ESTOCOLMO -- El búlgaro Grigor Dimitrov (28°) dio vuelta la historia y se impuso por 2-6, 6-3 y 6-4 al español David Ferrer (3°) en la final del ATP de Estocolmo, que se jugó en hard indoor y repartió 530.165 euros en premios. Fue su primer título en ATP.
La segunda fue la vencida. Luego de caer en la definición de Brisbane, también este año, Dimitrov se pudo dar el gusto de sentirse campeón por primera vez en el circuito grande, que se suma a sus cuatro festejos en Challenger y seis en Future. El búlgaro, el jugador más joven en el Top 50, de esta manera quedará 22°, su mejor posición en el ranking ATP.
En la definición, al igual que en las semifinales ante el francés Paire (25°), Dimitrov tuvo que luchar durante tres sets. Corrió desde atrás, luego de un parcial adverso y en el que sufrió más de lo pensado con su servicio, y levantó su nivel para vulnerar a Ferrer, quien llegaba a una final por primera vez en cuatro meses (desde Roland Garros).
El búlgaro no supo aprovechar sus chances en el inicio del partido y, pese a tener un buen nivel, fue castigado duro por el oportunismo del español, que consiguió tres quiebres y se apropió de la primera manga por 6-2.
La falla de Dimitrov, sin dudas, estuvo en su servicio. Apenas ajustó ese ítem, su juego cambió de manera radical. En la segunda manga apenas perdió siete puntos con el saque y para colmo quebró en un momento clave, en el octavo game, para estampar y decisivo 5-3.
El set final tuvo un ritmo muy similar a su antecesor, aunque Ferrer sí tuvo sus ocasiones. El español dejó correr break points en el sexto game y acto seguido cedió su servicio para el 3-4. Con confianza, Dimitrov supo mantener la calma, manejar los nervios y sumar los puntos necesarios para conseguir su bautismo en la ATP, tras haber luchado durante dos horas y 10 minutos.
Como contrastes, el búlgaro sumó su primer título, en su segunda final, mientras que Ferrer jugó su 40ª final de su carrera (tiene récord de 20-20), con dos coronas en 2013: Buenos Aires y Auckland.