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Finales NBA tendrán amplia influencia sobre mercado de agentes libres

Durante el pasado fin de semana, la Web The Athletic publicó una historia oral de la reunión que sostuvieron los Golden State Warriors con el entonces agente libre Kevin Durant en el exclusivo sector de los Hamptons, la cual ocurrió hace 23 meses.

La carta redactada por LeBron James en la revista Sports Illustrated, en la cual anunció su regreso a los Cleveland Cavaliers, está a punto de cumplir 4 años de su publicación y sin embargo, sigue recibiendo tráfico en la Web y se hace referencia a la misma de forma rutinaria.

Michele Roberts, directora ejecutiva del sindicato de jugadores de la NBA, sigue respondiendo preguntas en diversas entrevistas con respecto a la toma de decisiones que redundó en el aumento del tope salarial producido en 2016.

En este momento, agentes libres de la talla de Paul George se encuentran reflexionando de forma exhaustiva la planificación de cómo operar en su proceso de reclutamiento como si fuera un evento importante en su vida, casi con el mismo peso de una boda.

Hay una razón por la cual todo lo anterior importa tanto y permanece incrustado en la conciencia de los aficionados de la NBA, al punto que existe una obsesión por saber hasta los mínimos detalles. Y no se trata del mero hecho que a la gente le encanta estar pendientes de la intriga que marca a la temporada de transacciones en redes sociales.

Desde que Durant firmara con los Warriors hace dos años, tienen récord de 9-2 contra los Cavaliers, convirtiendo lo que llegó a ser una cerrada rivalidad en una muy desequilibrada. Se han producido brotes ocasionales de turbulencia mientras Durant ha debido lidiar con las lesiones y los ajustes. Sin embargo, desde que Durant escribió la nota llamada “Mi próximo capítulo”, el equilibrio de poder en la NBA ha cambiado.

No importa el esquema defensivo armado por los Cavaliers, no importa la gran actuación que pueda poner James en la cancha, no importa la cantidad de pitazos hechos por los árbitros, nada de eso va a cambiar. Con excepciones ocasionales, el talento es el que se impone en la NBA y la acumulación de talento es la cosa absolutamente más importante para una franquicia.

De cierta forma, puede llegar a ser más importante que el juego en sí.

Luego de ver a los Warriors sumar enceste del 57 por ciento y absorber nueve triples autoría de Stephen Curry en la noche del domingo, se le preguntó a James con respecto al enorme reto que tiene por delante. Está enfrentándose a un rival conformado por cuatro All-Stars, dos de ellos ex Más Valiosos en su apogeo y a un sistema que aprovecha al máximo los talentos de los cuatro cuando funciona de manera apropiada.

En su característico estilo, James respondió de forma recatada.

“Las probabilidades han estado en mi contra desde que… No sé, desde que tenía 5, 6 años”, respondió James tras una pregunta sobre el dilema que enfrenta su equipo en las Finales de la NBA. “Hablamos de baloncesto aquí. Parece que tengo que venir acá y decirles lo mismo a ustedes todo el tiempo. Las probabilidades han estado en mi contra desde que era adolescente”.

La historia de James nos da cierta perspectiva. Sin embargo, en este caso, intentaba no ser tan franco. Ha descrito su forma de asumir la presente temporada, diciendo que “intenta aprovecharla al máximo”. Eso también representa un mensaje en código. James sabe que se enfrenta a unas inmensas probabilidades en contra y jugará las cartas que tiene, esperando que la fortuna le sonría. Pero no espera eso. No es la forma de asumir mentalmente unas Finales, pero James está acostumbrado a ello.

He por ello la razón por la cual es difícil asumir las actuales Finales sin reconocer los paralelos. Estos son partidos sumamente importantes llenos de momentos históricos (el desatino de JR Smith, los largos triples de Curry, vestir de traje y pantalones cortos). Los dos primeros encuentros fueron vistos por un máximo de 21 millones de personas en Estados Unidos y 50 millones en China, sin mencionar a los amantes del baloncesto en el mundo entero. Es baloncesto a su nivel más alto en su mayor perfil.

También tenemos otra realidad, con una trama en desarrollo y tiene que ver con la persecución que sufrirá James en las próximas semanas. A dónde irá Kawhi Leonard a descubrir su destino. A dónde irá George a pensar sobre sus opciones Cómo Los Ángeles Lakers, Philadelphia 76ers, Boston Celtics y otros equipos manejan la gran competencia que se armará. Hay mucho en juego, incluso si la mayor parte de la acción ocurre detrás de bambalinas.

Los Cavaliers están en desventaja sobre los Warriors 2-0 porque han fallado en convertir triples, porque sus mejores alineaciones tienen puntos débiles a la defensiva que los Warriors llegan a explotar y porque sus actores de reparto clave no han logrado hacer un trabajo decisivo. Sin embargo, también están en desventaja porque han sido superados en el juego de las transacciones durante los dos veranos más recientes: primero, cuando Durant se incorporó a sus archirrivales y al año siguiente, cuando perdieron a Kyrie Irving.

Debido a las opciones limitadas con las que contarán este verano, las Finales de la NBA quizás no será la única competencia importante en la cual sufrirán problemas. La pelea para quedarse con James y poder proveerle de mayor apoyo es tan retadora como la que están sosteniendo para defenderse contra unos Warriors con Curry, Durant y Klay Thompson juntos en la cancha.

Mientras estaba tranquilamente sentado frente a su vestidor en Oakland en la noche del domingo, retirándose bolsas de hielo y vendajes que protegían sus quemaduras, James debía estar reflexionando sobre su rol en ambas batallas. Ya perder en la cancha es sumamente amargo. Caer en el juego de las transacciones es frustrante también.

James se ha impuesto en ambas luchas anteriormente y sabe bien cómo jugar. Lo difícil es saber exactamente el lugar en el que tanto él como los Cavaliers se encuentran dentro de ambos escenarios.

“Apesta cuando uno sale y da todo lo que tiene, te preparas tanto y tienes tu mente puesta en ello, al igual que tu cuerpo, y terminas perdiendo”, dice James. “Apesta perder”.