Sin escalas, de mendigo a millonario

El mundo entero miró asombrado como el Calcio, que se había declarado víctima de una crisis terminal poco días antes, sobre el cierre del mercado de pases volvía a manejar las cifras millonarias de siempre y producía una serie de transferencias clamorosas

UN PASO ADELANTE: El delantero argentino Hernán Crespo llega al Inter para reemplazar a Ronaldo. (Reuters)
ROMA -- Un campeonato postergado por razones económicas, una sociedad prestigiosa y tradicional como la Fiorentina descendida en C2 (la cuarta división italiana) por las mismas causas, largas y difíciles negociaciones para la venta de los derechos televisivos con canales que denuncian la imposibilidad de pagar las mismas cantidades de los años anteriores, un mercado de pases prácticamente inmóvil e cerrado a los extra - comunitarios: este era, hasta el último día de agosto, el sombrío panorama del fútbol italiano.

Pero, de repente, sin indicios previos que hicieran suponer un cambio de rumbo, en el último día de mercado - y, hecho aún más importante, último día para presentar las listas de buena fe de la Champions League y de la Copa UEFA - aparecieron los pases millonarios, y todo pareció volver a la normalidad.

¿Qué pasó? ¿La crisis era tan sólo una mentira? El mundo entero mira sin entender el imprevisto "golpe de cola" del Calcio. ESPNdeportes.com tratará de entregar las respuestas que sus lectores pretenden y echarle luz a este aparente misterio.

En primer lugar, tratemos de explicar ese explosivo último día de mercado. De golpe, el Calcio se encontró - aunque sería más correcto decir que un par de clubes lo hicieron - con unos cien millones de euro (o dólares, lo que al cambio actual es casi lo mismo) disponibles.

La cuenta es fácil: 50 millones ingresaron de España, vía Real Madrid, por la venta de Ronaldo, y otros tantos fueron fruto de la superación por parte de Milan e Inter de los respectivos preliminares de Champions League. En efecto, ambos equipos se garantizaron la participación a la primera fase de la competencia que, entre derechos televisivos, recaudaciones y otras yerbas, les garantizan unos 25 millones de euro a cada uno.

A esto hay que sumarle otros 20 millones que la Juventus, muy pasiva en el mercado hasta entonces, guardaba en sus cofres desde el año anterior, y que quedaron de la venta de Zinedine Zidane, otra vez al Real Madrid.

Ese fue el dinero que, repentinamente, movilizó el mercado, creando un verdadero efecto "catarata": la Juve compró Marco Di Vaio del Parma, y la sociedad emiliana tuvo el dinero para quitarle el rumano Adrián Mutu al Verona. El Inter tuvo que remplazar a Ronaldo, y giró parte del dinero ingresado a la Lazio para quedarse con Hernán Crespo, entregando en cambio un delantero prometedor como Bernando Corradi.

Por otra parte, la Lazio, una de las sociedades más complicadas con las cuentas y las deudas internacionales, monetizó a un producto de su cantera, Alessandro Nesta, y el Milan pudo tapar el "agujero negro" al centro de su defensa gastándose a cuenta los ingresos de la Champions League y vendiendo contemporáneamente Cosmín Contra al Atlético Madrid.

SIN DÉFICIT COMERCIAL
Entonces, la crisis existió y existe todavía. Pero involucra principalmente a los clubes más chicos, lo mismos que tienen dificultad para venderles a los canales televisivos los derechos codificados y que no se muestran sobre los escenarios europeos, hoy por hoy única fuente de un mayor nivel de ingresos.

La aparición del problema tuvo un inmediato resultado positivo: por primera vez en dos décadas, el Calcio no tuvo "déficit comercial", es decir se transformó de país importador de talentos en vendedor. De hecho, no se registraron en este mercado ingresos rutilantes desde el extranjero: el único relevante fue el caso de Rivaldo, pero éste había sido dejado en libertad de acción por el Barcelona y llegó con costo cero.

Por el contrario, además de la citada transferencia de Ronaldo, mucho otros jugadores se fueron. Unos cuantos (Demetrio Albertini, Javi Moreno, José Mari, Mendieta, Contra) hacia España, el joven e interesante goleador Massimo Maccarone hacia Inglaterra, y varios extranjeros volvieron a sus países de origen, como los argentinos Roberto Sosa y Ezequiel González, por ejemplo.

El caso de los argentinos es casi clamoroso: por primera vez en muchísimos años, el único llegado desde el otro lado del océano fue el casi desconocido Mauro Obolo, de Vélez Sárfield, a parte de Juan Pablo Sorín, quien sin embargo llegó del mercado brasileño (Cruzeiro).

Pero lo mismo puede decirse de muchos otros países: por ejemplo, varios turcos volvieron a sus casas, sin que ingresaran otros para remplazarlos, así como no hubo prácticamente llegadas desde Brasil y desde las naciones africanas.

MERCADO PARA RICOS
Por otra parte, la crisis, como suele pasar, favoreció ampliamente quien tenía dinero fresco para gastar, y terminó perjudicando a quienes necesitaban vender para sanear sus cuentas. En efecto, la inmovilidad del mercado provocó una fuerte baja de los precios, y entonces las cantidades pagadas para adquirir a Fabio Cannavaro, Alessandro Nesta o Hernán Crespo, por ejemplo, fueron muy inferiores a las que hubiesen sido hace apenas unos meses.

¿Un ejemplo? La Lazio había comprado, tan sólo doce meses atrás, al español Mendieta del Valencia en 40 millones de euro, y lo vendió ahora al Barcelona en 28, de los cuales además hay que descontar los 6 millones de penal que le deberá pagar al Valencia, ya que una cláusula establecía esa multa en caso de venta entro los tres años del jugador a otro equipo español.

18 millones de perdida neta, entonces, que el club romano tuvo que aguantarse para sanear de alguna manera sus cuentas (¿Cómo se puede sanear perdiendo dinero? Misterios de la economía futbolera que solo Sergio Cragnotti podría explicarnos).

El único que logró vender bien fue Massimo Moratti, quien especuló con el deseo de Ronaldo de irse y las ganas del Real de quedarse con el brasileño para conseguir un precio muy alto. De cualquier manera, pensando en la venta de Zidane, quien fue pagado 75 millones hace un año, posiblemente Moratti habría podido recibir aún más si hubiese vendido al goleador del Mundial en un momento más favorable.

EL MILAN, REY DEL MERCADO
En este marco empobrecido, el Milan fue el que supo reforzarse mejor, y en esta ocasión sus dirigentes mostraron gran capacidad, porque lograron hacerlo con un gasto neto de apenas diez millones de euro, resultado de 63 millones de compras y 53 de ventas.

El Milan tuvo la capacidad de hacer mercado casi sin dinero: Rivaldo, como dicho, llegó gratis, al igual que el goleador danés Tomasson - 4 goles en el Mundial con su selección - y el joven volante central Della Bona. Clarence Seedorf y Darío Simic llegaron también sin gastos, gracias a los cambios a la par con el Inter de Francesco Coco y del turco Umit. En suma, el único gasto verdadero fue el de Alessandro Nesta, pero el Milan había cedido a Demetrio Albertini, Javi Moreno, José Mari y vendió enseguida también a Cosmín Contra, todos ellos al Atlético Madrid.

Además del excelente resultado económico, el mercado del Milan fue muy bueno también desde el punto de vista deportivo, y ahora el equipo es seguramente un candidato firme para ser protagonista tanto en el torneo local como en el plano continental. Faltaría sólo que la larga "vía crucis" de Fernando Redondo se termine de una vez y que el argentino pueda final y felizmente volver a jugar, para que el rojonegro sea el equipo que pueda discutirles mano a mano la supremacía europea a Real Madrid, Bayer y Manchester United.

UN CAMPEONATO QUEBRADO EN DOS
Todo lo dicho tiene, evidentemente, una gran importancia desde el punto de vista deportivo, ya que puede apreciarse una división bastante neta del campeonato en dos segmentos.

Por un lado los clubes grandes, que en algún momento llegaron a ser siete y que ahora son apenas cuatro - es decir Milan, Inter, Juve y Roma -, equipos que participan en la Champions League, venden la mayor cantidad de entradas y abonos, captan los patrocinadores más ricos y de esta manera pueden quedarse con los mejores jugadores, y por el otro todos los demás, apretados por sus necesidades y penurias económicas y sin posibilidad de quebrar la enorme acumulación de poder de los primeros.

Un ejemplo clarificador: sobre una cantidad de 383 millones de euro de compras totales, realizadas por los 18 equipos de la Serie A, 234 fueron gastados por los cuatro equipos grandes. Es decir, ellos solos sumaron el 61% de las compras, casi los dos terceros del total, y les dejaron a los 14 restantes las migas. ¿Queda claro?

La esperanza es que, por lo menos, esa enorme iniquidad les permita a los máximos representantes del fútbol italiano una buena temporada en Europa. En el torneo local, confiamos en la aparición de alguien, como el Chievo de la pasada temporada, que le recuerde a todos como el fútbol no viva de sólo dinero. Humildad, fantasía y hambre de gloria también hacen ganar.

VITO DE PALMA es italiano pero ha desarrollado gran parte de su carrera periodística en la Argentina, donde trabajó, entre otros lugares, en el diario Clarín. Actualmente es corresponsal en Italia de SportsCenter Latino y de ESPNdeportes.com.

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jueves, 05 de septiembre