LOS ÁNGELES — Hoy, ya no importa quiénes fuimos antes de Querétaro. Hoy, sólo importa quiénes somos y quiénes seremos después de Querétaro. ¿Distintos? ¿Mejores? ¿Peores? ¿Los mismos?
1.- Sí. Seguramente atraparán a un par de criminales y los usarán de chivos expiatorios, al estilo de la justicia en México. Impunidad es una palabra que ofende, pero se conjuga con cinismo en el día a día en el país. Ya empezaron, ocultando cifras.
2.- Sí. Seguramente desaparecerán a Querétaro del mapa; seguramente no volverá a rodar un balón en esa plaza. “Futbol, ¿Cuántos crímenes se cometen en tu nombre!”, con las licencias de Madame Roland.
3.- Sí, cierto: La Corregidora será un gigantesco mausoleo del futbol. Apestará a carroña. Un estadio de esterilidad futbolística. ¿El epitafio? “Estamos abriendo una investigación…”. Lo firma Mikel Arriola. Sí, el estribillo del valemadrismo político.
4.- Sí. La hipocresía brotará como flores cubiertas de pus, en todos los clubes, en todos los directivos del futbol mexicano, en todos los medios, en todos los blogs. En todos. No habrá quién arroje la primera piedra. Ni Tú, ni yo. Ambos, ¡y no te escondas!, estuvimos la tarde del sábado en La Corregidora.
5.- Sí, de acuerdo. Es muy posible que irrumpa una complicidad farsante, y el castigo sea una burla que apeste a necrofilia. Pueden ser deleznablemente piadosos, “por el bien del futbol, del club, de los inversionistas, de los jugadores, de los empleados, de mis televisoras, de mis anunciantes, de mis placeres”, creo escuchar una vocecita de político fracasado.
6.- Sí. Mauricio Kuri no viajó a Europa en busca de inversionistas, en lo que en realidad eran unas vacaciones sibaritas y disfrazadas, con su familia. Sí, Yon de Luisa dará rueda de prensa, a pesar de demorar más de una hora en ordenar un boletín pusilánime de la FMF después de los hechos. Sí, Mikel Arriola, sabe que hubo negligencia del gobierno de Querétaro… y lo culpa, pero ¿lo hace por venganza política contra panistas, como priista frustrado?
Por eso, insisto, hoy, ya no importa quiénes fuimos antes de Querétaro. Hoy, sólo importa quiénes somos y quiénes seremos después de Querétaro. Porque, tú lector (¡y no te escondas!), y yo, estuvimos ahí, de una u otra manera, el día que se colapsó La Corregidora como estadio de futbol, el día que se derrumbó como rotonda familiar de un deporte.
Y es un impacto mundial. No hay país en los que los medios no vistan sus espacios, mire usted, como el Atlas, de rojo sangre y de negro luto. Pero, México no despierta compasión con las imágenes que rebotan demencialmente en redes sociales. No, despierta indignación y repudio.
¿Con qué cara los mexicanos criticamos la demencia corrupta y suprema de la FIFA de entregar un Mundial a Catar con todos sus cancerígenos actos contra la humanidad, si en casa la violencia ejerce impune e inmunemente, y no sólo en torno al deporte?
La Jornada 9 ha sido suspendida, pero la trasgresión ha sido consumada y tolerada y prohijada y apachada, porque enarbolar con ese enanismo mental de gobierno, FMF y LigaMx, sus decisiones timoratas, son una forma de fomentar la barbarie.
¿Quiénes somos y quiénes seremos después de Querétaro? Insisto en la heroína francesa: “Futbol (libertad), ¿Cuántos crímenes se cometen en tu nombre!”.
1.- Por ejemplo, la FMF y la Liga Mx se dedicaron a contemplar como en un acto de fetichismo voluptuoso, lo ocurrido en El Barrial. ¿Investigaron si ese grupo de presión, los aficionados embozados, eran emisarios, sicarios, de algún directivo de la misma institución? No. Silencio. Porque burro callado, burro seguro.
2.- Hay una lucha desesperada, poco inteligente y menos efectiva, por acabar con #ElGrito, pero no la ha habido contra la violencia. Claro, en la miope óptica de Arriola y De Luisa, en la óptica farisea de ellos, sólo importan los millones de dólares que deja la Selección Mexicana. ¿Querétaro? Eso ha ocurrido en los sótanos de sus intereses, en las catacumbas de sus ambiciones.
3.- Y si ante el aberrante contagio de salvajismo fanático, entre dos clubes de poca envergadura, los rivales de la selección mexicana se espantan. Sin duda, será un duelo de alto riesgo para Estados Unidos visitar el Estadio Azteca en juego eliminatoria, con 80 mil almas rabiosas, el 24 de marzo. EEUU bien podría negarse a viajar por temores bien fundados. Igual podría esgrimir El Salvador, ante FIFA y Concacaf, para el 30 de marzo. Ya se sabe que en las tribunas hay apóstoles enfermos del enfermizo #MasSiOsare.
¿Coincide Usted conmigo, entonces en que es más importante saber quiénes somos y quiénes seremos después de Querétaro? Porque nada ni nadie puede permanecer impávido. Horrorizarse de los videos en rede sociales, es una revolución muerta desde el sillón.
1.- Desafiliar de por vida la plaza de Querétaro. Y si le urge el populismo advenedizo a Mauricio Kuri, permítaseme iluminarle sus anestesiadas neuronas: derribe La Corregidora y construya escuelas, y que su construcción se pague con los fondos de la FMF. De nada, mi apocado gobernador.
2.- Que la Jornada 10 se juegue sin público y sin transmisión televisiva. Que se castigue de manera drástica a la afición y a los clubes, serviles y rastreros, que han cerrado los ojos ante esta ampolla, sin importarles que les reviente supurando sangre ajena.
3.- Obviamente que no se venda ni se permita el consumo de alcohol en kilómetros a la redonda. Y que sólo se permita el acceso a adultos, si van acompañados de dos menores y una mujer. Puerta cerrada a rufianes solitarios y desalmados. En familia, y sobrios, se controla la violencia.
4.- Que los clubes de la Liga Mx inviertan en vigilancia. Y si no tienen fondos, que la FMF, de sus casi 800 millones de dólares que ha recolectado para este ciclo mundialista, cubra esos gastos.
¿Sabía Usted que hay casi 200 agencias de seguridad privada en México? Y no serán una escoria como lo fue la policía queretana, vista en videos, como cómplice de la masacre en La Corregidora. Esos tipos saben sofocar a borrachines.
Pero, ¿hay devoción por el cambio? O sólo hipocresía coyuntural, momentánea y oportunista. Hipocresía de todos, tuya y mía (¡Sí, no te escondas!), porque, recuerda, estuvimos, sin estar, en La Corregidora. Y porque hicimos, inconscientemente o no, todo para propagar esa violencia, y nada para contenerla.
Por eso, hoy, ya no importa quiénes fuimos antes de Querétaro. Hoy, sólo importa quiénes somos y quiénes seremos después de Querétaro. ¿Distintos? ¿Mejores? ¿Peores? ¿Los mismos?