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¡Cierren las puertas, señores! Puro peso pesado en las bancas del Guard1anes 2021

LOS ÁNGELES -- Hacía falta. En un futbol donde el protagonismo recae en jugadores de medio pelo, con sus contadísimas excepciones, para 2021 se muda de escenario: las bancas. Pesos pesados, de todo tipo, pendencieros o sabios, o pendenciero y también sabios.

El tiempo dirá si se enriquece. El tiempo dirá si expectativas y expectación crean una fórmula explosiva para el Torneo Guard1anes 2021. O, el tiempo dirá, si son tristes chinampinas, alegóricos buscapiés, o inocuas chispas.

Desde la era aquella en que el pragmático Lapuentismo tenía comiendo de su mano al espectacular Lavolpismo, en cuanto a la cantidad de títulos, la atención no se trasladaba tan morbosamente a los banquillos del torneo mexicano.

Generoso además, este escenario, habida cuenta que con la pandemia, el futbolista, que habla poco y dice menos, es menos actor fuera de la cancha, y a veces hasta dentro de ella. Hoy habrá seres pensantes en las ruedas de prensa. Cierto, alguna vez fueron jugadores, pero fueron jugadores diferentes, fueron seleccionados nacionales, y algunos hasta mundialistas.

Vea la cartelera de técnicos para el Guard1anes 2021. Y no estoy enlistando por capacidad, sino por carisma, esa maldita ecuación de quien es capaz de generar o mucho amor o mucho odio, o mucho amor y mucho odio, pero no pulular tibiamente entre los grises.

Repase conmigo: Hugo Sánchez (Cruz Azul), Ricardo Ferretti (Tigres) y Javier Aguirre (Monterrey). Se agrega, involuntariamente, confinado al paredón por dirigir al vivales del #ÓdiameMás, al América, Santiago Solari.

Ojo: todo estos, excepto Ferretti, salen a un escrutinio, a un examen despiadado. Ni a Hugo, ni a Aguirre ni a Solari les perdonarán traspiés. No habrá tolerancia ni en la cancha ni en el púlpito de su capillita. El Tuca, ya sabemos, sale Cemex antes del equipo que el propio brasileño.

Aparecerán otros técnicos que prefieren cosechar en cancha. El técnico campeón Nacho Ambriz es un poco más correcto, pero si lo cucan, responde. Andrés Lillini sólo una vez gruñó, y salió más lastimado que el perro de la Tía Cleta. ¿Vucetich? Rehúye las escandaleras. El Profe Cruz muerde de frente y en cortito, y Hernán Cristante no tiene prisa por querellarse.

Sí, de acuerdo con Usted, de acuerdo con ese rezongo ladino, bravucón, que le sale del ronco pecho de su subconsciente. ¡Qué bien le sentaría a esta Liga Mx la aparición de boquiflojos y de mecha muy cortita, como un Ricardo LaVolpe y el mismísimo Miguel Herrera! Y agregue hasta al nunca llorado ni nunca –hasta ahora--, extrañado, Paco Jémez. Entonces sí: ¡Cierren las puertas, señores!

Ojo, no se trata sólo del folklor dialéctico por la habilidad con el uso de la palabra. No se trata sólo del reclamo, del reto, de la increpación, de la declaración rimbombante, de la catarata de peladeces, estilo Aguirre. Esto se trata también de sabiduría táctica, y de respaldar en la cancha toda la testosterona eventual que se derrame en conferencias de prensa.

Sí, de acuerdo, será una conflagración de egos versión tercermundista, pueblerina, rústica, al nivel de su futbol, respecto, por ejemplo, a los épicos zafarranchos que se dieron en su momento entre Pep Guardiola y José Mourinho, o hace décadas, entre César Luis Menotti y Carlos Salvador Bilardo, cuando todos estos tenían blasones en sus alforjas. Pero es lo que hay, confórmese.

Habrá abusos en estas confrontaciones. Hugo Sánchez es el que llega con mayor desventaja, más allá de su legendario museo como futbolista. Sabe menos que el resto, a menos que en las comparecencias tenga los mismos asesores que en el Bicampeonato con Pumas.

Santiago Solari es astuto y ducho en el manejo de la palabra. Le viene de raza al galgo. Pero la fauna que le espera es más traicionera y entrampada que la que llegó a conocer en sus breves y poco exitosos pasajes con Real Madrid y Castilla. Tardará en adaptarse, especialmente porque es un acto despiadado arrojarlo al ruedo, cebado como carne fresca, para el festín que significa el #Ódiame Más.

¿Aguirre y Ferretti? En especial el primero, puede ir desde filosofar hasta la más vulgar expresión vasco-tepiteña, con una frialdad y una saña absoluta. Y El Tuca puede comenzar como el abuelito condescendiente hasta ser una suegra cebada, en cuestión de minutos.

Más allá de ese escenario turbiamente atractivo, como el ver a entrenadores en su más feroz expresión en las conferencias de prensa, llegará el anfiteatro poderosísimo que es la cancha de futbol. Ahí todos desfilan desnudos.

Debe quedar claro que todo lo que vociferen, dramaticen, prometan, increpen, desde la tribuna mediática, todos estos entrenadores que llegan a condimentar el caldo, regularmente soso, debe ser respaldado en la cancha de futbol, con resultados, con actuaciones, con espíritu combativo de sus jugadores.

Aquí, Usted lo habrá adivinado ya, habrá dos escenarios colaterales que tienen su propio atractivo, y que, unos a la luz y otros a la sombra, se verán afectados por este desmedido protagonismo que espera a clubes y a sus entrenadores.

1.- Póngase en la piel de los futbolistas que dirigirán estos personajes y los equipos a los que pertenecen. Ninguno de estos técnicos se va a tentar el corazón para exhibir y condenar públicamente a aquel jugador que no responda a la altura de las exigencias y de los compromisos.

Entiéndase bien. Esto enriquece el torneo. El futbolista, generalmente sinvergüenza, cínico, especulador, ahora sabe que está entre la espada y la pared.

2.- Los otros, los técnicos en las penumbras. Vucetich sabrá aprovechar su rutina de tonos grises, a pesar de estar en el equipo mexicano más popular. Lejos de reyertas dialécticas, se dedicará a tratar de presentar –finalmente–, un equipo al tamaño de las exigencias de Chivas.

Y otros entrenadores, esos de medio pelo, perdedores por referencia, resultadistas, comodinos, hijos del salario del miedo, que podrán navegar en el oscurantismo, eludiendo responsabilidades. Aquí enliste a los Cocca, los Pezzolano, los Guede, los Almada, los Rocco, y contando. Si son un poco inteligentes y audaces, podrían aprovechar el mar revuelto, pero, para ser pescadores, hay que ser muy valientes.

Prepárese pues. Involuntariamente, la Liga Mx coloca en esta verbena, en los cortijos de la verborrea, a gallitos alebrestados y alebrestadores, obligados, exigidos, presionados, a defender la importancia de un proyecto, de una apuesta, de la camiseta que defienden, del club que les paga, de las aficiones que hay detrás de ellos, y, por supuesto, de sus respectivos egos.

E implore junto conmigo, para que LaVolpe y El Piojo se puedan sumar a este festival acrobático del Torneo Guard1anes 2021. Insisto, no sólo por la pirotecnia verbal que agregarían, sino porque, con equipos modestos, segundones, agregarían invitados inesperados al palenque.