Y es que los Tuzos fueron abrumadoramente superiores a unas Aguilas que, exhibidas sin piedad durante todo el duelo, apenas lanzaron un tiro a puerta con decencia y que no fueron capaces de demostrar esa garra a la que siempre se recurre cuando el futbol no aparece.

Aunque las llegadas de peligro rebasaron la docena, sobre todo por conducto del talentoso pero falto de tino Sergio Orozco, Pachuca desdeñó la goleada y sólo pudo concretar una, a los 46 minutos, por conducto de Marco Garcés, en partido de la fecha 10 realizado en el Estadio Azul, pues el Azteca fue utilizado para un concierto musical la víspera.

Tras su primer triunfo después de cinco encuentros, el equipo de Javier Aguirre se colocó con 14 puntos en el subliderato del Grupo Cuatro, donde al escuadra del argentino Alfio Basile apenas tiene 11 unidades. Para su fortuna, en ese mismo sector está Guadalajara, que le evita la pena de ocupar el sótano.

El resultado toma tintes de escándalo si se toma en cuenta que las Aguilas utilizaron a su supuesto cuadro de lujo, muy diferente a los Tuzos, ya que Aguirre tuvo que alinear de titulares a Jorge Orozco y Sergio Santana, aunque pese a ello, su equipo se mostró bastante educado, mucho más conjuntado que el rival.

No se puede decir que los de Coapa se sintieron extraños en el Azul, ya que comparecencias como la de esta tarde, ya no son casos aislados. Peor aún, en esta ocasión nadie se salvó del abucheo, ni Iván Zamorano, ni Luis Hernández, ni Fabián Estay.

Con América, realmente ya no se sabe. Aparentemente todo estaba puesto para que se diera un festín ante un equipo diezmado, casi indefenso, y a cambio recibió un baile que fácilmente le pudo haber significado una goleada.

Y si se recurre a la memoria, las Aguilas no tienen en su casillero muchas satisfacciones. Salvo aquella goleada al Santos Laguna en la presentanción de Zamorano y el triunfo en el clásico ante Guadalajara, el resto está lleno de incertidumbre.

Ante ese rival desorientado, que sigue sin encontrar una identidad en el terreno, Pachuca retomó un vuelo perdido desde la muerte de Pablo Hernán Gómez, que lo llevó a episodios francamente bochornosos como la paliza que le aplicó Puebla hace una semana, en el que Aguirre tuvo que recurrir a artimañas para detener la masacre.

De hecho, los Tuzos pudieron asegurar los tres puntos en cosa de 45 minutos, pero a la hora de disparar a gol, Pachuca perdía esa brillantez que desplegaba en cada jugada, en cada minutos en que fue dueño de la pelota, de las llegadas y, para acabar pronto,del partido.

Incluso, la visita se dio tiempo para el lucimiento desmedido, como aquella jugada en que el joven Sergio Santana pasó entre Ricardo Rojas y Duilio Davino -que falla constantemente, pero nunca pierde el estilo-, pero no quiso definir por cuenta propia y permitió que Germán Villa cerrara para enviar a corner.

Esa fue sólo una de las muchas llegadas de Pachuca, las cuales comenzaron con tiro del propio Santana, que Ríos sujetó con problemas, después vino la magnífica jugada de Santana a los 26, y más tarde América tuvo su única llegada en cabezazo de Frankie Oviedo, que Miguel Calero atajó en forma espectacular.

La aproximación del displicente colombiano sólo fue un receso en la tarde inspirada de los Tuzos, que siguieron malgastando llegadas a los 38, cuando Marco Garcés la voló de zurda solo frente a Ríos, para que, de milagro, llegara el descanso sin movimiento en el marcador.

Si alguien esperaba que el cotejo tomara un rumbo distinto en el complementario, simplemente se equivocó, puesto que Pachuca de inmediato, cuando ni siquiera se había jugado un minuto, marcó el 1-0 en tiro de esquina que Garcés, anticipando a Pavel Pardo, envió al fondo del arco con potente frentazo.

Lo increíble no es que la visita siguiera llegando con una facilidad pasmosa, sino que América ni siquiera intentara meter las manos. Nadie en el equipo de Coapa parecía interesado en el duelo e incluso el resultado lo tomaban con indiferencia.

Afortunadamente para los pupilos de Basile, Pachuca no enderzó la mira y continuó en franco e incontrolable despilfarro, como lo demostraron Jorge Orozco, con disparo por arriba de la meta americanista, y Gabriel Caballero, cuyo tiro fue enviado a tiro de esquina por Ríos.

Con suma discreción, América intentó dar respuesta a la humillación, en una jugada fabricada casi en su totalidad por el chileno Fabián Estay, quien terminó con un tiro muy desviado, pero a los 69, Germán Villa complicó más la tarde, cuando totalmente desesperado, propinó un pisotón a Orozco que lo valió la roja directa.

De nuevo el joven Orozco desperdició una clara llegada de gol, cuando a los 73 le pusieron un centro que trató de definir con pésimo e impreciso toque, mientras América acarició el empate a los 73, luego que Israel Velázquez, al rechazar un centro de Pavel, por poco mete la pelota en su propia portería.

No sólo Miguel Calero tuvo una tarde apacible, también el árbitro Armando Archundia, quien expulsó a Germán Villa con roja directa a los 69 y amonestó a Iván Zamorano por América, en tanto Israel Velázquez e Isaac Correa vieron la amarilla por Pachuca.

Alineaciones:
América.- Adolfo Ríos, Pavel Pardo, Duilio Davino, Ricardo Rojas, Marco Sánchez Yacuta, Germán Villa, Fabián Estay, Braulio Luna (Jesús Mendoza 45), Frankie Oviedo (José Alberto Castro 72)), Luis Hernández (Jorge Toledano 66) e Iván Zamorano. DT: Alfio Basile (ARG).