Marco Verde y su entrenador trabajan juntos desde hace 10 años, pero apenas hace cuatro meses están juntos en la selección nacional de boxeo
La medalla que hoy tiene asegurada Marco Verde en Paris 2024 comenzó a trabajarse en Mazatlán, Sinaloa, hace más de 10 años, y ahí estaba Radamés Hernández, su entrenador de cabecera que este sábado le dio las indicaciones precisas que necesitaba para remontar ante Dev Nishant de India y asumirse como el decimocuarto peleador en la historia de México que logra subir al podio en unos Juegos Olímpicos.
Si bien la mira está puesta en lo más alto del podio y tanto Marco como Radamés creen que pueden llegar lejos, la victoria en Cuartos de Final nos habla de lo mucho que le ha funcionado al peleador tener a alguien que lo entienda perfectamente y sepa cuánto se le puede exigir cuando las cosas van cuesta arriba, como ahora, cuando tuvo que remontar un primer asalto perdido.
Las indicaciones de Radamés fueron precisas, hay que pelear en la distancia que más te conviene, no caer en el juego enemigo y empujar cuando más se necesitaba, porque si bien los dos estaban cansados, hacia los últimos instantes, fue evidente que ese empuje y garra le permitieron a Marco Verde salir con la victoria y asegurar la medalla.
Por lo regular, muchos de los temores que tienen los entrenadores mexicanos que mandan a sus talentos a la selección mexicana de boxeo es que se van a encontrar a un maestro distinto que seguramente tratará de pulir ciertas cosas, pero hacerlo trabajar a su modo sin explotar las condiciones que ellos creen les llevaron al equipo.
En el caso de Marco, la historia le favoreció. Si bien Radamés ya había estado en contacto con la Federación Mexicana de Boxeo, no fue sino hasta hace cuatro meses cuando sus labores en la Universidad Autónoma de Sinaloa, y gimnasio en el que entrena también el campeón mundial Pedro Guevara, le permitieron meterse de lleno con la selección.
El resultado es ya al menos la medalla de bronce, pero los dos apuntan alto, hacia la de oro.
¿Por qué Marco Verde puede ganar el oro en Paris 2024?
Marco Verde garantizó la decimocuarta presea para el boxeo mexicano en los Juegos Olímpicos, pero los planes no son celebrar ya el bronce, porque el presupuesto, al menos del presidente de la Federación Mexicana de Boxeo, es que regrese a su natal Mazatlán, Sinaloa, con el oro, pues es un muchacho que nació con madera para llegar lejos.
Ricardo Contreras, presidente de la entidad boxística, destacó no sólo la gran remontada de Verde, sino también el trabajo que hicieron en la esquina para darle las indicaciones necesarias para derrotar a Dev Nishant en la ronda de los Cuartos de Final, duelo que por cierto fue de revancha tras la victoria del de India en el Mundial de la especialidad en 2021.
“Estoy seguro que va a traer el oro, este muchacho nació para ser campeón”, dijo Ricardo Contreras a ESPN KNOCKOUT. “Ha sido siete años campeón nacional desde los 12 años, ha ganado todas las categorías desde infantil, juvenil y de primera fuerza, fue oro en los Juegos Centroamericanos, oro en los Juegos Panamericanos y estoy seguro que nos traerá la medalla de oro de Olímpicos”, añadió.
Destacó que la decisión de respaldar a Radamés Hernández como entrenador nacional y en especial para Marco rindieron frutos. “Radamés tiene con nosotros cuatro meses, ya le habíamos pedido que viniera desde antes pero sus labores en la Universidad Autónoma de Sinaloa y su gimnasio pues se lo impedían. Le costaba trabajo venir a la selección.
“Pero decidió venir, lo dejamos a cargo completamente de Marco porque lo trae desde niño y de los 10 años ha estado con él y sabe su potencial, y que mejor que en estos momentos de la competencia tuviera pues confianza total en todos los aspectos”, celebró el presidente de la Federación mexicana de la especialidad.
“Para mí la clave fue la táctica que le diseñó el entrenador, la llevó a cabo ciento por ciento”, finalizó Contreras, quien espera recibir en México a Marco Verde con la presea de oro colgada en el cuello, lo cual sería el primer oro en esta especialidad desde Ricardo Delgado y Antonio Roldán en 1968.