en lo que va de Sudáfrica 2010 y protagonizarán un choque que dejará al ganador a sólo un paso de la gloria. Además, será el duelo entre Lionel Messi y Mezut Ozil, las estrellas de un torneo que aún no ha visto brillar a sus astros más importantes.

El ganador de este apasionante cotejo se las verá ante España o Paraguay. La Roja comenzó con una derrota y todos la veían afuera de la pelea, pero se recuperó y frente a Portugal mostró su mejor cara, para intentar volver a meterse entre los cuatro mejores tras sesenta años.

Holanda v Brasil
Getty ImagesHolanda-Brasil abrirá la serie

Estos dos Seleccionados chocaron dos veces en Mundiales, con un empate y un triunfo español. El último antecedente es muy triste para los europeos, ya que después del 0-0 en la fase inicial de Francia 98, el conjunto de Javier Clemente quedó casi eliminado.

Muchos dicen que éste es el enfrentamiento menos parejo de los cuartos de final, con una España que va de menor a mayor y un Paraguay que ganó sólo un partido y no mostró buen juego hasta ahora. Lo cierto que la solidez guaraní es conocida por todos y será un duro escollo para un conjunto que luchará contra su rival y contra su historia.

Del otro lado del cuadro, Brasil y Holanda le darán vida a un choque lujoso. Jugaron tres encuentros mundialistas, con un triunfo por lado y una igualdad. El dato: cada vez que chocaron, el ganador jugó la final del campeonato.

El punto en común más importante que tienen la Naranja y el Scratch es el cambio de estilo que ambos experimentaron en los últimos años. Brasil se alejó del jogo bonito para acercarse al pragmatismo del entrenador Dunga. Aunque ya no es tan divertido ver un partido de Brasil, la defensa que ideó el estratega gaúcho es la mejor del planeta y se convirtió en casi inexpugnable. Sí, por primera vez la gran virtud brasileña no es su poder de ataque, aunque también es temible.

Holanda tampoco profesa su juego atildado de otros tiempos, aunque los pies sensibles de sus jugadores compensan ese cambio de idea. La aparición de Arjen Robben frente a Eslovaquia es la mejor noticia que podría tener un Seleccionado que busca de una vez por todas su primer título mundial.

En el último cruce de cuartos, las dos grandes sorpresas del certamen se enfrentarán en Soccer City. Uruguay, con su historia gloriosa, enfrenta a la esperanza africana, Ghana. Sudáfrica 2010 tendrá el primer semifinalista del continente anfitrión o vivirá la resurrección del primer gran campeón de todos los tiempos. Pase lo que pase, este resultado quedará en el recuerdo.

No hay candidatos ni favoritos. Sólo el fútbol sabe quiénes serán los últimos en irse del primer Mundial africano. Desde aquí, el deseo es uno solo: Argentina-Paraguay y Brasil-Uruguay en semis. Sudamérica merece vivir su más grande fiesta futbolera de todos los tiempos.

Argentina v Corea del SurGetty ImagesMessi, Higuaín y Agüero, más Tevez son la delantera más temible del Mundial

BUENOS AIRES -- Y llegó el primer día sin fútbol de esta Copa del Mundo. Tras 19 jornadas de actividad, los corazones del planeta futbolero tienen sus merecidas 48 horas de descanso. Pese a que las grandes expectativas generadas en la previa no fueron colmadas por el juego hasta el momento, un Mundial es un Mundial y siempre será el foco de atención de todos durante un mes.

Se han disputado hasta el momento 56 partidos y se convirtieron 123 goles, números que generan un promedio de 2,19 por encuentro, la peor marca de la historia. Estas cifras son sólo una muestra de algo que se ve mucho mejor en la cancha: la mayoría de los Seleccionados que participan de Sudáfrica 2010 piensan más en el arco propio que en el rival.

A continuación, presentaremos un repaso de lo mejor y lo peor de este torneo. Aquello que recordaremos por siempre y lo que ya tratamos de olvidar. Lo que nos sorprendió y lo que nos defraudó. Porque en una Copa del Mundo, como en la vida, hay momentos de alegría y de tristeza. Esperemos que a partir de ahora los instantes de felicidad sean más que los de aburrimiento.

Lo mejor:
Algunos tríos de delanteros. Sí, paradójicamente, hubo entrenadores que le escaparon a esa tendencia mezquina y optaron por sumar talentos en la ofensiva. Lo mejor de este campeonato hasta ahora lo entregaron los atacantes y un dibujo táctico que parecía ya obsoleto: el que suma tres delanteros.

Las Selecciones rioplatenses son el paradigma de este punto. Argentina, con Messi, Higuain y Tevez; y Uruguay con Forlán, Cavani y Suárez, apostaron por el ataque y ganaron. Sí, hay algo que nunca cambiará en este deporte: para ganar hay que hacer goles. Y aquellos que buscan matar antes que sobrevivir siempre tendrán más posibilidades.

Alemania también modificó su estilo para sumar variantes ofensivas. Muller, Podolski, Klose y Ozil sorprendieron a todos por su juego atildado, al igual que Sneijder, Van Persie y Robben en Holanda.

Lo peor:
La actitud mostrada por Francia, Italia, Inglaterra y Portugal. Estos equipos europeos que llegaron con el aura de candidatos se quedaron afuera del torneo sin siquiera intentar dar vuelta la historia. Siempre se puede perder, pero nunca sin pelear. Estos Seleccionados fueron superados y jamás dieron indicios de rebeldía ante la derrota. Se conformaron con perder y eso es imperdonable para su historia de grandeza.

El tema recurrente: La Jabulani. Arqueros, delanteros y entrenadores alzaron sus voces en contra de un mismo objeto: la pelota. Nunca un balón mundialista generó tanta controversia como el multicolor diseño de la marca de las tres tiras. Que es muy liviano, que es incontrolable, que se mueve con el viento. Para los guardavallas es un problema sin solución, para los atacantes es cuestión de práctica. Lo cierto es que la FIFA fue víctima de su propia idea y su meta de mayor cantidad de goles no fue cumplida por culpa de la Jabulani.

La polémica
El gol de Lampard a Alemania. Hasta los octavos de final, la tarea de los árbitros había sido casi perfecta y salvo errores aislados, todos cumplieron una buena actuación. Sin embargo, el primer desacierto significativo ocurrió en el primer gran partido del torneo. Jorge Larrionda no vio lo evidente y no convalidó el golazo de Lampard que le daba el empate 2-2 a Inglaterra ante Alemania. En medio del recuerdo por la final de 1966, el error sirvió para reabrir el debate sobre la utilización de la tecnología para ayudar a los referís. La FIFA ya no tendrá opciones y deberá implementarlo en Brasil 2014.

Alemania v Inglaterra
Getty ImagesOzil es la gran revelación de esta Copa del Mundo

La revelación:
Mezut Ozil. En una encuesta previa, la mayoría de los votantes eligieron como posible revelación a Thomas Muller, un jugador que también brilló en Alemania. Sin embargo, el nivel mostrado por el futbolista de origen turco no estaba en los planes de nadie y fue el revulsivo que necesitaba Alemania para dar vuelta una historia que no le era favorable antes del Mundial. Ozil le dio frescura, juego y gambeta a un Seleccionado que históricamente carecía de esos elementos. Por eso, es el abanderado de esta nueva idea alemana. Bienvenido sea.

La confirmación:
Lionel Messi. Por amplio margen, es la superestrella que más brilló en el firmamento sudafricano. A diferencia de Cristiano Ronaldo, Rooney, Fernando Torres o Franck Ribery, el crack argentino sí fue clave en el funcionamiento de su equipo. En los partidos de primera fase fue la gran figura y sólo le faltó el gol, mientras que ante México fue bien marcado pero se las arregló para generar peligro. Lio le ganó a las críticas y es la esperanza de Argentina en estos encuentros definitorios y el gran candidato para subirse al trono.

Los goleadores:
David Villa y Gonzalo Higuain. Eran dos de los indicados como posibles ganadores del Botín de oro y respondieron a las expectativas gracias a su enorme categoría. El español es el mejor futbolista de su equipo hasta ahora y el argentino demostró que tiene el nivel suficiente para ser el nueve de la Albiceleste por muchos años. Ambos pelearán por el título de máximo artillero con Luis Fabiano.

El mejor equipo:
Es una decisión difícil, pero sin un equipo se conforma por defensores y delanteros, el elegido deberían ser Brasil. El Scratch tiene la mejor generación de defensas de toda su historia y con eso es más que suficiente para convertirse en el mayor favorito. Además, sus atacantes son un peligro constante y su arquero parece invencible. A veces, once cracks pueden formar un gran equipo.

El bochorno:
Francia y sus problemas. La principal vergüenza del subcampeón reinante se vio en la cancha. Sus jugadores se arrastraron en los tres partidos y fueron un verdadero desastre. No tuvieron reacción ni fibra para dar vuelta historias adversas. A esos problemas deportivos se le sumó el escándalo entre Nicolas Anelka y Raymond Domenech, que terminó con la expulsión del delantero y una frase ya histórica de Patrice Evra: "Hay un traidor entre nosotros".

El partido más espectacular:
Italia-Eslovaquia. Protagonizaron uno de los finales más electrizantes de todos los tiempos, con un golazo espectacular de Di Natale y dos tantos eslovacos que le dieron la histórica clasificación a octavos de final. Además, se consumó un hecho sin precedentes: ambos finalistas del último Mundial quedaron eliminados en primera fase.

El récord:
Cuatro equipos sudamericanos se clasificaron para los cuartos de final por primera vez en la historia. Este extraordinario suceso describe con total claridad el actual momento del fútbol internacional, en el que los mejores futbolistas provienen de esta parte del mundo y los entrenadores más capaces también viven en nuestros países. Será cuestión de entender que vivimos en "la tierra del fútbol".

BUENOS AIRES -- "Todo lo que sea por debajo de los cuartos de final será poco". Gerardo Martino llegó a Sudáfrica con un objetivo muy claro: superar la mejor actuación histórica de la Selección paraguaya en una Copa del Mundo. Hoy, el 29 de junio de 2010 esa meta fue cumplida y el fútbol guaraní vive el mejor momento de toda su historia.

Paraguay
Getty ImagesParaguay hizo historia y ahora va por más

Hasta este día de gloria, las momentos más importantes de la Albirroja habían sido las conquistas de las Copas América de 1953 y 1979. Pero esto es diferente, es llegar al cielo, a la cumbre, a un lugar que hace años era impensado, que era una utopía.

Paraguay es la sexta Selección sudamericana que se mete entre los ocho mejores del planeta en un torneo de esta categoría. Argentina, Uruguay y Brasil, los campeones que tuvo el continente, son las grandes potencias históricas, mientras que Chile brilló en 1962 y Perú en 1974 y 1978. Ahora, la Albirroja se une a esa lista de oro.

El entrenador Martino llegó a la dirección técnica tras ganar todo con Libertad, un club que volvió a llevar al fútbol de este país a la cima internacional, como alguna vez lo hizo Olimpia. El Mundial 2006 fue el peor de los últimos años y se necesitaba comenzar un nuevo proceso para volver a la elite. El Tata fue el hombre indicado.

El técnico argentino armó un equipo sólido como lo marca la tradición guaraní pero a eso le agregó una importante cuota de poder ofensivo. Gracias a esas dos armas letales, en las Eliminatorias hizo una excelente primera rueda, que le dio una tranquila clasificación para la cuarta Copa consecutiva.

El año mundialista empezó muy mal para el combinado nacional, porque la gran figura, el corazón de la ofensiva, fue víctima de un terrible incidente en México y perdió la oportunidad de disputar su primer Mundial. Salvador Cabañas recibió un disparo en la cabeza y las esperanzas de hacer un torneo histórico comenzaron a diluirse.

Sin embargo, la fuerza de un plantel diseñado para convertirse en leyenda pudo más que la tragedia y llegó a Sudáfrica con las mismas expectativas con las que terminó las Eliminatorias.

En la primera fase, el equipo ganó su partido más significativo frente a Eslovaquia y se clasificó en el primer lugar del grupo F, contra todos los pronósticos que ponían a Italia como amplia favorita a la clasificación. En el duelo contra el campeón del mundo, Paraguay mostró sus legendarias virtudes: una defensa sólida y garra en cada centímetro de la cancha. Con eso, le alcanzó para sacarle un empate y arrancar el campeonato de gran manera.

A diferencia de lo que sucedió en torneos anteriores, los octavos de final arrojaron un adversario no tan complicado. Inglaterra en 1986, Francia en 1998 y Alemania en 2002 fueron invencibles, pero este Japón podía representar el mejor rival para dar el gran salto.

Sin embargo, la Albirroja jugó su peor partido del Mundial y sufrió mucho más de lo aconsejable por cualquier cardiólogo. Asunción se paralizó para vibrar con su primera definición por penales mundialista y estalló con el gol de Tacuara Cardozo. Un dato clave: todos los futbolistas paraguayos ejecutaron sus disparos de una manera perfecta, con categoría y decisión.

Así llegó Paraguay a los cuartos de final de una Copa del Mundo. Así se metió entre los mejores del planeta. Así le dio un motivo más de orgullo a esta espectacular Sudamérica que brilla en Sudáfrica. Así le dio continuidad a un sueño que todavía no termina y espera seguir ante España. La utopía puede transformarse en realidad.

BONUS TRACK: EL CASO CRISTIANO RONALDO
Fue una sombra. Se escondió cuando se equipo más lo necesitaba. No pesó ni en ataque ni en el armado de juego. Casi no tomó contacto con la pelota. Desapareció aún más sobre el final del partido. Estas frases no describen la actuación de un futbolista mediocre del que no se espera nada. No, hablan de quien para muchos es el mejor de todos: Cristiano Ronaldo.

El ¿delantero? portugués pasó una vez más sin pena ni gloria por un campeonato importante y por eso le lloverán críticas, merecidas, en su país. Sólo marcó un gol frente a Corea del Norte y además estrelló un remate en el travesaño ante Costa de Marfil. Esas fueron sus mejores acciones en Sudáfrica. ¿El resto? Sólo protestas, miradas hacia las pantallas y errores a granel.

Será el momento para comenzar el debate acerca del verdadero nivel de algunos futbolistas. ¿Cómo es posible que alguien ose decir que Ronaldo es más importante en un equipo que Iniesta?

En esta era de globalización en la que una sonrisa para la cámara a veces "vende" más que una gambeta, es hora de volver a ver los partidos en la cancha o por televisión y dejar de creer que la realidad es la que se ve en los comerciales. Los grandes futbolistas son los que mejor juegan, no los más carismáticos.

BUENOS AIRES -- El Mundial está en su segunda mitad. Ya hubo grandes goles, polémicas que quedaron en la historia, fracasos y revelaciones. Sin embargo, recién hoy, a 17 días de aquel partido inaugural que ahora parece muy lejano, Brasil decidió hacer su presentación en Sudáfrica.

Brasil
Getty ImagesBrasil goleó al buen equipo chileno y mete miedo

Como se dice hasta el cansancio en este tipo de torneos, la competencia "fuerte" comienza en los octavos de final. De acuerdo o no con esa sentencia, hay algo de cierto en la afirmación. Los Seleccionados más importantes muchas veces guardan sus cartas en la etapa inicial y explotan en los choques eliminatorios. Brasil es el paradigma de esta idea.

En la primera fase, el equipo de Dunga pasó sin sobresaltos el llamado grupo de la muerte, algo que de por sí solo es un gran mérito. Pero algo no estaba bien en uno de los máximos candidatos. El nivel de juego no fue el esperado ante un rival pobrísimo como Corea del Norte y luego protagonizó un partido muy malo ante Portugal.

El buen triunfo en el segundo juego de la zona H contra Costa de Marfil polémicas arbitrales al margen- fue la única muestra de que ése era un verdadero Seleccionado brasileño. Esa victoria le permitió dar el paso necesario hacia la próxima ronda sin tener que sufrir en el último partido, como le sucedió a Italia, Inglaterra y Alemania.

El cruce de octavos de final deparó el mismo adversario de Francia 98, aunque mejorado. Este Chile de Bielsa es muy superior a aquel de Nelson Acosta que había sido superado por amplitud por el Scratch. Algo estaba claro: para ganar sin sobresaltos, Brasil debía mejorar. Y vaya si mejoró.

Esta no es una Verdeamarelha tradicional. Sólo una de las virtudes históricas se mantiene inalterable: la contundencia. Este equipo del pragmático Dunga apoya todos sus intentos ofensivos en la tremenda potencia individual de sus hombres de ataque, porque casi no genera peligro por el juego asociado y posee la pelota muy poco tiempo. Sí, todo lo contrario de la filosofía histórica.

Kaká, Luis Fabiano y Robinho forman un tridente de lujo, que puede matar en cualquier momento y bajo cualquier circunstancia. De hecho, en el comienzo del encuentro frente a Chile, Brasil no encontraba la pelota y la Roja había inquietado en varias ocasiones, pero dos golpes fulminantes terminaron con las esperanzas chilenas y liquidaron el pleito a mucho antes de lo pensado.

Pese a que los tres delanteros conforman el principal arma de Brasil, la gran figura de este equipo no está en la línea ofensiva. El jugador más regular, el que más aporta tanto en defensa como en ataque es Maicon. Esta vez, abrió el camino del triunfo con un gran desborde y luego se dedicó a controlar los posibles intentos de Alexis Sánchez y Jean Beausejour.

El ingreso de Daniel Alves también fue muy importante y representa una mejora en el mediocampo con respecto a la participación de Elano. Dani se asocia muy bien con Kaká y le da oxígeno a Maicon, para que elija cuándo pasar y cuándo no.

La otra razón de la recuperación del fútbol en el Scratch tiene nombre propio: Kaká. El crack del Real Madrid volvió a sentirse importante y aunque no mostró todo su potencial, su aporte fue clave en la generación de juego y en el armado de las jugadas ofensivas que terminaron Luis Fabiano y Robinho.

Brasil se hizo esperar, pero un día hizo su aparición triunfal en la Copa del Mundo, justo cuando más hace falta empezar a ver a los grandes equipos en acción. A este Chile del gran Marcelo Bielsa le tocó ser la víctima pero debe irse con la cabeza en alta porque cumplió una muy digna tarea y perdió frente a uno de los mejores.

Ahora, el Scratch se enfrentará a Holanda, otra de las Selecciones que cambió su habitual estilo de juego por una mayor solidez defensiva. Son dos equipos similares, con grandes delanteros y una buena estructura defensiva. Aunque la historia, como siempre, juega con una camiseta amarilla.

BUENOS AIRES -- En los días previos a esta Copa del Mundo, en Argentina se utilizó hasta el cansancio la frase "el jugador del pueblo" para identificar a Carlos Tevez. Diego Maradona lo bautizó de esa manera en una conferencia de prensa y todo el país adoptó ese apodo como propio. Incluso, el propio Carlitos bromeó con eso y dijo que estaba feliz con la calificación.

Tevez
EFEEl jugador del pueblo fue la figura ante México

Desde su debut en Boca Juniors, Tevez se ganó el corazón de la gente para siempre. Su carisma y su espontaneidad lo acercan al pueblo, a los hinchas que colman las tribunas populares, a los trabajadores que viven por y para el fútbol. Además, su simpatía y su capacidad para adaptarse a cualquier ámbito lo transforman en un personaje irresistible en cualquier estrato social.

Carlitos logra lo imposible: lo quieren todos, lo disfrutan todos. Desde los pibes que entienden su mismo código de barrio hasta aquellos que viven lejos de las penurias y las necesidades que él mismo sufrió en su niñez.

Tevez creció en un suburbio de Buenos Aires conocido como Fuerte Apache, una zona en la que los precarios edificios altos no tienen el mismo significado que en las grandes capitales. Lo mejor allí, lo que más felicidad da, es la pelota.

Otra de las grandes razones por las que Carlitos es amado por su país es ésa: nunca cambió su esencia. Antes era feliz gracias a la pelota y hoy es feliz por la misma razón. Tevez se divierte y divierte. En la cancha ríe y baila, rompe esquemas por su desfachatez y lucha como un guerrero. Es el jugador que todos quieren tener en su equipo, el futbolista que todo hincha quiere idolatrar.

Por estas razones, se ganó el mote que Diego Maradona le regaló: "el jugador del pueblo". Pero hay mucho más detrás de aquellas virtudes que todos le elogian. Carlitos no es sólo garra y sacrificio. Es mucho más que eso, es fútbol, Fútbol en estado puro.

En este último partido de octavos de final del Mundial de Sudáfrica frente a México, Tevez demostró que puede ser igual de importante en la creación de cada jugada de ataque como en la terminación y en la destrucción de los intentos del rival. Puede ser clave en cada aspecto del juego, tanto para abrir un marcador como para cerrar una victoria.

Le dio el primer tanto a la Albiceleste en una acción en la que estaba en clara posición adelantada, pero minutos después emuló al Maxi Rodríguez de 2006 y marcó un gol extraordinario, el mejor del equipo en este torneo. Fue la figura del partido por sus goles pero también por su juego, sobre todo por su juego.

Quienes afirmaban como una sentencia que en la Selección no rendía lo mismo que en todos los clubes en los que brilló seguro olvidaron los Juegos Olímpicos de 2004, en los que fue el gran protagonista en la conquista de la medalla dorada, o la Copa América del mismo año.

Pero este Mundial es su consagración definitiva, que queda sellada en el abrazo con Maradona, el hombre que le dio la titularidad cuando nadie lo esperaba, el técnico que día a día está más firme en su cargo y cuya figura crece partido tras partido, si eso es aún posible.

Carlitos fue el mejor ante México, pero sus goles no son importantes si se los compara con las sensaciones que despierta en la gente. Sí, porque el pueblo argentino vibra con el fútbol como no vibra con nada y Carlitos es el fútbol. El fútbol es estado puro.

BONUS TRACK: 44 AÑOS ATRASADOS
Antes del inicio de esta Copa del Mundo, desde este mismo blog alertábamos acerca de la posibilidad de que se repita lo mismo que sucedió en Inglaterra 1966, por culpa de la FIFA y su decisión de no incluir la tecnología en los fallos arbitrales.

En aquella final, Inglaterra se coronó campeona del mundo gracias a un gol de Geoff Hurst que no debió convalidarse porque la pelota no entró en el arco alemán. Sí, cualquier semejanza con la realidad no es pura coincidencia, es un terrible error del máximo ente rector del fútbol internacional.

Hoy, en la era de la informática y las comunicaciones, volvió a pasar lo mismo. O peor. Porque el árbitro uruguayo Jorge Larrionda no convalidó un gol totalmente lícito a favor de Inglaterra. Sí, el destino se encargó de darle revancha a la Nationalmannschaft pero de la peor manera.

Esperemos que este bochorno futbolero sea el motivo suficiente para que los cerebros de la IRB se replanteen la utilización de una simple cámara para no castigar a quienes no lo merecen. Ah, y no digan que no avisamos.

BUENOS AIRES -- Cuando parecía que éste sería el peor Mundial de la historia para el continente anfitrión, hizo su irrupción el equipo más europeo de los africanos y salvó el honor de todo un pueblo. Ghana venció con claridad a Estados Unidos e igualó la mejor actuación de un Seleccionado de estas tierras en una Copa del Mundo.

John Pantsil
Getty ImagesPantsil celebra la histórica clasificación de Ghana

Paradójicamente, las Estrellas Negras llevaron a África a la elite con un estilo totalmente opuesto al que históricamente hizo brillar a los equipos del continente. Lejos quedaron el juego vistoso y la frescura de Nigeria, Camerún o Senegal. Hoy Ghana triunfa gracias a sus variantes tácticas y a su disciplina. Sí, aquellas virtudes que los representantes de Europa supieron llevar a lo más alto hoy son las razones de esta victoria ghanesa.

En 1978 Túnez le dio el primer triunfo mundialista a la CAF, ante un pobrísimo Seleccionado mexicano. Cuatro años más tarde, Camerún sorprendió al mundo y, aunque se despidió en primera ronda, logró empatarle a Italia, que luego sería el campeón. En México 1986 Marruecos se convirtió en la primera Selección africana que supera la primera fase y en Italia 90 los Leones Indomables quedaron para siempre en la leyenda tras vencer a Argentina y alcanzar los cuartos de final.

Hasta aquella actuación deslumbrante del Camerún de Roger Milla y François Onam-Biyik, el crecimiento de África en los Mundiales fue sostenido, por eso se esperaba un salto de calidad en los siguientes torneos. Sin embargo, pese al buen nivel de Nigeria en 1994 y 1998 y a las medallas doradas obtenidas en dos Juegos Olímpicos, hubo que esperar a 2002 para volver a ver un Seleccionado de este continente entre los ocho mejores.

Senegal protagonizó uno de los batacazos más extraordinarios de todos los tiempos y venció a la campeona reinante, Francia, en el partido inaugural del certamen disputado en Corea-Japón. En octavos, superó a Suecia y luego debía afrontar un apetecible cruce contra Turquía en cuartos. Sin embargo, la barrera volvió a cerrarse y las semis se privaron de tener un africano, una vez más.

En Sudáfrica 2010, las Estrellas Negras completaron la trilogía con un trámite casi calcado a los dos anteriores triunfos africanos en una serie eliminatoria mundialista. Victoria 2-1 en tiempo suplementario tras comenzar arriba en el marcador.

Hoy, la esperanza se llama Ghana, el país más exitoso en materia de juveniles. De la mano de jugadores de mucha personalidad como Prince Boateng y Asamoah Gyan, las Estrellas Negras lograron emular a Camerún y Senegal. Como en 1990 fue Colombia y en 2002 Suecia, esta vez la víctima fue Estados Unidos.

Hasta el 26 de junio, el primer Mundial africano había sido una verdadera tortura para los combinados "locales". Sudáfrica fue el primer anfitrión en despedirse en primera ronda, Camerún perdió todos los partidos, Argelia no convirtió ni un gol, Nigeria realizó su peor actuación histórica y Costa de Marfil no pudo superar el grupo de la muerte.

Sólo Ghana se metió en octavos y salvó el honor de todo un pueblo que soñó durante años con este momento. Ahora, será el momento de intentar dejar atrás esa barrera que en otros tiempos fue insuperable. El equipo de Rajevac sabe si lo hará con sus propias armas o apelará al histórico estilo africano, a la frescura que tanto extrañamos en Sudáfrica 2010.

EL HÉROE CHARRÚA
"En la Selección no rinde ni la mitad de lo que rinde en Europa, que no juegue más en la Celeste". Antes de esta Copa del Mundo la mayoría de los uruguayos hubiese respondido con una frase similar ante la consulta acerca de su opinión sobre Luis Suárez. Pero la historia cambió para siempre en dos partidos y aquel resistido delantero es hoy un héroe nacional.

En el último choque de la primera fase ante México, Suárez convirtió su primer gol mundialista y fue la gran figura del equipo que se clasificó en primer lugar. Pero sin duda, su consagración llegó hoy, en el compromiso de octavos de final frente a Corea del Sur. A los seis minutos del primer tiempo, el delantero recibió un gran pase de Forlán y le dio a la Celeste el primer grito en un duelo eliminatorio en los últimos cuarenta años.

En el segundo tiempo llegó el momento de su ascenso al olimpo. La Selección dirigida por Tabárez era superada por Corea y aquella victoria que era casi una realidad en el inicio, se hacía cada vez más difícil. Pero apareció el nueve y definió como lo que es: un crack. Gracias a ese golazo, uno de los más lindos de la Copa, Uruguay se clasificó para los cuartos de final por primera vez desde México 1970.

Antes resistido, hoy idolatrado. Suárez fue el artífice del triunfo más importante del Seleccionado charrúa en la era moderna, el encargado de resucitar a una Celeste que parecía muerta y hoy está más viva que nunca.

BUENOS AIRES -- A veces la justicia se digna por hacer su aparición en el fútbol. Paradójicamente, una de las más hermosas características de este deporte es su imprevisibilidad, que en ocasiones atenta contra los mejores equipos. Esta vez, dos de los mejores Seleccionados de la primera fase del Mundial le ganaron a la injusticia y lograron la clasificación a octavos de final.

España v Chile
Getty ImagesEspaña y Chile estarán en los octavos de final

España y Chile llegaron a la última fecha de la ronda inicial con el riesgo de poder quedar eliminados. En un torneo repleto de Selecciones mezquinas y que apuestan más por cuidarse que por arriesgar, estos dos ejemplos de fútbol ofensivo podían sufrir un duro golpe. Sin embargo, los resultados se dieron de la mejor manera y los amantes del fútbol podrán seguir disfrutando de dos buenos conjuntos con ambiciones.

En el último encuentro del grupo H, las "Rojas" se enfrentaron en un marco de gran nerviosismo, por lo que no pudieron mostrar sus mejores armas. De todas formas, hasta los últimos diez minutos se vio un duelo en el que ambas intentaban llegar al triunfo, cada una con sus ideales.

España no tuvo la circulación de pelota de siempre pero fue contundente y aprovechó dos errores defensivos para ponerse en ventaja cuando menos lo merecía. Su mejor jugador no fue ni Xavi ni Iniesta, sino Xabi Alonso, lo que pone de manifiesto que el partido fue más luchado que jugado en la mitad de la cancha.

Chile, por su parte, jugó como de costumbre. Marcelo Bielsa lo manifestó en la previa y sus jugadores cumplieron con el libreto. Atacó desde el comienzo e incluso tuvo más claridad que su rival, pero debió correr desde atrás en el marcador por los desaciertos de Claudio Bravo en el primer gol y de Antonio Vidal en el segundo.

Sin dudas, no fue el mejor encuentro que estos dos grandes equipos podían ofrecer, pero se ganaron la confianza y la admiración por lo que hicieron antes. En esta zona en la que un Seleccionado como Suiza podría haber avanzado a octavos de final, es una gratísima noticia la clasificación de quienes se enfrentaron en Pretoria.

El cuadro helvético se encontró con una victoria histórica e increíble en su debut y luego, cuando debió salir a ganar, expuso todas sus limitaciones. Como muchos otros equipos de este campeonato, Suiza no sabe atacar. Se siente cómodo en la idea facilista de "defender el cero" pero en el momento en el que está obligado a buscar el triunfo falla una y otra vez. Por eso, es justa su eliminación.

Tanto Chile como España dominaron con amplitud sus dos primeros encuentros. Fueron fieles con los ideales que profesan desde hace años y si no golearon fue por falta de contundencia o de suerte. Son dos de los Seleccionados que más patearon al arco en el Mundial y forman parte del selecto grupo de aquellos que tienen como objetivo destruir el arco rival y no cuidar el propio.

Por todo eso, es hora de decir que por una vez ganaron los buenos en este extraño Sudáfrica 2010.

EL PREMIO MÁS MERECIDO
Si había alguien que merecía pasar de ronda en esta Copa del Mundo, ése era Marcelo Bielsa. No sólo por aquel triste recuerdo de su único Mundial en 2002, sino por todo lo que significa su figura como ejemplo de trabajo, honestidad y coherencia.

Cuando llegó a la Selección chilena en 2007, el fútbol de ese país estaba en estado crítico y este presente de felicidad era una verdadera utopía. Sin embargo, pese a los pronósticos pesimistas, esa quimera se hizo realidad con trabajo. No se necesitaron soluciones mágicas, sólo el trabajo honesto de un entrenador obsesionado con cumplir un objetivo.

Primero les cambió la mentalidad a los jugadores chilenos, que dejaron de sentirse inferiores a todos para creer que podían con todos. Ese fue el paso más importante, porque según dicen entrenar es convencer y él los convenció de que esta realidad era posible.

Por primera vez en la historia, Chile le ganó un partido oficial a Argentina y terminó segundo en las Eliminatorias, un resultado simplemente imposible de imaginar para una Selección que había terminado en los últimos lugares de las dos últimas competencias clasificatorias.

Llegó al Mundial con el mote de "posible revelación" porque el equipo ya tenía una identidad, una forma de jugar y de vivir. Esta Roja vive para atacar y ataca para vivir. Por eso Bielsa merece esta oportunidad de seguir haciendo historia.

Haber conseguido una victoria mundialista después de 48 años no es suficiente para este grupo de hombres. No, la gloria es la meta y si hay algo que el Loco desconoce es el término "rendirse". El rosarino tendrá su oportunidad de jugar en los octavos de una Copa del Mundo. Pase lo que pase, él ya ganó.

BUENOS AIRES -- En cuatro años pueden cambiar muchas cosas. La economía de un país, las costumbres de una persona y hasta la forma de vivir de un pueblo. Todo puede sufrir grandes modificaciones en ese período. También el mapa futbolístico del planeta, como sucedió entre 2006 y 2010.

Italia
Getty ImagesLos italianos pasaron del amor en 2006 al dolor en 2010

Hace 48 meses, Italia y Francia estaban definiendo el Mundial de Alemania 2006 tras eliminar a equipos como España, Brasil y el propio local. Estaban invictos y, cada uno con sus armas, habían alcanzado la definición con justicia.

Gianluigi Buffon y Fabio Cannavaro eran los pilares de la Azzurra y Zinedine Zidane y Franck Ribery las estrellas de Les Bleus. Después de vencer a Alemania en la semifinal, el equipo de Marcello Lippi disputaba su sexta final, mientras que el de Domenech había vencido a Portugal en semis y participaba de su segunda definición.

Cuatro años después, Italia y Francia se despiden de la Copa del Mundo en la fase inicial, sin haber ganado ni siquiera un encuentro. Por primera vez en la historia, ambos finalistas del Mundial anterior quedaron eliminados en la ronda de grupos. Un triste récord para dos Selecciones que llegaron a Sudáfrica con grandes ambiciones.

El caso del cuadro galo era más previsible, por cómo llegaba al torneo y por los múltiples problemas internos que atraviesa una generación de futbolistas que está más cerca del retiro que de la gloria. Además, integraba el grupo de la muerte y por eso su eliminación no fue un gran batacazo, aunque sí la forma: fue un equipo sin reacción, sin alma.

En cambio, la actuación de Italia sí supone una verdadera sorpresa, no tanto por el juego que podía llegar a desplegar el equipo, sino por lo accesible de la zona F. Sin dudas, el entrenador que más conforme se retiró del sorteo de Ciudad del Cabo fue Marcello Lippi. Un debutante como Eslovaquia y un combinado casi amateur como Nueva Zelanda no supondrían grandes problemas para el campeón reinante. Sin embargo, nada salió como estaba previsto.

La Azzurra perdió su Mundial mucho antes del once de junio, porque Lippi comenzó a fracasar cuando dio la convocatoria. La idea tristemente defensiva que plantearía el técnico en este torneo estaba clara con sólo echar un vistazo a los 23 nombres que conformaron la nómina. Jugadores como Riccardo Montolivo, Simone Pepe o Angelo Palombo le ganaron el lugar a Francesco Totti, Alessandro Del Piero o Mario Balotelli, Parece un despropósito, pero el inefable Marcello murió con su pensamiento.

Contra Eslovaquia sólo se consumó algo que ya se había gestado tiempo atrás. Un equipo sin alma y sin ideas deambuló por el estadio de Pretoria. Italia perdió por errores que en un tiempo fueron sus grandes virtudes: desacoples defensivos y desconcentración. El equipo reaccionó cuando entró el único jugador capaz de preocupar al adversario: Andrea Pirlo.

Sin embargo, su ingreso no alcanzó porque el resultado ya era negativo y aunque gracias a él la pelota supo correr con fluidez por los pies italianos, no se pudo dar vuelta la historia. Por eso, su derrota es justa y debe servir como un aviso para todos: hay que atacar desde el arranque, porque más tarde puede ser inútil.

Siempre hay grandes sorpresas en las fases de grupos de los Mundiales, aunque nunca hubo un doble campanazo semejante a este. Francia e Italia, finalistas en 2006, se despiden con pena de Sudáfrica 2010. Sí, cambia, todo cambia.

BUENOS AIRES -- Este miércoles 23 de junio podía ser un día histórico para el fútbol mundial. Alemania e Inglaterra, los dos únicos campeones del mundo no-latinos, corrían serio riesgo de quedar eliminados en la primera fase de Sudáfrica 2010. Debían ganar para no depender de terceros y protagonizar el día más extraño de todos los tiempos.

Jermaine Defoe
Getty ImagesInglaterra reaccionó y venció a Eslovenia

Sin embargo, quienes esperaban festejar los batacazos de Eslovenia o Ghana, debieron conformarse con el sorpresivo primer puesto de Estados Unidos, ya que tanto alemanes como ingleses jugaron como lo que son: gigantes. Así, ganaron sus respectivos partidos y lograron avanzar a octavos de final, donde, vaya paradoja, chocarán entre sí.

Aunque no arrasaron a sus adversarios, mostraron lo más importante en estas instancias: autoridad. Inglaterra jugó su mejor partido en el campeonato y consiguió su primera victoria porque salió a atacar desde el principio y tuvo la fibra le faltó frente a Estados Unidos y Argelia.

La Selección que dirige Joachim Löw, en cambio, había sido uno de los mejores en la primera fecha y luego fue muy superior a Serbia, pero cayó derrotado. Por eso, una eliminación temprana hubiese sido toda una injusticia para un conjunto que intenta jugar con la pelota al ras del piso y dejó atrás aquella fama de equipo peleador y mezquino.

Este miércoles superó por 1-0 a Ghana, la única esperanza que le queda al continente anfitrión. Como en el debut, Mezut Ozil fue la gran figura y un golazo de su autoría le otorgó el triunfo al cuadro teutón. Alemania jugó su peor partido del Mundial, pero le alcanzó para dominar a las Estrellas Negras con el fútbol de Ozil y la solidez de la línea defensiva.

Tras las primeras jornadas, el mundo entero se sorprendió por los malos resultados que cosecharon los Seleccionados más importantes. Sin embargo, los grandes son grandes por una razón: demuestran todo su potencial en las situaciones límite.

Alemania e Inglaterra ahora deberán eliminarse en los octavos de final, un cruce que será el más impresionante de los ocho de dicha ronda. Dos ex campeones del mundo, los finalistas del torneo de 1966, reeditarán uno de los clásicos más importantes de Europa en una instancia inesperada pero festejada por todo el planeta futbolero.

Eso sí, allí no terminan los posibles duelos morbosos de este certamen. El ganador del gran duelo de Bloemfontein podría enfrentar a Argentina -si le gana al duro México- en cuartos de final. Es decir que estamos a un partido de volver vivir el histórico choque Maradona-Inglaterra o de disfrutar la revancha de las finales de 1990 y 1986.

LA SORPRESA ESTÁ AQUÍ
Otra de las certezas que arrojó este miércoles mundialista fue que la gran sorpresa de este torneo no saldrá de Uruguay, Corea del Sur, Ghana o Estados Unidos. ¿Por qué? Simple, todos ocupan la misma porción del cuadro y uno de ellos será semifinalista, cuando nadie lo esperaba.

¿Será el momento de la resurrección uruguaya? ¿O por fin un equipo africano se meterá entre los cuatro mejores? Interrogantes y más interrogantes, que se develarán en los próximos días. Se viene un final apasionante, esperemos que también traiga buen fútbol.

Uruguay vive

FECHA
22/06
2010
por Damian Didonato

BUENOS AIRES -- Cuando Sebastián Washington Abreu marcó el gol de la clasificación ante Costa Rica en el estadio Centenario, el fútbol de Uruguay empezó a revivir. Ese fue el momento en el que la historia comenzó a modificarse, en un cambio que se consumó hoy, con una clasificación brillante para los octavos de final de la Copa del Mundo.

Uruguay
Getty ImagesUruguay quedó muy bien posicionado con el primer puesto

Nada tenía que ver aquel empate en el repechaje frente a los Ticos con el de 2002 frente a Australia o con la participación en México 1986 o Italia 1990. Se sentía diferente, se vivía diferente. Porque la Celeste ya no era un rejunte de voluntades que sólo confiaba en la garra. No, éste era un equipo sólido, con poder ofensivo y algunos de los mejores jugadores de Europa. Un conjunto con alma, como siempre, pero también con fútbol.

Diego Forlán, el abanderado de esta generación, ganó dos Botines de oro en los últimos años y trasladó ese gran nivel al combinado nacional. Es uno de los pocos de este plantel que sufrió la decepción de 2002 y tuvo su revancha en el segundo partido en Sudáfrica, contra el anfitrión. Marcó dos goles y fue la gran figura.

El empate frente a Francia en el primer día de esta Copa del Mundo fue un punto de partida desde el cual este equipo que ya venía creciendo en los amistosos previos afianzó su evolución. Se defendió con criterio y atacó cuando pudo, pero sobre todo ganó confianza para brillar en su segunda presentación.

En el juego final de la primera fase ante México, sólo necesitaba un punto para avanzar a octavos en el primer lugar y así evitar a Argentina. Sin embargo, lejos estuvo de salir a cuidar ese 0-0 y atacó como lo que es: un equipo grande. La historia de un bicampeón del mundo obliga y la Celeste respondió a esa historia.

Después de 56 años, un Seleccionado uruguayo ganó dos partidos en un mismo Mundial. En aquel torneo de Suiza 1954, jugó la semifinal, que perdió frente a la Hungría de Puskas. Además, por primera vez logró superar la fase inicial sin goles en contra y Muslera superó el récord de valla invicta que ostentaba el legendario Mazurkiewicz. Números y marcas que describen la extraordinaria campaña de esta Selección.

Ni el más optimista hincha charrúa soñó con estos resultados cuando el sorteo de Ciudad del Cabo los emparejó en el grupo de la muerte. Sin embargo, este equipo tenía guardado su mejor momento para cuando más se necesita. Todos hacen su parte: Muslera ataja; Godín y Lugano defienden y ordenan; Pérez lucha; Forlán juega y Luis Suárez golea. Nada está fuera de lugar, todo funciona como nunca desde los tiempos del Maracanazo.

Ahora el rival será Corea del Sur, un cruce muy conveniente para soñar con un lugar entre los ocho mejores. Pese a los pronósticos apolípticos de los agoreros que afirmaban que el fútbol uruguayo estaba muerto, este plantel demostró que está más vivo que nunca. Y con los sueños intactos.

MESSI Y PALERMO LE GANARON A LA MEDIOCRIDAD
Es imposible no sentir felicidad cuando un equipo que sólo se dedica a defenderse pierde al final del camino. Grecia salió al césped del estadio Peter Mokaba con el único objetivo de no dejar jugar a su adversario, de cortar de juego.

Un aislado y voluntarioso Samaras fue el único atacante intentó en soledad como si fuera el legendario Leónidas cuando defendió a Las Termópilas. Los diez griegos restantes jugaron en defensa, sin interés por el armado de jugadas de ataque y con el solo objetivo de destruir.

Por eso, el triunfo argentino es una gran noticia, que dignifica las buenas intenciones y castiga el amarretismo de uno de los muchos Seleccionados que participan de este torneo. El conjunto de Maradona el que más hombres de ataque suma y por eso es justo su victoria. Más aún cuando el perjudicado es el mediocre combinado heleno.

Además, como para hacer aún más importante la noche de Polokwane que terminó con la clasificación a octavos en el primer lugar, Martín Palermo volvió a vestirse de héroe. Ya es un lugar común decir que es un personaje de película, por eso evitaremos la apreciación. Sin embargo, no está demás decir que si hay un futbolista que merecía un estreno mundialista semejante, ése era el gran Martín.

BUENOS AIRES -- "...Lo que brilla con luz propia, nadie lo puede apagar..." El trovador cubano Pablo Milanés logró resumir los deseos, las virtudes y los defectos de un pueblo en unas cuantas estrofas que forman un himno en Latinoamérica. Esta "Canción para la unidad latinoamericana" se canta en todo un continente que supo y sabe vivir entre la felicidad y la tristeza.

Chile
Getty ImagesChile es uno de los abanderados de la avanzada

El mayor divertimento de ese pueblo es el fútbol y el más importante torneo futbolístico del planeta es el único acontecimiento que paraliza a cada nación, a cada ciudad, a cada poblado, a cada aldea. Por eso, esa unidad latinoamericana de la que habla Milanés hoy está en boca del mundo, aunque desde otra perspectiva, menos significativa pero igual de sólida.

El comienzo del Mundial de Sudáfrica 2010 ha sido el mejor de todos los tiempos para los Seleccionados sudamericanos. Los números no mienten: diez partidos jugados, ocho ganados, dos empatados, sin derrotas y con 19 goles a favor y sólo tres en contra. Un 87 por ciento de efectividad para los cinco equipos que representan a la Conmebol.

Nunca en los ochenta años de historia mundialista se dio algo ni siquiera parecido en las primeras dos jornadas. Además, el dato es aún más relevante si se tiene en cuenta que hasta 1998 sólo dos, tres o a lo sumo cuatro equipos de esta región participaban del torneo.

En cuatro campeonatos no se habían registrado caídas tras los primeros dos encuentros de cada combinado nacional. En 1978, 1970 -era el mejor hasta hoy, con cinco triunfos y un empate-, 1954 y 1938 también esta Confederación estaba invicta, aunque sólo participaban en esos certámenes dos o tres Selecciones de la región.

En Sudáfrica, la alegría es sólo sudamericana. Mientras el resto de las regiones se debate entre derrotas, desilusiones y problemas internos, el fútbol del sur del mundo brilla como nunca gracias a su talento, sólo a su talento.

Argentina y Brasil lideran esta especie de revolución latinoamericana que apuntalan con firmeza Chile, Paraguay y Uruguay. Las frías cifras son elocuentes, pero lo más importante de todo esto no son los resultados, sino el nivel de juego que están mostrando nuestros equipos.

Los dos grandes candidatos a alcanzar la gran final que se jugará en el estadio Soccer City son el equipo de Messi y el de Kaká. La Albiceleste hace gala de un maravilloso juego de ataque, con una delantera que el mundo envidia. El Balón de oro, Carlos Tevez y Gonzalo Higuaín conforman el gran arma del conjunto de Diego Maradona, que está ante su gran oportunidad de volver a la gloria.

El Scratch, por su parte, vive entre la solidez defensiva y la contundencia, siempre adornada por el lujo implícito de la Verdeamarelha. Tras un comienzo dubitativo contra Corea del Norte, volvió a la normalidad frente a la difícil Costa de Marfil y casi se aseguró el primer puesto en el grupo de la muerte.

La Roja de Marcelo Bielsa ganó un duelo mundialista después de 48 años y también está en el primer lugar de su zona, gracias a su tremenda vocación ofensiva. Con un empate contra España se clasificará en ese sitio y evitará a Brasil en octavos de final.

Paraguay obtuvo un gran empate ante Italia y luego le ganó a Eslovaquia, por lo que será el líder del grupo F si derrota a Nueva Zelanda, algo por demás factible.

Por último, Uruguay. La Celeste igualó con Francia y luego consiguió una gran goleada sobre el anfitrión, con una extraordinaria actuación de Diego Forlán. Si saca un punto frente a México se clasificará en primer lugar y jugará frente a Nigeria, Corea del Sur o Grecia en la siguiente fase. Un panorama muy favorable para soñar con llegar bien lejos.

"...Su brillo puede alcanzar la oscuridad de otras cosas..." Sí, como reza el poema de Milanés, el talento sudamericano está iluminando esta triste Copa del Mundo. Confiemos, el triunfo la unidad latinoamericana puede comenzar en un estadio africano.

AL INICIO