Daniel Fonseca, volver a un viejo amor

A sus 33 años, el delantero uruguayo regresa al fútbol italiano, en cuya leyenda entró el 16 de septiembre de 1992 cuando marcó los cinco goles de la victoria a domicilio del Nápoles sobre el Valencia

MADRID -- A sus 33 años, el delantero uruguayo Daniel Fonseca regresa al fútbol italiano, en cuya leyenda entró el 16 de septiembre de 1992 cuando marcó los cinco goles de la victoria a domicilio del Nápoles sobre el Valencia en la Copa de la UEFA.

Ningún jugador de equipo italiano ha conseguido igualar el récord de goles a domicilio que Fonseca registró en ese partido.

Fonseca, después de pasar por el Cagliari, Nápoles, Roma, Juventus, River Plate y Nacional de Montevideo recala ahora en el Como, uno de los modestos del "calcio", en el que compartirá camiseta con el colombiano Jorge Serna después de firmar un contrato hasta el final de la temporada, con una opción para la próxima.

Fonseca llegó al "calcio" en el verano de 1990 cuando, procedente del Nacional, fichó por el Cagliari con la esperanza de triunfar en una de las Ligas más competitivas del mundo. "Será la sorpresa extranjera de la década de los 90", dijo el entrenador Claudio Ranieri.

Los italianos habían tenido ocasión de conocer al jugador, apodado "El Tigre", en el Mundial de 1990 cuando el 21 de junio en Udine anotó el gol a Corea del Sur que supuso el pase de Uruguay a los octavos. Fue titular en la derrota (2-0) frente a Italia por la siguiente ronda.

Una vez terminado el Mundial, varios equipos europeos se interesaron por el delantero de Montevideo, con el Valencia a la cabeza, pero las negociaciones no prosperaron y Fonseca acabó en el Cagliari, donde en dos temporadas jugó 50 partidos y marcó 17 goles.

La casualidad quiso que, ya con el Nápoles, su camino se cruzara con el Valencia en la primera ronda de la UEFA. Fonseca no gozaba de buen ambiente en Valencia, sobre todo después de que afirmó que "gracias a Dios" no había fichado por el club español.

El internacional uruguayo aclaró en Valencia que lo que quiso decir es que "gracias a no fichar por este club pudo ir a Italia, donde se disputa el mejor campeonato del mundo".

Si no guardaba rencor, motivación la tenía toda. El Nápoles ganó 1-5, con todas sus dianas anotadas por Fonseca, un día de gloria que dejó sin aliento a la hinchada del estadio Luis Casanova (Mestalla, desde noviembre de 1994 cuando recuperó su nombre original).

En 1994, fue traspasado al Roma por 10,5 millones de dólares, el fichaje más caro de aquel verano. Allí permaneció tres temporadas (65 partidos y 20 goles). En 1997 pasó al Juventus, donde jugó cuatro campañas -ganó el "scudetto" (título de Liga) en la primera-, pero sólo participó en 42 partidos, con 10 tantos. Alessandro Del Piero y Pippo Inzaghi le cerraron las puertas de la titularidad.

En enero pasado, Fonseca dejó Italia y volvió al fútbol sudamericano con el River Plate argentino, del que se había hecho simpatizante gracias a su compatriota Enzo Francescoli.

"Cuando vi a Francescoli levantar la Copa Libertadores de América en 1996, me hice hincha del River", dijo poco después del fichaje. El "idilio" sólo duró tres meses. En marzo, rescindió el contrato, molesto porque no jugaba, y se marchó al Nacional, con la mente puesta en ganar la convocatoria para el Mundial.

El seleccionador Víctor Púa contó en principio con él, pero la fuerte polémica que se desató en el país descartó al "Tigre" a la hora de definir la plantilla que viajó a Japón.

Tentado por el Como, Fonseca no lo dudó. "Tenía ganas de retornar porque Italia es mi casa. Mi esposa, Lisa, es napolitana y mis hijos, Nicolás y Matías, son napolitanos".

Su reto es enorme: demostrar que todavía puede ser importante para sacar al Como del penúltimo puesto de la Liga, donde no ha ganado todavía ningún partido después de 9 jornadas. "No me asusta el desafío", sentencia.

-EFE


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