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Checo Pérez, Pato O´Ward, Dani Suárez: ¿Por qué es un gran momento para ser aficionado del automovilismo en México?

Checo Pérez, Pato O'Ward, Daniel Suárez, Gran Premio de México, Rally México de WRC, Fórmula E... hay un boom de automovilismo en México

No es que México sea un país entrante al mundo del deporte motor, más bien es un país con tradición: F1 desde los 60’s, la muy reconocida Carrera Panamericana o la Baja 1000; uno de los pocos países que albergaron ChampCar y carreras de una de las tres categorías nacionales de NASCAR cuando vino a principios de los 2000 la Busch Series.

No es que México no haya tenido exponentes importantes en el automovilismo: los Hermanos Rodríguez, con Ricardo en alta estima en Ferrari; Pedro ganando Grandes Premios de F1, las 24 Horas de LeMans y logrando un estatus de ‘Rain Master’, así reconocido por sus pares; Adrián Fernández, Mario Domínguez, Michel Jourdain Jr., durante la época CART; Memo Rojas que lleva años en las carreras de resistencia.

Pero quizá nunca hubo tantos mexicanos repartidos en tantas latitudes y con posibilidades de ganar carreras, incluso, seriamente buscar el campeonato de la categoría –caso de Pato O’Ward o Checo Pérez-.

En 15 días México pasó de no tener un ganador de Gran Premio de Mónaco, a celebrar el triunfo de Checo Pérez en el Principado (una de las joyas de la Triple Corona del Automovilismo); ese mismo día, Pato O’Ward se convirtió en el mexicano mejor ubicado en una Indy500 al finalizar segundo (otra de la Triple Corona); Roberto González logro la victoria en LMP2 en LeMans (la tercera de la Triple Corona) y finalmente Daniel Suárez, en Sonoma, uno de los circuitos permanentes de NASCAR, se convirtió en el primer mexicano en ganar en la Cup, máxima división del serial de Stock Cars.

Este 2022, que parece el mejor curso del automovilismo mexicano, se gestó a lo largo de años: Checo Pérez lleva en F1 desde 2011 y de los pilotos que estuvieron en aquella carrera debut en Australia, solo quedan Alonso, Hamilton, Vettel. No es fácil estar tantos años en la máxima categoría del automovilismo, y a sus 32 está en su mejor momento; en el caso de Daniel Suárez, hay que destacar que es el único piloto no estadounidense en haber ganado un campeonato nacional de NASCAR, cuando en 2016 se coronó en la Xfinity Series; Pato O’Ward en 2018 se convirtió en el primer mexicano en ganar el campeonato de IndyLights, el serial que antecede a IndyCar, máximo serial openwheel en el continente americano. Finalmente, Roberto González, lleva años en el WEC, trabajando para buscar el campeonato de LMP2 y ganar LeMans, objetivo que alcanzó finalmente este fin de semana.

Además de estos exponentes en lo más top del automovilismo mundial, México tiene Gran Premio de F1; desde 2004 hasta 2020, México tuvo una fecha de campeonato mundial de Rally, racha interrumpida por la pandemia de COVID-19, pero que promete volver para 2023; CDMX también tiene fecha de Fórmula E; autoridades de IndyCar han aceptado el interés por negociar una fecha en el AHR y, si el efecto Dani Suárez sigue en ebullición, no sería sorpresa que NASCAR también mostrase interés en regresar al país y con la categoría máxima.

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Sí, parece que México, la afición mexicana, disfruta del mejor año de automovilismo, un deporte de tradición, pero que siempre estuvo a la sombra de otras disciplinas como el perenne futbol, el noble boxeo o el arraigado béisbol en ciertas zonas del país y que reventó a nivel nacional con la Fernandomanía. Ahora, Checo Pérez congrega a mexicanos en la casa de alguien, en el restaurante (sí, incluso si la carrera es a las 6 de la mañana); es tema de conversación en todos los medios de comunicación, tanto convencionales como redes sociales y, sin lugar a dudas, se vive en la Checomanía, así como se vivió en la ya mencionada Fernandomanía, o Chavezmanía o Sanchezmanía (por cierto, que momento para el deporte mexicano esos finales de los 80’s).

¿Por qué antes no estalló así el automovilismo? Es una pregunta que quizá amerite una pieza aparte, pero de momento pienso en tres fenómenos y que tienen que ver con el ‘story telling’:

  1. 1. Las transmisiones, que se han hecho más espectaculares. En la F1, por ejemplo, al bajar las cámaras y montar más onboards (increíbles oboards desde la perspectiva del casco de los pilotos). F1 y otras cadenas de televisión que transmiten Indy o NASCAR, llenan de gráficos la emisión para guiar de una manera amena y amigable al aficionado a lo largo de la competencia –no es que antes no se hiciera, pero la tecnología ha avanzado y ahora es claramente mejor-.

  2. Hay una sinergia entre marcas, como la docuserie Drive to Survive, que ha potenciado la marca F1 a nivel mundial y marca buenos raitings para Netflix. Amazon también tiene una docuserie, Le Mans: Racing is everything. Y Hollywood recientemente ha producido films de carreras: Rush y Ford contra Ferrari.

  3. Finalmente, vivimos en la era de la información; existir en redes sociales es una obligación de marca. Los seriales de automovilismo han sabido conectar con el público y el mercado mexicano hace sentir su peso. ¿Imaginan lo que hubiese sido Hugo Sánchez o Adrián Fernandez en su ‘prime’ y con redes sociales? Claramente esto ha potenciado al deporte y los deportistas y el automovilismo mexicano lo refleja. Claro, sin resultados, nada de esto importaría; se necesitan los resultados.

Sí, es un momento brillante del automovilismo mexicano. Probablemente sea el mejor y es posible que sea aún más brillante. Checo Pérez seguirá subiendo a podios y, si todo va bien, estará en Red Bull hasta 2024; Pato O’Ward es muy joven y el piloto proyecto de Arrow McLaren SP y una opción para McLaren F1; lo mismo con Daniel Suárez en Trackhouse Racing, organización que confió en el regio para ser la punta de lanza, a la cual se integró este año Ross Chastain y la infraestructura que dejó Chip Ganassi, con lo cual se ha dado el siguiente paso y ahora es un equipo ganador.

Ojalá Esteban Gutiérrez dé el salto de calidad en WEC y se integre a uno de los proyectos de Hypercar que vienen en el futuro cercano; que Rafael Villagómez crezca en F3 y Salvador de Alba en IndyPro Series, donde también estuvo Pato. Entre otros tantos jovenes mexicanos que están repartidos por Europa y EE.UU. y que crecen justo ahora, cuando México brilla en el automovilismo mundial; solo puedo imaginar la confianza con la cual están creciendo, creyendo verdaderamente que sí se puede. No se puede dejar de mencionar a Escuderia Telmex, un proyecto de Carlos Slim Domit para impulsar a los jovenes talentos, porque sí el automovilismo exige ingentes cantidades de dinero. Y ahi están: Checo Pérez en F1 y Daniel Suárez en Cup, y los que vienen...

Sí, es un buen momento para estar vivo y ser aficionado al automovilismo en México.