Los Juegos Panamericanos que se hicieron en la Argentina en 1995 fueron históricos para el país. No sólo por volver a ser sede una competencia de esta envergadura, sino también por la cantidad de medallas conquistadas: nada menos que 159 totales, el mayor número de la historia.
El fútbol, que en los últimos tiempos venía sin llegar al primer lugar del podio, se puso como meta quedarse con la de oro. Y lo logró, un 24 de marzo de 1995, hace hoy 25 años.
De la mano de Daniel Alberto Passarella, y con un equipo de jugadores que luego formarían la base de la Selección mayor (Marcelo Gallardo, Roberto Ayala, Ariel Ortega, Javier Zanetti y Juan Pablo Sorin, entre otros) la albiceleste ganó un título esperado y sufrido.
La última conquista en Panamericanos se remontaba a 1971. Luego, pasaron varios Juegos (cinco), donde la Argentina peleó por el primer puesto pero se quedó con las manos vacías.
Passarella, el Kaiser, venía a imponer “mano dura” luego de la etapa comandada por Alfio Basile, donde se habían ganado dos Copa América, pero con el sabor amargo de quedarse afuera de un Mundial (Estados Unidos 1994) por el dóping de Maradona.
Argentina formó parte del Grupo A, junto con Paraguay, Estados Unidos (último campeón) y Honduras.
El debut fue auspicioso, con una goleada por 3 a 0 ante el campeón defensor, con dos tantos de Marcelo Gallardo y otro del Burrito Ortega. En segundo turno, el local igualó 2 a 2 ante un duro Honduras (otras dos conquistas del actual DT de River), mientras que en el cierre de la primera fase, aseguró el pasaje a cuartos con un triunfo por 1 a 0 contra Paraguay (gol de Ortega).
Así, la albiceleste ganó su grupo con 7 puntos, seguido con 6 por Paraguay y con 4 por Honduras; Estados Unidos quedó último y sin puntos.
Los cuartos de final pusieron en el camino a Chile, que llegó como mejor tercero de la zona que integraba con Brasil, Costa Rica y Bermudas. Luego de un partido muy disputado, los de Passarella se impusieron 1 a 0 con gol de Pablo Paz, tras un rebote en el palo.
Llegaría el turno de Honduras en semifinales. Los centroamericanos, la sorpresa de esos Juegos, habían empatado con Argentina en primera ronda e igualaron en cuartos con Brasil, al que luego eliminaron por penales en una definición para el infarto (8-7).
No fue fácil esa semifinal: un 3 a 2 sufrido, con penales y polémicas, donde Argentina empezó perdiendo. Dos goles de Gallardo y otro de Ayala le dieron el pasaje a la final.
Esperaba México, que contaba en su plantel con Paver Pardo y Luis Hernández, por caso. Y llegaba invicto tras haber ganado todos sus partidos. El encuentro terminó sin goles en los 90 minutos. Y llegó el turno de los penales.
Chiquito Bossio se vistió de héroe, a lo Sergio Goycochea (Goyco venía de ser figura atajando penales en la Selección), y le tapó el último disparo a Rafael García. Argentina, sin brillar, festejó. Y el título se quedó en casa.
