Albert Pujols está jugando a la pelota como en sus mejores días, recordando épocas pasadas vividas junto a los Cardenales de San Luis, el equipo al que, en 11 temporadas, condujo a tres Series Mundiales, de las cuales, el primera base dominicano conserva dos anillos de campeón, además de haber sido elegido como el MVP en tres oportunidades y de intervenir en 9 Juegos de Estrellas.

En la presente campaña, su cuarta vistiendo los colores de los Angelinos de Los Angeles Angels, parece que va en la ruta perfecta, encarrilado para convertirla en la mejor del estelar pelotero desde su llegada al sur de California, para ponerse a las órdenes de Mike Scioscia, luego de firmar un convenio por 240 millones de dólares hasta la campaña de 2021.

Entre algunas de las explicaciones que se encuentran en este resurgimiento de un pelotero cuya carrera parecía venir en descenso, principalmente, debido a lesiones en su rodilla derecha, otra en la planta de su pié izquierdo y algunas otras que lo han venido aquejando en los últimos tiempos, se pueden encontrar las siguientes diez:

Adaptación: Pujols se encuentra ya en una zona de confort, aceptado por la afición de los Angelinos, adaptado al ritmo de vida del sur de California, muy diferente al de San Luis, Missouri, donde mantiene su residencia.

Misión: El estelar pelotero ha encontrado un lugar y ha entendido su misión dentro del equipo de don Arte Moreno, empezando por su nueva ubicación dentro del vestuario, en el centro del mismo, junto a su amigo Erick Aybar, para tratar de llevar la nave aureolada a una Serie Mundial.

Alianza: Mike Scioscia ha encontrado en Pujols a un aliado incondicional, para hacerle frente a ciertos sectores dentro de la propia organización que cuestionan sus métodos como manager del equipo.

Lealtad: Incluso, durante los momentos en que la relación entre Scioscia y el ahora exgerente del equipo, Jerry Dipoto, llegó a su momento de máxima tensión y se convirtió en una olla de vapor a punto de explotar, se asegura que Pujols se alineó con su manager y quienes vivieron de cerca los momentos previos al desenlace, con la renuncia de Dipoto, revelan que el factor Pujols obró a favor del veterano timonel que vive su décimosexta campaña al frente de los Angelinos.

Liderazgo: Los miembros del plantel de los Angelinos le guardan un gran respeto, por todo lo que ha logrado en su carrera, por salir a dar la cara por el equipo a pesar de sus achaques, otorgándole un liderazgo que al propio pelotero le cuesta aceptar, principalmente, porque no gusta de vanagloriarse por sus logros.

"Aquí en este equpo tenemos a 25 líderes," asegura el inicialista dominicano, al hablar sobre ese tema.

Dosificación: Ya en lo que se refiere específicamente al campo de juego, Mike Scioscia ha sabido llevar adecuadamente a Pujols, tomando en cuenta su condición física, sus 35 años de edad, sus dolencias, al dosificar su trabajo, alternándolo en la custodia de la primera almohadilla, en algunos juegos, pero ubicándolo también como bateador designado, en otros.

Pujolsmanía: Albert ha respondido a la perfección, pues en el mes de junio vivió un momento de plenitud, luego de sacar la pelota del parque en trece oportunidades, igualando una marca del equipo para la mayor cantidad de vuelacercas de un jugador angelino en un mes.

Histórico: Con su batazo de cuatro esquinas del pasado martes frente a los Yanquis de Nueva York, en el Estadio de Anaheim, Albert igualó a Mo Vaughn, quien se fue para la calle en 13 oportunidades en el mes de mayo de 2000, algo que también lograra Tim Salmon, pero en el mes de junio de 1996.

Producción: Durante el pasado mes, Pujols remolcó 26 carreras, bateando para promedio de .303, durante su comparecencia en 27 juegos, en los que realizó 114 visitas a la caja de bateo, recibiendo 13 pases de cortesía y ponchándose en ocho oportunidades.

Explicación: "El secreto es que he logrado mantenerme saludable. Entrené muy fuerte, durante el receso, antes del inicio de la temporada y durante los entrenamientos primaverales me mantuve entrenando también muy fuerte, para poder ayudar a esta organización a ganar," describió el veterano pelotero, en charla con ESPN Deportes.

Pujols había quedado marginado durante algunos juegos, al final del primer mes de la temporada, con algunas molestias musculares, pero no ha vuelto a resentirse y hasta el momento ha intervenido en 76 de los 79 duelos sostenidos por su equipo en lo que va de la temporada.

Su producción ha provocado que el propio Mike Scioscia se muestre admirado por el buen momento de su estelar inicialista.

"Considero que estamos viendo al mejor Albert que podemos tener, pues está logrando cosas que le vimos hacer, temporada tras temporada, mientras jugaba para los Cardenales," destacó Scioscia, quien considera que se debe a que Pujols ha encontrado un estado de confianza, de comodidad y de seguridad en su nueva casa de Anaheim.

Y si todo sigue como hasta ahora, no se descarta que Albert Pujols logre igualar aquella temporada de 2006 con San Luis, cuando se quedó a un solo vuelacercas de lograr los 50, en esa campaña en que también acarreó 137 carreras.

A ese Pujols que fue tres veces elegido como el MVP de la Liga Nacional, en 2005, 2008 y 2009. Al campeón bate en 2003, que integró el Equipo de Estrellas de la Liga Nacional en 9 ocasiones, a aquel que bateó para .308. el que promedió 40 cuadrangulares y 121 carreras producidas, a su paso por San Luis, es al Pujols que los Angelinos necesitan.

¿Estará listo para encabezar al equipo de Anaheim en la segunda mitad de la temporada 2015, en ruta hacia su primera Serie Mundial desde aquel ya lejano 2002?

"Me siento super bien," se limitó a decir Albert Pujols, como una velada promesa.

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GrizzliesJoe Murphy/NBAE/Getty ImagesEl entrenador de Memphis Grizzlies ha revolucionado el equipo.
David Joerger forma parte del club de entrenadores más jóvenes de la liga esta temporada. Con 40 años de edad, el coach de Memphis Grizzlies está a la par de los Derek Fisher (40), Jason Kidd (41), Jacque Vaughn (39) o Frank Vogel (41). Sin embargo, la suerte que está corriendo es muy diferente a la de algunos de estos bisoños valores de los banquillos.

Su equipo es actualmente el que mejor balance tiene en la liga (10-2). Líderes de la exigente Conferencia Oeste y comandados por un coach garante de un estilo de juego jovial y serio en ambos lados de la cancha (sobre todo en defensa), los Grizzlies han sido capaces de vencer a equipos de la talla de Sacramento Kings, Indiana Pacers, Oklahoma City Thunder, Nueva Orleans Hornets o Houston Rockets. Tan solo cayeron ante unos Milwaukee Bucks y Toronto Raptors en alza. El buen balance en la clasificación general de Memphis es cosa de una buena gestión de recursos e individuos que mejoran la colectividad de una manera rotunda.

En su segunda temporada al frente de los Grizzlies, Joerger ha sabido potenciar las virtudes de su equipo con una férrea defensa liderada por jugadores como Marc Gasol (18.0 ppj, 7.8 rpj 1.5 bloqueos) y Zach Randolph (16.6 ppj y 11.8 rpj). En la teoría no resulta extraño que con profesionales de esa categoría, el coach haya logrado dar con la clave defensiva.

En los 12 primeros encuentros, antes de medirse a Boston Celtics el viernes, Memphis es el segundo plantel que menos puntos permite por juego (91.8 ppj) y cuenta con un índice defensivo de 101.0 (quinto puesto). La solidez en la pintura, la velocidad en transición y la inteligencia de jugadores como Tony Allen (2.1 robos por juego), hacen de los Grizzlies un equipo a batir.

El coach ha logrado equilibrar un juego de prioridad defensiva con achaques ofensivos que sin ser brillantes han sido suficientes para que las victorias vayan cayendo como fichas de dominó. De mitad para abajo en puntos anotados (puesto 18 con 97.9 ppj) y asistencias (puesto 21 con 20.3 apj) Joerger inculca coherencia y saca partido de lo que mejor sabe hacer el equipo, tal y como demostró la temporada pasada, su primer año como al frente del equipo.

En aquella ocasión, alcanzó un balance de 50-32 (61.0 por ciento), empatado como el tercer mejor registro de la historia de la franquicia tras la campaña 2012/13 (56-26; 68.3 por ciento) y la 2011/12 del lockout (41-25; 62.1 por ciento).

Desde que lidera el cuerpo técnico de Memphis, Joerger está entre los coaches que mejor balance de victorias y derrotas tiene en su haber. Entre la campaña pasada y la presente, el entrenador acumula un balance de 60-34 (63.8 por ciento), unos números envidiables.

EXPERIENCIA PROBADA LEJOS DE LA NBA

Aunque su periplo en la NBA está comenzando (no hay que olvidar que también fue asistente de Memphis desde 2007 a 2013), Joerger ha brillado en las categorías previas a la máxima competición. Fue campeón de la D-League con Dakota Wizards (2006/07). Antes, logró un campeonato de la extinta IBA (International Basketball Assotiation en 2001) y tres en la también desaparecida CBA (Continental Basketball Assotiation en 2002, 2004 y 2005). En esta última competencia, el actual entrenador de Memphis logró dos galardones a Coach del Año y un récord de 66.5 por ciento de victorias.

Como punto de referencia del éxito de Joerger en las ligas menores, ha sido el coach que dio el salto a la NBA que ha logrado más campeonatos de esas competiciones. Doblega a Phil Jackson, Flip Saunders, George Karl y Eric Musselman en éxitos combinados.

Si hay algo que caracteriza a este líder precoz y todavía joven es la capacidad para enseñar a sus pupilos y hacerles crecer de manera significativa. Un ejemplo claro es que 18 de los jugadores que pasaron por sus filas desde 2003 a 2007 jugaron en la NBA. Casualidad o no, lo cierto es que Joerger está despuntando en este inicio de liga, una circunstancia que le coloca como uno de los coaches punteros del campeonato.

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DALLAS -- Para Aaron Rodgers este partido de Lunes por la Noche será más especial que de costumbre.

Será su partido número 100 como titular en la NFL desde que reemplazó a una de las leyendas más grandes en la posición de mariscal de campo y un ícono de los Green Bay Packers.

Los Packers enfrentarán este lunes a los Atlanta Falcons, en el cierre de la Fecha 14 de la NFL con Rodgers como el líder indiscutible del equipo y, para muchos, de toda la liga en cualquier posición.

"Cuando volteo hacia atrás, me doy cuenta de que me estoy volviendo viejo en esta liga", dijo Rodgers, quien el pasado martes cumplió 31 años de edad. "Ni siquiera me imaginé jugando 100 partidos en la NFL, menos como quarterback de una de las franquicias más legendarias de la liga".

"No crean que me emociona demasiado", bromeó. "Me voy a emocionar más cuando cumpla otros 100 (juegos)".

El liderazgo de Rodgers nunca ha estado en debate. Desde la Universidad de California, donde alguna vez se atrevió a decir que si no era la Universidad del Sur de California ningún otro equipo de la entonces Conferencia de los 10 del Pacífico era elegible para el campeonato nacional.

Hasta su controversial llegada a la NFL en un draft en el que se deslizó desde ser considerado candidato a la primera selección global hasta la número 24 para un equipo con entonces un quarterback establecido por completo como Favre.

Pero Rodgers siempre ha encontrado la manera de librar obstáculos. Pasó tres años aprendiendo de Favre y en su primera oportunidad atrás del centro mostró que estaba listo.

El 29 de noviembre de 2007, Rodgers tuvo su primera participación significativa de juego contra los Dallas Cowboys en el vetusto Texas Stadium, cuando en el tercer cuarto de un partido que parecía decidido por completo entró en reemplazo de un lastimado Favre y casi saca la victoria.

Ese día, los Packers se dieron cuenta de que Rodgers estaba listo para ser su nuevo líder. Dejaron ir a Favre antes de la campaña de 2008 y Rodgers fue promovido a la titularidad.

Desde entonces es uno de los quarterbacks con más logros en la NFL, que incluyen ya el campeonato que ganó en el Super Bowl XLV sobre los favoritos Pittsburgh Steelers y el nombramiento de Jugador Más Valioso de la liga.

En estadísticas individuales ha superado a Favre de calle y las colectivas son casi idénticas, algo que era poco probable cuando fue promovido al primer equipo si se considera que su antecesor es considerado calibre Salón de la Fama.

En sus primeros 100 partidos, Rodgers tiene 25 pases más de touchdown, 3 mil yardas más y 50 intercepciones menos que Favre.

Corey Linsley
Brad Barr/USA TODAY Sports

Favre tuvo marca de 68-32 en su primera centena de juegos; Rodgers comenzará el lunes con récord de 67-32.

Rodgers comenzará el partido de este lunes contra Atlanta con 219 pases de touchdown, más que ningún otro quarterback en sus primeros 100 partidos como titular, en los que sólo ha sido interceptado 54 veces, también la cifra más baja. Su diferencial entre pase de touchdown/intercepción es de 4 a 1, casi el doble que cualquier otro mariscal de campo en su primera centena de partidos titulares en la NFL.

Rodgers ha ganado todo en la NFL. Pero la fama entre compañeros y rivales va más allá de situaciones que se puedan cuantificar en números.

Es considerado uno de los mariscales de campo más inteligentes, capaz de anticipar cualquier movimiento de las defensivas rivales y de ejecutar con precisión gracias al estudio y preparación dentro y fuera del campo.

"Con el debido respeto para cualquier quarterback en la NFL, pero ahora mismo, él (Rodgers) está en un nivel mucho más alto que cualquier otro", dijo el jueves pasado Mike Smith, entrenador de los Falcons, a la prensa que cubre a los Packers.

"Si sólo ven sus estadísticas, notarán que son fenomenales", señaló el entrenador de los Falcons. "Pero cuando observas el video de sus juegos es más impresionante aún. Sabe perfectamente cómo atacar y qué harán las defensivas. Sabe extender las jugadas".

Cuando ganó el Super Bowl XLV en el estadio de los Cowboys, Rodgers lideró a un equipo titular desde la ronda de comodines, que sufrió lesiones clave en casi todas las posiciones, con una línea ofensiva y juego terrestre casi inexistentes.

"Aaron hace mejores a todos los que están a su alredor", dijo hace algunos días el receptor de los Packers Jordy Nelson. "Es capaz de competir casi por sí mismo y rara vez comete errores".

"Cuando suceden cosas negativas es porque el defensivo hizo grandes jugadas y no porque Aaron haya cometido errores".

Y cada año parece mejorar. Rodgers no ha sufrido una intercepción en su Lambeau Field desde hace dos años, la última fue el 2 de diciembre de 2012. En cambio, ha lanzado 361 pases incluyendo 31 de touchdown.

Su durabilidad tampoco está en duda. En sus primeras cinco temporadas como titular, de 2008 a 2012, sólo faltó por lesión a dos partidos. El año pasado sólo jugó nueve por lesión.

Pero este año regresó corregido y aumentado.

En 2014, Rodgers es el líder en índice de efectividad para un mariscal de campo con cifra récord a estas alturas de la temporada de 118.6 puntos, suma 3,225 yardas con 32 pases de touchdown y sólo tres intercepciones.

Rodgers bien puede ser considerado el mejor jugador en cualquier posición. Y el líder indiscutible de un equipo que comparte la mejor marca de la NFL al entrar a la Semana 14 de la campaña regular y que ya es considerado favorito para Super Bowl en la Conferencia Nacional, tras derrotar el domingo anterior a los New England Patriots.

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Con hielo en la mirada, Bruce Bochy observa desde el dugout los acontecimientos que se suceden en el terreno, mientras una tormenta de ideas en su cabeza busca adelantar la táctica del rival.

Cuando en el quinto inning del séptimo juego de la Serie Mundial sacó a lanzar de relevo al zurdo Madison Bumgarner, Bochy "les comió la mente" a los Reales de Kansas City y con esa movida magistral aseguró para los Gigantes de San Francisco su tercera corona en los últimos cinco años.

Nacido en un lugar tan ajeno al béisbol como Francia, Bochy está pavimentando a golpes de sabiduría su propio camino hacia el Salón de la Fama de Cooperstown.

En el 2010 le dio a los Gigantes su primer título desde que el equipo se mudó de Nueva York a San Francisco en 1958.

Dos años después consiguió su segundo banderín y completó la tripleta en el 2014, quizás el año en que más necesitó mover sus piezas con la maestría de un campeón de ajedrez.

Las lesiones son siempre golpes bajos en las aspiraciones de deportistas o equipos, que obligan a cambios drásticos en tácticas y estrategias.

Este año los Gigantes perdieron al boricua Angel Pagán, su patrullero central titular, al venezolano Marco Scutaro, proyectado para ser su segunda base de cada día y a Matt Cain, quien debía ser el hombre grande en la rotación de abridores.

Le tocó a Bochy barajar sus opciones para completar el largo calendario de 162 partidos y llegar a la postemporada, donde su estatura de estratega creció al nivel de la leyenda.

"Cuando pasan estas cosas hay que dejar de lado su propia agenda y hacer lo que es mejor para el equipo. Nuestra prioridad siempre es ganar y estos chicos han hecho un gran trabajo. Un montón de ellos han pasado por ahí todos los días y su papel ha cambiado. Todos quieren ser parte del juego, pero sólo hay nueve puestos de titulares. No es fácil aceptar eso, pero los que menos juegan también hacen un gran trabajo, siendo buenos compañeros de equipo y ayudando en lo que puedan", dijo en una reciente entrevista el manager que pasó 12 años dirigiendo a los Padres de San Diego y lleva ahora ocho con San Francisco.

"No sé si estoy dirigiendo de una manera diferente a como lo hacía antes. No creo que haya que armar tanto alboroto con eso. Simplemente se trata de poner a cada muchacho en el lugar y el momento correcto para tratar de ganar el juego".

¿No hay que armar tanto alboroto? Saber qué hacer en cada momento y lograr que la gran mayoría de las jugadas te salgan bien es algo reservado a muy pocos y Bochy es uno de esos bendecidos por los dioses del béisbol.

Si se miran a profundidad las plantillas con las que ganó las Series Mundiales del 2010, 2012 y 2014, no hay muchas estrellas superlativas, de esas que uno sabe de antemano que cinco años después de acabar sus carreras terminarán con una placa en Cooperstown.

Pero Bochy supo sacarle siempre el máximo provecho a cada jugador, más allá de sus nombres. Y por eso ganó.

"Cuando a usted le entregan un club, siempre tiene la esperanza de poder mantener a la gente unida, de lograr buena química. Pero eso no es algo que simplemente sucede. Usted tiene que trabajar en ello todos los días. No es fácil".

Claro que no lo es. Pero ahí entran las otras funciones del manager, más allá de ordenar un toque de bola de sacrificio, un robo de base o un boleto intencional.

Hay que ser un poco padre, psicólogo, maestro, líder, para aunar a un grupo de disímiles caracteres en pos de un solo objetivo.

Sólo cinco managers en la historia han ganado más de las tres Series Mundiales que hoy exhibe el mentor de los Gigantes de San Francisco.

Joe McCarthy y Casey Stengel, ambos con siete, Connie Mack con cinco y Walter Alston y Joe Torre, con cuatro cada uno, ya están inmortalizados en Coopertown.

Con sus tres títulos en clásicos de otoño, Bochy empata en el sexto lugar de todos los tiempos con Sparky Anderson, Miller Huggins, Tony LaRussa y John McGraw.

Y todos ellos también están en el Templo de los Inmortales, esperando a Bochy con los brazos abiertos.

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Siempre se espera que cuando un futbolista va a salir de Latinoamérica para enrolarse en el futbol de Europa, en particular de Italia, sea porque es un prometedor chaval que va a probarse contra lo mejor del mundo.

Pero Rafael Márquez Álvarez se convertirá en apenas el segundo mexicano que milita en la Serie A de Italia y lo hará a sus 35 años. Todo un hito.

El llamado 'Kaiser de Michoacán' dio la nota. Tuvo un Mundial 2014 realmente brillante, donde a pesar de que todos temíamos que su veteranía sería sinónimo de lentitud y que su carácter sería equivalente para perdición del Tri, Rafa fue el más ubicado con la rapidez que da el pensar mejor que el rival, para llegar primero no por tener piernas más frescas, sino por poseer un cerebro futbolístico que va dos jugadas antes de su rival al otro lado del tablero de ajedrez verde del balompié.

Su carácter fue liderazgo y ejemplo, no violencia y frustración, sus gritos en el vestidor y la prestancia desde la central dieron coherencia al grupo que desde fuera dirigía Miguel Herrera.

El llamado y posterior contrato con el Hellas Verona no es un homenaje, el equipo de la ciudad de Romeo y Julieta lo que quiere es un jefe en la retaguardia, una respuesta, porque no están para hacer reconocimientos sino para tener jugadores de primer nivel.

Para Márquez será su cuarto equipo fuera de México luego de pasar por el Mónaco (1999-2003), Barcelona (2003-10), New York Red Bulls (2010-12) y empezará su temporada número 15 en el extranjero para igualar, y si cumple con los tres años de contrato, superar a Hugo Sánchez como el azteca con más camino recorrido en ligas foráneas.

El Pentapichichi estuvo 15 años fuera del territorio mexicano entre sus incursiones en España, Estados Unidos y Suiza.

Como ya lo dijo Rafael Ramos en su columna, quien diga que esperaba que Márquez volviera a Europa, miente.

Márquez parecía hace dos años un jugador en retiro que se negaba a dejar las canchas. Incluso su llegada al León fue en principio triste con un vestidor descontrolado que no logró entrar a Libertadores.

Pero paso a paso se integró y con La Fiera consiguió títulos y el llamado de vuelta a la selección, de la que había dicho en 2010 que se retiraba, más en un arranque de ira por la segunda eliminación a manos de Argentina, que por no sentirse capaz.

Aunque dejó claro que no estaba acabado y que podía seguir con el León, el estar en México parecía una antesala a la conclusión de su carrera iniciada en el Atlas en 1996.

Pero la oferta del Verona, cuando todo mundo veía a Fabián, Vázquez, Layún o Aguilar en Europa y no al 'viejo' Márquez, nos recordó que este hombre es un crack de alcances universales con o sin edad.

Márquez es por derecho propio, el futbolista mexicano más importante de todos los tiempos sólo debajo de Hugo Sánchez, cuyo talento aún no tiene paralelo. Lo es porque ha jugado cuatro mundiales, porque fue el central de un buen Mónaco, de un soberbio Barcelona y de un enorme León, y es muy probable que acabe su carrera como un referente para el Hellas Verona.

El nativo de Zamora se va con un bicampeonato de Liga bajo el brazo y nada que probar, va porque quieren en Italia que les enseñe su clase y fuerza, sus trazos de 40 metros y esos cabezazos como el que anotó a Croacia en Brasil 2014.

Pocos, muy pocos en México o cualquier otra parte del mundo pueden presumir que fueron contratados por el futbol italiano por primera vez a los 35 años (de hecho en México el único antecedente de un azteca en la Serie A es Miguel Layún con un lapso más anecdótico que brillante por el Atalanta, donde jugó sólo dos partidos).

Dicen en México que "viejos son los cerros y aun así reverdecen", Rafa Márquez nos enseña que le queda mucho verde en el campo, en la vida y el futbol.

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Hay entrenadores que llegan al éxito casi inmediatamente, que se retiran como jugadores y son tocados por la varita mágica donde sea que vayan. Joachim Löw nunca fue uno de ellos, pero en vez de dejar que la adversidad lo limite, el técnico alemán la superó de tal manera que llevó a su país a la cima del fútbol mundial este año por primera vez desde 1990.

La historia de Löw es una de sacrificio y de amor por lo que le presenta la vida, ya sea su esposa Daniela desde hace 28 años o su merecida continuidad al frente del conjunto teutón hasta la Eurocopa 2016.

La relación entre ¨Jogi¨ y la selección alemana se originó hace ya una década: en el 2004, cuando Jurgen Klinsmann eligió a un compatriota ignoto proveniente del fútbol austríaco para que formase parte de su cuerpo técnico como asistente.

Klinsmann y Löw serán amigos hoy en día, pero en ese entonces lo que Klinsmann veía era la gran capacidad de un profesional irreprochable.

A partir de allí, Löw fue una pieza vital de la selección que llegó a las semifinales del Mundial 2006. Es más, varios creían y todavía creen que el verdadero estratega de ese equipo era él y no Klinsmann, así que su nombramiento como sucesor de Klinsmann al frente del equipo después de aquella Copa del Mundo no fue ninguna sorpresa.

A Löw jamás le regalaron nada, y eso resuena con sus jugadores como algo genuino que los motiva a dar lo mejor de sí mismos en cada práctica y en cada partido, ya sea un amistoso o la final del Mundial. El esfuerzo alemán es constante porque es el fiel reflejo de la esencia de su entrenador.

Ese tipo de ética de trabajo es la que le ha permitido a Alemania ser subcampeona de la Eurocopa 2008, semifinalista del Mundial 2010 y la Eurocopa 2012 y campeona del Mundial 2014. Eso no es casualidad, es constancia.

Sus 20 años de experiencia como entrenador también han convertido a Löw en todo un motivador que aprieta los botones correctos en el momento preciso.

Allí estaba Mario Götze, un pibe de 22 años, a punto de ingresar a jugar la final del Mundial al minuto 88 en lugar de una leyenda como Miroslav Klose con el partido empatado 0-0. Imagínense las cosas que le debían haber estado pasando por la cabeza en ese momento.

Así que en ese momento se le acerca Löw, le pone la mano en el hombro y le dice ¨ve a demostrarle al mundo que eres mejor que Lionel Messi¨. ¿Cómo no salir a llevarse al mundo por delante cuando tu técnico te tiene ese tipo de fe? Ah, por cierto, Götze metió un golazo, el gol de la consagración, al minuto 113.

Löw debutó como jugador en la segunda división de la liga alemana y llegó a la primera división de la Bundesliga a base de trabajar más duro que todos. Su trayectoria no fue lujosa ni gloriosa, siete clubes en 17 años, pero ese esfuerzo ayudó a moldearlo como técnico.

Su carrera lo llevó a arrancar como entrenador juvenil en Suiza con el Winterhur en 1994 antes de asumir en la Primera del Frauenfeld, un equipo de ese país en el que se había retirado como jugador ese mismo año.

A partir de allí Löw fue un trotamundos de su profesión, la cual le regalaba oportunidades grandes como dirigir al Stuttgart de Alemania tras ser ayudante entre 1996 y 1998 y luego lo ponía a prueba dirigiendo en ligas de tercer orden como la austriaca entre el 2001 y el 2004 antes de ser rescatado por Klinsmann .

Löw no es el tipo de técnico que busca ser el centro de atención, siempre mide sus palabras y nunca deja que se le escape un dato. Es por eso que él utilizó su propia arma secreta llamada ¨Match Insights¨, una herramienta que ningún entrenador de las otras 31 selecciones poseía.

¨Match Insights¨ le proveía hasta 60 millones de datos por partido tanto sobre sus propios jugadores como de sus rivales con sensores en la pelota y cámaras en la cancha.

De eso se trata para Löw, nada es casualidad, todo tiene una causa y una solución. No hay un elixir secreto para el éxito, y su forma de trabajar le garantiza a la Federación Alemana que su núcleo joven de jugadores no se dormirá en los laureles de lo logrado en Brasil, porque su entrenador será el principal interesado en ir por más en Francia durante la Eurocopa 2016.

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José Altuve no es una figura impresionante -- hasta que se pone su uniforme de los Houston Astros.

"Quizás mide 5 pies con 6 pulgadas, pero juega como si midiera 6-5", dijo recientemente su compañero de equipo George Springer a la televisora KHOU. "El tipo es increíble. Cuando está en la caja de bateo, todo el mundo en el estadio sabe que va a conectar un hit. Y lo hace. Cuando llega a primera base, todo el mundo sabe que se va a robar la segunda, y lo hace. Él es lo que mueve a los Astros".

Ese dinamismo y pasión por el béisbol es lo que ha convertido a Altuve en el líder de los Astros dentro y fuera del campo de acción.

"Para nosotros él (Altuve) es una inspiración. Su ejemplo hace que este sea un mejor equipo", añadió Springer, quien tratando de emular a Altuve también está en medio de su mejor temporada como profesional, liderando a los Astros en cuadrangulares y carreras impulsadas.

Entrando a la acción del jueves, el venezolano de apenas 24 años lidera la Liga Americana con un promedio de .341, está segundo en dobles con 26, lidera la liga en bases robadas con 41 y estableció una marca para la franquicia en hits en la primera mitad de la temporada con 126. Quizás sea por coincidencia, pero el récord que Altuve quebró estaba antes en manos de otro jugador que desafió todos los pronósticos para convertirse en un éxito en Houston: Craig Biggio.

Encaminados en un proceso de reconstrucción, los Astros han visto en Altuve su futuro, razón por la cual lo premiaron con una extensión de contrato por cuatro años en el 2013 por $12.5 millones anuales con opciones del club para un quinto y sexto año. Firmado como agente libre a los 16 años por apenas $15,000, Altuve batalló en las ligas menores por cuatro años y mientras muchos pensaban que su diminuto cuerpo era una desventaja, su bate demostró que tenía el calibre para llegar hasta las mayores.

A pesar de que nunca fue un bateador de poder, si era un bateador de contacto, amasando un promedio de .327 en cinco temporadas entre la Clase a y Doble A y logrando una nominación al Juego de Futuras Estrellas en el 2011. Y fue precisamente dos semanas después de ese partido que Altuve finalmente logró llegar a las mayores, haciendo su debut con los Astros el 19 de julio de 2011.

"José se ha convertido rápidamente en la cara de esta franquicia y estamos sumamente contentos de poder tenerlo aquí por muchos años más", dijo el gerente general Jeff Luhnow en un comunicado de prensa hace un año. "Él nos provee liderato dentro y fuera del diamante y se ha convertido en una parte integral de la comunidad en los últimos años".

Y no solamente son los miembros de los Astros los que han visto la grandeza de Altuve, quien es el jugador de menor estatura que ha militado en las Grandes Ligas desde que Freddy Patek jugó con los Kansas City Royals hace más de tres décadas.

"No hay duda alguna de que él es un Todos Estrellas", dijo el segunda base de los Seattle Mariners, Robinson Canó, quien ha compartido con Altuve no solo en las mayores, sino también en la pelota invernal, en donde Altuve milita con los Navegantes del Magallanes en Venezuela, y en la Serie del Caribe. "Me encanta como juega. Es divertido verlo jugar".

Ahora en su cuarta temporada en las mayores, Altuve tiene un promedio de por vida de .296 con 116 bases robadas y 531 hits en 1,793 turnos, números muy similares a los que obtuvo el ahora miembro del Salón de la Fama, Roberto Alomar. Altuve culminó el mes de junio promediando .435, logrando ser homenajeado con el Jugador del Mes de la Liga Americana.

Altuve también fue la bujía detrás de la racha de siete victorias consecutivas que los Astros amasaron a finales de mayo, siendo esta su racha de éxitos más larga de las últimas cuatro temporadas.

"No me gusta hablar de mí mismo", dijo Altuve en una entrevista reciente. "Pero me alegra tener el apoyo. Prefiero hablar sobre el equipo, porque pienso que estamos cerca de convertirnos en el equipo que todo el mundo quiere ver".

En estos momentos, los Astros están lejos de ser un equipo contendor, pero con Altuve a bordo, será parte integral del equipo del futuro.

Era un salvavidas, un bombero, una solución desesperada cuando México tenía una última esperanza de clasificar al Mundial de Brasil 2014, luego de una desastrosa eliminatoria.

Así llegó Miguel Herrera. Evitó el naufragio, apagó el fuego y metió al Tri a la Copa del Mundo. Desde su nombramiento, el 13 de octubre de 2013, el famoso 'Piojo' ha impregnado su temperamento y estilo en un grupo de jugadores que parecían despojados del alma y las ganas, que indolentes daban la impresión de estar castigados en el Tri.

Para empezar, este mexicano de 45 años, limpió la casa de "aburridos" y se quedó con puros futbolistas de la liga local para enfrentar a Nueva Zelanda, básicamente del América y el León.

La fórmula funcionó pero parecía arriesgada para jugar un Mundial, así hizo una convocatoria final 15 días antes del arranque de la Copa, donde amalgamó a los "europeos" con los locales.

Sólo Herrera sabía que funcionarían, era un grupo donde no había titulares, no había un XI inicial y ni siquiera un portero fijo. Todo lo que había eran dudas, pero esas estaban afuera no en la cabeza de Miguel.

¿Cómo armas y unificas un grupo en 15 días de cara al torneo más importante del mundo? Pues sólo 'El Piojo' pudo hacerlo.

Su secreto es, por principio, ser honesto con el grupo, frontal y abierto con la prensa y trabajador en sus principios futbolísticos. No se salió de su librito y puso a los que, finalmente, mejor lo ejecutaban.

Con Herrera no hay secretos ni medias tintas. Revela sus alineaciones días antes de los partidos, ventila los pros y los contras de cada jugador y responde cada llamada telefónica de cada medio que lo solicite en cualquier lugar, una especie de "Glasnost" o Transparencia, "la Piojostroika", podría llamarse.

Los resultados y, sobre todo la forma de jugar, han sido existosos. Tiene un equipo que cada vez es más como él y que le cree. Porque más allá de su futbol ofensivo, su proponer los partidos y saber transmitir a los jugadores sus conceptos, Herrera confía en su gente, se muere en la raya por ellos y logra que los suplentes estén en sintonía con el objetivo.

Ahora todos hablan de Herrera en el mundo, ¿y cómo no? Si México parecía destinado a regresar rápido de Brasil y ahora ya está en la historia de la Copa 2014 como uno de sus grandes animadores, pero también hablan del 'Piojo' como un 'showman', un revolucionario de su trabajo, porque vive, siente y explota en los partidos como ningún otro director técnico de las 32 selecciones que clasificaron.

Las imágenes de su rostro desfigurado de emoción y sus ademanes de festejo son la representación más auténtica de júbilo deportivo que haya visto la prensa internacional en muchos años en un banquillo.

Adjetivos los hay a montones para describir a este hombrecillo de baja estatura, cabello lacio y traje gris que todos ven ahora como un ser casi adorable, pero en realidad en ese corpacho hay un carácter impulsivo, emotivo que muchas veces lo ha metido en problemas.

Precisamente por eso, se dudaba del liderazgo que pudiera ejercer en la Selección mexicana, porque cuando 'El Piojo' explota nadie lo detiene: ofende, grita, increpa, discute y cuando era jugador llegaba hasta las manos con jugadores, aficionados o quien estuviera enfrente.

Lo fascinante del asunto fue que esa imagen de bravucón y pendenciero, se convirtió en la de la figura protectora del equipo, quien les dijo "yo creo en ustedes y los defenderé a muerte", y esa vehemencia, acompañada por un sistema táctico sólido ha causado una unidad inédita en el equipo tricolor, que se ve reflejada cuando sus muchachos corren a abrazarlo para gritar un gol.

Así, Miguel es carismático, pero analítico; estrambótico, explosivo, inaudito, fantástico, insólito, mas cabal; efusivo, expresivo, pero auténtico; cariñoso, elocuente, pero espontáneo; franco, verdadero, pero un peleador nato que parecía un sujeto caótico que terminó siendo épico.

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ORLANDO -- Entre los líderes, los hay que nacieron con esas cualidades y otros que se forjaron a base de trabajo duro y grandes sacrificios. Nelson Cruz pertenece a la segunda categoría.

El jardinero dominicano de los Orioles de Baltimore comienza el segundo fin de semana de junio encabezando las Grandes Ligas en jonrones y carreras impulsadas y metido en el pequeño grupo de genuinos aspirantes al galardón de Jugador Más Valioso del joven circuito.

Cruz lidera a los Orioles en jonrones (21), impulsadas (55), anotadas (43), bases totales (148), OBP (.372), slugging (.624) y OPS (.996) y WAR (2.6). Es segundo en bateo (.300) a solamente dos puntos de Nick Markakis y en juegos jugados (63), uno menos que Markakis y Adam Jones.

Contratado inicialmente para ser el bateador designado de tiempo completo en la alineación de Buck Showalter, Cruz ha jugado 36 partidos en los jardines, una contribución que no esperaba Baltimore, que con marca de 33-31 está en segundo lugar en la División Este y a medio juego de un puesto Wild Card de la Liga Americana.

El liderazgo de Cruz en su nuevo equipo no es producto de la casualidad, sino el resultado de los inconvenientes que rodearon su firma para el 2014 y la resolución del jugador de 33 años de no ser uno más de la manada, sino el cabecilla, para restablecer su valor en el mercado.

A diferencia de los venezolanos Miguel Cabrera y Víctor Martínez, de Detroit; los dominicanos José Bautista y Edwin Encarnación, de Toronto; el cubano José Abréu, de los Medias Blancas de Chicago, o los norteamericanos Mike Trout, de Anaheim, y Brandon Moss, de Oakland, entre los favoritos iniciales al MVP, Cruz no tenía un trabajo cuando arrancaron los entrenamientos primaverales a mediado de febrero. Y no necesariamente por falta de talento.

Después de conectar 27 jonrones y empujar 76 carreras en 110 juegos con los Rangers de Texas la temporada pasada-- cuando perdió 50 partidos, suspendido por su participación en el escándalo Biogénesis--, Cruz estaba proyectado para ser uno de los agentes libres más buscados del invierno, algo que no ocurrió.

Además del estigma negativo que conlleva una sanción por violar el reglamento antidopaje, Cruz fue uno de los 13 peloteros agentes libres que recibieron la oferta calificada, lo que obligaba al conjunto que lo firmara a ceder su mejor selección del draft colegial a los Rangers.

En lugar de firmar un contrato de al menos cinco temporadas y alrededor de $15 millones anuales, como dicta el mercado actual para jugadores de su calibre, Cruz, quien ha pegado 178 jonrones en su carrera, fue forzado a aceptar una oferta de $8 millones por un año con los Orioles el 24 de febrero o cuatro días antes del primer partido de Baltimore en la Liga de La Toronja.

Cuando falta exactamente un mes para el Juego de Estrellas del 2014, Cruz luce ser una fácil elección para liderar a los Orioles en el Target Field de Minnesota.

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