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Murió Luis Romio, un apasionado

Luis Romio, presidente de la Federación Argentina de Box, murió a los 81 años. Twitter: @DeportesAR

Luis Romio tenía 81 años. Licenciado en Arte, su pasión siempre fue el boxeo.

Su padre, Constantino, fue el Intendente de la Federación Argentina de Box durante muchos años, hasta su muerte. Y Luis se crió y creció allí, en Castro Barros 75. Uno de sus preciados recuerdos era un retrato de cuando era niño y lo disfrazaron de boxeador. El otro, una foto de cuando, efectivamente, practicó boxeo.

Actualmente era el presidente de la Federación Argentina de Box y su actividad era 24x7, porque no descansaba nunca, a pesar de que el cuerpo no quería acompañarlo como él necesitaba. Había renovado su mandato el pasado 13 de julio. Estaba impulsando en estos tiempos el Boxeo Infantil sin Contacto, para hacer una práctica a nivel nacional, como una forma de llevar el deporte a todos los hogares y ayudar a los más chicos.

Junto con el doctor Hugo Rodriguez Papini, médico de la Federación y del Comite Olímpico, estuvo en casi todos los últimos Juegos Olímpicos acompañando a las delegaciones argentinas de boxeo (Papini, a su vez, atendía a todos los deportistas junto a otros profesionales de la medicina).

Junto a María Eva Gatica, la hija de quien fuera uno de los grandes ídolos del boxeo argentino, no solamente inaguró el Departamento Femenino de Boxeo en la Federacion, sino que trabajó intensamente para que los restos de José María Gatica descansaran finalmente en su San Luis natal.

En 2016 fue electo presidente de la FAB, reemplazando a Osvaldo Bisbal, quien formó parte de AIBA hasta hace un tiempo. Juntos organizaron el ingreso de la Federación Argentina a AIBA y por ende a sus reglamentos, algunos muy discutidos. "O aceptamos sus reglas o nos quedamos afuera y eso no sería bueno para el boxeo argentino", eran sus palabras.

No fue, como suele ocurrir en estos casos, un dirigente aceptado por todos, pero logró imponer la "prepotencia del trabajo", como hubiera escrito Roberto Arlt. Es que la Federación Argentina era su pasión y su vida, en los errores y en los aciertos.

Se puede decir que desde la década del 60 pasó por todos los cargos, de jurado a cronometrista y de dirigente a ejercer la docencia. Cuando fue nombrado presidente de la Federación, decidió renovar la decoración del estadio y dedicó toda una pared a exhibir las fotos de campeones argentinos, mundiales y olímpicos, además de figuras del ayer y del hoy.

Falleció este domingo 8 de agosto y seguramente, con virtudes y defectos, será dificil igualar su pasión por el boxeo y la FAB, a la que le entregó todo.

La que tal vez sea su última foto es también una síntesis de su actitud, estrechando la mano de los boxeadores argentinos que viajaron a los Juegos Olímpicos de Tokio.

Era un amante del tango, por lo que se podría decirse -citando a uno muy recordado-, que ha dejado “Un vacío imposible de llenar”.