Para su correcto funcionamiento, nuestro organismo necesita del aporte de diferentes vitaminas y minerales mediante una dieta balanceada. Uno de ellos es el magnesio, que interviene en funciones como la disminución del cansancio y la fatiga, mantiene el equilibrio electrolítico y el metabolismo energético. Además, es necesario para que funcionen normalmente el sistema nervioso y los músculos, interviene activamente en el mantenimiento de los huesos y contribuye al proceso de división celular.
Muchas veces recaen dudas sobre las dosis necesarias de este mineral en nuestra dieta diaria, y respecto a eso hay que decir que dependiendo de cada sexo, edad y etapa de la vida, la cantidad para mantener las funciones del cuerpo es diferente: los bebés de hasta 6 meses necesitan unos 30 mg diarios, mientras que adolescentes varones, hombres y embarazadas precisan de entre 400 y 420 miligramos diarios.
Si bien un consumo de magnesio por debajo de lo recomendado a corto plazo no tiene efectos perjudiciales para la salud, si estas dosis no son garantizadas correctamente durante determinado tiempo pueden aparecer síntomas como entumecimientos, hormigueos, calambres musculares, y hasta convulsiones o anomalías en el ritmo cardíaco. También, la falta prolongada de magnesio puede terminar teniendo consecuencias para la salud: pérdida del apetito, náuseas, vómitos, fatiga y debilitamiento.
Para incorporar este mineral en tu dieta diaria, ten en cuenta que 100 gramos de semillas de girasol peladas aportan los 420 miligramos que necesita un adulto. También son ricos en magnesio los frutos secos, en concreto las almendras que en cada 100 gramos contienen 270 miligramos del preciado mineral. El maní o cacahuate y las legumbres aportan entre 210 y 120 miligramos por cada 100 gramos respectivamente.