LOS ÁNGELES -- Dos urgencias y una sola pócima curativa. Así el entorno de la Final de la Concachampions entre América y Monterrey.

El Nido ya necesita un trofeo. La vigilia prolongada lo amenaza de inanición. Santiago Solari es el campeón aritmético del 2021. Las estadísticas revolotean festivas, pero sin títulos, todo queda en anécdotas. Las cifras levantan respeto, pero no trofeos ni prestigio.

Rayados, en tanto, vuela y se arrastra, y vuelve a volar y vuelve a arrastrarse. Son los coleópteros del torneo mexicano. Escarabajos indescifrables: a veces fascinan, a veces aterran. Y vivir de las gestas de 2019, mientras dilapida fortunas en refuerzos, no agrada en Monterrey.

Por eso, como una cataplasma curativa para ambas --y tan distintas-- urgencias, la Final de la Concachampions se materializa, oportuna, para ambos equipos, que en la Liga marchan de manera casi polarizada: América es el señor feudal (34 puntos), y Rayados repta entre la desgracia del Repechaje y una Liguilla directa con 20 unidades.

Hasta entre las formas de los entrenadores de ambos equipos hay marcadas diferencias. El Indiecito Solari eligió una ruta poco obsequiosa con el espectáculo, pero generosa con los objetivos: juega feo, aburrido, pero desarrolla de manera casi perfecta su forma de, ojo, maquilar puntos, porque esa es la descripción perfecta del América: maquila puntos.

Javier Aguirre aún oscila entre la ilusión y el desorden. De manera consecutiva, golea en semifinales de la Concachampions a Cruz Azul (4-1), humilla a Tigres (2-0), exorciza a los Diablos de Cristante (2-0), y le tunde a Santos en su casa (1-2). Y todo esto lo hace con un futbol preciosista. Medio Monterrey, preparaba el carnaval.

Sin embargo, luego, tropieza cuatro veces y ante rivales en desgracia, y lo hace ridículamente, apenas marcando dos goles en esos cuatro partidos. Sucumbe goleado ante Juárez (3-1), León (0-1), Querétaro (1-0), y Necaxa (0-1). Y apagaron las luminarias en Monterrey.

Y claro, al inicio de 2021, se esperaba muchísimo más de Javier Aguirre y muchísimo menos del Indiecito Solari.

Al final, ese es otro ingrediente que embellece de morbo esta Final de la Concachampions este jueves: los perfiles de ambos entrenadores. Santiago Solari (45 años) y Javier Aguirre (cumple 63 el primero de diciembre) llegan con hojas de vida muy diferentes, pero que poco sirven en el juego de cartas marcadas que es la Liga Mx.

Ambos tipos culturizados, inteligentes, astutos, con personalidad imponente ante el jugador, alimentados con cuchara de plata, y con un amarre más –poco presumible--, en su pasado, los dos deambularon con más pena que gloria por el Atlante.

Solari tiene un único prendedor de mérito en su escaparate: haber ganado un Mundial de Clubes con un Real Madrid, que con él, sin él, y a pesar de él, lo habría conseguido. Después, a la deriva, hasta que saltó la oportunidad con el América. Y sus números son concluyentes: oro puro, que, sin embargo, debe alcanzar para manufacturar un trofeo, o serán páginas muertas.

Javier Aguirre se atrevió en Europa. Regresó al Osasuna y al Atlético de Madrid a torneos europeos. Poco disfrutó con Zaragoza, Espanyol, y el paso por Leganés tuvo pasajes altamente emocionales, pero igual, el equipo descendió, en un ajusticiamiento arbitral ante el Real Madrid.

Además, su peregrinaje lo llevó a levantar dos veces de la plancha de autopsias a la Selección Mexicana, y llevarla a los Mundiales de Corea del Sur/Japón 2002 y a Sudáfrica 2010. En su recorrido con selecciones nacionales, no trascendió ni con Japón ni con Egipto.

Evidentemente, El Indiecito ha rebasado a El Vasco en el coliseo común de la Liga Mx, aunque evidentemente Solari envidia un recorrido como el de Aguirre.

La realidad es que el técnico argentino eligió una forma pragmática de jugar al futbol, y ha logrado un elevadísimo compromiso de sus jugadores. El técnico mexicano aún balbucea o al menos su equipo aún balbucea en lo que finalmente quiere hacer en la cancha.

Curioso que Aguirre, que hace de la palabra y su facilidad para el arrumaco con los jugadores, dos argumentos poderosos, no haya logrado aún esa química explosiva para garantizar la entrega y el compromiso de sus jugadores. A veces parecen hastiados, abotagados, vencidos.

Por otro lado, sin duda, ambos equipos han sido afectados por la Fecha FIFA, pero cada uno ha reaccionado de manera distinta. Evidentemente, Santiago Solari ha sido más inteligente o más cauteloso o más astuto, o todo lo anterior.

La forma de juego del América, le permite una exigencia menos desgastante físicamente a los futbolistas, y de esta manera controla los trámites, con extrema paciencia. Prueba de ello es que ha conseguido triunfos con el reloj ya desangrado: ante Santos, Sebastián Córdova anota al ’87; ante San Luis, Roger Martínez al ’97, y ante Pumas, Mauro Lainez marca al ’98.

Monterrey ha tenido un Apertura 2021 accidentado. Siete jugadores cedidos a selecciones nacionales, más una larga estela de jugadores lesionados, hasta totalizar eventualmente 10 ausencias de jugadores que tentativamente son titulares.

Javier Aguirre hizo una limpia al inicio del torneo. Y después rescató a futbolistas que parecían perdidos: Ponchito González, Maximiliano Meza, Celso Ortiz e incluso a Matías Kraneviter. Por otro lado, apenas empieza a rehabilitar a Erick Aguirre, y a recuperar la mejor versión de Charly Rodríguez, sin alcanzar aún el nivel pleno con Joel Campbell, y Vincent Janssen aún manifiesta secuelas de su lesión.

Para esta Final de Concachampions, ambos equipos agregan misterio. América especula con la disponibilidad de Pedro Aquino, además de un velo de suspenso con Emanuel Aguilera, Bruno Valdez, Sebastián Cáceres y Jorge Sánchez, más allá de que Miguel Layún no puede jugar esta Final, por haber iniciado el torneo precisamente con Rayados.

Por Rayados, Janssen sigue con la resaca de una pubalgia, pero al igual que los lastimados Duván Vergara y Héctor Moreno, Javier Aguirre encendió veladoras para tenerlos disponibles. En la práctica del miércoles, se insinuó esta alineación: Esteban Andrada; Stefan Medina, César Montes, Sebastián Vegas y Erick Aguirre; Carlos Rodríguez, Celso Ortiz y Arturo González; Maxi Meza, Rogelio Funes Mori y Jesús Gallardo.

Y si quiere enriquecerse el perímetro emocional y morboso de esta Final de Concachampions, agregue esa ansiedad de los equipos de Monterrey por ser tomados en cuenta para ese olimpo, falso, farsante, embustero, de la supuesta grandeza de clubes en el futbol mexicano. Vencer al América, le permitiría de nuevo atisbar las narices en un entorno prohibido.

Y claro, el América se pavonea, desafiante, insoportable, con ese bellísimo tocado que despierta ira y envidia, al proclamarse bajo el insulto del #ÓdiameMás.

¿Y quiere entrar al mundillo lúgubre del fanatismo? Bueno, medio Monterrey, es decir, la afición de Tigres, que normalmente es antiamericanista, este jueves por la noche, se vuelve americanista.

¿Otra más? Cierto sector de entrenadores mexicanos, estará apostando por “Javier Aguirre Onaindia Arraskaeta Landeta Goyado Alberdi Uriarte Garechana y Lanetarzúa”, y no por un amor desmesurado hacia él, sino porque la coronación de un técnico bisoño en la Liga Mx, como Solari, la sentirían ellos como una bofetada a su rancio nacionalismo.

Como puede verse, El Vasco y El Indiecito tiene un botín mayor que ser campeones de la región más turbia del mundo futbolero, sí, ese el de la Concacaf.

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América aseguró su lugar en la 'Fiesta Grande' del futbol mexicano

LOS ÁNGELES -- Al arranque de 2021 era uno de los planteles menos cotizados y menos cotizables del futbol mexicano. Aquello de “Millonetas” quedó en anécdota. Y sin embargo, el América es líder absoluto del Torneo Apertura 2021, y es el único clasificado directo a la Liguilla.

América es el equipo “pobretón” que enriquece a la Liga Mx. Un plantel armado a retazos, como traje de indigente. Pero, al final, se reporta al baile de la Fiesta Grande, de frac. La percha, ayuda.

Es irrefutable, hoy el plantel de El Nido tiene más valor que precio en su hábitat de la Liga Mx. Al arranque de 2021, su nómina de jugadores estaba en cotizaciones, debajo de Monterrey, Tigres, Cruz Azul, Chivas y León. Diez meses después, insisto, los otros cinco tienen mayor precio, pero América tiene más valor.

Las páginas especializadas en salarios de jugadores y valor del futbolista, además de los medios en México con cobertura cercana a Coapa, coinciden poco en sus cifras. Sólo hay unanimidad en torno a los 4 millones de dólares que por año recibe Guillermo Ochoa.

El resto, oscila dramáticamente. Bruno Valdez y Roger Martínez aparecen entre los dos y tres millones de dólares por año. Con Pedro Aquino y Emanuel Aguilera cerca de ellos, pero el resto, cobra muy por debajo de esas cantidades.

Las cifras que pueden indagarse en portales como, por ejemplo, Salary Sports, Sports Intelligence y Statista, oscilan de manera dramática, y es más complicado aún cuando se sabe que se consigna una cantidad en el contrato registrado ante la Federación Mexicana de Futbol, otra más ante el equipo, otra diferente ante el contador del jugador, y aún otra distinta ante las autoridades hacendarias.

El contraste entre un equipo de poco estruendo financiero, pero de sólido impacto deportivo, marca esta época del América, especialmente cuando hubo años, con nóminas imponentes, de jugadores envidiables, capaces de seducir a cualquiera.

En América se armaron trabucos, como el de Leo Beenhakker, o equipos con el Piojo López, Iván Zamorano, Cuauhtémoc Blanco, Pável Pardo, y después se agregarían Salvador Cabañas, Chucho Benítez, Aquivaldo Mosquera, sin desmerecer ante planteles como en la época de Alfredo Tena, Javier Aguirre, Enrique Borja, Alberto de la Torre, Carlos Reinoso, Roberto Hodge, Pata Bendita Castro o Héctor Miguel Zelada.

Recientemente, América colocó en Europa a Raúl Jiménez, Edson Álvarez y Diego Lainez, y a los argentinos Guido Rodríguez y Agustín Marchesín, pero en la actual plantilla no hay futbolistas de ese nivel. El más cercano en proyección es Sebastián Córdova.

Al arquitecto en turno, le dieron barro en lugar de arcilla, para construir un imperio. Santiago ‘El Indiecito’ Solari heredó las ruinas tras la abrupta salida de Miguel Herrera. En su primer atisbo al plantel, la reflexión del entrenador argentino debió ser de desconsuelo.

Para su fortuna, el ‘Piojo’ Herrera había adelantado las llegadas de Pedro Aquino y Mauro Lainez, pero ‘El Indiecito’ sólo pudo sumar de inmediato a Álvaro Fidalgo, llegando de la banca de la Segunda División de España.

Y era un equipo que se había desplomado en la anémica bolsa de valores del futbol mexicano. Roger Martínez estaba en rebeldía; Renato Ibarra era carne envenenada; Nico Benedetti seguía en su año sabático por lesiones; Nico Castillo estaba desahuciado, y Andrés Ibargüen era una moneda al aire.

Además, Federico Viñas entró en una baja de juego, y el otro llegado del Real Madrid, el paraguayo Sergio Díaz, terminó como agente libre, sin equipo, y en espera de una oportunidad en 2022, sin recuperarse mentalmente de la lesión de ligamentos cruzados que sufrió en Deportivo Lugo a los 19 años. ¿Leo Suárez? Entre lesiones e inconsistencias. Sólo Richard Sánchez aparecía como caballito de batalla fijo.

Paul Aguilar dejaba un hueco en defensa por derecha, mientras Henry Martín apenas había logrado consolidarse con Miguel Herrera en el cierre de 2020, pero volvió a los altibajos. Jorge Sánchez sigue siendo una incógnita. Bruno Valdez y Emanuel Aguilera, entre lesiones y tardes magras, ya empezaban a despertar inquietudes.

Como puede verse, un plantel poco apetitoso, además denigrado por sus propios jugadores, cuando apareció un video en mayo --ya con un semestre de gestión de Solari--, digno de un sitio para adultos, en el que saltan como protagonistas Nico Benedetti y Roger Martínez, y como testigos ociosos, Richard Sánchez y Leo Suárez.

¿Quién podría querer para el Clausura 2021 o para este Apertura 2021, a semejante caterva de jugadores sin un aparente futuro?

Queda claro, el América “pobretón” enriquece la Liga Mx. Y tal vez sea una de las versiones más “pobretonas” en calidad, renombre y poder mediático en la historia del equipo.

Para este torneo, llegaron como refuerzos, jugadores que crisparon los nervios de su afición. Ansiosa de una bomba mediática, se indigna con los arribos de Miguel Layún, Salvador Reyes, Fernando Madrigal y Mario Osuna. Y todos llegan como le gusta a la nueva política financiera de El Nido: tres pesos más baratos que gratis.

Sin embargo, Layún ha tomado un segundo aire, especialmente en recientes juegos, mientras Salvador Reyes, en su posición natural, como lateral por izquierda, es el mejor de la Liga Mx. Madrigal y Osuna no desentonan, por el armado y la estrategia del equipo: muy compacto, de mucha marca, poco desgaste, con solidez funcional, a pesar de que en el fondo, por el centro, a veces las goteras se convierten en desagües.

Solari no se equivocó al elegir la forma de juego del América, cierto, aburrida, hosca, sosa, casi repugnante, cuando se busca espectáculo. Pero, el equipo fue sublíder en su primer año, y sólo quedó debajo de Cruz Azul, por la generosidad de su dueño, Emilio Azcárraga Jean, al donarle tres puntos a su más atento servidor, Alejandro Irarragorri, y su equipo, el Atlas.

Este Apertura 2021 ha tomado el control del torneo. Sólo el Toluca lo zarandeó brutalmente con un 3-1 que debió haber sido más escandaloso. Suma diez victorias, cuatro empates, y es junto con el Atlas, la defensa menos goleada del torneo.

Sin duda, Santiago Solari ha rebasado a Miguel Herrera al conseguir rendimiento de estos jugadores. Prueba de ello es que ha sacado agua de una piedra, como el desahuciadísimo Roger Martínez, aunque sin la consistencia querida, pero ha regresado hasta a la selección de Colombia. Benedetti, al menos, ya no se lesiona después del minuto de juego, aunque el técnico todavía sufre para rescatar a Federico Viñas y a Henry Martín, quien está lejos del nivel mostrado en el Apertura 2020, cuando finalmente había convencido a Miguel Herrera.

Evidentemente, con el rendimiento del equipo, los jugadores se han revaluado. Ochoa sigue siendo confiable; Layún busca cumplir su promesa de volver a la selección; Reyes ya hasta está alebrestando la miopía de Gerardo Martino; Sánchez, Aquino y Fidalgo pueden ser la mejor media cancha de México, y todos ellos pasaron de transferencias de medio pelo, a cotizaciones elevadas. Vaya, hasta Sebastián Cáceres está bajo la mira de Uruguay, un país, donde ese tipo de jugadores se dan hasta en lotes baldíos.

Sí, uno de los planteles más pobretones en la historia del América, enriquece la Liga Mx, se adueña de la punta, y es el primero en llegar a la Fiesta Grande de la Liguilla.

Y este escenario, marca también, y tan bien, que hay forma de armar equipo competitivos –aunque atentatorios contra el espectáculo--, sin necesidad de despilfarros demenciales. Prueba de ello, Chivas, que sólo utilizó a uno (Canelo Angulo) de sus famélicos refuerzos rimbombantes como titular en el milagroso empate ante Cruz Azul.

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LOS ÁNGELES -- Julio Grondona quería tener a México en la Confederación Sudamericana de Futbol. Consiguió incluso, de manera unánime, los votos de la Conmebol, y consiguió el permiso de FIFA.

“Es un animador de nuestros torneos”, explicaba el entonces presidente de la Asociación de Futbol Argentino, haciendo referencia a la Copa América y a la Copa Libertadores.

Getty ImagesNicolás Leoz y Julio Grondona

“Lo negociamos directamente con Nicolás Leoz (presidente de Conmebol) y con Julio Grondona”, recuerda Alberto de la Torre, entonces presidente de la Federación Mexicana de Futbol y protagonista de estos acercamientos.

La información tenía mucho tiempo en poder de ESPN Digital. Corroborada por diferentes expresidentes de la FMF, de la Primera División, ex directivos de Concacaf, y de diferentes equipos, y pedían el anonimato. Todos los caminos y recomendaciones para corroborar la pista, conducían precisamente al protagonista principal por México, Alberto de la Torre Bouvet.

En verdad querían a México como participante, desde las eliminatorias para el Mundial, hasta mantenernos en Copa América y Copa Libertadores”, asegura el ex presidente del Atlas vía telefónica. “Es cierto todo (lo que te informaron), él convenció a FIFA, y todos en Conmebol querían que jugáramos con ellos".

“Era un paso importante para mejorar el nivel del futbol mexicano”, indica. “Para nosotros ese era el único objetivo”.

De hecho, Alberto de la Torre, destapa un filón que las anteriores fuentes consultadas, no revelaron. “Y no sólo querían a México en Conmebol, sino a todo Norteamérica”, establece. Otras fuentes consultadas desde hace semanas, indican que a Conmebol le movía el aspecto económico más que el futbolístico. El subcampeonato en Colombia 2001 y los elogios que rodeaban al Tri de Ricardo La Volpe, en el ciclo mundialista rumbo a Alemania 2006, convertían a México en un inquilino apetecible.

"Él (Julio Grondona) sentía que era como agrandar su imperio", revela un ex presidente de la Primera División. “Sabían que afiliados a ellos presentaríamos clubes y selecciones muy competitivas, de alto rating entre patrocinadores y televisoras. Era un ganar-ganar para todos".

Alberto de la Torre recuerda que lo consultó "sólo con algunos dueños de equipos, los más fuertes en el futbol mexicano, y casi todos estaban de acuerdo. No te voy a decir quiénes sí, ni quiénes no".

“Los pocos que no estaban de acuerdo, era por su preocupación con la empresa que era dueña de esos clubes, una televisora. Sabían que esos derechos de transmisión serían muy complicados”, indica una de las fuentes consultadas.

“En general entendíamos que las eliminatorias para el Mundial iban a ser muy complicadas, que corríamos riesgo de no clasificar, pero el nivel del futbol mexicano se iba a elevar”, reitera por su parte Alberto de la Torre.

“Varios dueños de equipos entendían los peligros. Podías quedar fuera de un Mundial, pero en la siguiente eliminatoria seríamos mejores. Era necesario tomar riesgos de ese tipo para evolucionar como futbol”, aceptó otro de los entrevistados.

SUSANA GONZALEZ/AFP via Getty Images

“El poder de Grondona era mucho. Él conseguía lo que quería, y en FIFA le dieron el visto bueno. A pocas cosas le decía Joseph Blatter que no”, coincidieron propietarios de equipos de la Liga MX. Sin embargo, el principal damnificado, saltó a escena. “Concacaf se opuso de inmediato”, recuerda Alberto de la Torre, y no permitió que el futbol mexicano diera ese salto de calidad en su entorno de competencia.

“Recordemos que Concacaf ha tenido y tiene mucho peso dentro de FIFA”, agrega.

La región de Norte, Centroamérica y el Caribe dispone de 41 votos en las asambleas de FIFA de un total de 211 (más que los 193 Estados miembros de la ONU), suficientes para provocar un cisma y un sismo.

Incluso, el presidente de la FMF y del Atlas, dio un nombre, curiosamente el de un mexicano, quien se opuso ferozmente a esta mudanza de confederación.

“Guillermo Cañedo White, recuerda que él quería fortalecerse en Concacaf y ser presidente”, revela De la Torre, respecto al hijo del célebre Guillermo Cañedo de la Bárcena, el autor intelectual de las dos sedes mundialistas que ha tenido México, la de 1970 y 1986, y en su tiempo un personaje de mucho impacto en FIFA.

Así, la contraofensiva de la Concacaf, a través de Jack Warner y Chuck Blazer fue feroz.

AFP via Getty Images

“Los alegres compadres –como les llamaban en Concacaf--. entendieron que, sin México, y tal vez sin Estados Unidos, se morirían de hambre, y no iban a permitirlo”, establece otro de los dirigentes del futbol mexicano que pidió el anonimato.

Warner y Blazer entraron en histeria. Había motivos sólidos para ello. Estaba de por medio la supervivencia de la zona y por supuesto sus cabezas.

1.- Si México y Estados Unidos se sumaban a la Conmebol, esta confederación recibiría dos boletos para la Copa del Mundo, los cuales serían retirados a Concacaf.

2.- El principal animador de los torneos de Concacaf ha sido el futbol mexicano, a nivel de clubes y selecciones. Es su principal ubre financiera.

3.- Los contratos de Concacaf con televisoras y patrocinadores tienen una carátula y un anzuelo: México.

4.- Y hasta un detalle menor. La Concacaf tendría que haber mudado sus entonces lujosísimas oficinas en Nueva York a Centroamérica o al Caribe. Hoy, el organismo despacha desde Miami. Warner y Blazer advirtieron a Blatter, sin mucha diplomacia, que la Concacaf perdería tal vez uno o dos, o hasta tres votos en la próxima asamblea, los deEstados Unidos, Canadá y México, pero que aún había 38 votos más en el Caribe y Centro América, que aún podían dejar de respaldarlo.

Conmebol insistió. México hizo su parte. Y no estaban solos. “Incluso gente de Centroamérica estábamos de acuerdo, porque nos quitaban de en medio a Estados Unidos y México, pero exigíamos que sólo cederíamos un boleto de nuestra zona a la Conmebol, pero nos amenazaron, y terminamos oponiéndonos”, reveló al inicio de este sondeo un ex directivo de Concacaf.

Sin embargo, al final, FIFA terminó recomendando, por salud institucional y por “la unidad del futbol”, que no se alterara el orden. México seguiría confinado en la Concacaf.

“Sí, fue lamentable perder esa oportunidad, porque ellos nos invitaron y las ¡negociaciones (con Leoz y Grondona) marchaban muy bien”, recuerda Alberto de la Torre.

A partir de entonces las relaciones entre Concacaf y Conmebol empeoraron, comenzaron restricciones, vetos, hasta que finalmente terminó el futbol mexicano marginado totalmente de sus participaciones en la Copa América, en la que fue dos veces subcampeón (Ecuador 1993 y Colombia 2001), y en la Copa Libertadores, donde consiguió tres veces llegar a la Final (Cruz Azul, Chivas y Tigres).

¿Puede reabrirse esta posibilidad de que México emigre a la Conmebol?

Parece imposible. En Sudamérica no iniciarán las gestiones. Y en la FMF, en este momento, no piensan desafiar a Concacaf.

Además, la respuesta de varios de los diferentes entrevistados es coincidente: “Hay muchos candados”, explican. “En este momento, la Concacaf tiene más poder que nunca. Después del #FIFAGate (2015), todo mundo le tiene más respeto y hasta temor”, consideran otros.


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LOS ANGELES -- El futbol mexicano vive de arrebatos, de estertores, de pataletas y de absurdos. Eso, sin duda, lo salpimienta como si fuera un casting para el Chapulín Colorado.

Eso endulza de incertidumbre un torneo de a mentiritas como es la fase regular para derramarse en algo poco más serio como el Repechaje, donde, cierto, entran cuatro protagonistas, algunos escoltas y otros intrusos.

Veamos:

1.- América sofocó una ilusión, de esas, engañabobos, que se gestaba en el Atlético de San Luis. Lo hace con su anodina etiqueta, pero el gol de la victoria, cargado de fibra y talento, con esos dones que regala sólo a cuentagotas Roger Martínez al minuto 97. Hasta el Indiecito, Santiago Solari, perdió la compostura. De esa dimensión el alivio americanista que cosecha más bostezos que aplausos.

2.- En tanto, Chivas exorcizó la rebatinga de un Toluca que no ha sobrevivido al asalto sobre las Águilas (3-1 en el Nemesio Díez). Guadalajara se impone 2-0 a unos Diablos que sólo han rescatado ¡un punto de 15 posibles! y aún así, pese a esa miserable cosecha, se mantienen como terceros de la tabla general.

3.- El Campeón Cruz Azul trastabilla. Hace dos disparos a gol en 90 minutos y empata 1-1 con Tigres, que está lejos de la promesa de Miguel Herrera, aquella de que “Gignac va a hacer un chingo de goles”. El francés marca apenas el primero en el torneo y el 150 en su carrera con un golazo de bandera que ensucia la jugarreta tan repetitiva de Jesús Corona ante esos potentes disparos al encoger el brazo –como otras veces-- antes que buscar el balón.

4.- Y sí, el segundo de la tabla sigue siendo el Atlas. Toda una bala perdida que, tras su paupérrima exhibición ante Chivas y un fortuito triunfo, fue a Mazatlán a perder 1-0, mientras Diego Cocca se sigue convirtiendo en el erudito más prolífico de los más bobalicones pretextos y las soroches excusas. Un Atlas, pues, a veces desbocado y a veces “desCoccado”.

América le pone candado a su presencia en la siguiente ronda, aunque es de esperarse que el próximo fin de semana, tras recibir a Santos el martes y a Tigres el sábado, pueda asegurar su sillín de manera directa en la Liguilla.

Recordemos que a las Águilas les aguardan cuatro partidos en 13 días, periodo que incluye la Final de la Concachampions ante Rayados (28 de octubre en Monterrey), con los mismos que cerrará la fase regular en el Estadio Azteca el domingo 6 de noviembre. El 31 de octubre, para alebrestar el calendario, encara a Cruz Azul.

Las Águilas trabajaron a su estilo el juego ante San Luis. Un partido trabado, soso, hosco, aburrido, intenso, sin respiro, en el que, además, colaboró la forma timorata de jugar de los tuneros madridistas, pero llegó Roger Martínez y anotó ese, el gol del torneo, con el que sabe que podrá chantajear renovación de contrato.

Por otro lado, la ciudad de San Luis Potosí fue, de nuevo, el aparador dantesco de bestiales enfrentamientos entre ambas porras. Las imágenes de saña y violencia con que se tundieron las hordas de Neandertales y Cromañones envilecieron el fin de semana, en especial un tipo con un niño en brazos participando en la gresca.

Debe recordarse que la plaza de San Luis ha sido una tierra abandonada. Ha habido grescas con saldos de heridos ante Querétaro, Tigres y ahora el América. Ya se sabe que Alberto Marrero no hizo nunca nada y ahora Severiano García tampoco trató de pensar, ni siquiera un poquito, en un plan de contingencia.

¿Y Yon de Luisa y Mikel Arriola? Ellos sólo quieren erradicar #ElGrito, aunque las calles en la periferia de algunos estadios del futbol mexicano sigan siendo coliseos sin ley, a matar o morir.

Para las autoridades de San Luis y del equipo potosino es claro: se permite la inmunidad y la impunidad a todos los rijosos, del calibre que sean.

Mientras tanto, Chivas se encontró con un equipo que le faltó al respeto. Ojo, le irrespetó porque ni siquiera lo motivó, lo incentivó, lo conminó a que jugara al futbol.

Los Diablos de Hernán Cristante fueron unos tristes diantres y su gran Luzbel, Rubens Sambueza, queda claro que las vísperas de los juegos son noches de mucha felicidad en Guadalajara.

Así el triste cadáver del Toluca y con ese saldo de un punto de 15 posibles, aún es tercero del torneo, pero ofreció una de sus más lamentables actuaciones. El 1-0 lo marca César Huerta al minuto cinco de compensación en el primer tiempo, al aprovechar un balón a la deriva tras una clara falta sobre la zaga toluqueña, pero ante lo que todos vieron, el VAR cerró los ojos.

El 2-0 es de Ronaldo Cisneros al ’95, cuando la pereza de los toluqueños concede todas las facilidades.

El verso y el verbo del interino, Marcelo Michel Leaño, sigue pensando que tiene “un equipazo” y “unos jugadorazos”, mientras que Cristante sí hace un diagnóstico serio al aceptar que sus exorcizados juegan a ser “un equipito”.

Por lo pronto, jornada a media semana, que seguramente puede poner un poco de orden, especialmente con las ficticias presencias de Atlas y Toluca entre los tres primeros del torneo.

De cualquier forma, usted disfrute esa dosis de arrebatos, de estertores, de pataletas y de absurdos del torneo mexicano. Recuerde, todo eso, sin duda, lo salpimienta como si fuera un casting para el Chapulín Colorado.

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LOS ÁNGELES -- Fracaso en Copa Oro y en la Copa Confederaciones, además de seis partidos de suspensión por conducta agresiva. Y el Grupo Pachuca decidió llevar a “juicio” al entonces técnico de la Selección Mexicana, Juan Carlos Osorio.

Andrés Fassi, el primero de agosto de 2017, anunció en Raza Deportiva de ESPNDeportes, que presentaría diez puntos ante la FMF para controlar y ubicar a Juan Carlos Osorio. “Cambios que deben hacerse para mejorar”, explicó el entonces vicepresidente del Grupo Pachuca.

Al final, no pasó nada. Días después se reunió con el pleno de la Comisión de Desarrollo de la FMF, y ahí le dijeron a Fassi que dejara por ahí el folletín con sus sugerencias, y que luego, por ahí en la tardecita del Día del Juicio Final, le responderían. El decálogo del Moisés pachuqueño y su impetuosa iniciativa terminaron en el basurero.

Pero, al menos, entonces, hubo algunas voces que se alzaron inconformes. Jorge Vergara y unos pocos más respaldaron al Grupo Pachuca entonces encabezado por Jesús Martínez.

Era válido exigirle a Osorio que rindiera cuentas y que escuchara sugerencias. Pero, los ningunearon a los rebeldes. El técnico colombiano siguió con sus rotaciones, sus improvisaciones, sus inventos, y su forma peculiar de vida fuera de la cancha.

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Imago7Martino aceptó que el Tri no mantiene el nivel durante los 90 minutos.

Pero, insisto, al menos entonces, hubo quien quiso alzar la voz. Hoy, ante los desatinos de la Selección Mexicana ningún directivo se pronuncia públicamente. Hay temor y hay complicidad. Ambos aspectos son perjudiciales, son mezquinos, e implican corrupción.

Con la muerte de Jorge Vergara y con el #PachucaGate desatado contra Jesús Martínez, las únicas voces inconformes, críticas, imprecatorias e interpeladoras han quedado silenciadas.

Cuando no hay quién pueda, sepa y quiera, exigir explicaciones del momento de la Selección Mexicana, se tolera el ejercicio infausto de la dictadura, del absolutismo, para comandar libremente sobre la pusilanimidad y el miedo.

También es cierto que no hay un directivo capaz de confrontar a Gerardo Martino. A excepción de Jesús Martínez y Andrés Fassi, en su momento, no hay un tipo que entienda de futbol y se pueda plantar tú a tú ante el Tata.

Ojo: Gerardo Martino es empleado de los dueños de los 18 equipos de la Liga Mx, está a su servicio. Ellos son quienes cubren su elevado sueldo, ese que se mantuvo intacto durante el casi año sabático que se tomó entre 2019 y 2020.

Ellos, los propietarios de los 18 clubes, son empleadores de la mayor parte de la materia prima de la Selección Mexicana: los jugadores.

Es decir, si quisieran, porque sin duda deben hacerlo, cuestionarían a Gerardo Martino sobre los dos recientes fracasos en la Liga de las Naciones y la Copa Oro, y sobre el pobre rendimiento futbolístico en el arranque del Octagonal Final de la Concacaf.

Pero, ¿quién sabría cuestionar inteligentemente y con conocimiento de causa, con nociones de futbol, a Gerardo Martino? Además, debería tener la personalidad, la jerarquía, la presencia, la autoridad moral, para hacerlo.

Hoy, lamentablemente ni siquiera hay un directivo que con una dosis mínima de testosterona se atreva a emplazar a Gerardo Martino y a Yon de Luisa. Incluso, el mismo presidente de la FMF podrá citar a su subordinado argentino y pedirle cuentas y explicaciones, pero definitivamente no está capacitando para repelarle e interpelarle cada respuesta. ¿Torrado? ¡Por favor!

México sufrió en la primera Fecha FIFA, y sufrió ante Canadá este jueves. Más allá del efímero 1-0, que fue una joya de concepción futbolística, los otros noventa y tantos minutos, incluyendo el tiempo de compensación, el Tri fue una calamidad, de la que sólo se salvan, más por esfuerzo que por claridad colectiva, Raúl Jiménez y el Chucky Lozano.

Recordemos que Gerardo Martino es el primer entrenador en la historia del futbol mexicano, que goza de tres giras de preparación por Europa, e incluso en medio de la aterradora pandemia, y de poco sirvió en dos finales, una ante Estados Unidos “A” y otra ante Estados Unidos “C”.

Tal vez el problema es que Martino, De Luisa y Torrado, habían dicho que cada juego del Tri en el Octagonal de la Concacaf sería como una final, y recordemos que El Tata es un experto en perder finales, como lo corroboró con Barcelona, Argentina, Paraguay, y ahora dos veces con México.

No obstante, recordemos que tras los dos zangoloteos que le propinó Estados Unidos, varios directivos mexicanos se acercaron a Yon de Luisa a decirle que no querían otra eliminatoria sufrida o con repechaje como pasó rumbo a Sudáfrica 2010 y a Brasil 2014.

Inconformidad hay, pero una voz estentórea, con poder, que se trepe al púlpito mediático y recrimine el trabajo que se hace con la Selección Mexicana, no la hay. Y lo peor, seguramente no la habrá.

Y Martino tiene una larga lista de preguntas que responder ante sus patrones, ante sus empleadores, porque les está dañando aún más el ya dañado producto, pero que es el más importante, por los millones de dólares que genera año con año.

1.- El Tata se queja de que sus jugadores han perdido intensidad en los partidos. ¿Quién se los tolera y por qué no se soluciona?

2.- Chucky Lozano denuncia: “Tras el gol (1-0) nos echamos atrás”. Si no fue decisión de Martino, qué tipo de tara hay en la cabecita del jugador que el técnico no puede solucionar.

3.- ¿Luis Romo, el mejor futbolista mexicano del momento, en la banca? ¿Fuera de la convocatoria Salvador Reyes, convertido en el jugador más versátil por izquierda en México?

4.- Mientras, los eternos claroscuros de Héctor Herrera, y a su vez Andrés Guardado fue ridiculizado ante adversarios atléticamente muy superiores, capaces de rebasarlo constantemente. ¿Edson Álvarez? De nuevo, no sabe dónde, ni cómo ni a qué debe jugar.

5.- Jorge Luis Pinto, dirigiendo a Costa Rica, advirtió a los mexicanos. “Sus jugadores europeos, también juegan en desventaja en el Estadio Azteca”. Guardado lo aceptó tiempo después, el efecto de la altura, también era cruel con ellos, no sólo con los adversarios. ¿El Tata Martino no hace mediciones como sí las hacía hasta Osorio?

6.- Y una gran verdad: no hay para más. Entre lo que desdeña Martino (Luis Montes, Fernando Navarro, Gerardo Arteaga, Santiago Giménez, Reyes, etcétera) en su lista de vetados, y los que se asilaron en la MLS, quedan muy pocas opciones. ¡Ah, pero cómo proliferan cartuchos quemados del extranjero en los clubes mexicanos, con la tolerancia de la FMF!

7.- Ese sueño de ser cabeza de serie en la Copa del Mundo de Catar, se ha convertido en pesadilla. De mantenerse las condiciones actuales de competencia, Estados Unidos irá tomando distancia y acercándose a esa ilusión de ser cabeza de grupo en el sorteo mundialista.

Y, al final, no se trata de condicionar la continuidad de Martino, sino de encontrar soluciones, a costo de lo que sea, legítimamente hablando.

El Tata está capacitado para llevar a México al Mundial de Catar 2022, pero él también debe ser más claro, franco, contundente y despiadadamente honesto y sincero, sobre esta selección nacional, que, además, quedó claro este jueves, ya debe preocuparse aún más, por la materialización incontrolable de #ElGrito.

Pero, queda claro, no hay quién le plante cara a Yon de Luisa y a Gerardo Martino para pedir explicaciones, y hacerlo hoy, antes de que sea demasiado tarde, y terminen asomándose nuevamente, a la escalerilla de emergencia del repechaje.

Por eso, insisto: El ‘juicio político’ del Tata Martino, ¿para cuándo?

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LOS ÁNGELES -- Empuja, arrastra, resopla, presiona, encima. Pero todo es músculo, todo es inercia, todo es fuerza bruta, Hay poco talento (como en el 1-0 de Jorge Sánchez), poca idea, poco seso, poca fórmula estratégica. Por eso, México rescata, entre abucheos, un resultado que aritméticamente enriquece, pero futbolísticamente emplaza a dudas y deudas.

1-1 con Canadá. Un empate, en casa, que apesta a ese inconfundible tufo de fracaso, especialmente porque la Trinca de Ensueño (Tecatito Corona, Raúl Jiménez e Hirving Lozano), sigue siendo un mito, una fantasía calenturienta de algunos despistados.

Un Tricolor de mucha transpiración y de poca inspiración. El pizarrón de Gerardo Martino sigue en blanco. Sólo un momento de su presunta dinámica vertical, en ese 1-0, aprovechando la bobalicona marca de Canadá. De ahí, en fuera, la selección juega a impulsos, como pataleos epilépticos.

México comparte el liderato del Octagonal Final de la Concacaf, con ocho puntos, que había usurpado brevemente Estados Unidos (2-0 a Jamaica), pero eso no sofocó ni los silbidos, ni los abucheos, ni la aparición pulverizada en pequeños grupos de #ElGrito que enerva a FIFA y a Concacaf. Cierto, técnicamente, EE.UU., por goleo, tiene el mando.

¿Canadá? Hizo lo suyo y lo hizo bien. Cierto: le perdonaron un penalti y una tarjeta roja, pero exigió dos veces a que los músculos experimentados de Guillermo Ochoa rescataran al Tri.

Por otro lado, los dos goles del primer tiempo son un diagnóstico impecable de la selección mexicana. La describen de cuerpo entero. Inequívocamente.

México toma ventaja bajo el disfrute de Gerardo Martino. Velocidad, movilidad, claridad y, claro, contundencia. Fue una golondrina sin verano. De no ser por la solvencia en la ejecución, entraría en la clasificación de chiripazo.

El rompimiento desde el fondo de César Montes a la órbita de Jesús Gallardo; la entrega a Chucky Lozano, quien con la figura descompuesta, recompone al arribo ciclónico del tan cuestionado Jorge Sánchez, quien con una pulcritud asombrosa, controla y define de pierna izquierda. 1-0, al ’21.

La respuesta de Canadá ocurre dentro del mismo mapa de intenciones de todo el primer tiempo. Sólo que, esta vez, los mediocampistas se replegaron hasta amontonarse con sus defensas. Alphonso Davies tuvo tiempo para elegir, y encontró la irrupción de Jonathan Osorio en el área, quien no perdona y crucifica a Ochoa.

Sí, una selección mexicana que sólo por unos instantes se sentía cómoda y descarada yendo al frente, pero también con numerosos problemas en el fondo, víctima de una descoordinación en las coberturas y en las anticipaciones, sin que la experiencia de Andrés Guardado y Héctor Herrera ayudaran en la trompicada labor de Edson Álvarez con los jugadores del fondo.

Y claro, el sinsabor que le provoca migrañas a la FMF y a Yon de Luisa. El enclaustrado se fugó de las gargantas y del sentido común de la afición mexicana. #El Grito regurgitó en la tribuna al minuto 56, obligando al árbitro salvadoreño Ismael Cornejo a detener el partido y citar a los jugadores en el centro de la cancha. El silbante invoca el primer paso del protocolo.

Con ese instante, basta para que la FIFA pueda abrir un nuevo expediente. Dependerá de la habilidad de Yon de Luisa ante el comisario del juego.

Con la tribuna nerviosa, con su equipo sin recuperar el orden en el juego, aunque tenga la pelota y el espacio, Gerardo Martino busca esos extraviadísimos mecanismos de velocidad y sorpresa. El Tata comisiona al 71’ a Uriel Antuna por el inconsistente Tecatito Corona, mientras Charly Rodríguez suple a un exhausto Andrés Guardado, incapaz ya de marcar una referencia de apoyo de segunda línea.

Poco ayudan los cambios. La explosividad de Uriel Antuna, ésa ante los púberes del Preolímpico, o los artríticos de los partidos amistosos, en partidos de adultos, desaparece en todos sentidos.

México cerró aún más precipitado, embistiendo por inercia, sólo porque no había más qué hacer con la pelota, que arrastrarla a puro instinto hacia el frente. Confirmado, el equipo juega con más intenciones que sabiduría.

El primer técnico que goza de tres giras por Europa, Gerardo Martino, no logar plasmar una idea identificable para jugar al futbol, si es que la hay con claridad, dentro de la selección mexicana.

Ahora, México recibirá a Honduras, urgida de recuperar escalones en el Octagonal Final, y luego viajar a encerrarse en el Cuscatlán con El Salvador.

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LOS ÁNGELES -- Raúl Jiménez estará en la cancha ante Canadá. Estará, después de esa larga rehabilitación tras la fractura en el cráneo. “Ha sido un milagro (que esté con vida)”, le dijeron los médicos. “Lo primero que pensé fue que se murió”, revela su esposa Daniela Basso.

Pero Raúl Jiménez estará, estará ahí en la cancha del Estadio Azteca ante Canadá.

Hirving Lozano estará también, ahí, en la cancha, ante Canadá. Estará, luego de una penosa rehabilitación, tras el doble choque ante Trinidad & Tobago en Copa Oro. “Un poquito más, menos, izquierda o derecha, me pude quedar paralítico o perder el ojo porque se abrió todo. Pude morir. Tuve mucho miedo”, reveló El Chucky a Daniel Martínez, corresponsal de ESPN en Italia.

Imago7Raúl Jiménez y el Chucky Lozano regresaron con el Tri para la fecha FIFA de octubre.

Y, sin embargo, Hirving Lozano estará, estará ahí en la cancha del Estadio Azteca ante Canadá.

Ellos estarán ahí. Estarán con todos sus temores, sus reminiscencias, sus cicatrices, sus dramas, sus dudas, escoltados por una nueva e inusual angustia entre sus familiares. El temor se ha aposentado en sus hogares.

Estarán ahí, en la cancha del Estadio Azteca. Porque tienen un poderoso sueño mundialista: Catar 2022. Y porque también saben que Tú, aficionado, albergas una poderosa ilusión mundialista hacia Catar 2022.

Ellos no te abandonan. ¿Tú los abandonarás? Raúl Jiménez y Chucky Lozano no te traicionan, estarán ahí, en la cancha, con todos los resabios y las secuelas de sus tremendas lesiones. Pero regresan a la cancha del Estadio Azteca para que Tú regreses a la tribuna y Tú avives el fogón de tus fantasías mundialistas.

¿A qué se debe este preámbulo? Debido a #ElGrito, México ya recibió veto de dos juegos oficiales en el Estadio Azteca. A base de súplicas, argumentos, y el peso de Yon de Luisa ante FIFA, el castigo se redujo a un partido, pero la advertencia quedó muy clara.

Si #ElGrito se presenta nuevamente ante Canadá y Honduras, este jueves y el próximo domingo, la sanción de FIFA tomaría un rumbo drástico: quitar puntos. De tres en tres. México ha sido apercibido. E incluso, podría ser despojado de la sede mundialista de 2026.

Y hay riesgo de que #ElGrito, ese que le genera sudoraciones y escalofríos de madrugada a Yon de Luisa, pueda reaparecer en estos dos juegos. El Estadio Azteca contempla albergar 65 mil 200 aficionados para ambos partidos, y sólo es necesario que uno, diez, cien, mil, empiecen con ese coro, para que en Zurich se incomoden y la guillotina aparezca.

Y no, aún bajo el riesgo de aquello de “explicación no pedida, acusación manifiesta”, este texto no tiene patrocinio ni pretende proteger los aviesos y mezquinos intereses de la Federación Mexicana de Futbol, ni de uno que otro bandolero infiltrado como propietario de equipo.

Los tres o cuatro recurrentes visitantes a este espacio, con menos sobrevivientes que El Juego del Calamar (Squid Game) en Netflix, saben que en este balcón hay una trinchera contra la plaga federativa y sus calamidades.

Por eso, no se trata de ser un cómplice en engordarles las finanzas a la FMF, sino de contemplar ese escenario colectivo, el de los futbolistas y los aficionados, que sin negociarlo ni consensuarlo, sino de manera tácita, se ilusionan con una aventura en Catar 2022.

Seguramente, Raúl Jiménez y El Chucky Lozano, disfrutarían quedarse en Inglaterra e Italia, con sus familias, lejos de los eventuales riesgos de jugar en una eliminatoria mundialista, bajo el grado de rudeza y aspereza con las que se juega en la Concacaf.

Pero, insisto, ambos estarán ahí, porque el desafío máximo de un futbolista es jugar una Copa del Mundo, o dos, o tres, o cinco. Y claro, recibir todos los beneficios que representa poder hacerlo. Hay riesgos, pero hay recompensas.

Desde hace años he sostenido, y el tiempo lo ha corroborado, que #ElGrito no pretende ya ser un insulto, ni ser una increpación homofóbica, porque el portero no se siente ni sobajado ni intimidado, y además grupos mexicanos afiliados a la Asociación Internacional de Gays y Lesbianas, han asegurado que no se sienten ofendidos, y que lo entienden como un folclor muy nacional.

#ElGrito es hoy un reclamo estentóreo hacia el rendimiento de la selección mexicana. Si juega mal, no anota y no va ganando durante el partido, la tribuna bufa el descontento a través de él. Si el Tri juega bien y gana, el alarido no aparece en el estadio. Quedó más que evidente en la Copa Oro.

#ElGrito es la única moneda de recriminación que sabe el aficionado que sí genera un impacto, que sí da escalofríos a la Selección Mexicana y sus jugadores. Es un brutal chantaje emocional. La decepción genera ese bramido en la tribuna.

Ya hemos explicado en este espacio que precisamente Canadá es la que ha estado más insistente ante FIFA y Concacaf para que se asedie al aficionado mexicano. Víctor Montagliani, entre motivos personales y empresariales, ha dejado en claro, como presidente –que preside pero no manda– de Concacaf, que “esto (#ElGrito) no es folklórico, es un insulto homofóbico”.

Por eso, si el chillido, si el refunfuño sonoro se escucha en la tribuna del Estadio Azteca este jueves y el próximo domingo, la FIFA se brincará el párrafo del veto al estadio, para ir de inmediato a la hurta de puntos, insisto, de tres en tres.

¿Qué hará la FMF para controlar estos zafarranchos verbales? Obviamente no puede obligar a que la Selección Mexicana gane, guste y golee desde el primer tiempo, y menos aún en estos momentos catatónicamente futbolísticos del Tri de Gerardo Martino, más allá de que sume siete de nueve puntos posibles.

La FMF recomendó en la Copa Oro algunos protocolos particulares en los estadios. Por lo pronto, todos ellos se implementarán en estos dos juegos ante Canadá y Honduras.

Hay algo que la FMF aún no entiende. Son de la misma raza, de la misma sangre, de la misma idiosincrasia, pero aún así, en un estadio de futbol, son muy diferentes los aficionados mexicanos en Estados Unidos (más de 30 millones), de los aficionados mexicanos en México. Haber cubierto bajo las bendiciones de este oficio, más de 200 juegos de la Selección Mexicana desde 1982, desde amistosos a Copas del Mundo, ha permitido detectar que son los mismos, pero no son lo mismo.

Sin embargo, entre los protocolos a seguir por parte de la FMF, bajo el acecho y el escrutinio severos de FIFA y Concacaf, más la advertencia de que las sanciones serán cada vez más rigoristas y rígidas, es muy probable que el aficionado que acuda a estos dos encuentros en el Azteca sea capaz de controlarse.

Además, ya es tiempo de que el mexicano, de ambos lados de la frontera, encuentre nuevas formas de manifestarse. Maestros en el arte del albur y el doble sentido, e hijos epónimos del ingenio, el humor de todos colores, y con el sarcasmo como lengua nativa, los mexicanos ya deberían haber descubierto una forma más alegre y alegórica para incomodar al adversario.

Al final, sobrevive la pregunta que titula este Blog: ¡Tú, sí, Tú! ¿Te atreverás a traicionar a Raúl y al Chucky?

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ESPNDavid Faitelson

No es el escenario ideal, y es que pareciera, que Gerardo Martino tuvo tiempo para prepararse y suplir al delantero del Wolverhampton inglés, pero no así, por la premura y también por condiciones al futbolista del Nápoles de Italia. Sea como sea, México arranca este jueves su camino hacia tierras mundialistas y lo hace con dos ausencias notables, pero también con una de las generaciones futbolísticas más ricas en talento y características que se recuerde. Martino tendrá que encontrar los nombres y los métodos para que la Selección Mexicana extrañe, lo menos posible, a Jiménez y al “Chucky”.

SAN DIEGO, California.- Ni en el peor de sus malos sueños, Gerardo Martino esperaba que se vería forzado a comenzar las eliminatorias mundialistas sin Raúl Jiménez y sin Hirving ‘El Chucky’ Lozano. Los dos parecían, y creo que, a pesar de todo, parecen todavía; elementos imprescindibles en su alineación. Tendrá que iniciar sin ellos…

La eliminatoria esta aquí, y además del tormentoso verano que afrontó la Selección Mexicana, ahora debe encontrar la manera de competir sin sus dos mas relevantes figuras. Jiménez esta inmerso aún en un delicado proceso de regreso a las canchas tras la dura lesión que sufrió hace casi 9 meses en un juego por la Liga Premier de Inglaterra, y el delantero del Nápoles también esta en un proceso recuperación, aunque ya juega en la Serie A, tras una fuerte colisión que sufrió en el inicio de la Copa Oro en este verano.

En el tema de Raúl Jiménez, el llamado ‘Tata’ parece haberse preparado con el naturalizado mexicano Rogelio Funes Mori, una garantía de gol en los últimos 5 años en el futbol doméstico con los Rayados del Monterrey. En el caso de Hirving Lozano, dicho por el propio Martino, es prácticamente imposible encontrarle un símil futbolístico. “Lo más parecido que tenemos a él es Uriel Antuna”, dijo el entrenador cuando recién ocurrió la lesión en plena competencia de la Copa Oro. En aquel momento, el futbolista de Chivas estaba con la selección olímpica. Hoy, Martino cuenta con Antuna, pero sabe muy bien que aún con la mejor versión del futbolista del Guadalajara, no ofrece las mismas condiciones de juego que Lozano puede y debe darle a la Selección Mexicana.

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Getty ImagesRaúl Jiménez es, junto al Chucky lozano, una de las grandes ausencias de México para el octagonal.

Nadie esperaba que la situación se diera de esta forma. En ambos escenarios hay un golpe poderoso sobre la humanidad del futbolista y otro golpe de realidad: la selección los va a extrañar. La única cuestión que queda por saber es qué tanto los va a echar de menos.

El llamado ‘Tata’ tiene en sus manos a una prodigiosa generación de futbolistas mexicanos. De la lista inicial de jugadores que afrontarán el camino a Qatar, afectada por los temas del COVID-19 y la renuencia de las más importantes ligas europeas para ceder a futbolistas, Martino ha llamado a casi una docena de elementos que recientemente fueron la base de la selección que obtuvo el bronce en los Juegos Olímpicos. Es decir, ha logrado una mezcla entre la selección mayor, precedida de dos fracasos en el verano, y el equipo que logró dirigir con éxito Jaime Lozano en Tokio. Esa “sangre nueva”, identificada en futbolistas como Alexis Vega, Sebastián Córdova, Uriel Antuna, Luis Romo, César Montes, Carlos Rodríguez y Roberto Alvarado, además de Diego Lainez y de Johan Vázquez que no podrán acudir por lesiones, debe significar el impulso que tanto necesita esta generación para afrontar el gran reto de una selección competitiva en la cita de Qatar. Hay, nuevamente y quizá como nunca, material de gran calidad para aprovecharse. Ello puede, de algún modo, mitigar la ausencia de Jiménez y de Lozano.

México sigue siendo favorito en el inicio del camino a Qatar 2022, más allá de su innegable fracaso en el verano y de las bajas que afronta por situaciones propias del juego. No va a ser, de ningún modo, sencillo suplir las ausencias de tan connotados futbolistas, pero cuando “una puerta se cierra, se abre otra”, y a partir de ahí, este “hueco” que dejan los futbolistas mexicanos podría ser bien canalizado por Martino y aprovechado por otros en el plantel. México nunca dependió y no depende hoy tampoco de sus individualidades. Depende de un plantel, de un equipo y ello debe mostrarse a partir del jueves por la noche sobre la cancha del Estadio Azteca.

 @Faitelson_ESP

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LOS ÁNGELES -- El roce del beso de la muerte le devolvió la vida a Raúl Jiménez. “Un milagro que esté vivo”. Eso le dijeron los médicos.

El choque brutal con la indestructible cornamenta de paquicefalosaurio de David Luiz, le provocó fractura de cráneo. Revivir la imagen es un acto de sadomasoquismo. Escalofríos absolutos. Su mirada perdida, el desvanecimiento. La histeria. La espera.

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Getty ImagesDespués de estar lesionado, Raúl Jiménez ha vuelto y piensa en retornar al Tri.

Pero el delantero mexicano está de vuelta. Se confiesa con su propio club a través de Wolves TV. Y es inevitable revivir el pasaje dantesco de aquel 29 de noviembre de 2020. Dos tipos de colosales carrocerías, colisionando en la estratósfera.

Sin embargo, Raúl Jiménez puntualiza fervorosamente que el accidente no terminó siendo un punto final, sino un punto de partida. Vencido el temor a la muerte, intensificó el amor por la vida, especialmente por su forma de vida.

“Nunca pasó por mi cabeza (dejar de jugar al futbol), a pesar de que los doctores te dicen los riesgos que pueden existir, siempre pensé positivamente, siempre para delante y sabiendo que no era una lesión fácil de sanar, pero con trabajo, dedicación y esfuerzo lo podía lograr”, declaró Jiménez a WolvesTV.

Con sangre fría, esa, la del depredador del área, Raúl Jiménez subraya esa simbiosis de los médicos que estuvieron ahí para salvarle la vida. “Un milagro”, le llaman ellos. Voluntad de vivir, entremezcla el mismo Lobo Mayor de Tepeji del Río. Y, especialmente voluntad por vivir a su manera.

“El tiempo que me iba a tomar regresar, siendo un jugador que durante mi carrera había tenido pocas lesiones, y la más larga había sido cuatro semanas, y sabiendo que iban a ser seis meses mínimo, me hacía pensar mucho en lo que tenía que aprovechar para estar lo más pronto posible”, relata el macho alfa de la manada.

El atacante mexicano se siente bendecido y blindado. Esa sensación de que el que sobrevive a la muerte, sobrevive a la vida.

Con una diadema especial ha vuelto a la brega. Numerosos futbolistas, compañeros, ex compañeros, se han acercado a él. Palabras de aliento, de solidaridad, de fe. El arquero checo Petr Cech ha sido uno de los más cercanos. Él sufrió una lesión similar en 2006, tras un rodillazo de Stephen Hunt. Debió, entonces, usar un casco especial el resto de su carrera.

“(Cech) me envió un mensaje de texto, ofreciendo su ayuda. Siempre estuvo ahí. Llevó su propio casco con el doctor, por si servía de ayuda para que yo usara algo similar”, ha revelado Jiménez.

Esa diadema protectora que usará Jiménez mientras siga jugando al futbol, está aún en una depuración. “Estamos muy cerca de lo que queremos, de lo que necesitamos”, ha explicado. La tecnología y los neurólogos al servicio de sus requerimientos.

Sin embargo, Raúl Jiménez ratificó que está listo para las batallas. La diadema misma, la convicción de que fue un accidente del que salió ileso, porque puede seguir jugando al futbol, y el amor mismo por el juego, le mantienen con el espíritu intocable que debe tener un lobo en beneficio de la manada.

“Estoy a nada (de su mejor forma futbolística). Me sentí muy bien en el primer partido de la liga. Creo que mi desempeño fue bueno y solo es cosa de seguir jugando para retomar el 100 por ciento que mostraba antes de la lesión”, comentó.

En medio del confinamiento, el reposo, la rehabilitación, Raúl Jiménez encontró una felicidad suprema. Al lado de su esposa, Daniela Basso, descubrió el despertar de su hija Arya en esos pequeños detalles primerizos que arrullan de felicidad a los padres. “Me habría perdido todo eso, pero pude disfrutarlo”, dijo a la televisora.

El Lobo Mayor regresó ante el Leicester City. La bienvenida fue amarga: 1-0. Wolverhampton Wanderers hizo el doble de remates (18 por 9), pero ninguno encajó. Ahora la Jauría visita al Tottenham Hostspur, que irónicamente piensa en dos caninos: el mismo Raúl y su compañero de abordaje al área contraria, Adama Traore.

En la charla con WolvesTV, Raúl Jiménez reveló que sigue atento de las selecciones mexicanas. Estuvo al tanto de las dos finales perdidas por México ante Estados Unidos, una en la Liga de las Naciones y la otra en la Copa Oro. Además, claro, de la medalla de bronce en los Juegos Olímpicos de Tokio.

Pasa lista de presente para jugar las eliminatorias rumbo a Catar 2022, deja entrever su ansiedad por regresar a vestir la camiseta del Tri, e incluso no reclama su puesto como titular, sino que habla de compartir el ataque con Rogelio Funes Mori, algo complicado, tomando en cuenta que las otras dos puntas de ataque pertenecen a Hirving 'Chucky' Lozano y Jesús 'Tecatito' Corona.

“Yo creo que siempre habrá las circunstancias para hacerlo. Al Tata (Gerardo Martino) le gusta jugar con tres delanteros, dos por los costados y con un punta, pero siempre es adaptarse a lo que el rival da y se puede lograr y ver si se dan esas circunstancias”, comentó Jiménez.

En los albores de su regreso, Jiménez encontró una sorpresa. Nuno Espirito Santo, el técnico portugués que lo respaldó incondicionalmente, dejaba el puesto como entrenador de la Jauría, en manos de su paisano, Bruno Lage.

Afortunadamente para Jiménez, no encuentra grandes diferencias en los requerimientos de juego, y entiende que el futuro sigue estando en sus manos, aún con el cambio de estratega.

Y enfrenta así, en su regreso, un panorama igualmente generoso, en el que todo está cambiado, pero para él y sus ambiciones y proyectos absolutamente nada ha cambiado, menos aún para alguien que tras el roce del beso de la muerte recibió un nuevo soplo de vida.

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LOS ÁNGELES -- Raúl Jiménez ha regresado a la cancha este sábado con La Jauría. José Juan Macías, tuvo minutos con Getafe. Mientras tanto, Rogelio Funes Mori trata de hacerles su chamba en la Copa Oro.

Fatalidades del futbol mexicano. Un día se regocijaba con tener a un depredador consumado en la Liga Premier, y fantaseaba con otro depredador en ciernes bajo el amparo del León. En la desmesura, la afición guiñaba con desespero hacia el Quinto Partido.

Getty ImagesRaúl Jiménez tuvo momentos positivos en su regreso a las canchas tras la lesión.

Pero, al otro día, un día cualquiera, bajo la siniestra fatalidad del infortunio, un choque de cabezas coloca entre el paréntesis y las sirenas a Raúl Jiménez. Y otro choque de cabezas bobaliconas en Chivas, coloca a J.J. Macías en el aislamiento. Entre la luz y las sombras, sólo distancia un soplido, también siniestro.

El camino es largo, penoso, para ambos, pero con una recompensa al final de la ruta. El destino les ha subastado una nueva oportunidad. Cuan dolorosa, como generosa. La desgracia abre puertas que a veces la prosperidad cierra.

Claro, hay diferencias entre las encrucijadas de Jiménez y Macías. Acaso hay sólo un común denominador: su fortaleza radica en lo invisible, en lo inmedible. Radica en el vigor y en el rigor espiritual. En la fe en sí mismos. En la fertilidad de sus gónadas.

Porque, queda claro, los dos han sido postrados, por aplastantes factores externos. La fatalidad, pues, arpía de paladar exquisito cuando de la desgracia se trata.

1.- A Raúl lo victimó y lo victimizó un cabezazo de David Luiz, cuyo cráneo debía ser objeto de estudios antropológicos y paleontológicos, y seguramente encontrarían ADN del prehistórico paquicefalosáurio.

2.- A Macías, en Chivas, le dieron tanta libertad que terminaron por montarle grilletes. El feroz jugador con el León, se volvió apacible chiva de ordeña en un establo donde pulula la mediocridad.

Ahí radica una gran diferencia. Jiménez se hizo cargo de la manada del Wolverhampton en la poderosa Liga Premier. Macías confirmó que puede ser cola de León, pero no –ni siquiera--, cabeza de un ratón rojiblanco.

Sin duda, la odisea que desafía, que reta, que azuza, a Raúl Jiménez, es colosal. Llegó a dominar los alcances poderosos de su organismo y de la exquisitez asesina del goleador. No había secretos ya, acaso los que le depararan sus propios límites.

Hoy, sin embargo, el ex americanista ha vuelto a plantarse en las faldas de su propio Everest, un Everest que ya conquistó, pero del que fue arrojado cuesta abajo.

Raúl sabe todo lo que hay que saber de su organismo al servicio del futbol. La aventura mayúscula es que su organismo vuelva a ser tan noble, tan dócil, tan dúctil, tan perfecto, tan preciso, tan estricto como llegó a serlo en una cancha de futbol.

“Mejor que nunca”, ha bromeado Jiménez reiteradamente sobre su estado físico, luciendo una diadema neumática como protección, luego de ocho meses del trágico impacto.

Los cronistas del quehacer diario de La Jauría en Wolverhampton, relatan que el delantero mexicano se ha visto sin temores en las prácticas. No rehúye los contactos, va al choque si es necesario, y lo principal es que su coordinación psicomotriz es casi perfecta. El resto se lo irá dando la cancha de futbol, conforme el jugador se lo vaya reclamando.

Juan José Macías tiene sus propios demonios, aunque, quede claro, nada que ver con el reto titánico que aguarda a Jiménez.

Digámoslo tal cual: J.J. huyó de un ambiente tóxico, de un hábitat que lo carcomía. Ya relatamos como en la serie de Chivas en Amazon, es evidente que lo convierten en el epicentro del Guadalajara. Se le hizo sentir que era más poderoso que su entrenador. Víctor Manuel Vucetich le hizo saber que era mentira. La mayor humillación la perpetró al sacar a Macías en el Clásico ante América.

En esa ecuación errónea, de los alquimistas Ricardo Peláez y Amaury Vergara, en lugar de explosión, hubo implosión.

El acto de escapismo no fue el más noble. Habló de un desgarro muscular y por eso se bajó de los Juegos Olímpicos de Tokio, pero este viernes apareció en la cancha sin molestias. Getafe contra Ibiza. Primeros escarceos. Alguien consignó en video esa primera aparición. Duró sólo minuto y medio para reseñar imprecisiones.

Tampoco será fácil para Macías. En el Getafe de Míchel no encontrará esos socios incondicionales, ni ese mentor como Nacho Ambriz, como sí ocurrió en el equipo León. Ha llegado sin fuero alguno.

Macías llega desnudo. Las investiduras de veneración que le acompañaron en México, no pasaron la aduana. Su pasado megalómano en México, es ya, puramente, un eufemismo.

Si bien su fuga desde México no tuvo nada de honorable, es inevitable reconocerle el atrevimiento de sumergirse a ciegas en la adversidad. Getafe fue como una casa hogar para niños abandonados. La mitad del sueldo, aseveran algunos, la paga Chivas, y los Azulones no son muy generosos en la paga.

Dicho está que tendrá que confrontar sus propias bravatas. Cuestionó, con legítima razón, la presencia de bultos extranjeros en canchas mexicanas. Hoy, él es un extranjero en canchas españolas. Será observado de tres maneras: con optimismo por algunos; con escepticismo por otros, y con rechazo por algunos más.

Sin duda, Macías es más afortunado que Raúl: no tiene un impactante pasado con el cual ser comparado como si lo tiene Jiménez, con el museo de logros personales en la limitada geografía de su equipo.

Macías es hoy su propio artesano. Ese barro que tanto presume, ostenta y cuida, tendrá la magnífica posibilidad de moldearlo él mismo. Si el ambiente era tóxico para él o si él era la toxicidad del ambiente, tendrá la generosísima oportunidad de demostrarlo.

Así pues, este fin de semana, el caudillo herido de la selección mexicana, y su posible heredero en la misma, comienzan una ruta ascendente, escabrosa, intensa, demandante, pero con una espléndida recompensa al final.

Mientras tanto, veladoras ansiosas parpadean en la oscura capilla del futbol mexicano. Y, mientras tanto, Funes Mori trata de hacerles su chamba en la Copa Oro.

Sí, cuan dolorosa, como generosa, la desgracia abre puertas que a veces la prosperidad cierra.

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