Get ADOBE® FLASH® PLAYER
¿Falta alguien en el Tri en el camino a Qatar?
Tags: xbox 360

LOS ÁNGELES — 31 convocados y muchos de ellos, manoseados. Gerardo Martino cita a jugadores caducos, obsoletos, y los disfraza, los oculta, detrás de rostros jóvenes e impetuosos. El maquillaje de la trampa.

Para enfrentar a dos selecciones parias de Mundial, segregados de Qatar, como Perú y Colombia, El Tata Martino ha sido capaz de convocar a lesionados, como Rogelio Funes Mori y Héctor Herrera, o a jugadores decadentes como Néstor Araujo, Jesús Gallardo, Uriel Antuna y Andrés Guardado. Los hijos bastardos, de este Patriarca de la necedad.

Soberbio, por lo mismo que llegó a fracasar con Argentina y el Barcelona, al sentirse por encima de sus planteles, se niega a dialogar con Alejandro Zendejas, y por diferencias personales con el Grupo Orlegi, deja fuera a jugadores de Santos y de Atlas. Carlos Acevedo y el Hueso Reyes, algunas de las víctimas.

Lleva a futbolistas de Pachuca que apenas descubrió en 2022, cuando Luis Chávez, Kevin Álvarez y Erick Sánchez ya asomaban plenos en anteriores torneos. Y esto ocurre después de que, en un desplante de insólita humildad, se acerca a Guillermo Almada y le pregunta que cómo le hace para que sus futbolistas jueguen con intensidad, devoción, disciplina, talento y alegría.

Almada seguramente iluminó la sombría sesera de Martino, con algunos de sus métodos, pero no con todos sus secretos. El técnico de Santos es el chef de este Pachuca, pero, con una charla de 90 minutos, Martino no pasaría de ser el pinche (aprendiz, ayudante de cocina) de su generoso mesón futbolero.

Claro, el problema no es sólo el manoseo de jugadores de Martino, es decir, llevar a sus mimados, y tratar de engatusar con sangre joven, promisoria, para hacer creer que puede dar un golpe de timón.

No, el problema crece al confirmar que no hay quién lo confronte, quién lo encare, quién lo cuestione, quien le repele, quien lo increpe, quien lo interpele, quien le argumente. Hoy, Martino ha secuestrado a la selección mexicana, y Yon de Luisa ha terminado como pasivo y silente alcahuete de ese ultraje.

Justino Compeán, sin ser el prototipo de lo que debe ser un presidente de federación, recordó un día, un aprendizaje directo de otro personaje oscuro, Julio Grondona. “Él (Grondona), me dijo que nunca una convocatoria de selección de Argentina se daba a conocer sin que él la palomeara. Y aprendí que así debe ser”.

Pero, hoy, tras años de abuso de Martino, ninguneando a Gerardo Torrado, y dejando en claro que no pretende abrir el cabildo a Jaime Ordiales, ha tomado bajo su control a la selección mexicana, aunque ha cedido en convocatorias, logística, y protocolos. Pero, su historial de juegos, incluyendo las cuatro humillaciones en juegos oficiales ante Estados Unidos, demuestra que le pueden imponer jugadores en las listas, pero no en la cancha.

Más allá de los esqueletos en el armario de Compeán, se asesoraba y cuestionaba. Tal vez no tendría conocimientos, pero al menos hacía sentir su autoridad. “Yo de futbol no sé nada, pero soy el presidente”, dijo Justino alguna vez. Yon de Luisa hoy está igual: de futbol no sabe nada, pero es un presidente que no ejerce como tal.

Ante esta nueva convocatoria, un verdadero presidente de la FMF, o un genuino director de selecciones nacionales, habría increpado e interpelado a Martino. Herrera y Funes Mori están tocados, fuera de ritmo. El Zorrillo aún no se recupera de su francachela con el Grupo Firme, y el argentino sigue entrenado separado del resto de Monterrey.

Lástima que De Luisa no quiera, no sepa, no pueda, aunque deba, cuestionar a cada uno de los 31 jugadores convocados por Martino, y no pueda tener una lista a la mano para pedir explicaciones sobre los que no son convocados.

Porque, recordemos que Martino, “tras declararse enemigo público número uno de México”, y al asegurar que hay una obscena campaña de persecución en su contra, pero de manera personal, y no por las tristísimas exhibiciones y las carencias de futbol del Tri, con todo eso, pues, ha asegurado que Perú y Colombia le permitirán ajustar la maquinaria del Tri, esa, que no se ha visto, ni remotamente, en los últimos dos años.

¿De verdad, no es mejor Acevedo que Cota y Talavera, en este momento, y tal vez incluso que Ochoa? ¿No son mejores Omar Campos, Fuentes o Reyes que Gallardo? ¿No es mejor Zendejas que Antuna? ¿Para qué engañó a Marcelo Flores? ¿No están al nivel Emilio Lara y Jorge Sánchez?

Pero, ante la falta de arrojo, de autoridad, de jerarquía, de conocimientos, por parte de Yon de Luisa, El Tata ha secuestrado a la selección mexicana, y estará dispuesto, como ya lo ha hecho, a ceder ante presiones o privilegios de promotores, patrocinadores y arrumacos, pero su once, su vapuleado once, ya se conoce de antemano.

Reitero, a México no lo clasifica a Qatar su futbol, sino el paupérrimo rendimiento de Jamaica, El Salvador, Panamá y Honduras en el Octagonal de la Concacaf. La miseria del entorno le permite encaramarse entre los invitados al Mundial.

¿Y ahora que le han secuestrado al Tri, por qué no reacciona el capataz Emilio Azcárraga Jean? Será porque el negocio está hecho, aunque lamentará perder millones de dólares cuando México quede eliminado en la fase de grupos.

Comentarios

Usa una cuenta de Facebook para agregar un comentario, sujeto a las políticas de privacidad y Términos de Uso de Facebook. Tu nombre de Facebook, foto y otra información personal que hagas pública en Facebook, aparecerá en tu comentario, y puede ser usado en las plataformas de medios de ESPN. Más información.


LOS ÁNGELES — Con dos bohemios en el horizonte (Tigres y Santos), Chivas y América limpian el camino al Coliseo del Clásico Nacional. Esta vez, con un nuevo apellido: el Clásico de los Interinos, el próximo sábado.

Ya hay de todo: fiebre, sangre, ansiedad, nervio, nerviosismo, pero, sobre todo, estrategia. Los dos malditos improvisados, en ambas bancas, tienen la sangre tan fría, que calientan y combustionan a borbotones la pizarra y a sus jugadores.

Paridos ambos interinos en el lecho de las dudas, las precipitaciones, la improvisación, la fortuna, y hasta el tan mexicanísimo “al a’i se va”, de dos directores deportivos en decadencia, Santiago Baños y Ricardo Peláez, los dos ya hoy consolidados, Fernando Ortiz y Ricardo Cadena, han regresado a la mesa VIP del torneo.

Ambos, hoy consolidados como técnicos oficiales, Cadena y Ortiz, semejan ser mellizos, aunque de orfanatorios distintos. Este fin de semana, desafiaron a la suerte, para desafiar a su grupo de jugadores, y en un acto, entre soberbio, urgente y temerario, para desafiar, también, a sí mismos y a sus propias habilidades: cinco cambios, algunos radicales, algunos necesarios, casi todos inquietantes. Sólo así pueden identificar la dimensión del compromiso de cada uno de sus futbolistas. ¿De qué están hechos?

Marginados sus mejores jugadores (Diego Valdés por América y Fernando Beltrán por Chivas), por lesión y suspensión, Ortiz y Cadena alteraron el orden sin caer en el desorden absoluto. Sí, estos malditos interinos, tan iguales y tan distintos, están bendecidos por la habilidad del liderazgo táctico y emocional.

Tal vez eso los semeje tanto: su habilidad para meterse en las neuronas, en los instintos, y en las vísceras de sus jugadores. El TanoTesla y la Cadeneta, como todos los equipos, cascabelean, se jalonean, pero pasan a Zona de Pits en el medio tiempo, y ajustan.

América es líder y –dicho estaba antes de arrancar el torneo—, es el candidato número uno al título, mientras que Chivas alarga la racha sin derrotas. Los dos arrancaron el torneo trastabillando. Las redes sociales de ambos equipos acusaban hipo: algunos pedían el fin de proceso de ambos interinos, y otros encendían veladoras y apagaban ilusiones.

Hoy, claro, ambos son candidatos, en ese fervor popular y desmedido, a tomar a la Selección Mexicana, en cuanto el aquelarre de Gerardo Martino y sus arpías concluya en Qatar. Las entrañas festivas de la turba, más turbadas que nunca.

Más allá de la complejidad de los rivales inmediatos, América y Chivas, en la exclamación épica de Ángel Fernández, ya “agarran sus fierros como queriendo pelear”, cuando se citen el 17 de septiembre, en la catedral suprema del futbol, el Estadio Azteca, el nicho elegido por los dos más grandes, Pelé y Maradona, para entronizar y eternizar su historia.

Aguardan emboscadas. Chivas debe enfrentar a un adversario incomodísimo pasionalmente. No hablo de Tigres, hablo de Miguel Herrera, quien guarda un piojoso desprecio, ciertamente más por ese americanismo adquirido por ósmosis, más que por cuna o seducción. Tiene las garras afiladas, pero, su fragilidad en el fondo está más expuesta que el trasero de un mandril. Cierto, es la segunda defensa menos goleada, pero, principalmente, por el estrabismo de sus adversarios.

América no la pasará mejor. Sí, el Santos de Eduardo Fentanes tiene números que encandilan. Ha goleado a cadáveres (Cruz Azul, Pumas, Necaxa, San Luis, Tijuana, etc.), pero es capaz de empatar 3-3 con el momificado Querétaro, y equipos más serios, lo han exhibido: Pachuca, Tigres, Puebla, etcétera. Pero, ya se sabe, meterse a El Nido, despierta pasiones casi insanas en los adversarios de Coapa y de su gentilicio, ése el del #ÓdiameMás.

Traicionero, ancestral y corrosivo vicio deben enfrentar ambos, Cadena y Ortiz. Mientras se les viene la tormenta encima, este martes y miércoles, deben mantener ajenos a sus jugadores de cómo seductoramente ululan las sirenas en torno al Clásico Nacional, de éste, el Clásico de los Interinos.

Inevitablemente, la historia lo muestra: por instinto, por pasión o por cinismo, a veces, los jugadores se muestran recatados en los partidos previos al Clásico. No quieren, desde su roñosa óptica, quemar su pólvora en infiernillos, especialmente, en algunos casos, cuando se viene una Fecha FIFA para México, con dos carteleras “molerísimas”, como Perú y Colombia, armados ambos equipos por un principio primario de selección: llaman primero al que tenga visa para entrar a Estados Unidos.

Pero, habida cuenta de lo visto hasta ahora, Ortiz y Cadena se han posesionado tanto de los deberes y de los placeres de sus propios jugadores, que sin duda pondrán freno a las urgencias de Clásico de sus jugadores, para darles rienda suelta a sus obligaciones inmediatas.

Comparto con Usted esa ansiedad por conocer los secretos de esa cofradía fascinante y siniestra, que es el vestidor de ambos equipos. ¿Cuál es el método? ¿Cómo es el trato? ¿Cómo se ejerce el control y la persuasión? ¿Cómo se mima al mocoso caprichoso que hay en cada jugador? ¿Cómo se yergue al urgido adulto para que esté dispuesto a la guerra?

He hablado con varios reporteros que cubren a Chivas y a América. Al final, termino tan o más confundido e ignorante que ellos. No son los tiempos de antes, en los que uno conocía los secretos del escritorio y del dormitorio del entrenador, a través de locuaces jugadores. Hoy todo queda oculto tras la trinchera de ruedas de prensa, de charlas en zona mixta al vapor, de poquísimas entrevistas personales, con medios con ascendencia.

Esos mismos reporteros me explican obviedades. Una retahíla, una letanía de lugares comunes. Desde “trabaja mucho dentro y fuera de la cancha”; “el jugador ser siente respetado”; “se ganó la confianza del futbolista”; “es muy sincero y muy claro en sus ideas”; “ha sabido crear una competencia interna”. Bla, bla, bla.

Entiéndase que esos son fundamentos básicos de un entrenador. Pero, en el caso de Ortiz, quitarle lo bruto al diamante Zendejas, necesita más que todo lo anterior. O desplegarle las alas a un desfachatado como Lara, requiere de algo más. Quitarle la intermitencia holgazana a Valdés, implica algo más. Convertir a una coladera de defensa, en un bloque sólido, requiere de mucho más, que el citado e incompleto decálogo de obviedades.

Y en el caso de Ricardo Cadena ocurre lo mismo. Rescatar al casi náufrago Alexis; o reinstalar a plenitud al Beltrán que casi exterminaba el ex Rey Midas Vucetich; montar una defensa de su propia incubadora, de sangre chiva, de carne chiva, para ser la mejor del torneo; sobrellevar las incómodas incorporaciones de Mozo y Ormeño; resucitar, lentamente al Piojo Alvarado.

Todo eso, implica mucho más, muchísimo más que ganarse al futbolista, porque hay que convencerlo, mantenerlo con cargas extras de adrenalina; fortalecerlo física y emocionalmente; y hacerlo rabiar de satisfacción en los entrenamientos. Pero, entre la pandemia, el proteccionismo hacia el jugador, y el secretismo disfuncional desde dentro de las oficinas, nos impiden saber más de ese sincretismo, de esa fusión entre técnico y futbolistas.

Veremos pues cómo sortean estos mellizos de orfanatorios distintos, Ricardo Cadena y Fernando Ortiz, los avatares de estos juegos de media semana, sin que se distraigan con la bestia más apetitosa, esa la del Clásico Nacional, y que hoy es el Clásico de los técnicos, el Clásico de los Interinos.

Comentarios

Usa una cuenta de Facebook para agregar un comentario, sujeto a las políticas de privacidad y Términos de Uso de Facebook. Tu nombre de Facebook, foto y otra información personal que hagas pública en Facebook, aparecerá en tu comentario, y puede ser usado en las plataformas de medios de ESPN. Más información.


LOS ÁNGELES — ¿Otra nueva mentira? O, finalmente, diez años después, ¿es de verdad? ‘La Chofis’ López es el jugador sensación de la Liga Mx. Dos goles y dos asistencias. Cuatro incidencias de gol en 108 minutos de juego. Ha generado un balón en la red, cada 27 minutos (@statiskicks).

Cierto, las cifras también embaucan, mimetizan, engatusan. Especialmente con Eduardo Javier López, un embustero, con el balón y sin él; un embustero, dentro de la cancha y fuera de ella. Un geniecillo de grandes ideas en la cancha, y cortitas ideas fuera de ella.

Por ejemplo, de sus cuatro participaciones en goles del Pachuca, dos de ellas han sido, fríamente, útiles: el pase a Nico Ibáñez ante Puebla significó el 2-1, cimentando el despertar tuzo, y el servicio a Israel Luna, para vencer al León 1-0. En retorcida aritmética, sus entregas han colaborado a cuatro puntos de Pachuca.

¿Sus goles? Terminaron siendo de ornato, embelesadores, pero, de ornato: es la tercera de las anotaciones en el 3-1 al Atlas (‘91), y es el 2-0 sobre Santos (‘77), que evidentemente anestesia al rival, pero nada más.

Sin embargo, que un futbolista, que un futbolista distinto, salga de sus infiernos, se esfuerce en sacudirse los grilletes de sus vicios, siempre despertará una sonrisa en el juego mismo. Hace diez años llegando a Chivas, se auguraba a una Chofis de impacto, como parece que quiere y puede, porque sabe hacerlo, hoy en Pachuca. Pero, se perdió.

¿Cuántos entrenadores ilusionó en el Guadalajara y terminó decepcionando? Carlos Bustos, Chepo de la Torre, Matías Almeyda, Saturnino Cardozo, Tomás Boy, Luis Fernando Tena, Víctor Manuel Vucetich, y de una u otra manera, en su desarrollo, a Marcelo Michel Leaño.

La fama y una ciudad llena de bulla, se lo tragaron. Gula, jacuzzis, salones de masaje, el menú pedestre del Calatrava, y cualquier concierto de cualquier tipo de música. El despilfarro, la ostentación, la excentricidad del nuevo rico ansioso de exterminar al viejo pobre.

Alguna vez, Matías Almeyda, un histórico de River Plate y de Argentina, se lo dijo a Javier López en esas cataplasmas verborreicas que le dedicaba tratando de despertarlo: “¡Uuuuuy! ¿Sabes lo que hubiera sido yo con tu talento?”. Y el argentino es un añorado en la Lazio, con algunos suspiros en el Parma y el Ínter de Milán.

En sus diez años en Chivas, ‘La Chofis’ provocó estampidas de ilusiones, y apenas unas cuantas cabalgatas famélicas de festejo. Se comportaba como jamelgo prófugo de la yunta, aunque podía ser un percherón de carroza imperial.

Ya cuestionado en Chivas, visto como un inquilino incómodo, se ve involucrado en un presunto delito sexual cuyo responsable principal parecía ser Dieter Villalpando. Lo echan junto al incriminado, además de Alexis Peña y el Gallito Vázquez. Un juicio simple: aquél que ve, y tolera, es cómplice.

Termina en la MLS. Bobalicón, inocentón, o tal vez por presión de su propio promotor, Almeyda lo lleva a Terremotos de San José. Dos torneos, 36 juegos y 13 goles. Sorprendió por su viveza, su habilidad y esa implacable estocada final a la testuz del rival, con el exquisito golpeo de balón que tiene. Pasó la sorpresa y se convirtió en un jugador vulgarcito, a quien, anticipando, o cuidando su perfil, le anulaban hasta, sí, ¡hasta los defensas de la liga estadounidense!

¿Quién está regenerando, aparentemente a ‘La Chofis’? Pachuca jugó una mano suicida. Apostó por un par de cincos de fe, ante el póker de ases de desilusiones que acompañaban al jugador en su hoja de vida, arrugada, maltratada, remendada, borroneada, falsificada. El currículo positivo de López no necesitaba de una grapa, porque consta de una sola hoja, escrita por un solo lado.

Ciertamente, a lo largo de su historia, en Pachuca se han perpetrado absurdas, tontísimas, sospechosas y lamentables contrataciones, como en la mayoría de los clubes mexicanos. Compran con los ojos de la avaricia de promotores sin escrúpulos. Y ellos, por algún motivo, aflojan el cuerpecito de la codicia y se vuelven cómplices.

Sin embargo, este Pachuca de Guillermo Almada es un desplante de generosidad. Desde el torneo pasado se convirtió en el único club que vale la pena pagar el boleto, o mantenerse ante el televisor con regocijo, disfrute, y unos tacos al pastor, a falta de una buena barbacoa hidalguense.

Una apuesta arriesgada en Pachuca. Un equipo espectacular, ofensivo, generoso, inteligente, que además privilegia y prioriza al jugador mexicano, y que parecía no necesitar un problema, una manzana podrida, como parecía que sería Eduardo Javier López.

Almada ha mantenido su código y su doctrina. A Pachuca hay que disfrutarlo y ver a los mozalbetes que asoman y asoman, y gratifican. Entonces, ¿para qué llevar a La Chofis?

En el recambio dramático, gran mérito tiene el mismo jugador. Diez años después de su parición en el futbol profesional, se ha puesto serio. Ha perdido seis kilos, y en ese cuerpecito rechoncho, tan biotipo del mexicano, hay un despertar absoluto.

Curiosamente, el mejor consejero de ‘La Chofis’ ha sido la primera víctima de ‘La Chofis’: Víctor Guzmán. Él llegó a Chivas también, pero, en una de esas oscuras, dolosas, sucias maniobras tan típicas de la Federación Mexicana de Futbol, y por entonces de su presidente Decio de María, siempre con ese olorcito a homeopatía, se reveló un viejísimo positivo de dopaje, y fue echado del Rebaño.

Guzmán tuvo un Clausura 2022 exultante. Aunque cargaba a cuestas el asterisco de nunca haber mostrado su inocencia con la Prueba B de su examen antidopaje, se dedicó a lo que mejor sabe y con quien mejor podía explotárselo, Guillermo Almada.

Cuando llega ‘La Chofis’, Víctor Guzmán decide ayudarlo. Le recomienda disciplinarse de lleno con el preparador físico del equipo, Rubens Valenzuela. “Es el mejor, te va a convertir en un avión si te comprometes”, le advirtió a López.

Imago7'Chofis' López

‘La Chofis’, por primera vez en su carrera, cortó el cordón umbilical del desmadre, la disipación y la concupiscencia. Empezó con trabajos intensos, dos veces al día; respetó la dieta y en una ciudad que parece una sacristía, comparada con la Sodoma y Gomorra tapatía, se ha recluido en casa. Hoy lleva, casi, esa vida, casi asceta, casi franciscana de un futbolista con ambiciones. Y su habilidad para jugar al futbol, le agradece tener un físico en condiciones para desarrollarlo. Y cada día, la báscula es una implacable madrastra.

Y lo de Rubens Valenzuela no pasa sólo por un programa de acondicionamiento, que hoy mantiene tres veces por semana de manera especial con ‘La Chofis’. Una sesión de entrenamiento se baja con cinco videos de TikTok. Lo del entrenador uruguayo incluye además una tersa dosis de convicción, de persuasión, de motivación.

E irónicamente, el jugador que amenaza la titularidad de Víctor Guzmán, y a veces como su relevo, es precisamente su protegido, ‘La Chofis’. La baja de juego de Guzmán en este torneo se debe al enterarse de alguna manera que, a pesar de su notable temporada anterior, no entra en los planes para el Mundial de Qatar.

Sin embargo, Pachuca y ‘La Chofis’, entienden que cuatro buenos momentos no son suficientes ni para el equipo, ni para el jugador, que aún debe mejorar en muchos aspectos. Por ejemplo, en el juego ante Puebla, con el balón en el área, un recorte letal, pero por falta de oficio, para saber usar su físico, es despojado, cuando perfilaba el remate.

Para fortuna de Eduardo Javier López, Valenzuela y Almada están entusiasmados con él. Puede ser el revulsivo que necesita un equipo, como lo ha sido, en momentos de agobio, o cuando sea necesario despellejar al rival, y colocar su zalea humeante al sol.

Y no, no se trata, como lo evidencian históricamente la Nación Chiva y la pasión tuza, de que La Chofis llegue a la selección mexicana o al Mundial de Qatar, simplemente, insisto, siempre será venturoso, ver que un tipo que se había revolcado en el pantano mezquino, en esa otra cara del futbol, y que se esfuerza en salir de ahí.

Por eso, cuatro intervenciones de gol en 108 minutos, una cada 27, no es una garantía de nada, y en el caso de ‘La Chofis’ parecería estar más cerca del perjurio que de la resurrección.

Pero, lo cierto es que esta magnífica oportunidad de la que goza hoy con Pachuca, ‘La Chofis’ puede estar seguro, que no se le va a volver a presentar. El tiempo nos dirá si, otra vez, nos hemos tragado uno de sus ladinos embustes.

Comentarios

Usa una cuenta de Facebook para agregar un comentario, sujeto a las políticas de privacidad y Términos de Uso de Facebook. Tu nombre de Facebook, foto y otra información personal que hagas pública en Facebook, aparecerá en tu comentario, y puede ser usado en las plataformas de medios de ESPN. Más información.


LOS ÁNGELES — Sí, ya sé: Javier Hernández ¡no! irá a Qatar. Y sí, lo sé: Chicharito acumuló todos los cadáveres posibles para su propio destierro. Pudo levantar su propia estatua, pero eligió cavar su propia tumba.

Instigado por Yon de Luisa, Gerardo Martino le oficializó su discriminación del Tri mundialista. Para fortuna de dirigente y técnico, Henry Martín vive un momento exultante con el América. Además, Santiago Giménez ya cotizó en el Feyenoord, y Raúl Jiménez da muestras de mejoría.

Chicharito se afana en ridiculizar al Tata, ridiculizado ya, de por sí, por sus miserables números en el martirio de 2020, 2021 y 2022. Este domingo marcó ante Nueva Inglaterra y dio una asistencia. Suma cinco anotaciones y dos pases para gol en los más recientes cuatro juegos del Galaxy, que por cierto aún no le ofrece renovación de contrato. En Carson sueñan con Luis Suárez.

Por lo visto, la esquela necrófila que le entregó Martino y que sepultaba los sueños mundialistas de Javier, hizo poca mella emocional en el delantero del Galaxy. Este domingo, el servicio a Daniel Aguirre para el 1-0 muestra su evolución como jugador. Hoy, es más ya que aquel anecdótico Chaplin del Gol, cuya pericia y gracia eran anotar con la mollera, el esternón o el hueso ilíaco.

En el 2-0 a Nueva Inglaterra, cierto, Riqui Puig, le entrega un anillo de compromiso más ostentoso que el de Ben Affleck a Jennifer López. Al pisar el área, Javier parece titubear, pero, encesta, a la derecha del arquero. Sus “haters” dirán que la iba a fallar. Sus concubinos dirán que fue uno de sus amagues chaplinescos para descuajaringar al arquero. ¿Ni una ni otra? ¿O las dos?

Lo cierto es que Javier Hernández recrudece el martirio de aquel a quien la afición ya bautiza como el #TataMartirio. Ciertamente, el técnico argentino deglute sus propias declaraciones, sumido en la cloaca de sus juicios. “La MLS está entre las mejores ligas de América y estará pronto entre las mejores ligas del mundo”, dijo tras ser campeón con Atlanta United.

En ese mismo tono lisonjero, oportunista, servil, se han expresado el presidente de la Liga Mx, Mikel Arriola, y claro Yon de Luisa. “Tenemos que aprender de ellos”, han dicho.

Irónico pues que lejos de envalentonarse y tratar de hacer solidario a Chicharito con su proyecto –si es que éste existe--, Martino simplemente decida discriminarlo –deportivamente hablando--. Pero, además, desdeña a otro mexicano goleador en la MLS, de esa liga “que está entre las mejores de América”, Brandon Vázquez, quien ya recibió una oferta del técnico de EEUU, Gregg Berhalter, pero que aún suspira por un guiño tricolor.

Pero, insisto, sé, sabemos, que Javier Hernández está más lejos de Qatar, que el puesto de pambazos y tlacoyos, con todo y anafre en el nuevo aeropuerto de la Ciudad de México, de ganarse una estrella Michelín. E insisto, Chicharito tiene más pecados que la compungida y nostálgica Mujer de Lot.

Pero, mientras genera microsismos en las úlceras de Martino, Chicharito sacude las entrañas de Chivas y sus más de 30 millones de seguidores, con un simplón Teorema de Pitágoras: la suma de los cuadrados de los catetos es igual al cuadrado de la hipotenusa. En dialecto futbolero, el 14 de las añoranzas, podría regresar al Rebaño, 13 años después.

Versiones, en ese fértil, inagotable y colosal tendedero de los rumores, hacen una pueril Regla de Tres: Chicharito no renueva con el Galaxy y firma con Puma, que viste a Chivas, por lo tanto, la empresa textil y el club, repartirían a partes iguales el salario del jugador a partir de 2023, aunque la venta de camisetas, dejaría más dividendos para Puma.

Agréguese un chantaje emocional. Dicen, esos que tienen tanto que decir, que en uno de tantos arrumacos con su abuelo, el legendario Tomás Balcázar, Javier Hernández le habría prometido retirarse en Chivas, y hacerlo sin desperdigar polilla, sino en un momento productivo. Y se sabe que la idolatría hacia “Don Tommy”, especialmente por ciertos remordimientos, es el motor emocional más potente para este delantero.

Por lo pronto, mientras que en redes sociales se desata una inofensiva e inocua batahola entre la legión que desprecia y menosprecia a Chicharito, y la otra legión, que lo deifica, lo diviniza, arremete martirizando al Tata, la realidad es que el delantero sólo tiene dos cuencos donde beber entre esperanza y resignación: regresar a Chivas y tratar de merecer un sitio entre sus leyendas, como su abuelo, o aguardar una oferta del Galaxy.

Comentarios

Usa una cuenta de Facebook para agregar un comentario, sujeto a las políticas de privacidad y Términos de Uso de Facebook. Tu nombre de Facebook, foto y otra información personal que hagas pública en Facebook, aparecerá en tu comentario, y puede ser usado en las plataformas de medios de ESPN. Más información.


LOS ÁNGELES — Un interinato caduca (Andrés Lillini), dos se fortalecen (Chivas y América), y un tercero se manifiesta (Cruz Azul). La magia estentórea del #911 en su máxima expresión.

Cierto: los tres primeros ya fueron ungidos con la estabilidad emocional de la burocracia: técnicos oficiales, pero recordemos que llegaron bajo el infausto reclutamiento del interinato. El Potro Gutiérrez, aún con la bendición por el resto del Apertura 2022, todavía no recibe la deslumbrante y frágil placa para su oficina.

1.- Dramático lo de Lillini. Pumas no es más Vasconcelos, por aquello de que “por mi raza hablará mi espíritu”. ¿O acaso sí lo es? ¿Es éste el nuevo espíritu azul y oro? 21 goles recibidos en seis partidos. Las musas nunca llegaron con Dani Alves. Se quedaron en Barcelona. El brasileño juega cuando quiere y el oro se ha vuelto oropel.

2.- Ilusionante lo de Fernando Ortiz. El #TanoTesla escarpó hacia el liderato. Ante Xolos y León, apestó a fiambre. Era falta de higiene. Después ha vestido guirnaldas con seis victorias en Liga. América ratifica ser favorito. No le duele nada. Ajusta conforme al adversario. Si es frágil, lo aplasta (7-0 a Cruz Azul), pero, la doctrina de golear 1-0, es su favorita.

3.- Chivas emociona. Ricardo Cadena aprendió a remar en la arena de ese estigma que repatea a sus rivales: “eres mexicano dirigiendo mexicanos”, como si fuera juicio sumario del fracaso. Golea a Necaxa (4-0), y conjugando el “apenitas”, vence a Rayados (1-0); este sábado, despedaza a Pumas (3-1), y el tercer gol es de orfebrería nativa: 59 segundos, 19 pases y 23 toques. Escupe en semejante lienzo, que la anotación lleve la firma pérfida de autogol de Gil Alcalá.

4.- La Máquina arroja de nuevo fumarolas y no cenizas. Raúl Gutiérrez llega al mando. Apenas tiene tiempo para memorizar rostros y nombres, hacer ajustes y pedirles a los pusilánimes que cambien escobas por bayonetas. Así se reconcilió, al menos temporalmente, con la afición. 2-1 a Querétaro, con uno menos por la roja a Iván Morales. Pero El Potro les cambió ese espíritu de bestia yuntera, por corcel de batalla. Pero, en el futbol, uno, no es ninguno.

Y mientras Andrés Lillini vive entre la agonía, temiendo que suene el teléfono, o le llegue un simplón WhatsApp de despedida, en Coapa y en Verde Valle se regodean, bajo el auspicio del sistema de competencia. Una racha envalentonada y se asoman al Paraíso de la Liguilla.

Necesariamente había dudas en Chivas, un equipo donde la indisciplina parece gozar de la impunidad e inmunidad del #007. Alexis Vega y Fernando Beltrán “perrearon” en un concierto de Wisin y Yandel a media semana, y ¿cómo llegarían ante Pumas? Ambos, resulta, terminaron perreando a la UNAM este sábado. En especial el primero, regocijándose, facinerosamente, en los terrenos de Dani Alves.

Un primer tiempo esplendoroso del Guadalajara. Del nervioso 0-1, obra de Diogo al ‘3, al 3-1 al minuto 40, insisto, en ese tercer gol, con ese regodeo del balón, sobándolo con taquitos, amagues, pisadas y rococó tribunero. El balón termina en la red con el sabotaje pueril del autogol. Pero, Chivas emociona, aunque para ilusionar, aún habrá que mantener al menos ese nivel, y hay perversos en su camino: Toluca, Tijuana, Puebla, Tigres, América y Cruz Azul.

¿América? El equipo más ordenado y más sólido de la Liga. No se aparta del manual del #TanoTesla. Ocurren accidentes venturosos como ante Cruz Azul, pero el equipo se siente cómodo con la victoria franciscana por un gol de diferencia, o mantener la gélida sangre de ofidio para manipular las urgencias del adversario y clavarles tres (Mazatlán, Pachuca y Pumas).

Fernando Ortiz tiene el mejor organigrama en media cancha de esta Liga. Y lee perfectamente las sudoraciones y las cifras. Da reposo, cuando debe, a sus colosos, como Richard Sánchez y Álvaro Fidalgo, a los que había condenado a la banca al inicio del torneo. Es, además, un hábil entrenador de diván que después acicatea las emociones en la cancha.

Lo de Henry Martín, Luis Fuentes y Alejandro Zendejas, por ejemplo, ahí estaba, ahí lo cargaban. El Tano no los hizo futbolistas, pero él sí los ha hecho competitivos. El técnico puede y debe ser el más brutal y adictivo estimulante. La adrenalina y la testosterona están ahí, sólo falta el tipo que con trabajo, y a caricias o latigazos los perturbe dentro del jugador.

Así se explican algunas resurrecciones: a Chivas lo estremecen externa y eventualmente su entorno y su hábitat siempre convulsionados, y Cadena lo aprovecha. En América, viven bajo convulsiones constantes, y el técnico debe guiarlos, a oscuras, pero no a ciegas, hacia la vía de escape. Aprender a vivir así, a jugar así, a disfrutar así, al límite, desgasta, pero también fortalece.

Por lo pronto, este ejercicio de los interinos se redimensionará esta semana. Pumas debe trasegar entre pesadillas y humillaciones, para recordar su más reciente victoria, y eso amenaza a Lillini. América y Chivas, sólo esperar que el “molerísimo” juego ante Paraguay no le alborote las ambulancias, y en el caso del Rebaño, que lo apadrinen Wisin y Yandel. Y El Potro Gutiérrez ya dio el primer paso: a los jugadores de delantal, pañoleta y plumero, los ha dotado de nuevo de cartucheras y fusiles.

Comentarios

Usa una cuenta de Facebook para agregar un comentario, sujeto a las políticas de privacidad y Términos de Uso de Facebook. Tu nombre de Facebook, foto y otra información personal que hagas pública en Facebook, aparecerá en tu comentario, y puede ser usado en las plataformas de medios de ESPN. Más información.


LOS ÁNGELES — Se oxidan los Caballos de Hierro de Gerardo Martino. Sus corceles de batalla abandonan la cuadriga. El Mundial de Qatar es mañana, y el Tata se quedó en el ayer.

¿Cuántos sobreviven de aquel su once ideal, de su once soñado, de su once mundialista, fabricado con más ilusionismo que ilusión en 2019?

En julio de 2019, venciendo a Estados Unidos en la Final de la Copa Oro, entre los espejismos del proceso de Martino, el técnico argentino aseguraba tener un cuadro base, sólido, esperanzador. Hoy, ruinas. Pero, él sigue estancado en el ayer.

Hoy, sobrevive Edson Álvarez, consolidado en el Ajax. Se puede agregar a Guillermo Ochoa. ¿El resto? Herrumbre. Se oxidan sus hombres de hierro, sus caballos de hierro.

1.- Andrés Guardado y su artrosis en ambas rodillas le tienen fuera del Betis, que se ha negado a registrarlo. Es decir, tiene equipo, pero no tiene cupo en la cancha; tiene contrato, pero no un espacio en el vestidor. El capitán se quedó sin buque.

2.- Héctor Herrera (ausente en esa Final) languidece en Houston. La directiva del Dynamo lamenta la cuantiosa inversión. ¿Dónde quedó el de algunos momentos, pocos, memorables con el Atlético de Madrid? El #Guapérrimo de bisturí, ha perdido su galanura en la cancha.

3.- ‘Tecatito’ Corona y los médicos del Sevilla, azuzados por su promotor, hacen creer que llegaría rayando, pero pleno al Mundial. Su edad, su historia clínica y la lesión en el tobillo, cuentan otra historia.

4.- Uriel Antuna, Jonathan dos Santos, Charly Rodríguez y Jesús Gallardo, han dejado de ser titulares en sus equipos. Son apenas relevistas, cuando no hay mejores opciones.

5.- ‘Chucky’ Lozano ha desarrollado cierta fobia al Tri. Cada convocatoria es una lesión. El Napoli cada seis meses le pone etiqueta y coloca al muñeco en el aparador, pero nadie se atreve ante un precio surrealista respecto a su rendimiento.

6.- Raúl Jiménez le marca al Preston de la Championship, y las mascotas de la Cenicienta alborozan en los tendederos mediáticos. Tesón, audacia y compromiso, hay por parte del Lobo Mayor, pero aún está lejos del nivel que seducía hasta antes de la embestida de David Luiz.

7.- De aquel 2019, en defensa, los escenarios se han desmoronado. Carlos Salcedo está borrado por la mano siniestra de Jorge Theiler. ¿Néstor Araujo? Lo salva el sistema del América, pero sigue sin ser material mundialista. ¿Héctor Moreno? Bendecido por el esquema ultradefensivo de Rayados, deja en evidencia su lentitud para la velocidad de un mundial. ¿Chaka Rodríguez? La baja de juego y después la operación en el tobillo, lo tienen relegado.

8.- ¿Los otros “europeos”? Orbelín Pineda hace eventuales fantasías y gracias, pero en Grecia. Diego Láinez intenta asomar en un escenario favorable con el Braga. Y quienes tienen mejores números, recuérdese que viven bajo el desdén de Martino: Santiago Giménez (goleador de Cruz Azul, hoy con el Feyenoord), Erick Gutiérrez (PSV), Gerardo Arteaga (Genk), y Johan Vásquez (Cremonese), aunque éste se fue a la banca ante la Roma. ¿Marcelo Flores? Ya entendió que debió darle el sí a Canadá.

9.- Y los vetados de la MLS. Javier Hernández ya fue notificado que por sus indisciplinas, deje de suspirar con el Mundial. Carlos Vela ya entendió que desdeñar al Tri mayor, pero querer ir a los Juegos Olímpicos de Tokio, le cerró las puertas.

10.- Y claro, los caprichos, también caducan. Los otros mimados de Martino, Alexis Vega, Luis Romo, Diego Reyes y Rodolfo Pizarro siguen en ese sopor, en esa modorra de la intrascendencia. Pero al igual que con Rogelio Funes Mori, Gallardo y Herrera, son obsesiones del cuerpo técnico. Y entre esos caprichos, el rechazo abierto a Luis Fuentes, Fernando Beltrán, Alejandro Zendejas, Aldo Rocha y Fernando Navarro, éste con su segundo aire en Pachuca.

¿Soluciones? El problema es el tiempo que desperdició Gerardo Martino entre sus vacaciones, su necedad, sus preferencias, sus manías. Apenas, y por emergencia y presiones, ha volteado hacia Kevin Álvarez, Luis Chávez, el Hueso Reyes, Henry Martín, Israel Reyes, Erick Sánchez, Jesús Angulo, Beltrán, y varios más.

Cierto, algunos de ellos fueron citados para enfrentar el juego “molerísimo” ante Paraguay, pero se sabe que es un arrejuntando de contingencia, y no las verdaderas intenciones del cuerpo técnico.

Queda claro que con tantos veteranos en desgracia, a Martino se lo tragó el tiempo que él mismo desperdició entre casi un año sabático en 2020, y sus prolongadas vacaciones. Tratar de rejuvenecer al Tri de manera dramática y drástica a tres meses del Mundial, parece una tarea imposible, con la sangre joven, e inmadura, que asoma.

Si no logró en cuatro años consolidar un estilo de juego, definir una forma clara de juego, será imposible conseguirlo con cinco partidos amistosos por delante, y ante rivales que no cotizaron para el Mundial de Qatar: Paraguay, Perú, Colombia, Irak y Suecia.

Hoy, de acuerdo a las preferencias manifiestas de Martino a lo largo de su gestión, su cuadro sería algo parecido a esto, con apenas siete titulares en sus equipos:

Guillermo Ochoa; Jorge Sánchez, Néstor Araujo, Héctor Moreno, Jesús Gallardo; Héctor Herrera, Edson Álvarez, Andrés Guardado; Uriel Antuna, Raúl Jiménez e Hirving Lozano.

¿Alcanzará para confrontar con dignidad y medianos sobresaltos a Argentina, Polonia y Arabia Saudita? Un equipo lento, y claro, oxidado, muy oxidado.

Usted prefiere ese once o algo así: Ochoa; Kevin Álvarez, Johan Vásquez, Jesús Angulo, Luis Reyes; Luis Chávez, Edson Álvarez, Erick Gutiérrez; Diego Láinez, Raúl Jiménez y el Chucky. Claro con ajustes posibles con Charly, Erik Lira, Zendejas, Fernando Beltrán, Henry Martín y Giménez.

Ciertamente, un conflicto para Martino. Demasiado óxido en uno y demasiados lactantes en el otro.

Comentarios

Usa una cuenta de Facebook para agregar un comentario, sujeto a las políticas de privacidad y Términos de Uso de Facebook. Tu nombre de Facebook, foto y otra información personal que hagas pública en Facebook, aparecerá en tu comentario, y puede ser usado en las plataformas de medios de ESPN. Más información.


LOS ÁNGELES — El infortunio se ha cebado sobre Jesús ‘Tecatito’ Corona. En el entrenamiento de este jueves con el Sevilla, sufre fractura de peroné y rotura de ligamentos en el tobillo izquierdo. Se pierde el Mundial de Qatar 2022. “Es el último y quiero que sea el mejor”, había dicho.

Este matrimonio entre ‘Tecatito’ y la Selección Mexicana nunca llegó a vivir una Luna de Miel. La ceremonia siempre se veía interrumpida. Problemas familiares, problemas médicos, bajas de juego, decisiones de técnicos.

Un matrimonio que nunca llegó a consumarse. El destino dictamina el divorcio antes del tálamo. Ahora, al jugador, sólo le queda pensar en el 2023. Regresar a los 30 años, en el último tren de su carrera.

En tanto, el tan cacareado “Tri-dente Mágico”, gestado en las fantasías mercantilistas de los vocingleros de la Selección Mexicana, se desploma, desaparece, tras esta lamentable lesión de Corona. Habrá que encontrar y no inventar el reemplazo, y hacerlo no en las marquesinas de los patrocinadores, sino en el realismo de la cancha.

Una Selección Mexicana castigada por lesiones y por el sorteo, atisba, trémula, inquieta, nerviosa, el Mundial de Qatar 2022: una Argentina a punto; una Polonia hambrienta, pero, como consolación posible, una Arabia Saudita tambaleante.

El destino es así. El infortunio es así. Un estallido de desgracia agazapado tras la delicadeza trágica de lo inesperado. El “Tri-dente Mágico” no pasó de ser un regodeo, un cachondeo, un regocijo en las fantasías del ya merito, del ahora sí. Siempre, la caramelización precipitada de los augurios, abre la puerta a riesgos funestos.

Tras su reconstrucción en el Porto, Corona se sumaba a los minutos de Hirving Lozano con el Nápoli, y a la depredadora marcha del Lobo Mayor, Raúl Jiménez. El carrusel festivo del Quinto Partido empezaba a adornarse con holanes qataríes. Pero, el “ahora sí se puede”, terminó embadurnado del doliente “a’i pa’ l’otra”.

Porque, en un país, donde Juan Rulfo y su Pedro Páramo, son los cronistas de sus efemérides, era inevitable el conjuro de los aguafiestas. Corona, Jiménez y Lozano han regresado a la condición inhumana del realismo humano del futbol: las lesiones… y sus lastres.

El fallido “Tri-dente Mágico” y su vendaval conquistador, se suma a las anécdotas premundialistas de las aritméticas de José Antonio Roca para Argentina ‘78; del “clasificamos caminando” de Ricardo La Volpe; de “la victoria histórica” ante Alemania en 2018. Y el culpable siempre es el mayordomo.

¿Qué viene ahora? Con ‘Tecatito’ en salas de rehabilitación por tiempo indefinido, Gerardo Martino debe voltear hacia donde siempre se negó a voltear, hacia la sangre nueva, hacia la sangre joven. Y claro, en el botiquín de emergencias, hay un par de veteranazos al norte de su arrogancia: la MLS.

A partir de hoy, el ‘Tata’ deberá empezar a trabajar donde siempre le dio pereza trabajar. El problema es la inestabilidad de las refacciones. O la soberbia del mecánico. ¿Se atreverá Martino, adicto a la milonga más que al tango, a ir con la frente marchita a pedirle a Carlos Vela que se sume a la peregrinación fatalista rumbo a Qatar? ‘La Hiena’ ha dicho que no quiere reírse ni que se rían de él en otra Copa del Mundo, pero…

¿Y entre los jóvenes? Nombres hay, aunque en horas bajas, muy bajas. Diego Lainez, Alexis Vega, Orbelín Pineda, Alejandro Zendejas, Roberto Alvarado. Y ya desesperado, hasta Uriel Antuna o Marcelo Flores.

A excepción de Lainez, ninguno tiene el desequilibrio de ‘Tecatito’. Además, el delantero del Sporting Braga tiene el espíritu, la viveza, la demencia ofensiva, la rabia, que a Corona se le ha cuestionado muchas veces.

Tras la frugal y necesaria vigilia, por la lesión de Corona, será necesario activar a Martino. Sacarlo de la pachorra que inunda a él y a su cuerpo técnico. Si ya fueron estériles sus meses de vacaciones en Argentina, que al menos su actual paseo todo incluido VIP por Europa, genere alguna utilidad al Tri.

Si ya la situación estaba comprometida de cara a la Copa del Mundo, ver cómo aún cojea futbolísticamente el jefe de jauría del Wolverhampton, y la irritabilidad competitiva de ‘Chucky’ Lozano, ahora el ‘Tata’ deberá abrir los ojos, los dos, a un panorama que exige decisiones no sólo inmediatas, sino inteligentes, más que hormonales, caprichosas y cargadas de berrinches seniles.

Y esperar que el manoseo mediático hacia un nuevo “Tri-dente Mágico”, el “Tridente Cósmico”, el “Tridente Galáctico”, el “Tridente de Oro”, se tome una pausa, en esa menopausia desesperada por vender lo que no existe.

Comentarios

Usa una cuenta de Facebook para agregar un comentario, sujeto a las políticas de privacidad y Términos de Uso de Facebook. Tu nombre de Facebook, foto y otra información personal que hagas pública en Facebook, aparecerá en tu comentario, y puede ser usado en las plataformas de medios de ESPN. Más información.


LOS ÁNGELES — Parecía una escena surrealista de La Última Cena. Claro, no había un Cristo, pero sí 23 Judas. Claro, Iscariotes, todos.

“El cuerpo técnico (Ricardo Cadena), ya ha hablado demasiado”, dijo uno de los tantos enmudecidos en la cancha, Isaac Brizuela. Encabezaba él, con Fernando Beltrán, esta peregrinación de la hipocresía.

1-1 con Atlas. La afición sigue inconforme, porque Chivas jugó 29 minutos con un hombre más y se hizo menos en ese lapso.

Plañideras de su propia desgracia, los jugadores del Guadalajara ofrecen como expiación, entrada gratuita, libre, para recibir a un filibustero del despecho: Víctor Manuel Vucetich y sus Rayados. “No nos abandonen, los necesitamos”, dijo Beltrán. ¿Olvida que llevan cinco años abandonando a esos a quienes hoy imploran conmiseración?

¡Qué grandísima oportunidad tiene la afición de Chivas de hacer sentir su descontento! Si con entrada gratis, se ausenta del estadio, mandará el mensaje más poderoso jamás visto a plantel, entrenador, directivos y el dueño, si es que éste se entera, y no anda rancheando o changarreando en la venta de milagros en polvo.

El desaire, el desdén, del abandono, un estadio desolado, si acaso con despistados seguidores de Monterrey, sería el mayor golpe de autoridad de la afición de Chivas en su historia contra la directiva que más actos de perjurio y promesas incumplidas ha tenido en su historia.

Sí, lo sé, es mucho pedir. La religión del villamelón. “Contigo, en las malas y en las peores”, dirán. El arrullo, la complicidad del perdedor. El instinto maternal del fracaso.

Recordemos que no es la primera vez que un grupo de jugadores de Chivas asoma a respaldar en conferencia de prensa a su entrenador. Hay amargas estatuas de sal, como la mujer de Lot, que viven con la nostalgia por sus pecados.

Así, tal cual, los 23 Iscariotes de la noche del sábado en la sala de conferencias. Algunos tienen ya siete entrenadores, incluyendo al actual, prometiendo que “ahora sí”, e irónicamente se cobijan bajo el hombre del santoral de bolsillo y su prédica apócrifa y pérjura: “Aquí, ya no se va a hablar de descensos sólo de títulos”, rumió Ricardo Peláez. 23 Judas y siete cruces. ¿O 24 Judas y 7 cruces?

Cierto, Chivas tuvo momentos de algidez emocional, futbolística y competitiva. Cierto, por instantes, pocos ciertamente, pero dignificó la zalea rojiblanca en el paraninfo supremo de un Clásico Tapatío, de los pocos genuinos y que aún sobreviven en una tierra estéril de rivalidades legítimas en el futbol mexicano.

Pero, ya no alcanza, en cinco años de miserias, dar dedazos de atole como empatar entre estertores ante el Atlas, que vive también horas bajas. Para su fortuna, en el sitio 17, Chivas se revuelca de felicidad sobre el ataúd mugriento y maltrecho, del ya hace meses muerto Querétaro. Además, claro, no hay problema porque no hay descenso. Pero la multa hay que pagarla. Y en la tesorería de la voraz FMF, no se aceptan vales ni cupones de descuento ni muestras de cortesía de OmniLife.

Antes de enfrentar a Monterrey, Chivas hace escala ante Necaxa, equipo al que ha tenido de rodillas en inmediatos antecedentes. Aunque en este momento, Jaime Lozano lo tiene en el quinto puesto, 12 escalones por encima del Guadalajara.

Reseña La Biblia que Judas Iscariote terminó ahorcándose colgado de una higuera. El 23 de agosto, ante Rayados, será la gran cita para los 23 Iscariotes rojiblancos, que el sábado por la noche salieron a escena.

Sólo una pregunta: ¿ni siquiera alcanza el liderazgo de alguien, de quien sea, como para conseguir que fueran vestidos uniforme, gallarda y formalmente? Llegaron como puesto de tamales del Templo Expiatorio, de chile, dulce y picadillo, como militantes de la indigencia, lo que competitivamente hablando, es totalmente cierto.

Comentarios

Usa una cuenta de Facebook para agregar un comentario, sujeto a las políticas de privacidad y Términos de Uso de Facebook. Tu nombre de Facebook, foto y otra información personal que hagas pública en Facebook, aparecerá en tu comentario, y puede ser usado en las plataformas de medios de ESPN. Más información.


LOS ÁNGELES — Compareciendo en dos universos distintos, en Chivas se mantienen las mismas dudas: no avanza, retrocede. No crece, se empequeñece, se enaniza, se encoje.

1.- Su crisis de cancha sucumbe patéticamente ante otra crisis, como la que vive el Galaxy, en un torneíto que estorba a todos, menos a los voraces organizadores. Pero, el Guadalajara llora por dentro, llora hacia afuera, y hace llorar por como juega y por como pierde.

2.- Su crisis a nivel dirección deportiva sucumbe ante otra crisis: la del colapso de promesas. Ricardo Peláez sale del enclaustramiento médico y moral, para decir que ha hecho de todo, sin conseguir nada. Una oda a la impotencia; un homenaje a la auto castración, a la renuncia, a la rendición, a la deserción.

Dos universos distintos, un fracaso simultáneo. Los que pueden y saben, presuntamente, pero no quieren, humillados con un piadosos 2-0 en Los Ángeles. Otro, que se suponía que sabía y que podía, humillado por sus juramentaciones.

Ricardo Peláez, en charla difundida por Chivas, asegura que hubo un momento en que renunció al puesto. Amaury Vergara rechazó la oferta. Su padre, Jorge Vergara, la habría aceptado de inmediato.

La duda es si Amaury lo hizo porque creía en el proyecto de su director deportivo, o porque entró en pánico bajo el estresante “¿y ahora quién podrá defenderme?”, y cobijarse en el “más vale malo por conocido, que…”.

Honesta la postura de Peláez. Ese día que presentó su renuncia –y esto es irrefutable--, reconoció su fracaso y su incapacidad para revertirlo. ¿Por qué? Hay dos perfiles. Ayúdeme, Usted elija el suyo.

1.- ¿Debió insistir Peláez un poquito más, insistir de verdad, echándole más ganitas en esa renuncia? Si no lo hizo, revela astucia.

2.- ¿O sólo fue un chantaje emocional al Júnior, para hacerlo tambalear y fortalecerse el mismo Peláez en su puesto? Si lo hizo así, revela aún más astucia, casi un bisoño aprendiz de Maquiavelo.

Porque el mismo Peláez lo deja traslucir en la charla con David Medrano para NotiChivas. “No voy a estar renunciando cada quince días”. El día en que Amaury lo retuvo, lo blindó, lo inmunizó. Es decir, le dio carta abierta a la reincidencia del fracaso.

Queda claro, entonces, que desde ese día en que presentó su renuncia, hasta hoy, lo que ha hecho Peláez ha sido darle versatilidad al caos. Sólo ha diversificado los matices de la incompetencia. La mona, aunque se vista con excusas de seda, mona se queda.

Peláez habla de la falta de personalidad, de liderazgo, de carácter, de temperamento, no sólo entre sus jugadores, sino como una pandemia que infesta en general al futbolista mexicano, porque ocurre, dice, “no sólo en Chivas, sino en selección nacional”.

Dicho está que es más peligrosa una manada de ciervos dirigida por un león, que una manada de leones dirigida por un ciervo. Con semejante reflexión, hay otra confesión del director deportivo de Chivas: en el redil rojiblanco sólo hay huidizos ciervos, dirigidos por otro huidizo ciervo, y hablo del trono acéfalo de liderazgo que comparten el equipo y OmniLife.

Parecería que en el Guadalajara se confabulan dos despiadados momentos de la vida: la senilidad y el Síndrome de la Adolescencia Eterna. ¿Se ha ablandado Ricardo Peláez para semejante desafío? ¿Aún no se ha endurecido Amaury Vergara lo suficiente para semejante desafío?

El director deportivo enlista otra de sus derrotas. No logra someter a sus jugadores a una disciplina estricta. Ya no se trata sólo de los tours por el Calatrava, los salones de masaje, las trasnochadas en los cortijos, o los brindis con vodka sabor a tamarindo. Ahora, lamenta la esclavitud del jugador hacia las redes sociales.

Pero, es evidente que Peláez elige apapachar a sus futbolistas, antes que imponer a rajatabla una solución. Un ejemplo: el tipo más alucinante y nefasto para Chivas, ya abandonó el redil. Hoy, La Chofis López tiene hasta tres sesiones de entrenamiento en Pachuca. Le controlan diariamente el peso, lo que come y lo que bebe. No hay contemplaciones, ni nalgaditas, ni arrumacos, como en el Guadalajara.

Peláez implora, suplica, en lugar de imponer, de ordenar, de ser necesario, con una disciplina castrense. Ya debería haber entendido que sus jugadores necesitan un sargento ciclotímico, no un capellán o una hermana compasiva de la caridad.

Pero, justifica su incapacidad para el liderazgo, refugiándose en que es un mal nacional del jugador mexicano. Entonces, como es “mal de muchos, que sea consuelo de…”. Precisamente, uno de los detalles que más enervaba a Jorge Vergara, el conformismo por rendición.

Más allá del estorbo, de la inutilidad del juego ante El Galaxy, y ese bochorno innecesario, El Guadalajara tiene su verdadero juicio sumario ante Mazatlán, un equipo donde pulula el cinismo, donde hay algunos mercenarios oportunistas, que ante adversarios de peso mediático como Chivas, tienen su gran epifanía, y de repente despiertan de su etílica modorra, los Benedetti, los Fabián y otros más.

Ricardo Cadena, el hilandero de las hazañas en el torneo anterior, hoy es la mítica Penélope con artritis en las manos. Teje y desteje, hila y deshila. Sus ensayos en la cancha no prosperan. Chivas no gana. Defiende bien, pero es dispendioso en los errores al ataque, erra penaltis, desperdicia jugadas en posesión y posición de gol, y cuando a la chiva flaca se le cargan las garrapatas arbitrales, le anulan golazos.

Después del mea culpa a través de sus propios canales, Ricardo Peláez, daría un viso de esperanza. Es decir, ha identificado sus errores, todas las áreas en las que ha fracasado, y todos los colosales pendientes que tiene. Supuestamente debe viajar a Mazatlán y reencontrarse con sus dolientes peregrinos.

Desde mi profunda ignorancia, un consejo: deja la seda, Ricardo, toma el látigo. Y de ser necesario, deja la ternura y la tersura y saca el improperio. Velo así, Ricardo, no tienes una sino 23 variantes de La Chofis. Y en Pachuca te están enseñando como debiste hacer las cosas desde 2019, cuando llegaste con la audaz y precipitada charlatanería de muchos títulos y pocas bilis.

Comentarios

Usa una cuenta de Facebook para agregar un comentario, sujeto a las políticas de privacidad y Términos de Uso de Facebook. Tu nombre de Facebook, foto y otra información personal que hagas pública en Facebook, aparecerá en tu comentario, y puede ser usado en las plataformas de medios de ESPN. Más información.


LOS ÁNGELES — “Hay que tenerlos bien puestos”. Así “caunteó”, en términos boxísticos, Dani Alves, las críticas de Rivaldo por enlistarse y alistarse a jugar con Pumas. Y no sólo es la expresión en sí, es todo lo que hay implícito, semioculto, detrás de ella.

Rivaldo lo había desafiado: “No sé si ha hecho lo mejor, escoger a Pumas”. Y agregó: “Sí podía (Alves) jugar en un país donde lo viera más el entrenador (Tite, técnico de Brasil)”.

Dani Alves no se equivoca. Y Rivaldo tampoco. Llegó a un futbol mexicano sin reflectores, con las luces apagadas para el universo externo. Tal vez haya un barullo mediático. Ruido, pues, pero nada más.

Tan infinitesimalmente existente, que ni siquiera el entrenador de su selección nacional, Gerardo Martino, se digna estar presente en sus partidos para depurar la lista para el Mundial de Qatar. El Tata ve “de oídas” el futbol que le amamanta la chequera. Su servidumbre asiste a los juegos, toma notas, y él cambia pañales.

Dani Alves, por lo pronto, abarrota estadios. Los adversarios no juegan contra Pumas, juegan contra la leyenda del Barcelona que se extingue, la del tipo más ganador de títulos en el mundo. No se trata de vencer a Pumas, sino de no ser vencidos por el brasileño.

Hoy, en México, en ese callejón oscuro y a oscuras, en la óptica sincera de Rivaldo, Alves es la elitista alfombra roja que hasta insensatos y profanos jugadores de medio pelo quieren transitar. El ejemplo más vulgar: Nico Benedetti dio el partido de su vida, el que nunca jugó con el América, ante los Pumas. Esa noche, Benedetti se quitó el taparrabo y se vistió con un frac de utilería, que no volverá a usar con Mazatlán.

Dani Alves le permite al adversario tosco, opaco, torvo, torpe, apático, la súbita y sublime esperanza de una noche de Cenicienta, antes de los doce tañidos de la desilusión. Así fue ya con Mazatlán y Rayados, y así será ante América el 13 de agosto. Recuérdese que el encuentro contra Puebla se aplazó, porque Pumas jugará ante el Barcelona en el Torneo Joan Gamper el domingo.

Por lo pronto, Dani Alves sale cada jornada a tragarse la cancha. Con desesperación. La altura de la Ciudad de México le pasa factura. Sus 39 años le pasan factura. Él quiere jugar el Mundial de Qatar. Y hace lo suyo. Es el futbolista con menos grasa corporal de todo el plantel.

¿Por qué juega los 90 minutos, cuando queda claro que a partir de los 70 es evidente que su organismo jadea, se enerva, se inquieta? No es, necesariamente, falta de mano dura por parte de Andrés Lillini, o que el obnubilada sea el técnico de Pumas.

Hay una de tantas explicaciones, que podría tomarse con mayor seriedad. Dani Alves habría aceptado firmar el contrato en los términos financieros de Pumas, con una condición: nunca salir de cambio, a menos que él mismo lo considere necesario o por alguna lesión.

¿En cuántos clubes habrían aceptado esa condición? Aunque, insisto, no deja de ser más que una versión, ciertamente muy creíble, de porqué permanece los casi 100 minutos de juego de cada partido.

Entiéndase que Alves recolectará, en un par de semanas, todos los “anticuerpos” necesarios, para desafiar la altura, la contaminación y el eventual calor de la Ciudad de México. Entonces, estará en la plenitud que la competencia exige.

Y el brasileño necesita de la cancha. Si decidió enrolarse en un futbol de poca difusión, y que cada vez se refugia –o se esconde--, más en plataformas de streaming, él mismo asume que necesita de constante actividad, para asegurar un sitio en Qatar. Quede claro, hace pretemporada mundialista en México, y juega con Pumas, pero juega para seducir a Tite y no para seducir a La Rebel, o lo que quede de ella.

¿Futbolísticamente? Dani Alves está dos segundos, dos neuronas, dos pasos por delante de sus compañeros. ¿No se entienden? Es normal. Lleva a cuestas dos chips: el del brasileño y el de la escuela catalana. Es como esperar que llegara a México otro portento en declive, como Marcelo, y de inmediato quienes apenas juegan Atari entendieran al amo del PlayStation5.

Pero, se entenderán finalmente, porque todos rinden homenaje al futbol. El trabajo y la sapiencia de Lillini, la actitud casi docente de Dani Alves, y el fuero de Miguel Mejía Barón, ayudarán a que la maquinaria ofensiva de Pumas trabaje mejor. No se trata de que Salvio, Del Prete y Dinenno se hayan convertido en jugadores cerriles de la noche a la mañana, simplemente deben adaptarse a un tipo que conduce, de momento, a una velocidad mental superior a la de ellos.

Por eso, hay implicaciones más poderosas, cuando Alves le responde a Rivaldo: “Para hacer lo que yo hago hay que tenerlos bien puestos... si no, sólo queda hablar”. Sin duda. Porque no habla sólo de militar en una Liga en penumbras, sino de la misma flagelación física y personal a la que ha decidido someterse para descollar con Pumas y merecer un visado a Qatar.

Tal vez el mismo Dani Alves podría, en ese lenguaje tan coloquial de las redes sociales, enviarle un mensaje al desesperado Marcelo: “Tú, yo, juntos en Pumas, no sé, piénsalo”. Y claro, advertirle como lo hizo con Rivaldo: “Hay que tenerlos bien puestos”.

Comentarios

Usa una cuenta de Facebook para agregar un comentario, sujeto a las políticas de privacidad y Términos de Uso de Facebook. Tu nombre de Facebook, foto y otra información personal que hagas pública en Facebook, aparecerá en tu comentario, y puede ser usado en las plataformas de medios de ESPN. Más información.


AL INICIO