Alizé Cornet es una tenista con talento y carácter que supo ser número 11 del ranking mundial y esta semana probablemente baje aún más del puesto 58 del mundo. Tras una temporada con picos muy altos y otros muy bajos intentaba "volver a ser" en el WTA 250 de Lyon pero se vio opacada por la colombiana Camila Osorio.
Después de un extraordinario Abierto de Australia en 2022 (bajó a la por entonces número 3 del mundo Garbiñe Muguruza) y otro Wimbledon (con un éxito rotundo ante la invicta y líder de la clasificación Iga Swiatek), la jugadora de 33 años perdió algo de energía.
De vuelta a la competición tras tres derrotas consecutivas, la francesa, que tuvo algunos problemas físicos en enero, peleó largo rato con la colombiana antes de ceder en el tercer set (4-6, 6-4 y 1-6). Pese a mostrarse contenta con su nivel de juego la francesa habló de un parate para relanzarse.
“Me está costando mucho recuperarme de los pequeños problemas de salud que tuve a principios de año. Y cuando no estoy al 100% es muy complicado. Vine aquí (Lyon) porque estoy cerca de mi familia, pero de lo contrario creo que habría pasado de largo este torneo. Es cierto que perdí tres primeras rondas seguidas, pero no me voy a poner en el fondo del pozo. Quiero jugar menos torneos. Estoy cansada y no tengo tiempo para entrenar bien. Aligeraré mi agenda y me adaptaré con menos cantidad y más calidad (en cuanto a torneos). Voy a dejar de correr de derecha a izquierda, estoy un poco desgastada por el circuito. Necesito recuperar la motivación, la frescura física y las piezas del rompecabezas volverán a encajar", se sinceró.
En la tercera ciudad más poblada de Francia (por detrás de París y Marsella) y con menos de diez grados por estos días, nunca mejor dicho que Cornet se meterá "a cuarteles de invierno".