Independiente está de fiesta

El Rojo goleó a San Lorenzo por 3-0 y se consagró campeón del Apertura. Ante el Ciclón, el equipo de Gallego recuperó su mejor nivel y ganó un título tras ocho años. Insúa, Silvera y Pusineri, los goles

BUENOS AIRES -- Independiente recobró esta tarde su estatura de equipo preciso, elegante y contundente, goleó a San Lorenzo de Almagro 3-0 en el Nuevo Gasómetro y se consagró, ya sin ningún tipo de reparos, como campeón del torneo Apertura de Primera División.

El creativo Federico Insúa tuvo un rendimiento sobresaliente, logró el gol que sirvió para ganar el parcial y condujo a su equipo hacia la vuelta olímpica doméstica que se hizo esperar durante ocho años.

En el comienzo del segundo período Independiente capitalizó al máximo sus oportunidades y resolvió el clásico y el campeonato con los tantos de Andrés Silvera (el máximo artillero del Apertura con un total de 16 aciertos) y Lucas Pusineri (un mediocampista especializado en definiciones clave). Independiente dio la tan preciada vuelta olímpica porque con esta victoria conservó los tres puntos de ventaja sobre su escolta Boca Juniors, pero además se dio el gusto de recobrar esa autoridad que se le reconoció durante la mayor parte de esta competencia.

En el Nuevo Gasómetro hubo 48 mil aficionados, como para dejar en claro que ambos bandos pretendían el triunfo, unos por la corona y los otros, porque eran conscientes de que vestían la camiseta de un grande. San Lorenzo salió decidido a no ser un convidado de piedra en la fiesta de Independiente. El local se apoderó de la pelota, presionó cada salida y abrió grietas por el sector de Juan Eluchans, por donde se filtraba, en especial, José Chatruc. La supremacía azulgrana se extendió a lo largo del primer tiempo, salvo a algunos pasajes posteriores al gol de Insúa.

Leandro Romagnoli fue un armador incontenible y Alberto Acosta buscó el tanto en forma permanente. El error principal de San Lorenzo consistió en abusar de los centros, por lo que el equipo perdió sorpresa. Independiente al verse superado prefirió esperar y salir con veloces réplicas, una estrategia que terminó por proporcionarle un resultado ideal. El plan de Américo Gallego se tornó más claro cuando Insúa puso a su equipo en ventaja. El ex jugador de Argentinos Juniors y nuevo integrante del seleccionado de Marcelo Bielsa se erigió en el conductor y encabezó todos los contragolpes con los cuales pudo estirar la que por entonces era una inmerecida diferencia. El gol de Insúa fue una jugada atípica para lo que hasta ese momento se había observado en el partido porque el nuevo campeón ni había llegado a comprometer a Sebastián Saja. Fue la primera estocada a fondo de Independiente e Insúa supo abrirse paso hasta la gloria.

Silvera bajó la pelota y por el centro del área ingreso Insúa libre de marcas y sometió a Saja con un zurdazo ascendente. Desde entonces cambió el cotejo porque San Lorenzo se fue masivamente al ataque y se expuso a la contra roja. En ese primer período hubo dos acciones para la polémica. Por antecedentes no le cobraron al Beto Acosta un penal que le hizo Juan José Serrizuela. En el otro arco, el dinámico Pablo Guiñazu eludió a Saja y estaba por aumentar, pero a Gabriel Brazenas lo asesoraron equivocadamente y la maniobra fue invalidada.

En el principio de la segunda etapa la formación de Avellaneda definió todo y el sueño cerró perfecto. El Cuqui Silvera volvió a aparecer para clausurar el año como un goleador implacable. El delantero se llevó la pelota con coraje entre dos defensores y batió al Chino Saja. El tercer impacto en la red sanlorencista fue obra de Pusineri, quien recibió un pase magistral del talentoso Daniel Montenegro. Pusineri perserveró, se valió de otra falla de la defensa rival y le dio forma a la goleada. San Lorenzo no logró ni descontar, porque un disparo desde 50 metros de Rodrigo Astudillo pegó en el travesaño.

A los 15 minutos ya hubo muestras de intemperancia en un grupo de hinchas de San Lorenzo que dañaron el alambrado y procuraron impedir la légitima vuelta olímpica de los campeones, pero la situación fue suficientemente controlada y el juego continuó. A Independiente se le simplificó la definición del clásico en 7 minutos y se sacó de encima hasta las debilidades que lo afectaron en las últimas fechas, tal vez hasta el gol sobre la hora de Pusineri a Boca.




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