Decepción. No existe mejor palabra para definir el sentimiento de todos los integrantes del equipo de Boston Celtics al enterarse de la lesión de uno de sus mejores activos. Justo en el momento en que Gordon Hayward parecía reencontrarse con su mejor nivel de juego y amigarse con la consistencia, sufrió una nueva fractura. Esta vez fue su mano izquierda. Y aunque parece no ser tan grave como la que sufrió en el tobillo derecho el mismo día que debutaba oficialmente con los Celtics, no deja de resultar tan decepcionante como aquella.

El entrenador Brad Stevens intentó desmentir todo lo dicho en el párrafo anterior señalando que "esta vez no se siente tan mal como hace dos años". También se animó a pronosticar con calma que Hayward "se irá por unas semanas o un mes o lo que sea, pero regresará". Pero más allá de intentar traer tranquilidad, la preocupación está latente en su declaración. Y no es para menos. Hayward por primera vez empezaba a parecerse a aquel jugador que en Utah se había convertido en un indiscutible.

Los números lo certifican. En 8 partidos jugados, Hayward promedió 18.9 puntos (tercero en el equipo), 7.1 rebotes (segundo mejor), 4.1 asistencias (tercero) y 43.1% en triples, el segundo mejor entre el quinteto titular. Y si contamos solamente las estadísticas de los primeros siete juegos, los números engordan a 20.3 puntos, 7.9 rebotes y 4.6 asistencias. Con promedios similares, se ganó el derecho a disputar su único Juego de Estrellas en el 2017. Sin embargo, la mala suerte le vuelve a jugar en contra.

¿Cuánto pierde Boston sin su presencia?. Seguramente más de lo que indica la fría estadística. No contará con uno de los referentes del equipo ni con una voz dentro del vestuario capaz de aportar experiencia y calma en los momentos difíciles. Hasta puede relentizar el crecimiento de este equipo, de ganar consistencia y así ilusionrse con certificar que este arranque de 7 victorias y una sola derrota no es solo un buen comienzo sino una tendencia.

Ejemplos sobran: Hayward es el primer jugador desde 1967 en encestar los 16 lanzamientos que intentó en el partido en el que Boston derrotó a Cleveland 113-110. El anterior fue un tal Wilt Chamberlain. Esa noche, Hayward terminó con 39 puntos, la máxima cifra anotadora para un jugador de Boston en esta temporada

Además, junto a Jayson Tatum y Kemba Walker son los únicos jugadores que promedian 20 puntos o más en el récord de 6-1 que tiene Boston ante rivales de conferencia. Y por si fuera poco, hay que mencionar que Gordon Hayward fue dos veces el máximo anotador de los Celtics, que en tres ocasiones resultó ser el mejor rebotero y en otras tres, el mejor asistidor del equipo.

El buen presente de Boston, calma un poco el dolor que provocará su ausencia, pero no alcanzará a disimular el hecho de que el equipo lo necesita. Dentro de esta nueva decepción que significa perder un jugador de semejante calibre, a todos los integrantes del equipo, al cuerpo técnico y a los fanáticos de los Celtics les queda ilusionarse con una recuperación lo más corta posible.

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