El mes final de la temporada 2016 de los Yankees de Nueva York será sobre algo que pocas, si alguna de las temporadas recientes de los Yankees han visto.
El futuro.
Una organización que ha sostenido famosamente que cualquier temporada que no termine con un desfile de campeones en la avenida Broadway a principios de noviembre es un fracaso está abrazando el futuro de una forma completamente diferente en esta temporada: como un medio para un fin.
Por eso es que los Yankees recortaron su roster, y su nómina, al salir de sus dos mejores cerradores, (Aroldis Chapman y Andrew Miller), el mejor bateador de su alineación (Carlos Beltrán) y un lanzador abridor perfectamente utilizable (Iván Nova) en la fecha límite de cambios, y poco después forzó a Alex Rodríguez a un retiro poco deseado, pero bien pagado.
Fue un despliegue poco usual de una bandera blanca por una organización que afirma nunca darse por vencida, y que fue hecho con el propósito inusual (para los Yankees) - de construir un equipo para ganar no este año y probablemente ni siquiera el que viene, pero sí en los siguientes años.
Es la manera normal en que operan la mayoría de los equipos de Grandes ligas. Pero como todos sabemos, los Yankees nunca han sido normales.
El hecho de que sigan en la contienda por uno de los comodines de la Liga Americana es un poco más que un espectáculo secundario en comparación con su objetivo real.
Lo que los Yankees intentarán hacer en septiembre es saber exactamente dónde están parados en cuanto a su sistema de fincas, lo que necesitan para mejorarlo y los elementos de los que pueden disponer.
Ellos buscarán saber si Gary Sánchez, quien se convirtió en el primer novato en ganar el premio de Jugador de la Semana en la Liga Americana en dos semanas consecutivas por su caliente arranque luego de ser ascendido el 3 de agosto, es su próximo Jorge Posada, o incluso un Yogi Berra.
Ellos buscarán saber si Aaron Judge, con su tamaño y su poder prodigioso, será el próximo Dave Winfield, o, con su tendencia a poncharse, el próximo Dave Kingman.
Ellos están preparando una buena competencia para la siguiente primavera entre Tyler Austin, que fue subido recientemente, y Greg Bird, quien se perdió toda la temporada 2016 por cirugía de hombro, para decidir quién se quedará en primera base tras el retiro de Mark Teixeira.
Y ellos tienen todo el derecho de estar emocionados por Luis Cessa y Chad Green, dos lanzadores apenas notables y que fueron adquiridos en un acuerdo en el invierno pasado por el zurdo situacional Justin Wilson quienes ahora son partes vitales de su diezmada rotación de abridores.
Y con esos cuatro cambios hechos en la fecha límite de traspasos, el gerente Brian Cashman y su cuerpo de trabajo han amasado una docena de prospectos adicionales que podrían desarrollarse en Nueva York, o ser agrupados y cambiados por talento listo para Grandes Ligas que podría ayudar a los Yankees en el 2017 y más allá.
Existe la remota oportunidad de que esta rara colección de chicos junto con los veteranos Brett Gardner, Jacoby Ellsbury, Brian McCann y Chase Headley puedan apoderarse del último puesto de comodines en la LA, ya que los Yankees han jugado mucho mejor desde la infusión de sangre joven a su cansado roster, y 22 de sus últimos 32 partidos son ante equipos por encima de ellos en la tabla de posiciones.
Así que, en muchos aspectos, su destino está en sus propias manos.
Pero como aprendieron el año pasado, un empuje decidido al final de la temporada para convertirse en el último equipo en entrar a los playoffs se convierte en muchas ocasiones en una salida temprana en octubre, y nadie parece creer que este equipo pueda llegar mucho más allá de esa etapa.
Al menos, no este año.
Así que hay mucho en juego para los Yankees en este septiembre, aunque probablemente no para esta temporada.
Este mes final les dará un vistazo a través de una ventana que apenas se han tomado la molestia de mirar - la que les muestra su futuro.
Por primera vez en muchos años, el equipo en el que siempre se trata de ganar ahora espera por conocer si ellos tienen las piezas para ganar mañana.