A la Tigresa le robaron la corona

En uno de los fallos más vergonzosos del que se recordar, uno de los jurados argentinos decretó la derrota injustificada de la formoseña

CORDOBA -- Tal vez en uno de los fallos más vergonzosos del que se pueda tener memoria, uno de los jurados argentinos (Carlos Villegas) decretó la derrota totalmente injustificada de la formoseña Marcela "La Tigresa" Acuña en su intento de adjudicarse el título mundial supergallo (WIBF) ante la jamaiquina Alicia Ashley en el Orfeo Superdomo de esta ciudad mediterránea.

Sobran los adjetivos calificativos para definir una situación tan paranoica como insólita, algo que solo se puede dar en esta Argentina tan maltratada en la cual se han perdido los valores básicos y elementales para una sociedad organizada.

El análisis es sencillo. En este deporte, que justamente es de apreciación, el abucheo de las más de cinco mil almas que se dieron cita anoche en el coqueto y flamante estadio de Córdoba, sumado al unánime desacuerdo de la crítica especializada, marcó a fuego el injusto y artero veredicto de los hombres encargados justamente de dictar justicia.

El guarismo aportado por la jueza estadounidense Terry O'Neill (96-94 para la visitante) no debería sorprender porque justamente la morena jamaiquina está radicada desde hace mucho tiempo en el país del norte.

Y los jueces originarios de esas latitudes nunca se destacaron por dar un fallo a favor de pugilistas argentinos. Lo que no se entiende realmente es lo de Carlos Villegas, quien con su paupérrima tarjeta (también 96-94 para la jamaiquina) dio por tierra con los sueños y anhelos de la única boxeadora que jerarquiza a esta actividad que todavía está en pañales en el país.

Más rescatable fue el veredicto de Francisco Seleme, el otro árbitro argentino, quien si bien no reflejó en su tarjeta lo que realmente pasó sobre el cuadrilátero, tuvo una óptica más digna de la función que cumple y le dio dos puntos de ventaja a la "Tigresa" (97-95).

Habría que hilar muy fino para saber por qué se dio este fallo que no sólo le quita la posibilidad a la Argentina de tener la primera campeona del mundo, sino que además pone en ridículo al país más allá de las fronteras.

Y aquí es donde nacen los interrogantes, porque es insólito que un compatriota no haya sabido -¿o no haya querido?- ver lo que realmente sucedió sobre el ring.

Este jurado tal vez se haya confundido con la buena figura y el nivel pugilístico demostrado por la boxeadora visitante, que es de destacar pues Ashley es rápida y se desplaza muy bien sobre el ring, aunque esta vez no contó con la efectividad que sí tuvo la argentina.

Sólo bastaba ver el rostro de una y otra boxeadora cuando terminó el match para saber quién había impactado con mayor plenitud sobre la humanidad de su adversaria.

El otro gran trago amargo de la noche fue la contundente derrota del crédito local Diego "Rocky" Giménez, quien cayó en forma aplastante a los 33 segundos del séptimo round tras una derecha inapelable del colombiano Jorge Noriega.

La dura caída posiblemente represente el principio del fin en el plano internacional de quien se proyectaba como una de las más sólidas promesas del boxeo nacional.

El que puso la nota de guapeza, alegría y talento, contrarrestando una noche amarga para el pugilismo nacional, fue el interminable santacruceño Jorge "Locomotora" Castro, quien además de pegarle incansablemente durante los diez rounds al estadounidense Etienne "E.T" Whitaker, se dio el lujo de despertarle una amplia sonrisa al público que estaba lastimado por las peleas anteriores y terminó haciendo gala de su vena histriónica con sus ocurrencias sobre el ring.

-DYN


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sábado, 16 de noviembre
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