El tenis australiano se caracteriza por sacar nuevos jugadores constantemente. Luego de la última gran camada liderada por Lleyton Hewitt y Patrick Rafter, llegaron nuevos nombres al circuito como Nick Kyrgios, Thanasi Kokkinakis, Bernard Tomic, Alex De Miñaur y John Millman, entre tantos otros.
Los jugadores mencionados anteriormente dieron el paso hacia la elite del tenis desde muy jóvenes. Cada uno de ellos tuvo un futuro distinto, pero hoy el foco está puesto en un nombre casi desconocido: Max Purcell.
Tiene 24 años, está 116° del ranking y, hasta hace muy poco tiempo, ni siquiera estaba entre los mejores 200. En pocos meses, su carrera dio un giro inesperado y, a partir del próximo lunes, será el nuevo 95° del mundo. Es decir, ingresará al Top 100 por primera vez en su carrera.
¿Cómo sucedió esto? El tenista australiano viene de conquistar tres Challengers de forma consecutiva (Chennai, Bengaluru y Pune). Lo más curioso es que, en tan solo tres semanas, ganó más títulos que en el resto de su carrera (había campeonado en Gimcheon 2016 y en Nur-Sultan 2021).
Cabe destacar que tiene una carrera mucho más exitosa en dobles (fue campeón de Wimbledon junto a su compatriota Matthew Ebden) y su mejor ranking fue 25° del mundo. Sin embargo, nunca dejó de intentar que prospere su rendimiento en individuales.
Jugó su primer partido profesional en 2013 cuando tenía tan solo ¡14 años! Fue en la clasificación del Challenger de Sídney y perdió por 6-1 y 6-1 frente al japones Kento Takeuchi. El camino fue largo y para nada fácil. Purcell, 10 años más tarde, está viviendo su resplandor en el mundo tenis. Mucho esfuerzo y trabajo silencioso, finalmente, dieron sus frutos.