<
>

Brian y Jeremías, dos historias

Castaño perdió su título mundial, pero no en el ring sino en el escritorio. AFP

El boxeo argentino no atraviesa justamente su mejor momento en el ámbito profesional. Es cierto, en el campo amateur se vislumbraron resultados y un trabajo que permite ser optimistas, pero por supuesto, es a futuro.

El hoy -que muchas veces es imperioso- no es el ideal, sobre todo si está comparado con la rica y ganadora historia del boxeo argentino.

Brian Castaño empezó 2019 como campeón mundial regular super welter WBA, título que conservó tras un empate en el Barclays de Brooklyn frente al cubano Erislandy Lara. Luego, y por razones que nunca se entendieron del todo, se quedó sin la corona por no haberla defendido en Francia, más allá de que su promotor, Sebastián Contursi, apeló por falta de garantías que certificasen que iba a cobrar la bolsa, estipulada luego de una subasta.

Lo cierto del caso es que Brian se quedó sin la corona mundial. Y que el sábado 2 de noviembre, volvió a pelear venciendo claramente al experimentado Walter Omotoso, quien decidió no continuar por una lesión en el hombro, justo cuando el dominio del argentino ya era abrumador. La pelea fue televisada en el ciclo ESPN KNOCK OUT.

Castaño (30) suma ahora 16 victorias con un empate y 12 triunfos categóricos, sin derrotas. Y conquistó en esa ocasión el título Intercontinental super welter de la WBO, Organización Mundial de Boxeo. No es un detalle menor, porque en la Convención de la OMB efectuada en Tokio en noviembre pasado, se decidió que el nuevo campeón mundial de la categoría super welter será el brasileño Patrick Teixeira, hasta entonces titular Interino.

Sucede que el campeón regular, el mexicano Jaime Munguía, decidió pasarse a la categoría mediano, renunciando a su corona. Y entonces, con Teixeira como campeón, el manager de Castaño, Contursi, aseguró que hay firmes posibilidades de que el boxeador argentino tenga una chance mundialista para los próximos meses.

El brasileño, de 30 años, suma 31 peleas ganadas, con 22 antes del límite y una derrota. Logró el título Interino ante Carlos Adames, por puntos, el 30 de noviembre en Las Vegas y hoy ya es virtualmente el campeón regular de la OMB, lo cual es para Brian Castaño, una gran noticia, porque todo indica que pronto podría tener su nueva chance mundial.

Munguía, por su parte, ya en peso mediano, enfrentará el sábado 11 de enero en el Alamodome de San Antonio, Texas, a Gary O ‘Sullivan. El mexicano, a los 23, suma 34 combates, todos ganados y con 27 KO. La gran velada del sábado 11 será televisada en el ciclo de ESPN KNOCK OUT.

Jeremías Ponce, a su vez, capturó el campeonato welter junior IBO en Berlín, el 14 de septiembre, en otra velada de ESPN KNOCK OUT.

Ponce tiene ahora un contrato por tres peleas a efectuar en Alemania, y aunque existe la posibilidad de realizar alguna defensa alternativa, por ahora eso es lo concreto. Su victoria, lograda por puntos ante el local Rico Muller, lo mostró con un gran ritmo en ataque y velocidad de envíos.

El argentino suma 25 peleas, todas ganadas, con 16 antes del límite. Nacido el 3 de julio de 1996, conducido por Alberto Zacarías, mostró una gran actitud en su pelea con el alemán, a quien superó claramente, aunque un jurado votó por el empate. Logró los títulos argentino, sudamericano y el Inter Continental super ligero de la FIB y ahora está a la espera de lo que pueda concretar Zacarías para una defensa optativa o lo que se desprenda del contrato firmado.

Hay otros nombres, claro, como los de Agustín Gauto o Gustavo Lemos, pero tanto Ponce como Castaño están a nivel de campeones mundiales. En el caso de Jeremías, por su reciente consagración -aunque curiosamente la Federación Argentina de Box no lo reconozca como tal- y en el caso de Castaño porque, en realidad, perdió su corona en un trámite de oficina, no en el ring, y cierra el año con una posibilidad certera de una nueva esperanza.

No es mucho en cuanto a cantidad, pero si a calidad, pues tanto uno como el otro son dos boxeadores que tienen clase, conducta y estilo como para seguirlos muy de cerca.