Se lo ve feliz a Nicolás Pérez Veiga.
Y no es para menos. A los 41 años, este hombre nacido en San Isidro, ve cumplido un sueño: dirigir una biopic sobre Oscar Natalio Bonavena, más conocido por Ringo.
“Siempre me gustó el boxeo, tanto que de hecho, llegué a practicar un poco de la mano de Jorge “Karateca” Medina. Los nombres de Pedro Décima, Látigo Coggi, Julio César Vásquez o Locomotora Castro eran una parte de mi mundo como espectador”, afirma. “Pero también debo confesar que desde que empecé a estudiar cine, siempre tuve la idea de que la vida de Ringo Bonavena tenía que ser una película. Por un tiempo pensé que el sueño de estar en semejante proyecto se me iba de las manos. Fue cuando me enteré de que había uno y que Rodrigo De La Serna iba a ser Ringo. Bueno, eso se diluyó y un día, a través de mi padre, que conoce al hijo de Bonavena, Natalio Oscar, lo conocí a él y me contó que no había nada concreto. Por consiguiente, se podía hacer algo. Y aquí estoy. Mejor dicho: aquí estamos, porque esta serie es producto de todo un equipo de trabajo y estamos felices de lo que hicimos”.
Compuesta por siete episodios de 40 minutos filmados en Buenos Aires y Mendoza, “Ringo. Gloria y muerte” fue dirigida por Nicolás Pérez Veiga, quien también se desempeñó como escritor junto a Alejandro Ocón, Gabriela Larralde, Diego Palacio y Santiago Dulce.
Dedicado al cine publicitario, con varios premios obtenidos y sólidos contactos en el mercado francés (estuvo viajando mucho y viviendo períodos en París entre 2016 y 2018) “Nico”, como le dicen todos, reconoce que nada fue fácil, pero aun así, placentero.
“Fueron dos años de mucho trabajo, pandemia incluida, con un gran equipo de producción. Se cuidaron todos los detalles, sobre todo porque había que recrear a Nueva York, Filadelfia, Grossinger´s (un reconocido resort de invierno cercano a Nueva York que albergó también a figuras como Mike Tyson o Rocky Marciano, sin olvidar a Mano de Piedra Durán) y, por supuesto, Reno entre otros escenarios. Todo eso ambientado en la década de los 60 y 70. De ahí que la coloratura de la serie también juega un papel muy importante”.
Parece difícil no mencionar a Martin Scorsese…
“No, por supuesto, hay mucho de él, y está bueno aceptar su influencia, pasando no solamente por “Toro Salvaje” sino también por “Casino” o “Buenos Muchachos”. Imaginate que la historia tiene todos los condimentos: boxeo, mafia, Nevada… Si, hay algunos guiños a sus películas y también, claro, a “Rocky” que de hecho, como Bonavena, era un peso pesado de origen italiano y fuerte como un toro”.
“Ringo. Gloria y muerte”, es una serie exclusiva de STAR+. Tuvo su gran avant premiere en el estadio Luna Park, en donde se proyectó el primer capítulo, el martes 21 de marzo. Y el 24 se estrenó en forma oficial en STAR+.
Fue protagonizada por Jerónimo Giocondo Bosia ("Ringo"), Delfina Chaves (Dora Raffa), Lucila Gandolfo (Sally Conforte), Thomas Grube (Joe Conforte), Connie Isla (Tracy), Pablo Rago (Bautista Rago), María Onetto (fallecida antes del estreno, interpretó a Doña Dominga), Ariel Núñez (Brymer), Martín Slipak (Vicente Bonavena) y Renato Quattordio (Pedro, amigo de Ringo).
Y no hay duda que Jerónimo Bosia encaja justo en su rol.
“Lo de Jerónimo es fantástico. No solamente por el parecido físico (y trabajó mucho en eso) sino hasta en la voz, porque la gran dificultad era que debía hablar como Bonavena, pero cuidando mucho de no caricaturizarlo, sobre todo porque el timbre de su voz era muy peculiar. Fue un gran hallazgo en todo y lo mismo podría decirse de cada uno de los principales actores”, dice Pérez Veiga.
“El ambiente de los 70 fue una clave, pero también básicamente la personalidad de Bonavena: su relación con Tito (Lectoure), su madre, su esposa… su manager en Reno, Sally Conforte y con el marido de ella, Joe. Todos caracteres muy fuertes y definidos, aunque en muchos casos, como el de Joe y Sally sin referencias demasiado puntuales. Y creo que todo se amalgamó muy bien, sobre todo porque la vida de Bonavena en Reno –los últimos días de su vida-, están en muchos casos en una especie de misterio, que convierte a la serie también en un thriller con drama y tensión”
“Al mismo tiempo, en la historia de Bonavena desde que empieza hasta que llega a su pelea con Alí, tampoco faltan algunas cuotas de humor, no se olviden de que hasta cantó y trabajó en el teatro de revistas”, agrega.
Nicolás Pérez Veiga admite que la serie es un gran trampolín para todos o casi todos los que han intervenido. “Pero mantenemos los pies en la tierra. Sabemos que el producto es muy bueno. Que hasta muchos espectadores se han quedado con ganas de ver más todavía, y que el lanzamiento ha sido prácticamente mundial, pero también sabemos que el público y el tiempo tienen la última palabra”.
No habrán faltado las críticas. “Sí, claro, pero hasta ahora solamente muy escasas y por datos menores que sepamos, como que si Bonavena fumaba o no. Si es cierto, hay algún error de cronología, por ejemplo”.
¿Por ejemplo?
“Ah, no… eso tienen que descubrirlo los espectadores (risas) porque alguno hasta es de esos errores fue puesto también a propósito, pero en general nuestra investigación nos permite afirmar que los principales hechos han sido respetados. Para eso hemos buscado, leído y estudiado periódicos, revistas, reportajes y todo lo que pudo ayudarnos a hacer un retrato muy cercano a la realidad. Desde el vestuario hasta detalles de escenografía, como la reconstrucción del Mustang Ranch –hasta en el diseño de sus alfombras, para dar un ejemplo- no dejamos nada librado al azar. De eso estamos absolutamente seguros”.
Y sonríe “Nico” Pérez Veiga, porque por alguna curiosa vuelta del Destino, “Ringo. Pasión y muerte” estuvo esperándolo hasta que su sueño se hizo realidad.