LOS ÁNGELES - El duelo de esta noche entre los Dodgers de Los Angeles y los Nacionales de Washington colocará frente a frente a quienes se han establecido como dos de los candidatos principales al premio Cy Young de la Liga Nacional esta temporada 2016: Clayton Kershaw y Stephen Strasburg.

El tres veces Cy Young y líder en efectividad en todo Grandes Ligas (1.58) Kershaw se medirá al único abridor invicto esta temporada, Strasburg (10-0, 2.90). Será sólo la segunda vez en la historia que dos abridores disputarán un partido donde ambos cuentan con más de 10 victorias cada uno y menos de dos derrotas.

El partido también marca el enfrentamiento de abridores con dos de los salarios más lucrativos en la historia, con Kershaw siendo el líder absoluto en su segunda temporada de un contrato de siete años y $215 millones de dólares, y Strasburg firmando una extensión de contrato de siete años y $175 millones el mes pasado.

Kershaw subirá a la lomita del Dodger Stadium habiendo ganado siete aperturas consecutivas contra Washington, permitiendo apenas una sola carrera a través de sus últimas 31 entradas contra los bateadores de los Nacionales.

Strasburg nunca ha sido rival de Kershaw en sus cuatro salidas previas ante los Dodgers. El derecho cuenta con marca de 1-0 contra Los Ángeles a pesar de haber permitido sólo cinco carreras limpias a través de poco más de 26 entradas, con efectividad de 1.71, registrando 25 ponches.

Kershaw y Strasburg son número uno y número dos en promedio de ponches por cada nueve entradas los últimos dos años, con el abridor angelino con una ventaja ligera de 11.5 abanicados en comparación con los 11.2 del lanzador de los Nacionales.

Lo más impresionante para Kershaw esta temporada ha sido su espléndida suma de ponches (133), líder en Grandes Ligas, en comparación con haber otorgado sólo siete bases por bola en 108 entradas. Strasburg se ubica tercero en ponches con 118 en 93 innings, dando 24 boletos.

Kershaw ha sumado 10 ponches o más en nueve de sus 14 aperturas esta temporada, con Strasburg no quedándose atrás lográndolo en siete ocasiones.

Stephen Strasburg and Clayton Kershaw
USA TODAY Sports,
Entonces, ¿de qué dependerá este duelo de ases?

Con un enfrentamiento de abridores de semejante calidad, la clave radica en cuánto puedan adentrarse en el partido. El enfoque de cada bateador y la paciencia para tener buenos turnos será determinante al decidir un partido tan parejo.

Ambos equipos tienen marcas idénticas de 13-1 con sus respectivos ases en la lomita.

"Nos sentimos muy seguros con él en la lomita; a nuestros jugadores no les gusta perder", dijo el dirigente de los Nacionales, Dusty Baker, previo a la última salida de Strasburg contra los Cachorros de Chicago.

El derecho sumó entonces su cuarto partido sin decisión de la temporada lanzando siete entradas donde permitió una sola carrera en siete hits, ponchando a ocho.

En el caso de Strasburg, la clave será el desempeño de su verdugo, Adrián González. El toletero mexicano le ha bateado para un abultado promedio de .444 en sus limitados enfrentamientos (de 9-4). De González dependerá el aprovechar esos pitcheos que el abridor de 27 años deje sobre la zona.

Por su parte, en su última salida Kershaw lanzó siete entradas y un tercio permitiendo dos carreras y cinco hits (ponchando a 11) en la victoria de los Dodgers 3-2 sobre los Diamondbacks de Arizona.

Después de su décima victoria, el dirigente Dave Roberts dijo que sólo era "Clayton siendo Clayton", con números que categorizó como "caricaturescos" por parecer tan irreales esta temporada.

En sus 12 aperturas de por vida contra los Nacionales, Kershaw cuenta con una marca de 9-2 y efectividad de 2.09, limitando a los bateadores de Washington a un promedio de .187.

Kershaw ha limitado a sus oponentes a un promedio de sólo .170 esta temporada, líder en la Liga Nacional, pero ahora tendrá que vérselas con el líder de bateo Daniel Murphy. Murphy está bateando para .358 y su OPS de .995 y porcentaje de slugging de .595 lo ubican en segundo lugar en el viejo circuito.

El segunda base de los Nacionales cuenta con un promedio de por vida de .313 contra el zurdo, incluidos dos cuadrangulares.

Es así como Murphy tendrá que despertar de su marasmo de sólo dos hits en sus últimos 19 turnos y aprovechar el más mínimo error de Kershaw, como lo hizo contra la recta de cuatro costuras que conectó en la serie divisional el año pasado para los Mets de Nueva York y que se convirtió en el cuadrangular decisivo del partido.

El primera base Ryan Zimmerman también tendrá que seguir siendo un dolor de cabeza para Kershaw, bateándole .368 en contra, con siete hits en 19 turnos al bate.

Pero al final quizás todo quede en las manos de Bryce Harper, con el MVP habiendo sido dominado por Kershaw a través de toda su carrera, con un solo hit en 12 turnos. No obstante, un solo imparable más podría marcar la diferencia.
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No podría existir un mayor honor para un pelotero que ser inmortalizado con el retiro de su número a lo largo de todo el béisbol de Grandes Ligas.

Es por ello que al día de hoy, un solo jugador ha recibido semejante distinción, el legendario toletero afroamericano Jackie Robinson, cuyo número 42 fue retirado hace poco más de dos décadas bajo la administración del comisionado Bud Selig.

El 15 de abril de 1997, el día del 50º aniversario de cuando Robinson rompió la barrera del color en la pelota profesional, el 42 fue retirado en un homenaje sin precedentes celebrado en el Shea Stadium.

El hecho que el número 42 no pueda ser jamás usado por otro pelotero después del retiro del taponero panameño Mariano Rivera (el último jugador al que se le permitió vestirlo) demuestra un nivel de respeto y reconocimiento relegado a los máximos exponentes del béisbol, con atributos sin igual dentro y fuera del terreno.

Robinson murió a los 53 años por complicaciones de una condición diabética y cardíaca en octubre de 1972, y no fue sino hasta 25 años tras su muerte que se lo llegó a reconocer por lo que es considerado uno de los acontecimientos históricos más importantes en la historia de las Grandes Ligas.

Marly RiveraEdwin Rodríguez, primer manager puertorriqueño en Grandes Ligas, es uno de los propulsores del movimiento 'Retire21'.
El astro de los Pittsburgh Pirates Roberto Clemente es a la vez ampliamente considerado una figura de impacto paralelo para los peloteros de raíces latinoamericanas, quienes comprenden cerca del 30 por ciento de la demografía actual en las ligas mayores.

Con sólo 38 años, Clemente murió sólo meses después de Robinson. Fue el 31 de diciembre de 1972 que el jardinero derecho fue una de las víctimas de un accidente aéreo en su intento de viajar a entregar suministros a las víctimas de un terremoto en Nicaragua.

Tras 18 años de una estelar carrera donde acumuló un promedio de bateo de por vida de .317, ganó 12 guantes de oro consecutivos entre 1961 y 1972, fue seleccionado 15 veces al Juego de Estrellas, además de ser nombrado MVP en 1966, Clemente fue exaltado a Cooperstown en 1973, un año después de su fallecimiento.

El boricua es uno de sólo tres jugadores en la historia de las Grandes Ligas en convertirse en inmortales sólo un año después de su última temporada, ya que las normas indican que todo pelotero debe esperar al menos cinco años después de su retirarse para ser elegible para ingresar a la boleta de votación.

Es así como muchos peloteros han expresado su apoyo al movimiento en redes sociales donde se ha estado utilizando la etiqueta de #Retire21 para solicitarle a MLB retirar el número del Salón de la Fama puertorriqueño.

El comisionado Rob Manfred estuvo de visita por Puerto Rico para participar de varios eventos comunitarios originalmente pautados en torno a la serie entre Marlins y Piratas que fue cancelada por preocupación por la propagación del virus Zika en la isla, y abordó el tema del movimiento "#Retire21".

En sus declaraciones al respecto, Manfred dio a entender que sería difícil que el retiro del 21 llegase a suceder, en particular al considerar que Clemente ya ha sido reconocido con uno de los máximos honores otorgados por la liga.

"Hemos tenidos muchos grandes jugadores que han hecho historia en el béisbol, y Roberto Clemente está sin duda en esa lista", destacó. "Es por ello que nuestro galardón más prestigioso, el cual reconoce la excelencia en el terreno y el compromiso con la comunidad lleva el nombre del Premio Roberto Clemente. Es la forma en que intentamos celebrar su legado".

Manfred no cerró las puertas a tener más información sobre sobre la campaña, la cual alegó desconocía hasta llegar a Puerto Rico el martes, pero a la vez destacó que MLB se enfoca en establecer métodos de reconocimientos "únicos" para los peloteros más trascendentales en la historia.

"Roberto Clemente es una parte crucial de la historia del béisbol", señaló. "No se puede exagerar su importancia en términos de la historia general del juego y por eso hemos tratado de honrarlo de una manera única".

"No supe nada de ese movimiento [de la petición del retiro del número 21] hasta hoy, pero estoy seguro de que tendremos más conversaciones al respecto en el futuro", agregó. "Intentamos buscar métodos únicos para celebrar [el legado] de diversos peloteros. Atenderemos ese asunto cuando tengamos más información, pero quiero que quede muy claro que Roberto Clemente es tan importante como cualquier otro pelotero que haya existido en la historia del béisbol".

Según lo que se puede inferir en las palabras de Manfred, el dirigente del equipo nacional de béisbol de Puerto Rico, Edwin Rodríguez, al parecer fue profético en su estimado de que era sólo el principio de lo que será una difícil campaña para hacer el retiro del número 21 una realidad.

Pero lo más importante en la apreciación de Rodríguez es el hecho no se logrará nada hasta que se cree consciencia del verdadero impacto que tuvo Roberto Clemente.

"Es bastante realista [que se logre el retiro del 21], pero esto es un maratón, no una carrera de 100 metros", sentenció Rodríguez. "Tenemos que crear más universalidad de lo que significa Roberto Clemente más allá del terreno de juego. Es más allá del deporte. No tenemos consciencia como pueblo del valor y la importancia que ha tenido Roberto Clemente y eso es parte importante de la campaña que estamos llevando".

Es así como para Puerto Rico, el reconocimiento de Clemente debe comenzar en casa.
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NUEVA YORK - El asunto del método para seleccionar los nuevos miembros del Salón de la Fama del béisbol siempre ha causado mucha controversia, pero el toletero puertorriqueño Carlos Beltrán tiene una solucion para dicho problema.

Beltrán es del pensar que debe existir una clara línea o demarcación entre los peloteros que han estado bajo la sospecha del uso de esteroides, y colocarlos en una boleta por separado.

"He escuchado a muchos reporteros que dicen, yo no voy a votar por ellos, hay otros que dicen voy a votar por ellos. No sé cuál es la regla con la que están midiendo a esos jugadores", señaló Beltrán en una entrevista con ESPN Digital.

Cada semana el toletero de los Yankees de Nueva York Beltrán parece agregar otro hito a su ya extenso currículum en MLB, dado que ya cuenta en su resumé con 2,500 hits, más de 500 dobles, 400 cuadrangulares y 300 bases robadas, además de cerca de 1,500 carreras anotadas y remolcadas.

Dichas estadísticas lo acercan cada vez más a una posible consideración a ser exaltado al Salón de la Fama del béibol de Grandes Ligas, aunque el toletero de 39 años ha dicho que aún no está listo para considerar un posible retiro.

Beltrán debutó en Grandes Ligas durante el corazón de la llamada "Era de los Esteroides" y ha jugado toda su carrera sin ni siquiera la sombra del uso de sustancias ilegales para mejorar el rendimiento.

Entonces, en su estimación, ¿qué méritos debe tener un pelotero para ser exaltado a Cooperstown?

"Un Salón de la Fama para mí es una persona que haya jugador este deporte por muchos años y que haya puesto buenos números: cerca de 3,000 hits, 500 jonrones, 500 dobles, más de 1,500 empujadas", explicó Beltrán, quien conectó su jonrón número 12 de la campaña para sumar 2,500 imparables el sábado pasado.

"Cuando juegas este deporte por muchos años y has sido consistente, eso es lo que te separa de los jugadores que no han tenido esa consistencia. Alguien que haya jugado este deporte por muchos años y que haya tenido éxito no sólo uno o dos años, sino en la proyección larga de su carrera".

El boricua considera que el atributo principal deber ser un nivel de rendimiento superior a través de una extensa carrera. Pero en el caso de los peloteros que han sido atados al uso de sustancias ilegales para mejorar el rendimiento, el veterano jardinero ha sugerido una solución inusual.

"En el tiempo que surgió lo de Mark McGuire, Sammy Sosa, [Rafael] Palmeiro y [Roger] Clemens, creo que esos peloteros cuando miras los números de ellos, son números del Salón de la Fama. Peloteros que hicieron cosas especiales en este deporte", continuó.

"Ahora te das cuenta que hubo cosas que esos peloteros utilizaron que a lo mejor los ayudaron. Pero siempre digo una cosa, puedes tener tres peloteros y a los tres darle esteroides y no significa que los tres van a tener éxito. Creo que siempre tiene que haber un factor habilidad, un factor talento, pero a lo mejor ese talento que tuvieron esos peloteros tal vez utilizando eso los ayudó a poder hacer sus números mucho, mucho más grandes".

Las pruebas por dopaje no fueron implementadas sino hasta 2004. Antes de eso, Grandes Ligas permitió dicho comportamiento y los logros de muchos de esos jugadores nunca fueron estimados como erróneos o ilegales.

Es así como muchos votantes del Salón de la Fama sienten la responsabilidad de mantener a los peloteros "tramposos" fuera de Cooperstown, aunque se debe reconocer que en muchos casos no hay certeza de quién usó o no sustancias para mejorar el rendimiento.

Los miembros de la Asociación Estadounidense de Cronistas de Béisbol (BBWAA, por sus siglas en inglés) no cuentan con una guía clara sobre cómo votar por peloteros atados al uso de esteroides.

Beltrán es de la opinión que el uso generalizado de sustancias para mejorar el rendimiento fue algo que ha perjudicado precisamente a candidatos como su compatriota Carlos Delgado, uno de los mejores bateadores de poder de su generación, y cuyos números se vieron empequeñecidos por los de aquellos que tuvieron estadísticas de proporciones descomunales.

"Personalmente entiendo que esos jugadores estando en la boleta del Hall of Fame afecta a los jugadores que lo hicieron limpio, porque cuando comparas lo números de un jugador que lo hizo limpio a un jugador que tiene esa tinta que lo hizo bajo los esteroides o los que usaron, cuando comparas los números hay una diferencia grande", señaló.

El caso de Delgado es uno bien notorio, ya que en su primer año de elegibilidad para el Salón de la Fama quedó fuera de la boleta tras recibir menos del 5 por ciento de los votos, siendo considerado por muchos el mejor pelotero en no haber sobrevivido la primera boleta. Al evaluar el número de votos (sólo 21 de los posibles 549) era muy difícil que Delgado fuera eventualmente exaltado a Cooperstown, pero es ampliamente estimado que no merecía un solo año de consideración.

"Mira el caso del compadre mío [Delgado]; casi 500 jonrones y cuando está en la boleta ni el 5 por ciento", continuó Beltrán. "No sé; debe haber un sistema diferente. Entiendo que debe haber dos tipos de boleta. La boleta con los que hicieron su cosa y la boleta de los que no han tenido esa imagen de esteroides. Entonces que estos peloteros sean juzgado de la manera correcta y estos otros pues de la manera que ellos entiendan que deben juzgarse".

Delgado conectó 30 cuadrangulares o más durante 10 temporadas consecutivas. En sus 17 años en MLB, el primera base registró un promedio de bateo de por vida de .280, con 473 jonrones, 1,512 carreras impulsadas, 2,038 hits y 1,241 carreras anotadas. Sólo 31 peloteros cuentan con más jonrones que Delgado, y la gran mayoría ya tiene una placa en Cooperstown, es un futuro Salón de la Fama o jugó bajo la sospecha del uso de esteroides.

Al fin y al cabo, es prácticamente imposible determinar quién cruzó o no la línea del uso de sustancias para mejorar el rendimiento. En particular cuando tiene que ver con la "Era de los Esteroides", ningún votante al Salón de la Fama puede pretender que sabe con certeza, fuera de una prueba positiva, quién jugó limpio y quién hizo trampa.

Esta es la directriz de la BBWAA para los votantes del Salón de la Fama: "Las votaciones se basan en el historial del jugador, su capacidad como jugador, su integridad, su espíritu deportivo, su carácter y las contribuciones al equipo(s) en que jugó el jugador".

Sin pautas claras, ¿entonces cómo se puede trazar esa línea?

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El despido de Fredi González de su cargo como dirigente de los Bravos de Atlanta no fue ninguna sorpresa. González había estado en la silla caliente las últimas temporadas tras los pobres resultados que habían tenido los Bravos, sumidos en un supuesto proceso de restructuración.

Pero la realidad es que para González sí hubo presión en su rol de dirigente. No por los resultados, si no en su intento de ser un digno representante de sus raíces latinoamericanas.

El cubanoamericano, quien era el único manager latino activo en Grandes Ligas desde que el dominicano Manny Acta fue despedido de los Indios de Cleveland en 2012, entendía que tenía que hacer un mejor papel que cualquiera que sus otros 29 colegas.

"Siento presión como el único latinoamericano como dirigente en Grandes Ligas. Siento la presión de que tengo que hacer un mejor papel que otra gente y comportarme mejor para que les den la oportunidad a otros latinoamericanos", dijo González en una conversación sobre la falta de managers latinos.

"Son cosas mías. Nadie me ha estado poniendo esa presión, pero hay muchos coaches latinos que han entrenado muchos años en Grandes Ligas que no les han dado una oportunidad; algunos han tenido una, pero no dos oportunidades".

González tuvo dos oportunidades. La primera con los Marlins de Miami y luego con los Bravos, que decidieron prescindir de sus servicios, dejando a Major League Baseball sin ningún representante de ascendencia latinoamericana en el cargo de dirigente.

Aún peor fue el hecho que González se enteró de una pésima forma, por casualidad, al recibir un itinerario de vuelo donde había un boleto de regreso a Atlanta a su nombre. Boleto de ida, sin regreso.

González quizás mereció ser despedido. Al fin y al cabo, lo único que importa en Grandes Ligas son los resultados y Atlanta tiene el peor récord en el béisbol con 9-28, y habiéndose desempeñado muy por debajo de la marca de .500 desde 2014.

Pero el despido de González puso en evidencia el crítico problema de diversidad étnica que sufre Grandes Ligas en el cargo de dirigente, entre otros.

La escasez de los dirigentes de color en MLB ha sido una preocupación creciente en los últimos años. La temporada 2016 comenzó con sólo tres dirigentes de grupos minoritarios, un latino y dos afroamericanos, siete menos que el máximo de 10 managers de color en los años 2002 y 2009.

González siempre dijo que había muchos candidatos que debían recibir una oportunidad de dirigir en Grandes Ligas, más allá de tener una sola entrevista para cumplir con la "Regla Selig", llamada así por haber sido establecida bajo el ex comisionado de MLB.

La "Regla Selig" es similar a la "Regla Rooney" en la NFL, una política que requiere que los equipos entrevisten a candidatos minoritarios para puestos gerenciales y de operaciones de alto nivel. González no creía en esa regla, y fue el primero que afirmó que cada equipo debía tener plena potestad de contratar a quien entendiera fuera el mejor candidato.

"Siempre he sido un firme creyente en que el dueño, el gerente general o el presidente del equipo puede contratar a quien quiera contratar. Pero sí creo que hay muchos latinos que son buenos candidatos", señaló. "José Oquendo es un buen candidato. Al mismo Carlos Tosca le dieron una oportunidad en Toronto, y si ves su récord es sobre .500 y no le han dado otra oportunidad. Rick Rentería merece otra oportunidad. A Sandy Alomar que le den una oportunidad. A Tony Peña que le den otra oportunidad. Muchos están calificados. Dave Martínez ha tenido muchas entrevistas. No para mi trabajo, pero que les den una oportunidad".

De los 750 peloteros en planteles de Grandes Ligas el Día Inaugural, 214 de ellos nacieron en un país de Latinoamérica, equivalente al 28.5 por ciento. Así es como a pesar de conformar más de una cuarta parte de toda la demografía, los latinos ahora tienen cero representación entre los managers.

Alomar, coach de primera base de los Indios, y quien ha sido entrevistado para vacantes de dirigente en numerosas ocasiones las últimas temporadas, es uno de esos latinos que muchos expertos piensan debió ya haber recibido una oportunidad.

Alomar también ha estado de acuerdo con que eliminen la "Regla Selig" de tener que entrevistar por obligación a un candidato de un grupo minoritario. Tras jugar 20 años en Grandes Ligas, Alomar comprende que lo único que tiene que hacer un equipo es contratar al mejor candidato.

"La regla de tener que entrevistar a minorías, eso lo deben de quitar", me dijo Alomar. "Eso no tiene ningún sentido para mí. Tienes que contratar a la persona que creas que más te va a ayudar".

Pero entonces, ¿qué puedes hacer cuando simplemente no existe la oportunidad?, le pregunté en aquella ocasión.

"No puedes desilusionarte con algo que tú no tienes control", respondió Alomar. "Yo sé que nosotros los latinos tenemos mucho que traer a este juego. Lo único que podemos hacer es seguir preparándonos, seguir tocando puertas. Si no hay una puerta, la construyes y haces lo mejor que puedas".

Una de las veces que corrió uno de los muchos rumores de su despido, le pregunté a González si le preocupaba perder su trabajo. Su repuesta fue memorable.

"No me preocupo, porque esto es un juego. Me pagan por hacer lo que más amo, que es estar en el béisbol. Hay gente muriéndose de hambre, personas víctimas de guerra, esos son verdaderos motivos de preocupación. Yo estoy bien, mi familia está bien, soy un privilegiado".

Pero al parecer hoy en día, el privilegio de ser dirigente en Grandes Ligas no se extiende a los latinoamericanos.

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Aun sin el recién llegado Aroldis Chapman, fuera por los primeros 30 juegos por una suspensión bajo la nueva política de violencia doméstica, el cuerpo de relevistas de los Yankees de Nueva York se perfilaba como uno de los mejores en todo Grandes Ligas, y han cumplido al momento con las expectativas.

De acuerdo, la muestra es reducida, ya que sólo han celebrado seis juegos en 2016, pero el bullpen neoyorquino ha tenido un desempeño ejemplar, permitiendo sólo dos carreras limpias en 21 entradas y un tercio de labor para una ínfima efectividad de 0.84, la mejor entre los 30 equipos de Grandes Ligas.

En comparación, el bullpen de los Rockies de Colorado ha permitido 25 carreras limpias en 25 entradas y un tercio a través de siete partidos, para una efectividad de 8.88.

Dellin Betances y Andrew Miller
Icon SportswireDellin Betances y Andrew Miller son dos de los elementos claves en el bullpen de los Yankees, que esperan por un tercer acompañante: Aroldis Chapman.
El bullpen de los Astros de Houston es el que más carreras limpias ha permitido en el nuevo circuito, 19 anotaciones en 28 entradas a través de los primeros ocho juegos de la temporada, para una efectividad de 6.11.

Aunque también es cierto que los Yankees han jugado sólo seis partidos, cuando otros equipos ya han disputado hasta nueve, el bullpen ha registrado un total de 32 ponches, sólo dos detrás de los líderes Reales de Kansas City (34 K en 7 partidos).

Los hombres ancla del relevo de los Yankees, los zurdos Chasen Shreve y Andrew Miller, y el derecho Dellin Betances, han acumulado 13 entradas y un tercio en blanco, combinándose para una impresionante suma de 17 ponches.

El dominicano Iván Nova no se ha quedado atrás, con cuatro entradas en blanco y cinco ponches, al igual que la nueva adición al relevo, Johnny Barbato, con tres entradas y un tercio y también cinco abanicados, y sumando su primera victoria en la gran carpa contra los Toronto Blue Jays la noche del martes.

Las únicas carreras anotadas en contra del relevo han sido por los Detroit Tigers, vía un jonrón en solitario del Triple Coronado Miguel Cabrera contra el novato mexicano de 23 años Luis Cessa, y tras un hit de Mike Aviles y un rodado de out de de Ian Kinsler que trajo una carrera contra el veterano Kirby Yates.

Ese ejemplar desempeño no pudo haber venido en un mejor momento para los Yankees, donde hace sólo dos semanas se pensaba que el bullpen, que siempre prometió ser uno sus fuertes, no cumpliría con ser tan bueno como en papel.

El mejor brazo de la primavera, Bryan Mitchell, quedó fuera por gran parte de la temporada tras sufrir una fractura en un dedo del pie por la cual se tuvo que someter a cirugía. Incluso Miller sufrió una pequeña fractura en la mano derecha que hasta el momento parece no afectarlo en lo absoluto.

En la historia de las Grandes Ligas, sólo seis equipos han tenido a dos relevistas con 100 ponches o más en una sola temporada. Los Yankees fueron uno de esos equipos en 2015, con los 131 abanicados por Betances y 100 por Miller.

El bullpen de los Yankees ha liderado todo Grandes Ligas en ponches las últimas dos temporadas. Sus 571 abanicados en 2014 son la tercera mayor cantidad de todos los tiempos, y los 596 de 2015 rompieron el récord de todos los tiempos de los Rockies en 2012 (589).

La temporada pasada, sólo tres relevistas consiguieron 100 ponches o más en Grandes Ligas, Betances, Miller y Chapman - ahora los tres visten el uniforme de los Yankees.

Chapman demostró estar listo para iniciar la temporada tras participar en su primer juego de primavera extendida el miércoles en las instalaciones de ligas menores de los Yankees en Tampa, Florida, donde continuará preparándose hasta reincorporarse al equipo. El cubano lanzó una entrada perfecta que le tomó 15 pitcheos, ponchando a dos bateadores y con su recta ya alcanzando las 98 millas por hora.

Si asumimos que el cubano sea capaz de duplicar sus estadísticas del año pasado, entre el 10 de mayo y el 3 de octubre de 2015 Chapman ponchó a 94 bateadores, eso significa que esta edición 2016 del bullpen neoyorquino podría establecer un inalcanzable récord de 600 ponches.

El gerente general Brian Cashman dijo al finalizar la primavera que replicar el éxito que sus relevistas tuvieron el año pasado sería "imposible" al tomar en cuenta las variables de una temporada con una extensión de 162 partidos.

"Sería muy difícil repetir lo que lograron, aunque en papel podríamos decir que hicimos mejoras [al bullpen]", dijo el ejecutivo neoyorquino. "Incluso si hubiéramos regresado con los mismos relevistas, o si repitiéramos la temporada cien veces, las probabilidades de reproducir lo que hicimos el año pasado, que fue tan especial, son muy bajas".

Falta muchísimo béisbol, pero de mantenerse saludables, los relevistas de los Yankees ya comenzaron a desafiar las probabilidades.

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Después de un mes y medio de entrenamientos primaverales, los Yankees de Nueva York llegan al Bronx con interrogantes similares a las de la temporada pasada:

  • Existen las mismas dudas sobre la condición física de cuatro de los cinco lanzadores en su rotación, desde el as japonés Masahiro Tanaka hasta el recién instaurado quinto abridor CC Sabathia.
  • CC Sabathia
    Kim Klement/USA TODAY SportsCC Sabathia no tuvo una buena pretemporada y dejó a Yankees al final de la temporada pasada.
  • No hay ninguna certeza sobre qué producción podrán tener los bates de los veteranos Alex Rodríguez (40 años), Carlos Beltrán (38) y Mark Teixeira (36 el próximo 11 de abril).
  • La inestabilidad dentro del cuadro continúa, con la falta de experiencia en segunda base de Starlin Castro y el novato Ronald Torreyes desde el banquillo, además sobre qué podrá ofrecer Dustin Ackley como sustituto principal de Teixeira en primera base.

Por otro lado, lo que prometía ser uno sus fuertes, el bullpen, de inicio no cumplirá con ser tan bueno como en papel.

Aroldis Chapman no se incorporará al equipo sino hasta cumplir su suspensión de 30 partidos el 9 de mayo, Andrew Miller sufrió una pequeña fractura en la mano derecha que aún queda por verse cómo podría afectarlo esta temporada, y el mejor brazo de la primavera, Bryan Mitchell, estará fuera más de un mes por una fractura en un dedo del pie.

Miller iba a ser el reemplazo de Adam Warren, canjeado a los Cachorros de Chicago por Castro. Ahora el único relevista ''largo'' será el otrora abridor Iván Nova, en su segunda temporada tras someterse a cirugía Tommy John, y quien aguardará tras bastidores su llamado de regreso a la rotación.

Entonces, ¿qué les podría esperar a estos Yankees esta temporada?

Si la rotación logra mantenerse saludable, al igual que los jardineros Brett Gardner y Jacoby Ellsbury, si Castro puede adaptarse a segunda base y en combinación con Didi Gregorius convertirse en una sólida dupla defensiva, y si A-Rod, Tex y Beltrán se asemejan a la ofensiva que tuvieron el año pasado, en una división repleta de equipos defectuosos como el Este de la Liga Americana, podrían subsistir.

Si todas esas cosas no suceden, los Yankees parecen ser un equipo destinado a desmoronarse, en particular al depender de nuevo de un núcleo de peloteros en el ocaso de sus carreras.

Incluso si nos trasladamos al lado izquierdo del cuadro, no hay ninguna explicación para el deterioro de la defensiva de Chase Headley.

El tercera base dice que ha mejorado algunos problemas mecánicos. Los Yankees confían en que sólo haya sido un año insólito para el ex guante de oro, que acumuló 23 errores en la antesala, 10 más que el mayor número en una sola temporada en toda su carrera.

El derecho de 22 años Luis Severino es el brazo más saludable en la rotación, pero a la vez el dominicano cuenta con un total de 62 entradas lanzadas en su juvenil carrera en Grandes Ligas, y será una enorme expectativa el que lance cerca de 200.

Un viaje al partido por el comodín de la Liga Americana el año pasado terminó en una humillante derrota ante Dallas Keuchel y los Astros de Houston, con quienes los Yankees se toparán de nuevo este lunes. Esa es la única presentación de "postemporada" de los Bombarderos desde 2012.

Al finalizar la campaña 2013 fuera de playoffs, el equipo invirtió $458 millones para pavimentar su regreso. Lo único que sucedió fue que las puertas del Yankee Stadium permanecieron cerradas de nuevo en octubre. Un año después, $150 millones más quedaron en la nada.

Sin ninguna inversión económica en agentes libres la temporada muerta pasada, quizás los Yankees estaban tratando de redelinear las movidas que podrían definir su 2016. Pero la realidad es que mírese con el espejo con que se mire, este equipo se parece muchísimo al de 2015. Y ya sabemos dónde terminaron.

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La clasificación de los Reales de Kansas City al Clásico de Otoño el año pasado fue una historia fantástica, disfrutada al máximo por una sufrida afición que esperó 29 años para ver a su equipo finalmente jugando béisbol en octubre.

Ningún equipo tuvo una mejor postemporada sin ganar un anillo de campeonato que los Reales, y es por eso que su pase a esta Serie Mundial 2015 tiene un gran sabor a cuenta pendiente.

Desde un ingenioso torpedero que ha hecho su trabajo sin fanfarria, un cátcher golpeado de pies a cabeza, un veterano jardinero que jamás había visto un octubre y un inédito conjunto de talentosas figuras, correcaminos, toleteros y enigmáticos lanzadores, no cabe duda que lo logrado por este elenco de personajes fue sinigual.

Los Reales dejaron al mundo del béisbol con las ganas al caer ante los Gigantes de San Francisco en el séptimo partido de la Serie Mundial el año pasado, pero en conjunto se trazaron de nuevo la meta de regresar al escenario donde terminó todo, el Kauffman Stadium.

Sigilosamente, los Reales arrollaron la División Central para finalizar el año con 95 victorias, la mayor cantidad en la Liga Americana, siendo el primer equipo del circuito joven en ponchar su boleto a la postemporada 2015.

Lo lograron después de un pésimo mes de septiembre, donde registraron marca de 11 victorias y 17 derrotas, el primer equipo desde 2010 en terminar con una marca de menos de .500 en septiembre y clasificar a la Serie Mundial.

Así rompieron también con la norma no escrita de que jugar bien en el último mes de la temporada regular te lleva a tener un mejor desempeño en los playoffs, siguiendo a la perfección la especialidad de Kansas City, ir en contra de lo convencional.

Como dijo el MVP Alcides Escobar desde el principio de los playoffs: ir en contra de todos los pronósticos es su especialidad.

En ruta a su segunda participación en la Serie Mundial, los Reales dejaron atrás al equipo más caliente en Grandes Ligas, los Astros de Houston y a los favoritos de muchos para coronarse campeones por su indomable ofensiva, los Azulejos de Toronto.

Y Kansas City obtuvo la carrera de la victoria de la manera más adecuada, anotando desde primera base en la octava entrada después de una base por bola precedida por un retraso de 45 minutos por lluvia. Una jugada que define el estilo de béisbol que juegan los Reales: implacable y poco convencional.

Es así como esta Serie Mundial será la primera vez en la historia que verá frente a frente a dos franquicias establecidas después de la era de expansión de las Grandes Ligas (de 1961 en adelante), con los Mets de Nueva York siendo fundados en 1962 y los Reales en 1969.

También tendrá el atractivo adicional de que pondrá fin a una extensa sequía de campeonato de casi tres décadas ya sea en Kansas City o en Queens, con los Reales habiendo ganado su primer y único anillo en 1985, y los Mets un año más tarde, en 1986.

Los equipos se han enfrentado nueve veces desde la instauración de los partidos interliga en 1997, con los Reales teniendo una ligera ventaja de 5-4 en la serie. Los Mets no han visitado Kauffman Stadium desde 2004.

Los Mets están edificados en torno a su pitcheo abridor y los Reales definidos por ser el mejor equipo de contacto con la pelota, además de contar con un espectacular relevo. La búsqueda de un nuevo campeón arrancará el 27 de octubre, coincidentemente el aniversario de los anillos de ambos equipos.

La Serie Mundial promete ser el duelo perfecto, donde la fortaleza de un equipo pondrá a prueba la debilidad de otro, y no cabe duda que no hay nadie como estos Reales para poner a prueba de qué están hechos los Mets.

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Los Mets de Nueva York casi podían saborear el pase a su primera serie de campeonato desde 2006 la noche del martes.

Tras haberse robado una victoria en Los Ángeles ante nada menos que el tres veces Cy Young, Clayton Kershaw, un impresionante despertar ofensivo, jamás visto en la historia de los playoffs metropolitanos, puso a soñar con más béisbol en octubre a los fans en Queens después de tomar una ventaja dos partidos a uno sobre los Dodgers.

Pero fue precisamente Kershaw, el proverbial miembro de la letal dupla con Zack Greinke que los hace el uno y dos más temido en Grandes Ligas, quien se encargó de acallar las gradas en Queens pitcheo por pitcheo a través de siete entradas para enviar la serie a un quinto y decisivo partido.

Después de su soberbia presentación en la lomita, donde el Jugador Más Valioso de la Liga Nacional no mostró ni vestigios de estar lanzando con un día menos de descanso, los fans neoyorquinos se tuvieron que despedir de sus queridos Mets sin saber si los volverán a ver el próximo sábado contra los Cachorros de Chicago en la serie de campeonato, o la primera semana de abril de 2016.

Y la realidad es que fue una gran oportunidad desperdiciada por los Mets.

Propinarle al mejor lanzador en Grandes Ligas lo que había sido entonces su quinta derrota consecutiva en la postemporada les había dado la oportunidad de recuperar la ventaja como dueños de casa que desperdiciaron tras perder cinco de sus últimos seis partidos para concluir la temporada regular.

Pero el mismo Kershaw se encargó de arruinarles la fiesta.

Muchos podrán argumentar que los Mets ni siquiera deberían estar en esta posición por lo sucedido con la controversial barrida ilegal de Chase Utley, pero el equipo neoyorquino tuvo que pasar la página, y su enfoque tiene que estar por completo en algún tipo de despertar ofensivo contra el lanzador que permitió el menor número de carreras en todo Grandes Ligas.

Greinke es el candidato principal para ganar el Cy Young 2015 en la Liga Nacional después de haber registrado una efectividad de 1.66, la más baja registrada en Grandes Ligas desde el 1.63 del inmortal Greg Maddux en 1995.

Pero si los Dodgers están confiados con Greinke en la lomita para el quinto juego, los Mets no tienen nada que envidiarles entregándole la pelota a Jacob deGrom, lo cual nos promete lo que podría ser un clásico duelo de pitcheo postemporada.

Ambos ganaron sus respectivas aperturas, deGrom siendo el más dominante de los dos, pero Greinke subirá a la lomita del Dodger Stadium con una de las mejores marcas en casa en todo Grandes Ligas (10-1) y habiendo acumulado una ínfima efectividad de 1.46 en los confines del Dodger Stadium.

Mientras los Mets estarán dependiendo por completo del brazo de deGrom, y quizás de los bates de Wilmer Flores (.375) y Daniel Murphy (.313), los únicos bateadores metropolitanos con buenos números en su limitada experiencia con Greinke, los Dodgers confían en el despertar ofensivo del primera base Adrian Gonzalez.

El "Titán", quien ha tenido una excelente postemporada con cuatro partidos consecutivos con al menos una carrera impulsada, cuenta con tres hits, dos de ellos cuadrangulares, en ocho turnos contra el as de los Mets.

Además, podríamos ver la reaparición de Utley. El veterano segunda base, quien no ha jugado en los dos partidos desde que su deslizamiento en segunda base terminó en una fractura de pierna para Rubén Tejada, cuenta con tres hits en 10 turnos al bate contra deGrom.

Un solo error podría ser la diferencia en este anticipado duelo de pitcheo Greinke-deGrom, un solo swing podría decidir quién recibirá a los Cachorros en la serie de campeonato. Y si hablamos de cuadrangulares, Greinke permitió dos en su primer partido, y cuatro en sus últimas cinco aperturas de la temporada regular. El último vuelacercas permitido por deGrom fue hace más de un mes, el 9 de septiembre.

Al fin y al cabo, suceda lo que suceda, los Cachorros serán los más beneficiados, ya que no verían ni a Kershaw, ni a Greinke, ni a deGrom para arrancar la serie de campeonato el sábado. Aunque secretamente Chicago, que les ganó todos y cada uno de sus siete partidos en contra esta temporada, estará izando un banderín de "Let's go Mets!".

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Aunque su verdadero nombre era Lawrence Peter Berra, el mundo lo conoció como Yogi, su apodo desde niño. Y nunca habrá otro Yogi Berra.

Las palabras no son suficientes para describir lo que Berra significó no sólo para los Yankees sino para la ciudad de Nueva York.

Más allá de ser una leyenda en el béisbol, con 15 apariciones consecutivas en el Juego de Estrellas, tres nombramientos de Jugador Más Valioso y 10 anillos de Serie Mundial, hazaña que es muy poco probable que vuelva a ser repetida, Berra era el último recordatorio de la época más exitosa y legendaria de la franquicia neoyorquina.

Yogi Berra, 1925-2015
Ilustración ESPN Digital

En un equipo colmado de leyendas, Yogi era la leyenda viviente, el que jugó con DiMaggio y con Mantle, el que fue amigo de todos los peloteros sin importar el color de su piel, el que por 14 años no visitó Yankee Stadium por su mítica riña con el "Boss" George Steinbrenner, el que fue héroe de guerra y quien cuyos "yogismos" han sido repetidos a través del mundo.

Los Yankees honraron a Berra en Twitter tras darse a conocer la noticia del fallecimiento con la siguiente frase: "Estamos profundamente entristecidos por la pérdida de una leyenda de los Yankees y un héroe estadounidense".

Berra fue sin duda el mejor receptor en vestir el uniforme rayado, y uno de los mejores en Grandes Ligas, finalizando con un promedio de bateo de .285 con 358 jonrones y 1,430 carreras impulsadas, el mayor número de remolcadas para un cátcher en la historia.

Sin embargo, su presencia fue mucho más allá de sus menos de 5 pies y 7 pulgadas de estatura.

En torno a un legendario equipo como los Yankees, con 19 números retirados y 53 ex jugadores o dirigentes habiendo sido exaltados al Salón de la Fama, siempre gira un misticismo sobre qué figura podría aparecer a la vuelta de la esquina.

Durante los entrenamientos primaverales y los partidos entre ex jugadores, conocidos como "Old Timers Day", ningún equipo deslumbra con un mayor número de figuras que los Yankees de Nueva York, y nadie era más querido que Berra.

Sus presentaciones en el estadio los últimos años habían sido limitadas, ya que estaba gozando de poca salud, pero en cualquier momento se anticipaba que Berra entraría por la esquina posterior del clubhouse, al lado del casillero que le pertenecía al capitán Derek Jeter, para saludarte con una de sus legendarias y cómicas frases.

Yogi falleció el miércoles en la madrugada, después que los Yankees se alzaron con una impresionante victoria ante los Azulejos, uno de esos partidos que en múltiples ocasiones estuvo a un solo lanzamiento de tener un resultado muy distinto.

Y Berra nos hubiera recordado muchas veces en Toronto que "nada se acaba, hasta que se acabe", una realidad que aplica no sólo al béisbol sino a la vida misma.

Puede que haya muchos mejores peloteros de los Yankees en la historia, pero ninguno como Yogi Berra.

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Será ahora o nunca para los Yankees de Nueva York en su última serie contra los Azulejos de Toronto si es que tienen alguna intención de clasificar a playoffs como líderes del Este de la Liga Americana.

Con 14 partidos restantes esta temporada regular, los Yankees aún podrían tener la oportunidad de colocarse en posición de ganar el banderín divisional, pero se verían limitados a depender por completo de los resultados de los Azulejos de no ganar terreno en sus próximos tres enfrentamientos.

Tras salir airosos de la "Serie del Subterráneo" ante los Mets, y recibido ayuda de sus archirrivales Medias Rojas de Boston, que ganaron dos de sus tres partidos en Toronto, los Yankees han visto la ventaja de los Azulejos al tope divisional reducirse a dos juegos y medio.

Los Azulejos cuentan con el mejor récord en todo Grandes Ligas desde el 29 de julio, habiendo acumulado una impresionante marca de 35 victorias y sólo 13 derrotas. No sólo eso, dominaron por completo a los Yankees en su propia casa, finalizando con una marca de 8-2 en el Yankee Stadium esta temporada.

También cabe destacar que los Azulejos, que perdieron sus últimos dos partidos ante Boston, no han tenido una racha de tres derrotas consecutivas desde principios de julio, y han ganado 11 de sus 16 partidos contra los Yankees este año.

Toronto arrancará la serie con el as David Price en la lomita, quien cuenta con una marca de 7-1 y efectividad de 2.17 en nueve salidas desde que fue adquirido de Detroit, además de tener un récord de 2-0 con ERA de 2.33 en sus tres aperturas contra los Yankees con el uniforme de los Azulejos.

La única buena noticia para los Yankees es que se las arreglaron para ganar dos de sus últimos tres enfrentamientos en el Rogers Centre a mediados de septiembre para poner fin a una histórica racha de 11 triunfos al hilo para el equipo canadiense.

Los decaídos Yankees milagrosamente han sabido mantener el paso con los líderes del Este de la Americana, pero habrá que ver qué sucederá ahora con el último golpe a la rotación, la baja del lanzador Masahiro Tanaka, quien sufrió un tirón en la corva durante el encuentro del viernes contra los Mets.

La lesión de Tanaka es un fuerte golpe para la rotación de los Yankees, la cual intentaron acomodar específicamente para que el as japonés pudiera enfrentar a los Azulejos.

Tanaka, quien los Yankees confían se perderá una sola apertura por la lesión, cuenta con una marca de 12-7 y efectividad de 3.38 esta temporada, pero mucho más importante para el equipo era su récord de 2-0 con una efectividad de .056 en sus últimas dos aperturas contra la poderosa alineación de Toronto.

Iván Nova, quien fue degradado al bullpen después de permitir seis carreras y siete hits en una entrada y dos tercios el 12 septiembre, precisamente ante los Azulejos, tendrá la oportunidad de reivindicarse al ser llamado para ocupar el puesto de Tanaka. El dominicano registró una efectividad de 3.10 en sus primeras siete aperturas esta temporada, pero acumuló un pobre ERA de 7.46 en sus últimas siete.

Otro detalle importante para Nueva York no será sólo tener una buena presentación en Toronto, sino también barrer series contra equipos como los decaídos Medias Blancas de Chicago, su próximo rival durante cuatro partidos en el Bronx, y seguir dominando a sus últimos dos rivales divisionales, como han hecho a través de la temporada.

Después de su serie contra Chicago, los Yankees jugarán cuatro partidos contra los Medias Rojas, a quienes han dominado 10-5 este año, y cerrarán la temporada con tres juegos contra los Orioles, otro rival divisional contra quienes tienen una marca ganadora (9-7).

Los Azulejos por su parte, después de su serie contra los Yankees, disputarán 6 de sus 10 juegos restantes contra los Rays de Tampa Bay, quienes al igual que los Medias Rojas, han sido un rival divisional que se les ha hecho sumamente difícil esta temporada, habiendo ganado sólo cinco de sus 13 enfrentamientos, aunque hay que especificar que fue antes de la completa renovación de su plantel.

Entre medio de sus dos series contra los Rays, los Jays se medirán a Baltimore, contra quienes cuentan con un dominante récord de 9-6, antes de finalizar la temporada regular en Tropicana Field.

Dos victorias será lo mínimo que los Yankees necesitarán en Toronto para que el banderín divisional esté a su alcance, sino, los poderosos Azulejos seguirán siendo la mejor historia esta segunda mitad de la temporada y al fin darán por terminada la sequía de béisbol en octubre más larga activa en Grandes Ligas.

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