Aunque las bajas alemanas son más numerosas, Rudi Voeller tuvo que tachar seis nombres de su convocatoria original y cuatro firmes candidatos a ir a Corea y Japón ni siquiera fueron convocados, las ausencias argentinas son bastante significativas.

Juan Sebastian Verón, Gabriel Batistuta y Hernán Crespo, sumando la que sufrió el martes, un día antes del partido, Claudio Caniggia, se perderán el partido del lado argentino. Las bajas alemanas más importantes, en tanto, son las esperadas de antemano de Mehmet Scholl y Sebastian Deisler, considerados titulares fijos en el Mundial en caso de que logren recuperarse a tiempo.

También la baja de última hora de Bernd Schneider tiene cierto peso por lo que este jugador significa como apoyo y complemento para el actualmente mejor jugador de campo de la selección alemana, Michal Ballack.

Lo más grave para Alemania, sin embargo, sería que su capitán, el meta Oliver Kahn, no lograra recuperarse de unos problemas digestivos para mañana puesto que, aunque su suplente Jens Lehmann es un portero bastante seguro, no ejerce el papel de líder del titular indiscutible.

Pese a todo, el partido es clave para la preparación de ambos equipos, puesto que mientras Argentina pondrá a prueba su talento ofensivo frente a un conjunto tradicionalmente sólido en defensa, Alemania tratará de refrendar ante un rival de verdadero calibre los progresos que ha mostrado en los últimos amistosos ante contendores de menor cuantía como Israel y Estados Unidos.

Sin lugar a dudas, Argentina parte como favorito en el compromiso, y Michael Ballack ha asegurado incluso que sería "una sorpresa" lograr derrotar a los sudamericanos.

Sin embargo, eso no quiere decir que Alemania no vaya a salir a ganar y Rudi Voeller ha anunciado que sus jugadores saldrán al campo con el mismo espíritu que les permitió derrotar a Israel por 7-1 y a Estados Unidos por 4-2 aunque reconoce que marcarán tantos goles. Quien piensa en un encuentro Alemania-Argentina recuerda sin duda alguna en primer lugar las finales de los Mundiales de 1986 y 1990.

En 1986, en el Mundial de Diego Maradona, Argentina se llevó el título tras derrotar a Alemania por 3-2 con goles de Oscar Ruggeri, Jorge Valdano y Jorge Burruchaga, mientras que por Alemania marcaron Karlheinz Rummenigge y el actual seleccionador, Rudi Voeller.

En 1990, Alemania se llevó el título tras ganar por 1-0 gracias a un controvertido penalti convertido por Andreas Brehme.

Tras esas dos finales, las dos grandes naciones futbolísticas pasaron por un periodo de crisis pese a éxitos parciales como la conquista de la Eurocopa por Alemania en 1996, que se ha reflejado en su participación en los Mundiales en los que no han pasado de los cuartos de final.

Argentina, si se juzga por los resultados recientes, parece haber superado ya la crisis y el equipo de Marcelo Bielsa se considera, junto a Francia, como uno de los dos grandes favoritos para el título mundial.

Alemania, en cambio, empieza hasta ahora a sacudirse de la crisis cuyo punto más bajo fue la Eurocopa de 2000, cuando se recordaron amargamente las palabras dichas por Franz Beckenbauer en 1990, año en el que sostuvo que Alemania tenía un equipo que no sería derrotado en diez años.

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