<
>

La mente de cada coach de Del Potro

En las últimas horas, Juan Martín Del Potro anunció su desvinculación con el entrenador Sebastián Prieto y, con la noticia, surge el repaso de los orientadores del argentino a lo largo de su carrera.

El primero de ellos fue Marcelo Gómez. En Independiente de Tandil, dejó una huellla al ser el formador de Juan Martín, incluso en momentos en el que repartía sus tiempos entre el tenis y el fútbol.

"Era un pibe con muchas condiciones para los deportes. Tenía muy buen físico para su corta edad. Era bastante coordinado. Pero la diferencia más grande que tenía era la mentalidad: en eso ya superaba a sus compañeros y ya era competitivo al ciento por ciento", recordaba, en El Milagro Del Potro de Sebastián Torok, Fernando Aramburu, director técnico del equipo infantil de baby fútbol de Independiente, donde jugó Delpo entre 1996 y 1998, épocas en la que también entrenaba tenis y, por propia iniciativa, incluso los domingos.

"Cuando me fui a Europa un mes con él sabía que me la jugaba. Sabía que el chico iba a ser bueno de verdad", rememoraba Gómez sobre la etapa de juniors. "Estaba convencido de que en el tenis iban a dominar los que le pegaran duro y plano a la pelota. (...) Entonces, si bien Juan Martín se manejaba muy bien sobre polvo, evidentemente tenía que jugar un tenis moderno, plano". Con 17 años, pasaba a ser el tenista más joven del Top 200...

Luego apareció la figura de Pablo Fuente, que alternó giras con el propio Gómez desde la pretemporada 2006, en una etapa en la que llegó el primer triunfo ATP en Viña del Mar y la única presentación en el ATP de Buenos Aires, con derrota ante Juan Carlos Ferrero. Por esos tiempos, empezaron a mejorar su drive: "Era una empuñadura media pasada, la usaba para preparar bastante el punto pero faltaba ese golpe que hay que tener para empezar a ganarle a los buenos", contaba quien luego fuera entrenador de Juan Ignacio Chela, entre otros.

Ya a la altura de Roland Garros 2006, pasó a ser pupilo de Eduardo Infantino con quien terminó esa temporada entre los 100 primeros del mundo (el más joven en ese lote) para luego meterse en el Top 40: "El cambio con el drive fue gradual, pero también trabajamos en el saque. Tiraba la pelota muy alta, empujaba poco con las piernas y no sacaba con la efectividad y la variedad que tendría que tener para su altura", explicaba quien ya había trabajado con Del Potro a sus 12 años y también lo hizo con Alberto Mancini, Gabriel Markus, Franco Davin, Franco Squillari, Mariano Zabaleta, Gastón Gaudio y David Nalbandian, entre otros.

El vínculo más exitoso a nivel profesional del tandilense llegó de la mano del propio Davin. Siete años duró el vínculo con el de Pehuajó ya que la alianza comenzó en febrero de 2008 y terminó en julio de 2015 (aunque no jugaba regularmente desde febrero de 2014, más allá de dos torneos esporádicos). "La derecha de Juan era mala". Sí. Davin también hizo foco en el drive. "Un tipo de esa contextura física yéndose para atrás no podía jugar. Se le abría la empuñadura y lo pagaba caro. Pero era tan inteligente que adaptó jugadas o estrategias en base a lo que tenía":

Con Davin, el mismo coach que guió a la gloria a Gastón Gaudio en Roland Garros 2004, llegaron sus primeros 18 títulos en el circuito, incluyendo el US Open 2009, su mayor éxito. A esa altura, el martillazo de Juan Martín ya era marca registrada.

Del Potro luego vivió etapas en las que no contó con entrenador. Como en 2016, cuando regresó al circuito en febrero y solo mantuvo algunas colaboraciones esporádicas. Uno fue el caso del venezolano Daniel Vallverdú (rival y compañero de giras COSAT en su etapa de junior) que lo asistió en Wimbledon 2016 y, más tarde, también en Queen's 2019.

Además, el tandilense contó con ayudas puntuales y hasta informales de Daniel Orsanic, principalmente antes de llegar a la función de Capitán de Copa Davis. "Haber podido ganarla es una alegría enorme, pero también es algo que un jugador de esa talla se saca de encima. Es como que lo libera. Quieras o no, más allá del deseo, son logros que se convierten en una carga para jugadores de ese nivel".

En distintos momentos, el venezolano Jimy Szymanski y Santiago Quirno también sirvieron de apoyo pero el último vínculo, se inició en el US Open 2017 con Sebastián Prieto, quien había hecho un buen recorrido con Diego Schwartzman y trabajaba con Guido Andreozzi en el momento en el que empezó a trabajar con el tandilense. "Me aporta un orden, una tranquilidad. Pensar en cada ejercicio del entrenamiento al final del día es un desgaste muy grande. Tiene experiencia y con él mi nivel aumentó", le decía el tandilense a ESPN al final de esa temporada.

Cómo volverá, cuándo volverá y quién estará a su lado son enigmas a resolver por parte de Juan Martín Del Potro que, está claro, supo de buenas alianzas.