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Richard Bland y Russell Henley son los sorpresivos líderes en el US Open

En un año bien distinto para el golf, con protocolos de Covid por todos lados, un grupo de veteranos están disfrutando de una suerte de fuente de juventud. Mickelson que acaba de cumplir 51 años se convirtió en el campeón de Majors de más edad. Stewart Cink, de 48, ganó dos torneos este año en el PGA Tour. Lee Westwood, también 48, tuvo dos segundos puestos seguidos en el Arnold Palmer y en el Players.

Y ahora aparece el inglés Richard Bland, de 48 años, cuya perseverancia finalmente pagó su premio el 15 de mayo pasado cuando, después de una carrera de 20 años en el European Tour y haber jugado 477 torneos sin victorias, ganó en un desempate el Betfred Masters. Ahora, al cabo de 36 hoyos y un total de -5 (70-67) es el sorpresivo líder del US Open, junto al estadounidense Rusell Henley. Todo un logro para Bland, tomando en cuenta que empezó el año 2019 ubicado en el puesto 700 del Ranking Mundial.

Pero él no está sorprendido y decía esto al cabo de su gran segunda ronda: “Jugar al golf es lo único que sé hacer. Cada vez que las cosas se pudieron difíciles en mi carrera, y fueron muchas veces, pensé que no podría trabajar en una oficina, no sirvo para eso. Yo siempre supe que tenía lo necesario para ganar. Por eso cada vez que caía me propuse trabajar fuerte y mejorar. Cuando llegué a Torrey Pines, el lunes pasado y vi la cancha, me gustó. Me dije: Yo puedo jugar bien acá”. Dicho y hecho.

En el comienzo de este US Open todos los ojos estaban puestos en Phil Mickelson. Eso siempre ocurre en los US Open. El zurdo llegó seis veces segundo pero nunca logró el triunfo, déficit que lo separa de ser el sexto jugador en la historia en completar los cuatro Majors en su carrera. Pero ahora todos lo miraban porque este es el año de Phil. Es que después de su triunfo en el PGA Championship, convenció al mundo del golf de que todo es posible. Como si fuera poco, Torrey Pines era la cancha en la que aprendió a jugar en su San Diego natal. La mala noticia es que el zurdo siempre fue pésimo para cumplir grandes expectativas. Dicho y hecho. Mickelson no fue el mismo de Kiawah en la primera ronda. No caminó tan lento ni se tomó el mismo tiempo para preparar cada tiro. 75 golpes (+4) fueron otra decepción para el zurdo y para los optimistas que apostaron por él. Pero Phil sí es bueno para sorprender. O acaso alguien esperaba mucho de él en Kiawah cuando, con 50 años, en las apuestas pagaban por él 250 a 1. En la segunda ronda, cuando todos ya lo imaginaban viendo el torneo por TV desde su casa, ahí, muy cerca de la cancha, Mickelson, entre bogeys y birdies, fue una de las mayores atracciones del torneo, y se las ingenió para anotar un 69 (-2). Quedó en el puesto 30 con +2.

Torrey Pines recibe por segunda vez al US Open. En la primera fue el escenario de aquella famosa epopeya cuandoTiger Woods cuando ganó su último US Open en 2008, con su rodilla herida y su espalda maltrecha. El resistente Rocco Mediate fue un gran rival para un Tiger que no podía terminar de otra forma que levantando el trofeo luego de un extenuante desempate que duró 19 hoyos. Vale recordar en estos momentos, que el defensor del título aquel año fue el argentino Ángel Cabrera, que lo había ganado en 2007 en Oakmont.

Otro del que se esperaba mucho era Jon Rahm, primero en las apuestas al comenzar y favorito para ganar esta semana. ¡Sí!, Jon Rahm el protagonista hace un par de semanas en el Memorial, de una de las comedias de enredo más insólitas que se han visto en el golf cuando, con un liderazgo aplastante de seis golpes y faltando solo 18 hoyos, tuvo que abandonar por dar positivo de Covid. Muchos creyeron que Rahm venía a Torrey Pines a tomar revancha, como si se hubiera puesto una pausa y este talentoso español de 26 años, se fuera a parar en el tee del hoyo 1, con la misma fineza e inspiración que tuvo en aquella mágica tercera vuelta de 64 golpes (-8) en Muirfield Village y se olvidara de que esto es un Major, nada menos que el US Open. No estuvieron tan errados. Con vueltas de 69 y 70 y un total de -3 el español está en el quinto lugar a solo dos golpes de los punteros.

Brooks Koepka, dos veces campeón del US Open en 2017 y 2018, que junto a sus dos PGA Championships (2018 y 2019) acumula cuatro Majors, es el candidato para muchos. Hay que decir, sin embargo que su floja actuación en el último PGA, en Kiawah, diluyó algo su imagen de ganador implacable de Majors. Es posible que su inconsciente lo haya traicionado y no quisiera arruinarle la fiesta a Mickelson. Lo cierto es que su juego, quizá por su rodilla recientemente operada, no estuvo a la altura de las expectativas. En Torrey Pines Koepka arrancó muy bien. Llegó a ponerse -4 el jueves anticipando una película repetida. Pero se fue diluyendo para terminarla con -2. En la segunda también arrancó entonado pero enseguida cometió errores y firmó un 73 (+2) para un total de par de cancha para el torneo que lo dejó empatado en el puesto 13.

Bryson DeChambeau, el campeón defensor y siempre un contendiente de peso en los grandes torneos, tuvo un mal comienzo al anotar 73 golpes (+2) pero en la segunda vuelta pareció haber encontrado algo y se recuperó con una vuelta de 69 (-2) y está en el par de la cancha. “Tuve un sueño y descubrí algo importante” dijo 'el científico' al terminar su ronda. "Siento que mi juego está entre 9 y 9,5. Puedo ganar acá” terminaba.

Pero en lo alto a solo un golpe de los inesperados punteros hay jugadores temibles. El sudafricano Louis Oosthuizen y el estadounidense Mathew Wolff están a solo un golpe con -4. La experiencia de Oosthuizen y la explosión de Wolff. Junto a Rahm con -3 está el dos veces ganador en Augusta Bubba Watson. El zurdo había empezado flojo con un primera vuelta de 72 (+1) pero recompuso y logró un 67 (-4) en la segunda para ascender a lo alto del tablero.

Diez latinoamericanos en Torrey Pines en el comienzo. Solo Niemann, Gómez y Vegas pasaron el corte.
¡Sí, como lo leen! El gran momento del golf de la región quedó explícito con esta multitud de jugadores. México al frente con cuatro: Abraham Ancer, Carlos y Álvaro Ortíz y Mario Carmona. Argentina con Fabián Gómez. Chile con Joaquín Niemann. Colombia con Sebastián Muñoz. Costa Rica con Luis Gagne. Perú con Luis Barco. Venezuela con Jhonattan Vegas. Una señal clara del buen camino que transita el deporte. Con chances variadas, como resulta lógico en estos casos, la nutrida escuadra de Latinoamérica representa el impacto que tienen las políticas de promoción de las organizaciones. Desde el PGA Tour Latinoamerica y el Latin American Amateur Championship (LAAC), sumadas a todas la acciones de las federaciones de cada país aunadas para fomentar el desarrollo en todos los niveles. Otra enorme noticia llegó el fin de semana pasado, con el ingreso heroico al PGA Tour del joven chileno Mito Pereira, luego de obtener su tercer triunfo en el Korn Ferry Tour.

Lamentablemente Torrey Pines diezmó con sus dificultades a los latinoamericanos eliminando a siete de ellos. Solo el chileno Joaquín Niemann con +2 (75-69), el venezolano Jhonattan Vegas con +2 (75-69) y el argentino Fabián Gómez consiguieron su pase al fin de semana en San Diego. Gómez brilló en la primera vuelta con un gran score de 70 golpes (-1) pero en la segunda ronda sufrió castigo y terminó con un 76 (+5), pasando el corte con lo justo (+4).

De cara al fin de semana hay una buena cantidad de jugadores que pueden ganar. Una característica saliente de los tiempos que corren hoy en la máxima categoría del golf mundial. El US Open es conocido como la prueba más difícil del golf. Una que demanda todas las habilidades en el máximo nivel. El escenario donde los dioses del deporte se ven como simples mortales en una lucha despareja contra los peores obstáculos. Pero sobre todas las cosas, un gran espectáculo deportivo que atrae a los aficionados que se divertirán observando las desventuras que definirán el tercer Major del año 2021, la edición número 121 del US Open en Torrey Pines, San Diego, California.¡A disfrutar!