"En el fútbol, como en la vida, jamás hay dos situaciones idénticas o parecidas. Y yo estoy viviendo una muy especial. Vine a Boca a sustituir al director técnico que más ha ganado en la gloriosa historia de esta institución (Bianchi). Por eso, si lo deciden los dirigentes, le dejaré el cargo. Pero, si el candidato es otro, me le pongo enfrente", dijo desafiante.

Luego, Tabárez expresó estar "tranquilo al culminar un año de trabajo", especialmente por la racha exitosa del equipo que conduce en el último tramo del reciente torneo Apertura, en el que se clasificó subcampeón.

No obstante, y más allá de "todos los riesgos que implicó suceder a Bianchi", se mostró muy molesto por "la interna (política) que generaron dirigentes que decían que lo traían de vuelta, cuando ya había alguien trabajando".

"Es cierto que en algún momento los resultados no fueron los mejores, pero más agredido de lo que estuve en Boca no pude estarlo. Aparte, todos los rumores en mi contra fueron desventajas gratuitas para el grupo", recordó Tabárez, durante una extensa entrevista concedida a Radio La Red.

Para el uruguayo, "en una situación normal, el que estaba en mi lugar se iba. Pero me quedo porque existe un contrato firmado hasta fines de diciembre, porque es Bianchi con quien hablan los dirigentes y, si él no arregla, haberme alejado no sería lo que quiere el grupo".

"Por otra parte, los dirigentes no me han dicho vamos a arreglar con Bianchi y usted no está más en Boca", enfatizó quien, a su juicio, le "corresponde planificar todo lo que se refiera a la pretemporada para empezar de la mejor manera, de la más organizada", el año 2003.

Tabárez también dijo que pese a esas "desventajas gratuitas, el mérito del equipo fue hacer una gran campaña. También hubo derrotas y errores que se cometieron, pero el grupo se sobrepuso con un cuerpo técnico que fue menoscabado por la interna".

"Había que ver cuando ganaba Boca y la gente que llegaba al vestuario parecía que venía de un velorio. Eso no lo entiendo. Porque si un entrenador no sirve, se lo saca", añadió, ofuscado.

A propósito de sus detractores, los acusó de "no reparar en el daño que le causaron al plantel", y los descalificó que tales acciones fueron "propia de gente de poca monta".

Por último, elogió la actitud de su predecesor: "Me llamó para avisarme que se habían puesto en contacto con él dirigentes del club, que era mejor que me entere así y no por terceros, y que había puesto como condición que se solucione mi situación".