El mismo domingo, dos de los más famosos y poderosos clubes del futbol inglés y mundial fueron goleados, exhibidos y humillados. El Manchester United 1-6 Tottenham y el Aston Villa 7-2 Liverpool sólo se explica a partir de la época de incertidumbre que vive la humanidad y por ende los futbolistas. Hoy, se juega con miedo y con reserva, perseguidos por un virus que amenaza con los más preciado de la vida. Yo no les llamaría “accidentes” y sí, “incidentes”, producto de tiempos donde el jugador, que depende enteramente de su salud física y mental, por más profesional que sea, trata de sobrevivir -como todos los demás-. La pandemia ha generado incertidumbre en la cancha y dos o tres marcadores que son irreales para este juego llamado futbol…

SAN DIEGO, California -- Un viento frio, una tenue lluvia y un par de históricas goleadas han terminado por llevarse el sutil verano inglés. El domingo 4 de octubre del año 2020 quedará inscrito en la historia del futbol de la isla: el Manchester United y el Liverpool, dos orgullos del futbol británico y dos de los clubes más poderosos de la industria del juego, fueron expuestos “violentamente” en la cancha de juego. Fueron goleados y humillados.

Todo hace indicar que fue tan solo un 'accidente'. Eso al menos quería revelar la sonrisa irónica -nerviosa- de Jurguen Klopp, el entrenador del campeón inglés, el Liverpool, que caía estrepitosamente en la cancha del Aston Villa por 7 goles a 2. Y de ahí, al semblante serio del noruego Ole Gunnar Solskjaer cuando su Manchester United se desmoronaba en el Old Trafford ante el Tottenham por 6 goles a 1. Más allá del crédito que merecen tanto el Aston Villa como el Tottenham de Mourinho, hay algo irreal en los resultados de la jornada inglesa y la única explicación posible obedece a la distracción que genera la época que afronta la humanidad.

Después de todo, el futbolista es un ser humano que sufre igual que cualquiera de nosotros, pero que, además, depende totalmente de su físico para hacer el trabajo. Luego y siempre, está la salud mental. Lo que ve y escucha a su alrededor termina, irremediablemente, afectándole. Está viviendo -como para cualquiera de nosotros- un mundo ilusorio. El Liverpool, campeón de la Champions en el 2019 y monarca inglés con impresionante paso en la liga anterior, ha ido al Villa Park con tres bajas sensibles por temas del Covid-19 -el español Thiago Alcantara, recientemente adquirido del Bayern Munich, no estaba el senegalés Sadio Mané, el último infectado y tampoco el portero brasileño Alisson-. Ello, más el juego frontal del Aston Villa -un club de 145 años de historia y que levantó la Copa de Europa en 1982, con aquel equipo de Withe y Cowans que hizo el milagro de vencer en Rotterdam al Bayern Munich de Rummenigge, Hoeness y Breitner- terminaron con un marcador de escándalo para uno equipo que no puede permitirse, de ninguna forma, esa clase de humillaciones.

En Manchester, todo pareció venirse abajo a partir del minuto 27, cuando en un simple forcejeo dentro del área antes de un tiro de esquina, Martial termina agrediendo a Lamela. El árbitro decide la expulsión del francés y ya con ventaja de 2-1 en el marcador, el Tottenham supo acomodarse en la cancha y contragolpear a placer, aprovechando y exponiendo la gran debilidad de la zaga roja. El United ha sufrido una de sus más dolorosas derrotas en la historia. Fue la mayor derrota desde el 6-1 ante el Manchester City en el 2011.

A las debacles estrepitosas del Liverpool y del Manchester United, habrá que agregar lo que sucedió hace algunas semanas, en la fase de los cuartos de final de la Champions Legaue, cuando el Barcelona se llevó una indecorosa derrota de 8 goles a 2 ante el Bayern Munich. Otro club de la clase más poderosa y privilegiada de Europa y del mundo siendo sacudido y sometido a la vergüenza y el escandalo.

Esos resultados no son normales en el futbol. Un equipo 'grande, cualquiera, puede tener un “mal día”, pero no perderse hasta el grado de olvidar que sus colores y su historia no pueden mancillarse de tal forma. Creo, insisto, que la explicación más coherente debe estar puntualizada en la pandemia, en los contagios, en el miedo físico y mental que ha generado en el futbolista. Vivimos una época donde el ser humano intenta sobrevivir y cuando entra en pánico, cualquier escenario es posible a su alrededor. Más que “accidentes”, las goleadas al Manchester United, al Liverpool y al Barcelona, han sido “incidentes” de los tiempos que afronta la humanidad. Mientras tanto, que “Dios salve a la Reina…”.

@Faitelson_ESPN

¿Quién habrá tenido un peor fin de semana? ¿El Barcelona con sus ocho bofetadas ante el Bayern Munich, el Manchester City con el petardo ante el Lyon, o el Manchester United eliminado ante el Sevilla?

Nada que iguale el petardo catalán. El Barcelona se ha empeñado por encontrar sótanos más profundos para abandonar las últimas tres Champions. Primero fue el fiasco de Roma, luego la remontada de Anfield y ahora el 8-2 ante el Bayern. La más reciente humillación habrá dejado al Barça de nueva cuenta sin entrenador, sin rumbo en el proyecto deportivo y con serias dudas en cuanto a la continuidad de su base dura del vestidor.

Con eso en mente, llega Romelu Lukaku a las filas de la tropa de José Mourinho. El estelar atacante belga parece tener todo en sitio -talento, edad, potencia- para ser la estrella al frente que lidere el ataque de Man United por los próximos 10-15 años.

Desde su llegada al Everton en 2013-14, Lukaku tiene la segunda mayor cantidad de remates en la Premier League, superado solo por el argentino Sergio Agüero, rumbo a convertirse en el máximo anotador del club en la Premier League (68 goles).

Lukaku es uno de 12 jugadores en las cinco ligas grandes de Europa con más 50 o más goles y 20 o más asistencias las últimas cuatro temporadas, solo uno de tres que lo logró jugando en la Premier League, junto a Alexis Sánchez y Olivier Giroud.

En contraste, durante ese lapso, Wayne Rooney tiene la mayor cantidad de goles (42) y asistencias (26) en Man United; Lukaku, en específico, tiene 68 y 23.

A lo largo de las últimas dos temporadas, Manchester United sufrió mucho en ofensiva, quedando noveno en goles dentro del área (88 goles) y décimo sexto en goles de cabeza (14) en ese lapso. Además, su efectividad de remates al arco fue la décimo octava más baja (cuatro de los cinco equipos que superó en ese departamento o ascendieron o descendieron).

A los 'Red Devils' les falta la presencia de un '9' como Lukaku, quién demostró su habilidad en las áreas mencionadas desde su debut en la Premier League en 2011 con Chelsea.

El delantero sueco Zlatan Ibrahimovic con un toque sutil, consigue el gol del triunfo para el Manchester United en la FA Cup ante el Blackburn Rovers.

+ Que es lo mismo que "romper las pelotas", en el léxico sudamericano del futbol, cuando se anuncia que la más grande operación por un futbolista en la historia está por ocurrir: el Manchester United pagaría 120 millones de euros por el mediocampista internacional francés Paul Pogba. Sí, escuchó usted bien: 120 millones por Pogba, sólo horas unas más tarde que el propio mercado del futbol se convulsionó cuando la Juventus pago 90 millones por el goleador argentino Gonzalo Higuaín. ¿Los Vale? ¿Los vale Higuain? ¿Los vale Pogba? ¿Qué tan lejos o que tan cerca están de esa cifra?

LOS ANGELES -- Ciento veinte millones de euros. Una barbaridad, un disparate, una locura. Llámele como usted quiera, pero la industria del futbol mundial está a sólo un paso de conocer la transacción más elevada de toda su historia: esa inaudita cifra no se pagaría ni por Lionel Messi ni por Cristiano Ronaldo. He ahí el dilema.

Paul Pogba puede ser un maravilloso jugador de futbol. Un mediocampista moderno, dirían algunos, de ida y vuelta, con talento para construir el juego y para defender, con un despliegue físico y táctico impresionante, que, a sus 23 años, todavía puede seguir creciendo en la cancha y ser parte de equipos ganadores. Es, además, un buen tipo, educado, trabajador, disciplinado, la clase de futbolista que cualquier entrenador quisiera en su vestidor. Jose Mourinho la ha puesto como una de sus necesidades primarias para devolverle al Manchester United la grandeza de antaño. Pero la pregunta es y sigue siendo: ¿Realmente vale Pogba 120 millones de euros?

La primera respuesta será inmediata de aquellos que defienden los intereses del futbol y de futbolista: Sí, él los vale, su talento y su futuro son una garantía y agregaran enseguida, para tratar de protegerse o quizá para guardar ciertas apariencias: "La industria lo paga. Quiere decir que sí los vale...".

Sólo unas horas antes, la Juventus desembolsó 90 millones de euros para hacerse de los servicios del goleador argentino Gonzalo Higuaín, quien en las últimas tres temporadas se ha cansado de hacer goles con el Nápoles en la "Serie A" italiana. También, está claro que lo de Higuaín parece desproporcionado --subrayo e insisto-- 90 millones de euros, a pesar, incluso, de que se trata de un goleador, mucho más tangible y necesario a la hora de medir su fortaleza y cotizar su precio. Higuaín hace goles y los goles son necesarios para ganar un campeonato. Me sigue pareciendo exagerado lo que pagaron por él.

El precio de Pogba está por "romper" el mercado. Dejará atrás los tres dígitos que se pagaron por Gareth Bale y pondrá lejos las transacciones de Cristiano Ronaldo, Ángel Di María, Neymar y Luis Suárez. Nadie dudad de la gran capacidad que tiene el jugador francés, de lo que puede todavía crecer en el futbol, de lo que representa, pero me niego a pensar que un futbolista de sus condiciones alcance esa clase de cifras. Los referentes del futbol en los últimos años han sido muy claros y tajantes. Cuando uno habla de calidad y de resultados en la cancha aparecen enseguida Messi y CR7. La pregunta, entonces, es muy sencilla: ¿Qué tan cerca o que tan lejos esta Pogba de Messi y de CR7? La respuesta ustedes la conocen, para mí, esta tan lejos como el pensamiento de que un futbolista, un ser humano, un mortal, pueda cotizarse en 120 millones de euros.

@Faitelson_ESPN