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Auston Matthews nunca falla

El jugador de ascendencia mexicana no es una estrella en el sentido tradicional, hecho que beneficiaría tanto a él como a la NHL.

Es un miércoles de agosto, justo en pleno apogeo de la temporada de casas de campo del hockey sobre hielo, cuando los gerentes generales de los equipos de la NHL se esparcen por distintas residencias adyacentes a los lagos, en su mayoría ubicadas en Canadá, Minnesota o Massachusetts, y los negocios de la liga comienzan a hibernar. Por su parte, Auston Matthews se encuentra en su base de temporada baja. Sin embargo, la suya es una casa de 7,500 pies cuadrados ubicada a los pies de la Camelback Mountain de Arizona. Una de las estrellas más fulgurantes del hockey tiene su santuario entre cactus y plantas rodadoras.

Y en estos momentos, la residencia de Matthews es cualquier cosa menos un soporífero: la casa rebosa de actividad. Su mejor amigo, el excompañero de Matthews Frederik Andersen, descansa sobre el sofá. Su médico funcional (la "Dr. Steph) ha llegado en avión desde Toronto y prepara una mesa de tratamientos en la sala de estar. A pocos metros de distancia, específicamente en la cocina, su chef personal (el "Chef Chris") descarga jarras de agua mineral de varias bolsas del supermercado Whole Foods para guardarlas en la nevera. Su agente y el asistente de su agente corren de una habitación a otra, entrando y saliendo de video llamadas por Zoom, mientras que sus padres Ema y Brian pasaron a saludar. Viven a solo 20 minutos de distancia. Félix, el perro raza Aussie Bernedoodle de Matthews, corre alrededor de todos.

Matthews, al centro de todo, está pegado al televisor. Presta atención a las primeras rondas del U.S. Open de tenis. Sería "muy padre" asistir un día en persona para presenciarlo, nos dice. El tenis es la última obsesión de Matthews. "Si se mete en algo, se compromete al 100%, más de lo que he visto en nadie", expresa Andersen. "Si quiere ser bueno en el golf, solo habla de eso. Y en estos momentos, no puede practicar golf o patinar por su muñeca, así que [se dedicó al] tenis. Tenis por todas partes. Raqueteamos todo el tiempo. Lo mira, piensa en ello. Se zambulle en internet y hace todas las preguntas necesarias para saber cómo puede ser el mejor en ello".

La razón por la cual Matthews depende tanto del tenis (agarrando la raqueta con una sola mano) estremeció ocho días antes a todo el ecosistema del hockey. Los Toronto Maple Leafs emitieron un breve comunicado de prensa anunciando que Matthews se había sometido a una cirugía en su muñeca. La verdad, no era gran cosa: se trataba de una solución tardía a un problema de vieja data, agudizado en los entrenamientos de temporada baja. Sin embargo, Matthews es el centro estrella de una de las Seis Franquicias Originales de la NHL, protagonista del estirado universo del hockey, y las cosas no tan grandes se hacen muy importantes. ¿Por qué los Maple Leafs no hicieron que Matthews pasara antes por el quirófano?, preguntaba un titular de la cadena deportiva canadiense TSN. "¿Por qué los Maple Leafs están tan callados sobre la lesión de muñecas de Auston Matthews?", reflexionaba el blog NHLTradeTalk, aludiendo a la escasa información disponible; por ejemplo, si la lesión era en su muñeca izquierda o en la derecha.

Es un seguimiento excesivo. También es una situación a la que Matthews se ha acostumbrado, independientemente de si le agrada o no. Matthews valora la privacidad en su vida diaria, razón por la cual disfruta genuinamente de estos pocos meses de tranquilidad en Arizona. Es aquí donde comenzó su historia de origen, donde puede permanecer anónimo durante la mayor parte del tiempo.

"Volver y simplemente, ir a la tienda de víveres y ser un ciudadano normal", afirma. "La verdad, nadie me molesta, o me habla o reconoce. Es agradable".

ESE NO ES EL CASO en Toronto, o en cualquier evento de su liga, en los cuales Matthews es "la celebridad de la NHL", como lo califica su buen amigo Zach Werenski, jugador de los Columbus Blue Jackets. Es cierto que Matthews parece ser, finalmente, la figura que la NHL ha anhelado por tanto tiempo: un jugador capaz de convertir el estrellato del hockey en algo que trascienda el ámbito de su disciplina deportiva. Matthews, con 24 años, tiene talento suficiente para cumplir con los requisitos. Como centro, Matthews juega de forma totalmente versátil. Sin embargo, es su tiro letal (o siendo más precisos, su arsenal de tiros) que lo convierten en un jugador especial. "Es poderoso y decidido", expresa Andersen, que ha pasado los últimos cinco años como portero titular de Toronto y se enfrenta todos los días a Matthews en las prácticas del equipo. "Sé que son palabras peculiares para describir un tiro; sin embargo, en sus incursiones, es sumamente rápido y contundente a la hora de elegir el sitio donde rematar, y también es bueno disimulándolo". Matthews arrolló para hacerse con la corona goleadora de la NHL el año pasado, a pesar de sus problemas en la muñeca que frecuentemente le impedían agarrar el palo apropiadamente. Desde que incursionó en la liga en 2016, solo Alex Ovechkin ha marcado más goles que él, aunque Matthews suma 21 más a la par.

A pesar de ello, y a medida que crece la fama de Matthews, se dificulta entender lo trascendental que puede ser en la disciplina deportiva que practica. La filosofía de la NHL se basa en lo colectivo, por encima de todo. En la cultura del hockey, las únicas voces que importan son las que provienen del camerino, y normalmente dichas voces ni siquiera utilizan el término "yo": los jugadores de hockey están acostumbrados a hablar en primera persona plural ("nosotros"), o terminan elogiando a un compañero de equipo. No es raro ver a un jugador rechazando contratos de patrocinio, por temor a que sea percibido como un acto egoísta.

Matthews fue elegido en el draft de 2016 por el Gerente General Lou Lamoriello, miembro del Salón de la Fama, quien se hizo famoso por creer que el rostro de la franquicia debería ser, como siempre lo ha sido, la imagen de una hoja de maple color azul real. Bajo el mandato de Lamoriello, no se permitía que los novatos concedieran entrevistas antes y después de los partidos. Motivo por el cual Matthews (elegido en el primer puesto del draft, que anotó cuatro goles en su primer partido y avanzó hasta alcanzar la mejor temporada para un novato en los 100 años de historia de la franquicia) nunca concedió entrevistas antes y después de los partidos. Las normas de la franquicia, sumadas a las expectativas del ámbito de su deporte, llevaron a que Matthews nunca se expusiera ante el público.

Actualmente, al iniciar su sexta campaña en la NHL, Matthews se siente presto a cambiar esa situación.

"Con el pasar de los años, he crecido un poco más dentro de mí", afirma. "Y quizás me siento más cómodo siendo yo mismo, sin realmente preocuparme por lo que piensen o digan los demás".

Eso ha conllevado a Matthews a incursionar en el mundo de la moda, innovar con su equipamiento deportivo y asumir contratos de patrocinio que otras figuras de antaño no hubiesen aceptado en su posición. También significa que Matthews ha alcanzado un nivel de celebridad que pocos jugadores han rozado en su deporte ... con apenas 24 años.

Un año antes del vencimiento de su contrato de novato por tres temporadas, el agente de Matthews Judd Moldaver inició negociaciones contractuales con Kyle Dubas, el niño prodigio treintañero que sustituyó a Lamoriello como gerente general en 2018. Se citaron a una reunión en la sede de los Maple Leafs. Moldaver sabía que la gerencia de los Maple Leafs le superaría en la cantidad de asistentes; por ello, le pidió a su colega Jeff Jackson, representante del centro de los Edmonton Oilers Connor McDavid, máximo exponente de la NHL en la actualidad, que le acompañara para brindarle apoyo moral. Los Maple Leafs iniciaron su presentación mostrando distintas comparaciones. Moldaver interrumpió la conversación.

"Auston no tiene punto de comparación", dijo Moldaver. "¿No lo entienden? Es un unicornio".


Desde que incursionó en la liga en 2016, solo Alex Ovechkin ha marcado más goles que Auston Matthews, aunque el jugador de los Maple Leafs suma 21 más a la par. Marcus Eriksson para ESPN

NO SOLO LA HABILIDAD GOLEADORA de Matthews, o su personalidad, lo ubican en una clase propia. Su historia de origen lo ha distinguido del típico jugador de la NHL, mucho antes de su llegada a la liga.

Brian, padre de Matthews, es oriundo de California. Su madre Ema fue criada en un rancho ubicado a las afueras de Hermosillo, México. "Todo era muy simple creciendo en México", afirma Ema. "Estar en ese rancho, en ese mundo, es maravilloso. Ver animales naturales, tranquilidad, sin tráfico. Solo tú y el hermoso color verde del desierto. Es otro mundo. Te crías siendo muy humilde, porque ves cuán privilegiada es la gente".

Rafael, padre de Ema, pasaba sus días cuidando de los caballos y el ganado. Su madre Alicia cuidaba de Ema y sus siete hermanos. Contar con ese rancho, expresa Ema, era un privilegio que no tenía mucha gente a su alrededor. La familia vivía cómodamente. A pesar de no contar con fluido eléctrico y verse obligados frecuentemente a sacar agua del pozo para trasladarla al hogar, todos los hijos de Rafael y Alicia asistieron a la escuela, alentándolos a perseguir sus sueños. Ema quería convertirse en piloto. Pero la escuela de pilotos era muy costosa. Y, tal como lo confiesa Ema, "era diferente, siendo mujer en aquél entonces". Se convirtió en auxiliar de vuelo.

Ema comenzó a trabajar en la extinta línea Aero California, que tenía rutas regulares con destino a Los Ángeles. Durante sus labores, conoció a Brian Matthews, quien trabajaba con una aerolínea a medio tiempo para ayudarse a cubrir los gastos de sus estudios universitarios. Brian jugaba con el equipo de béisbol de Loyola Marymount. Fue amor al primer vuelo.

"Mis padres pasaron toda mi niñez haciéndolo todo por nosotros, y la verdad, nunca hicieron nada por ellos", expresa Matthews sobre Brian y Ema. Jesse Rieser para ESPN

Ema se mudó con Brian a California. Él aprendió a hablar español con fluidez mientras ella perfeccionaba su inglés. Mientras hacían familia en Estados Unidos (Matthews, nacido en 1997, fue el segundo de sus tres hijos), incluir elementos de la cultura mexicana era de suma importancia. Brian sólo quería hablar español en la casa, razón por la cual los niños se criaron desarrollando fluidez en ambos idiomas. El "Happy Birthday" era siempre seguido por el "Feliz Cumpleaños". Auston recibió el apodo de "Papi", tradicional en México para referirse a un hijo varón.

Matthews se crio en la población de Scottsdale, donde la familia se mudó pocos meses después de su nacimiento, dentro de una familia mexicano-estadounidense. No precisamente aparenta ser terreno fértil para formar afición al hockey. Excepto que, el plan de expansión de la NHL hacia el Cinturón del Sol, tan querido por el comisionado Gary Bettman, acababa de dar paso a la creación de los Arizona Coyotes, que empezó a jugar en Phoenix un año antes del nacimiento de Matthews. Auston comenzó a asistir a los partidos de los Coyotes cuando tenía 2 años, acompañando a su tío Billy, quien era abonado del equipo. A los 6 años, Matthews pidió su primer par de patines. En poco tiempo comenzó a acabar con todos los competidores con los que se topaba. Todos en la pista de hielo lo conocían como "Papi", al punto de que algunos niños no sabían quién era "Auston".

Los fines de semana, "Papi" se sentaba en el vestidor de la pista de hielo local, llamada Ozzie Ice, armado con camisetas de todos los colores del arcoíris, esperando que un equipo visitante requiriese de un jugador suplente. Ozzie Ice solo contaba con dos capas de hielo: una media capa y la otra sintética. El espacio tan reducido le ayudó a Matthews dominar su manejo del palo, entender cómo lanzar un tiro desde las ventanas más pequeñas y los ángulos más inesperados. Asimismo, Matthews creció practicando béisbol, aunque siempre encontró mayores emociones en el hockey. Ayudó que cuando tenía 8 años, Auston estuvo presente en el Glendale Arena cuando Ovechkin marcó "El Gol": ese insólito tiro de espaldas que sigue formando parte de los resúmenes de grandes jugadas en la historia de la NHL. "Todavía siento escalofríos al pensar en ello", afirma Matthews.

El desierto no tenía demasiada actividad de hockey; por ello, la familia Matthews viajaba constantemente a Michigan o Canadá para asistir a torneos. A los 12 años, Matthews participó con un equipo ucraniano en un torneo de categoría Pee-Wee Hockey en Quebec. (Conoció al entrenador durante las pruebas, no muy lejos de Nueva Jersey). Semejantes extremos se hicieron sumamente costosos, incluso para una familia con dos fuentes de ingresos. Brian trabajaba en la industria tecnológica y Ema era mesera en un restaurante de alto nivel. Para cubrir los costos (que a veces superaban los $20.000 por temporada), Ema consiguió un segundo empleo en un Starbucks.

Matthews se torna emotivo al evocar aquella época. Mientras los ojos de Auston se nublan con las lágrimas Félix, el perro Aussie Bernedoodle, corre a sus pies para consolarlo. "Mis padres pasaron toda mi niñez haciéndolo todo por nosotros, y la verdad, nunca hicieron nada por ellos", expresa. Matthews explica cómo fue visto por un evaluador de talentos en un torneo, e invitado a participar (quedando inscrito) en el Programa de Desarrollo de la selección de Estados Unidos, lo que le llevó a mudarse a Michigan. Su madre mantuvo sus dos empleos en Arizona. Luego de largos turnos de trabajo, Ema tomaba sus propinas y depositaba $20 en la cuenta de débito de su hijo, según afirma, "para ir a Chipotle con mis hijos".

Y cuando el trayecto deportivo de Matthews lo llevó aún más lejos de Michigan, sus padres mantuvieron su firme apoyo. Existen dos rutas tradicionales que conducen a la NHL: jugar hockey en categorías junior o en las universidades. Los reclutadores llegaron tarde, considerando que Matthews se desarrolló en Arizona, literalmente pasando por debajo de la mesa. Y como sus habilidades eran tan particulares, sus agentes crearon un plan poco ortodoxo. A los 17 años, Matthews firmó un contrato profesional con un equipo en Suiza.

“En sus incursiones, es sumamente rápido y contundente a la hora de elegir el sitio donde rematar, y también es bueno disimulándolo.”

- Frederik Andersen, excompañero de Matthews

Ema siguió a su hijo y vivió con él en Suiza, donde anotó 46 puntos en 36 partidos jugando contra hombres adultos en la National League A de ese país. Ahora, Auston era el mejor prospecto del hockey sobre hielo en todo el planeta. Luego que los Maple Leafs lo tomaron en el puesto número 1 del draft en 2016, Brian se quedó con su hijo en Toronto, acompañándole durante su temporada de novato. Los fanáticos comenzaron a reconocer a Matthews antes de que jugara su primer partido. Y se desató el pandemónium luego de marcar cuatro goles en su debut.

El equilibrio ha sido difícil de alcanzar para Matthews, un joven cuya personalidad vacila entre ostentosa y privada. Andersen bromea diciendo que la pandemia trató bien a Matthews, porque él podía usar una mascarilla por todas partes y esconderse en ella. Sin embargo, vestir mascarilla y pasar desapercibido es una paradoja para Matthews. "Va en contra de su personalidad", afirma Andersen. "Le encanta vestirse bien, verse elegante, y quizás hasta un poco distinto: su sentido del estilo a veces consiste en intentar sobresalir. Pero, obviamente, eso facilita distinguirlo en una multitud, o en la calle. Y muchas veces, él no quiere que eso ocurra en Toronto".

O, si llega a pasar, Auston quiere que sea a su modo. A veces, siente frustración por el tradicionalismo del mundo del hockey, donde cuesta conseguir momentos de autoexpresión. Su curiosidad por la moda despertó mientras jugaba en Suiza. "Obviamente, los chicos allá tienen muy buen estilo", expresa. "Y yo tenía dinero para darme el lujo. Así que compré algunas cosas probablemente ridículas", afirma mientras hace una mueca de dolor pensando en los jeans ajustados que sofocan sus fornidos cuádriceps de jugador de hockey. "Pero pensé que se veían bien en ese momento. Mirando atrás, quizás diría: 'cierto, probablemente no tanto'".

Y esa es la razón por la cual Matthews, un joven de 24 años que ha perdido la cuenta de cuántos pares de tenis posee, se siente frustrado al ver que el contrato colectivo de la NHL establece que los jugadores deben vestir de traje y corbata en los días de partido, a menos que sus equipos estipulen otras normas. Irónicamente, el único equipo que ha relajado sus códigos de vestimenta es el local del terruño de Matthews, los Coyotes. Matthews desea que otras franquicias sigan el ejemplo. "No me molesta vestir de traje, pero te fastidia muy rápido", dice Matthews. "Creo que sería divertido llevar cosas diferentes y poder expresarse, parecido a lo que hace la NBA, o incluso un poco la NFL".


"Con el pasar de los años, he crecido un poco más dentro de mí", afirma Matthews. "Y quizás me siento más cómodo siendo yo mismo, sin realmente preocuparme por lo que piensen o digan los demás". Marcus Eriksson para ESPN

CASO MUY DISTINTO al de Toronto, donde Matthews es toda una celebridad y no sólo cuenta con un alto nivel de fama, sino de expectativas puestas sobre él. Los Maple Leafs, una de las franquicias originales de la NHL, ganadores de 13 Finales de Stanley Cup, no han vuelto a alzar el trofeo desde 1967. Ni siquiera han logrado clasificar a las Finales.

Los Leafs habían clasificado a los playoffs solo una vez en las 11 temporadas previas a la elección de Matthews en el draft. Desde su segundo año jugando con Toronto, los Maple Leafs no han terminado por debajo del tercer puesto de su conferencia (quedaron primeros en 2020-21, por primera vez desde la campaña 1999-2000), Sin embargo, a pesar de todos los éxitos alcanzados en la temporada regular, nunca pueden avanzar más allá de la primera ronda.

Toronto es el único equipo de la NHL que cuenta con tres delanteros (Matthews, Mitch Marner y John Tavares) que ganan al menos $10 millones. Un cuarto delantero, el joven de 25 años William Nylander, cobra poco menos de $7 millones. A pesar de ello, cada año los Maple Leafs son la telenovela más truculenta de la NHL. Cada una de las cuatro campañas de Matthews en Toronto se han visto rodeadas de crecientes expectativas; y cada año, consiguen nuevas formas de perder. La situación se hace cada vez más dramática e inevitable. Para echar sal a la herida en 2021: la temporada fue exhaustivamente reseñada por equipos de producción de la plataforma Amazon Prime Video para la serie "All or Nothing".

"El mejor ejemplo para describirlo sería alguien que jugó con los Boston Red Sox entre 1999 y 2003", afirma Dubas. "Nuestro equipo es muy talentoso. No hemos sido capaces de lograr ese objetivo que aspiramos en los playoffs, ni tampoco hemos tenido éxito en los playoffs. El público y los medios de comunicación, cuando las cosas no van bien, busca a los mejores jugadores, con la intención de que propulsen al equipo a llegar hasta allí".

Mientras prosigue la sequía de títulos de Stanley Cup (que ya suma 54 años), sus actuales jugadores calculan como manejar la notoriedad de la que no son responsables, a pesar de formar parte de ella. En lo que respecta a Matthews, éste puede asumir mayor responsabilidad en lo personal, tal como lo hizo en la reunión de fin de temporada del año pasado con Dubas; aparte de pasar todas las temporadas bajas mejorando su patinaje, que ya es sumamente fuerte. Matthews puede ser el mejor jugador que es capaz de ser, y el mejor compañero que puede ser. Sin embargo, quizás no sigue siendo capaz de acabar con la mala racha de su equipo, que suma ocho derrotas consecutivas en partidos decisivos de series de postemporada.

Auston asume las derrotas de forma personal, especialmente el año pasado. Los Maple Leafs fueron los reyes de la División Norte durante toda la temporada. Sus rivales en primera ronda fueron los desafortunados Montreal Canadiens, que terminaron con 18 puntos de desventaja en la pizarra. Se suponía que la serie sería un paseo para Toronto. Cuando la televisora canadiense SportsNet sondeó a sus 23 personalidades expertas en hockey sobre el equipo favorito para llevarse la serie, 23 eligieron a Toronto. Los Leafs llegaron a tomar ventaja 3-1 en la serie. Fue así como su ofensiva se secó en el peor momento imaginable y los Canadiens ganaron los tres últimos encuentros de la serie, dos de ellos en tiempo extra. Perder en primera ronda, una vez más, fue humillante.

Según afirman sus padres, Matthews se mostró abatido durante varias semanas. "Lo conocemos y sabemos cómo es, y no era el mismo", dice Brian Matthews. "Las conversaciones que teníamos con él eran distintas. Era incrédulo, no creía en nada, cuestionaba las cosas".

Matthews tiene fe en su grupo. Quiere conseguir el regreso de la Stanley Cup a Toronto, por encima de todo. Y sabe que lo tiene a su alcance. Independientemente de lo poco convencional que pueda ser Matthews, también es capaz de emitir los lugares comunes del hockey de "el equipo es primero" como los mejores. De hecho, también cree en ellos. Durante la conclusión de la temporada anterior, pudo soltar las frases "hacer el trabajo", "lo que hacen los grandes equipos", "fallamos en la ejecución" y "hay que forjar tu suerte", todas en una misma declaración.

Si hay algo que la cultura del hockey valora por encima de todo es una Stanley Cup; un campeonato del equipo es la divisa definitiva. Para que Matthews consiga plena aceptación dentro de su deporte, para obtener la libertad necesaria para alcanzar el próximo peldaño del estrellato, los Maple Leafs necesitan ganar.


LA VIDA EN TORONTO le ha enseñado a Matthews como evitar la atención innecesaria. Jura no haber buscado por varios años su nombre en internet (entonces, se perdió todo el drama desatado por su lesión de muñecas en las redes). Claro que mira constantemente publicaciones en Instagram (después de todo, forma parte de la Generación Z), pero no suele publicar en su cuenta. "No me importa si eres alguien que suele decir: 'esto es lo que suelo desayunar, y esto es lo que hago después de desayunar. Entonces, haré esto después de almorzar, y este soy yo haciendo esto'. No me importa, eso está bien", afirma Matthews. "Sólo que me gusta guardarme la mayoría de mis cosas. Me gusta compartir cosas cuando siento hacerlo, pero sinceramente así me siento en este momento en particular".

Matthews escucha a las personas con las que mantiene más estrecha relación en su vida e intenta bloquear al resto. Incluso, cuando no lo busca, ese ruido exterior siempre parece penetrar en su entorno. Matthews entiende la frustración por parte de los seguidores de Toronto, aunque no logra entender la negatividad constante.

"A veces, siento que todos son entrenadores o evaluadores de talento; por eso, son sumamente críticos con las cosas", afirma. "Sé que se criaron jugando hockey, y sé que adoran el hockey y que ven mucho hockey y cosas así; pero, no sé, a veces siento que pueden ser muy... Son muy apasionados, y creo que eso hace que ese lado de ellos salga a relucir. Obviamente, ellos quieren que tengamos éxito, al igual que nosotros. Pero, a veces creo que la pasión enceguece sus cerebros, al punto de evitar que puedan pensar con normalidad".

Eso fue lo que Matthews creía cuando un fanático, durante un partido de local contra los San Jose Sharks en 2019, captó su atención. Vestía gorro blanco bordado, portaba un vaso de cerveza y no paraba de gritar.

Matthews se acercó a su entonces compañero Tyler Ennis y le preguntó: "Viejo, ¿el que está detrás de nosotros es Justin Bieber?" "Sí", le respondió Ennis. "Pensé lo mismo".

Mientras Matthews patinaba en dirección a la banca durante el siguiente pitazo, hizo contacto visual con la estrella de la música pop.

"Oye", dijo Bieber. "¿Qué hay?"

Matthews conoció a la estrella de música pop y aficionado de los Maple Leafs Justin Bieber, y desde este entonces son íntimos amigos. justinbieber/Instagram

Según afirma Matthews, Bieber pasó el resto del partido alentándole. Esa misma noche, el cantante envió mensajes directos a sus redes. Intercambiaron mensajes mientras los Leafs se trasladaban en el vuelo chárter del equipo. "Me senté al lado [del defensor] Tyson Barrie y ambos enloquecimos", dice Matthews. "Diciendo: 'No puede ser, qué padre'".

En cuestión de dos meses, Matthew recibió una invitación para jugar hockey informal con los amigos de infancia de Bieber a las afueras de Toronto. (El informe de evaluador de talentos de Matthews: "Es el segundo mejor jugador que he visto, después de Vladimir Putin").

Matthews invitó a Bieber a una suite privada para ver un partido con su familia. Bieber extendió su amabilidad al incluir a Matthews y sus amigos como parte de su séquito para presenciar un combate de la UFC en Las Vegas. Durante la pandemia, viajaron juntos de vacaciones y coprotagonizaron sesiones en vivo a través de Instagram.

Hailey, esposa de Bieber, tiene una teoría con respecto al por qué ambos se llevan tan bien: a veces, uno desea vivir la vida del otro. Sin embargo, Bieber es apasionado seguidor de los Maple Leafs, lo que obligó a Matthews a establecer ciertos límites.

"Cuando comenzamos a hablar y hacernos amigos y cosas así, [Bieber] me enviaba mensajes diciendo: 'Necesitamos un defensor. Necesitamos un jugador como Brian McCabe [exdefensor retirado en 2012]'", recuerda Matthews. "Me reía tanto, porque pensaba: no eres distinto al tipo que se me acerca en la calle diciendo: 'Oye, un placer conocerte. ¿Me puedo tomar una foto contigo? Pues mira, necesitamos un jugador... necesitamos esto, necesitamos aquello".

Sin embargo, Matthews lo soporta porque admira a su amigo. En su momento, la gente creía que Bieber no sería más que una estrella con un solo éxito musical o que tuvo suerte en el momento apropiado, según explica Matthews. Sin embargo, se mantiene en constante evolución. Bieber también es un hombre curioso. Durante la pandemia, Matthews se obsesionó con el ajedrez, de forma similar a su actual fijación con el tenis. Cuando se lo mencionó a Bieber, se enteró de que el astro del pop había aprendido a jugar ajedrez hace varios años, y que tiene buen nivel.

Sin embargo, Matthews también ha aprendido con su amigo a lidiar con la fama, a entender la importancia de contar con un sistema de apoyo. "No lo conocía en aquél entonces, cuando era un poco más joven y algo más alocado. Ahora lo ves, está muy orientado hacia su familia y pasa mucho tiempo con sus primos, su papá, su mamá", indica Matthews. "Participa mucho de sus vidas y toma tiempo de su día para llamarlos y asegurarse de que sepan que piensa en ellos y cosas así. Creo que, para mí, fue realmente padre ver eso, porque intento ser así. Aunque creo que siempre te puedes perder en ello. Tu vida se hace muy ajetreada, pero no puedes olvidarte de tu familia y las personas que realmente te importan".


Matthews ha tomado una vía inusual a la fama, y de cualquier manera es uno de los jugadores más condecorados de la NHL. Marcus Eriksson para ESPN

MATTHEWS DISFRUTA de cambiar alguna cosa en cada temporada baja. En 2020, comenzó a trabajar con el entrenador Ian Mack, residente en Chicago, que cambia los ejercicios de levantamiento de pesas por rutinas de entrenamiento funcional y flexibilidad, basadas en los movimientos del cuerpo. Actualmente, Auston tiene una esbelta contextura con 6 pies, 3 pulgadas de estatura y 220 libras de peso. Este verano, Matthews se volcó apasionadamente a trabajar con la doctora Steph, cuyo nombre completo es Stephanie Canestraro, CEO y fundadora de la Clinica Vagus. Matthews le pidió le ayudara a cambiar toda su casa mediante el uso de productos de limpieza. No quería más toxinas en su detergente o gel de baño corporal. Canestraro, cuya especialidad es la conexión entre cerebro e intestinos, cuenta con más de 24 clientes jugadores de la NHL. Considera a Matthews como su pupilo estrella.

"Siempre desea estar en la cresta de la ola de cualquier cosa que está a punto de salir", expresa Canestraro. "Llamo a muchos chicos que me dicen: 'dejé de hacerlo por dos semanas', o para muchos de ellos, si no se los da su esposa, pues no lo toman. Auston es ese que ordena la próxima botella por cuenta propia".

Matthews se siente confiado a la hora de asumir sus intereses, aunque no deja de sentir curiosidad por explorar nuevas facetas. Fue uno de los primeros jugadores de la NHL en lanzar un NFT (token digital coleccionable). Al contrario de la mayoría de los jugadores de hockey, que cuidan su equipamiento con celo (existen jugadores en la liga que usan suspensorios fabricados antes del nacimiento de Matthews), Auston pregunta por qué hay que hacer las cosas cómo siempre se han hecho.

Uno de sus modelos a seguir en la NHL es Ovechkin, por quien siente admiración desde que le vio marcar ese gol cuando tenía 8 años. Sin embargo, no lo admira únicamente por sus hazañas sobre el hielo. "Hacía celebraciones maravillosas y cosas así, y recuerdo que [el comentarista canadiense y exjugador] Don Cherry lo destruía", afirma Matthews. "Entonces, concedió una entrevista... creo que fue a ESPN, y dijo que ellos querían que te limitaras a ser un robot: 'Anoté, regresé a la banca, bla, bla, bla'. Pero a él no le importaba. El decía: 'Sólo estoy siendo yo mismo. Me divierto. Juego en la NHL, debería ser divertido'".

“Es toda una locura, pero es maravilloso para este deporte ... ¿tener un chico como él, con la moda, GQ, la amistad con Bieber? Sólo ayuda a que este deporte crezca.”

- Zach Werenski, jugador de los Columbus Blue Jackets

Ese es el elemento que Matthews ha intentado incorporar a su juego. Inspirado por el nexo de la NBA con los tenis, este año el jugador solicitó a la fabricante CCM, su patrocinadora de equipamiento deportivo, que le confeccionara una serie de patines y palos personalizados que piensa estrenar durante los partidos de la novel temporada. Será como ir al armario y elegir un par de tenis de acuerdo con su ánimo del día. (El equipo de Matthews me mostró varios adelantos de los patines personalizados. Son llamativos. Los puristas del hockey tendrán opiniones al respecto).

También son modelos nuevos, otro tema sobre el cual los jugadores de hockey suelen mostrar discreción.

Ejemplo de ello es Jason Spezza, el canoso veterano de 38 años y compañero de Matthews. "Él es la clase de tipo a quien le gusta lo que le gusta. Seguirá usando el mismo modelo durante todo el tiempo que pueda", afirma Matthews. "Aunque, cuando hablo con él, me dice: 'Ojalá me hubiera adaptado con el paso de los años. Ojalá me hubiera adaptado a la construcción, o simplemente hubiera probado cosas distintas. Quizás me hubiera gustado'".

Matthews no está listo para enfrentarse por sí solo a un siglo de tradición en el hockey. Por ahora, buscará formas de mostrar su personalidad rompiendo con lo establecido, aunque sin derrocarlo: las oportunidades fotográficas, los patines, el estilo. En julio pasado, Matthews fue con su hermana, quien domina el portal Yelp, a un comercio especializado en piercing recomendado por ella para perforarse las orejas.

"De hecho, yo quería perforarme las orejas cuando era más joven, porque solía practicar skateboarding y me gustaba ver a Tony Hawk y Ryan Sheckler, que usaban esos aretes con diamantes de gran tamaño", explica. "Le pedí permiso a mi mamá para perforarme las orejas y me dijo que sí, pero nunca lo hice. Quizás porque sentía demasiado miedo. Entonces, no sé, dije: '¿por qué no ahora?' Si no me gusta, siempre me los puedo quitar".

Los aretes de Matthews fueron otro tema que encendió a los apasionados del hockey en internet. Los aretes hicieron su debut durante un fin de semana largo en Nueva York (por cierto, fue el mismo fin de semana de la cirugía de Matthews sobre su muñeca izquierda). Matthews y su agente fueron a un museo de seda, donde posó al lado de un muñeco de Ed Sheeran (que todos creen que es un doble de Andersen) y se sentó en primera fila del partido de Béisbol de Grandes Ligas entre Mets y Dodgers. Cuando internet pudo ver a Matthews durante la transmisión del encuentro, sólo quería hablar de sus orejas recién perforadas.

Matthews es una bendición para el hockey: una estrella joven y agradable, que desea aparecer en transmisiones en televisión nacional, que no siente miedo probando los límites y causando sensación. Matthews puede ser una figura trascendental para su deporte... si se lo permiten.

"Lo acompañaba a ver esa pelea de McGregor en Las Vegas, cuando andaba con Bieber todo ese fin de semana ... y el hecho de que sea uno de sus mejores amigos es una locura en sí misma", expresa Werenski, amigo de Matthews que juega con los Blue Jackets. "Pero la gente que se le acerca es algo constante. A su lado, están todos esos artistas musicales, y Kendall Jenner, pero la gente se le acerca y lo reconoce. Es toda una locura, pero es maravilloso para este deporte... ¿tener un chico como él, con la moda, [la elegancia digna de la revista] GQ, la amistad con Bieber? Sólo ayuda a que este deporte crezca".

Emily Kaplan es escritora senior para ESPN.

Producción por Sean Frith/Field Trip Production; Utiliería por Jo Jin; Peinado por Britney Sinclair/P1M; Vestuario por Nadia Pizzimenti/P1M; Look 1: playera por Nike @ Nordstrom; pantalones por Marni @ Hudson's Bay; gorro por Obey @ Hudson's Bay; calzador por Tom Ford @ Harry Rosen; Look 2: chaqueta por Wooyoungmi @ Hudson's Bay; gorro por Balenciaga @ Nordstrom; pantalones por Paul Smith @ Hudson's Bay; calzado por Givenchy @ Nordstrom; playera porTom Ford @ Harry Rosen; Look 3: sudadera por Stone Island; pantalones por Missoni x Palm Angels @ Nordstrom; calzado por Alexander McQueen @ Nordstrom.

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