Se hizo extraño el no ver momentos estelares de Kobe Bryant y Tim Duncan durante esta temporada regular. Estábamos demasiado acostumbrados a su excelencia y manera de vivir el básquetbol, a su veteranía y garra, a sus éxitos y a sus fracasos. Después de tantos años en nuestras vidas, se hizo raro afrontar una campaña sin que pisaran la duela nunca más. Aquél fue el preludio de una sinfonía distinta a lo que marcaban los cánones de las últimas dos décadas.
El cambio generacional en la NBA se hizo realidad este verano y uno de los que agarraron el nuevo testigo de veteranos, Kevin Durant, provocó un terremoto que todavía dura. Su marcha a Golden State Warriors dolió a los aficionados de Oklahoma City Thunder, quienes pasaron del periodo de negación a frustración en un chasquido. El resto de la liga vio como una amenaza la formación de un super equipo y de la noche a la mañana, los Warriors fueron el equipo más odiado de la competición. También el más admirado.
Aquel movimiento pudo ser el causante de una realidad competitiva sin igual. Russell Westbrook se liberó con contundencia y otros jugadores se emplearon a fondo para contrarrestar su grandeza. Sobre este aspecto desgranaremos los sucesos que hicieron de la temporada 2016-17, una experiencia única. Y eso que lo mejor está por venir.
Más allá del récord de triples-dobles de Westbrook
Nadie en 55 años había logrado una media de dobles dígitos en las áreas más importantes del juego hasta el rugido de Westbrook. Después de superar a Oscar Robertson, el armador del Thunder será el próximo objetivo a batir de los más jóvenes, pero no el único. La competición nunca había experimentado un número tan alto de triples-dobles en su historia y eso tampoco será sencillo de rebasar. Los 42 de Westbrook son la punta del iceberg de un total de 116, cifra que desde el 5 de marzo dejó atrás la marca de 78 de la temporada 1988-89. Además del base de OCK, James Harden acumuló 21 y LeBron James 13.
Los Rockets más perimetrales en una liga de triples
Si pensábamos que sería difícil de igualar el festín de triples que los Warriors se dieron en la temporada 2015-16, estábamos equivocados. Houston Rockets y la estrategia ofensiva de Mike D´Antoni amoldada a la perfección a James Harden batieron ese récord sin pestañear. Los 1,077 triples convertidos de la temporada de las 73 victorias para los californianos fueron superados después de que los texanos alcanzaran 1,162. De esta manera, el listón se sigue ampliando, ya que se trata de la quinta temporada consecutiva en la que se supera el récord de la liga en anotaciones desde el perímetro.
Ritmo y compás
La velocidad del juego también incrementó considerablemente esta temporada, algo que tuvo que ver en las excelentes actuaciones individuales de muchos jugadores de la liga. Las 98.7 posesiones por cada 48 segundos es la mayor desde la temporada 1992-93, cuando se registró 99.6. El ritmo es una de las prioridades y los entrenadores tienden brindar más velocidad a sus estrategias con puntos en transición y jugadas rápidas.
Liga de equilibrios
En los últimos años asumimos sin problema la superioridad manifiesta de los Warriors y de Cleveland Cavaliers. Dimos por hecho que salvo sorpresa (sorpresón) ambos acabarían jugando las Finales de la NBA. En esta ocasión esta tesis no está tan clara. La liga se ha equilibrado y los planteles han sabido amoldarse a las figuras como James, Stephen Curry, Durant, Kyrie Irving y compañía. Equipos como Boston Celtics están recogiendo los frutos de años de trabajo. Otros como Washington Wizards se han convertido en promesas tras superar un inicio difícil, incluso unos Rockets que apuntaban a conformarse con llegar a playoffs cumplieron con sus expectativas con creces tras quedar en tercera posición. Además, San Antonio Spurs siguen siendo siendo los de siempre. A día de hoy no hay cábalas que no incluyan a todos estos equipos -y alguno más - en la terna para alzarse con el trofeo Larry O'Brien.
Esencia Spurs
Los Spurs necesitaban mantener el nivel sin la presencia de Duncan, y lo han conseguido. Otro año más, Gregg Popovich ha sido capaz de clasificar a playoffs, algo que logró por vigésimo año consecutivo. El status quo de los texanos es único en la NBA, y de nuevo les mantiene como claros contendientes. Cuentan con un Kawhi Leonard excelente que sigue mejorando cada año y que tarde o temprano será Jugador Más Valioso. Pau Gasol y LaMarcus Aldridge son dominadores en los suyo. Manu Ginóbili sigue disfrutando de su juego y continúa apareciendo en los momentos más oportunos. Y el resto de los jugadores permanecen inmersos en una filosofía de garantías. Este equipo es inmortal.
Warriors camaleónicos
Primero tuvieron que amoldarse a la presencia de Durant en un equipo que de por sí ya estaba creado para brillar. Aquello costó trabajo. Luego tuvieron que aprender a jugar sin él tras su lesión. Tampoco fue fácil. Y ahora están teniendo el mejor cierre de temporada de la historia con 14 juegos vencidos de manera consecutiva. Los Warriors estuvieron obligados a cambiar de color como un camaleón en lo colectivo y en lo individual. ¿Acaso es fácil dejar de ser el faro guía del grupo? Que le pregunten esto a un Curry que dejó de ser el protagonista para repartir el peso con Durant y compañía. Los Warriors supieron aclimatarse y ahora entran en playoffs con mucha fuerza.
Drama de los billonarios
La otra cara de la moneda la viven los dos equipos más solventes de la NBA según la revista Forbes. En Los Angeles Lakers y New York Knicks sobran los millones pero faltan victorias. Entre los dos suman 56 victorias este año, dos más de las que lograron los Rockets. Además acumulan cuatro años sin clasificar a la postemporada. Por eso los dramas no tardaron en aparecer. Nunca antes los Lakers vivieron una época tan convulsa como la actual, y en 2017 tocó fondo. Las disputas familiares entre los hermanos Buss dieron como ganadora a Jeanie y como consecuencia, la cúpula organizativa de la franquicia cambió de look. Earvin Magic Johnson es el nuevo presidente de operaciones deportivas y Rob Pelinka, el nuevo gerente general. La ilusión vuelve a escena, sin embargo, la presencia de figuras en puestos estratégicos no garantizan nada. De eso saben mucho en los Knicks, que siguen sin levantar cabeza con Phil Jackson en la gerencia. El drama neoyorquino se extiende a Carmelo Anthony, un jugador descontento que forma parte de una organización cansada de él. Está por ver hacia dónde van estas dos franquicias en horas bajas.
Estrella naciente
Tiene 20 años de edad, dos temporadas en la NBA y sangre mexicana. Devon Booker se consagró este año como una estrella naciente varios juegos entre los que destacó el que Phoenix Suns jugaron ante Boston Celtics el 24 de marzo. Sus 70 puntos supusieron un récord de franquicia en un encuentro e incluso levantó la envidia de Isaiah Thomas, quien tras el encuentro que vencieron los de Massachussets afirmó: "Nosotros nos preocupamos por los playoffs, ellos por la lotería". Su evolución en la liga está siendo espectacular después de ser seleccionado en la décimo tercera posición del draft en 2015. Sus 22.1 ppj y 3.4 apj son un indicativo, pero no el único. Su hambre y ganas de más son la clave para que Booker se erija como uno de los jugadores más deseados del futuro próximo.
El bueno de Giannis Antetokounmpo
Hay que ser un figura para convertirse en el máximo productor de su equipo en puntos, asistencias, rebotes, robos, bloqueos y jugadas estelares de ESPN. Antetokounmpo lo logró esta temporada gracias a sus 22.9 ppj, 8.8 rpj y 5.4 apj. No sólo eso, sino que también se erigió como el primero en estar en el top 20 en todos estos apartados y alguno más (décimo cuarto en puntos, décimo quinto en rebotes, décimo octavo en asistencias, noveno en robos de balón, quinto en bloqueos). Sobran las palabras...
La historia inconclusa de Joel Embiid
Apuntaba a ser uno de los pívots a tener en cuenta en la NBA, pero las lesiones le están frenando en seco.Tras perderse las dos temporadas pasadas por lesiones en el pie, la presente supuso la oportunidad para que Embiid demostrara al mundo de lo que era capaz. Y lo hizo, aunque fuera de manera efímera. Vimos su potencial, cómo fue elegido como Jugador de la Semana y Novato del Mes, incluso fue seleccionado para el Juego de las Estrellas (Rising Stars), pero poco más, volvió a lesionarse y no formó parte de la fiesta de la NBA en Nueva Orleans, tampoco le vimos en acción el resto de la temporada. La suya es una historia inconclusa que vivirá otro capítulo el año que vine.
DaMarcus Cousins y su apuesta interior
Se le vio a leguas que dijo con la boca chica que su idea era la de continuar en Sacramento Kings. Poco después ya estaba rumbo a Nueva Orleans para quedarse tras el Juego de las Estrellas. A Cousins le llamó la atención la posibilidad de compartir juego interior con Anthony Davis y allí que fue. Se les han visto chispazos, pero no suficientes como para meter a los Pelicans en playoffs. Pero cuidado, que la temporada que viene el conjunto estará renovado alrededor de sus dos hombres grandes y podría convertirse en uno de los equipos más fuertes de la liga.
Ninguna silla caliente
Como siempre, cuando unos triunfan otros fracasan y mientras unos coaches saborean los buenos momentos, otros digieren los malos como pueden. En la temporada 206-17, nadie perdió su puesto de entrenador a pesar de que hubo equipos condenados desde el primer momento.