Tras un pésimo inicio de campaña y no ser invitado al Juego de Estrellas, el dominicano terminó como finalista para el premio más importante de la MLB.
Por tercera ocasión en su carrera, Juan Soto es finalista al premio de Jugador Más Valioso. El jardinero de los New York Mets alcanzó el reconocimiento en su primer año con el equipo, luego de haber firmado el contrato más grande en la historia del deporte profesional. En términos simples, es prueba de que tuvo un gran año en las Grandes Ligas.
Soto, como cada temporada desde que llegó a MLB, ha demostrado que es uno de los mejores jugadores con los que cuenta la liga actualmente. Sin embargo, 2025 fue un año de retos para el dominicano, quien probablemente estuvo bajo la lupa más que nunca en su carrera.
Las expectativas que acompañan un contrato de 15 años y 765 millones de dólares son aplastantes, y más aún cuando las críticas te llueven desde el mismo momento en que se anuncia la firma.
Que si “no vale ese dinero”, que si “hay otros peloteros mucho mejores”, que si “tiene la obligación de llevar a los Mets a la Serie Mundial” o “ese contrato envejecerá mal”, todas las dudas públicas que rodearon el acuerdo cayeron sobre Soto desde el instante en que estampó su firma. De hecho, el no haber sido elegido para ir al Juego de Estrellas alimentó la narrativa de muchos de que los Mets habían cometido un error al contratar a Soto.
La realidad es que, por más que se intente disimular, Soto tuvo un largo período en el que pareció sentir el peso de esas críticas. Su lenguaje corporal durante el primer mes y medio de campaña, cuando vivió uno de los peores tramos ofensivos de su carrera, reflejaba la frustración del momento. Sin embargo, con la llegada de junio vino el cambio, y con él, la posibilidad de ser finalista al MVP de la Liga Nacional.
El hecho de que Soto esté siquiera mencionado como candidato, aunque todo apunte a que Shohei Ohtani se llevará el galardón, es en sí un premio a la consistencia. Cuando hablamos de Soto, hablamos de uno de los mejores bates de las Grandes Ligas, incluso en temporadas que inician con dudas. Esa es la razón principal por la que hoy compite entre los mejores.
Desde el punto de vista estadístico, terminar bateando para .263 con OPS de .921, sus peores marcas desde la temporada 2022, cuando fue cambiado a los San Diego Padres, probablemente no es algo típico en él. Sin embargo, sus 43 jonrones y, para sorpresa de muchos, el liderato de bases robadas de la Liga Nacional (38), demuestran que el dominicano supo reinventarse para ser productivo de múltiples maneras. En MLB, nada se regala.
Como mencionamos, las posibilidades de que Soto gane el premio son mínimas, pero más allá del resultado, su presencia entre los finalistas confirma que sigue produciendo al nivel de una superestrella, gracias a su consistencia año tras año.