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Historias de vida: Carlos Lopes

ESPN Run

A pesar de haber comenzado a correr recién a sus 19 años de edad, el portugués Carlos Lopes llegó a ser uno de los mejores maratonistas del mundo, al punto que obtuvo la medalla de oro en los 42k de los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 1984 y que batió en Róterdam en 1985 la plusmarca mundial de esta prueba con 2h:07:12. Provenía de una familia humilde, y de muy joven trabajó como ayudante en una mina. Jugaba al fútbol en un equipo local, hasta que comenzó en el atletismo. Sus primeras temporadas fueron bastante mediocres, pero poco a poco superándose a sí mismo hasta llegar a estar entre la elite mundial.

Carlos nació en Vildemoinhos, Portugal, el 18 de febrero de 1947, e inició su carrera deportiva en 1966, cuando participó en el Campeonato de nacional de cross country en categoría júnior. Aunque fue tercero en esa carrera, el entrenador Maniz Pereira se fijó en él y pensó que aquel chico de baja estatura, con solo 1,66 metros, podía llegar lejos en el atletismo. Fue así que lo llevó con él para entrenar en Lisboa junto a otros fondistas portugueses de élite como Fernando Mamede, con quien Lopes mantuvo una gran rivalidad. Ya con varias temporadas en sus espaldas y 24 años de edad participó en su primer Campeonato de Europa en Helsinki 1971, donde no tuvo una actuación destacada, y fue último en la final de los 10.000 metros. Al año siguiente, en los Juegos Olímpicos de Múnich 1972, ni siquiera logró clasificarse para la final de 10.000 metros. En los años siguientes tampoco consiguió logros destacables, y sufrió varias lesiones que impidieron continuar su progresión.

Pero toda esta situación comenzó a cambiar en 1975, cuando consiguió una beca del gobierno, lo que le permitió dedicarse íntegramente a entrenar. Fue así que en 1976 obtuvo su primer gran éxito ganando el Campeonato Mundial de cross country disputado en Chepstow, Reino Unido. Ese mismo verano en los Juegos Olímpicos de Montreal obtuvo la medalla de plata en los 10.000 metros, donde fue superado por el finlandés Lasse Virén, que revalidó así el oro conseguido cuatro años antes en Múnich. En 1977 no pudo revalidar en Düsseldorf el título mundial de cross, finalizando segundo en la prueba. En los años siguientes su carrera volvió a estancarse por culpa de la una tendinitis que casi le hace decir adiós al atletismo. Además, la ausencia de Portugal en los Juegos Olímpicos de Moscú 1980 le impidieron acudir a dicha cita. Sin embargo, lejos de retirarse, volvió a su mejor estado de forma en 1982, cuando batió en Oslo la plusmarca europea de los 10.000 metros con 27:24,39, arrebatándoselo precisamente a su compatriota Fernando Mamede. Sin embargo, falló en los Campeonatos de Europa de Atenas 1982, donde solo pudo acabar cuarto en esta prueba.

Recién con 35 años de edad, a finales de 1982, decidió probar suerte por primera en los 42k, corriendo la Maratón de Nueva York, donde hasta el kilómetro 30 ocupó la primera posición, pero a partir de ahí y tras un encontronazo con una espectadora que se le cruzó, comenzó a sufrir calambres que le obligaron

finalmente a retirarse. Pese a todo la experiencia fue positiva, y demostró que tenía posibilidades de correr muy bien en esta distancia. Fue así que en 1983 participó en el Maratón de Róterdam. Allí los favoritos eran el cubano-americano Alberto Salazar y el australiano Robert de Castella, pero Lopes hizo una gran carrera y estuvo a punto de ganar la prueba, cediendo solo en el sprint final ante De Castella, mientras que Salazar llegó bastante retrasado. Pese a ser segundo la marca de Lopes de 2h08:39 significaba un nuevo récord de Europa.

Sin dudas 1984 fue el gran año para Carlos Lopes. Ya había dado un aviso en el invierno cuando ganó por segunda vez el Campeonato Mundial de cross county en Nueva Jersey. Pero su momento de mayor gloria llegó en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 1984. La prueba de maratón, disputada en el último día de los Juegos, se corrió en condiciones de calor y humedad bastante adversas. Los grandes favoritos, De Castella y sobre todo Alberto Salazar, pagaron el esfuerzo y llegaron lejos de los mejores. Carlos Lopes hizo una carrera magnífica e inteligente, liderando en solitario desde el km 38, sacándole una gran ventaja a su perseguidor inmediato, el irlandés John Treacy. Es así que a sus 37 años se convirtió en el campeón olímpico de maratón más veterano de la historia y, además, logró un nuevo récord olímpico de 2h09:21, que se mantuvo vigente durante 24 años hasta los Juegos Olímpicos de Pekín 2008. Su medalla de oro fue también la primera en la historia del atletismo portugués.

A su regreso a Portugal fue recibido como un héroe nacional, y el presidente de la República Mario Soares le condecoró con la Gran Cruz de la Orden del Infante. Sin embargo, lejos de dejarse llevar por el éxito, siguió entrenando igual que siempre, y a comienzos de 1985 obtuvo su tercer título mundial de cross country, precisamente en Lisboa y ante su público. Y en su última gran carrera, el Maratón de Rotterdam de ese esa temporada y con 38 años de edad puso el broche definitivo a su carrera deportiva batiendo el récord mundial con 2h07:12, rebajando en 54 segundos el récord anterior del galés Steve Jones.

Sus mejores marcas personales:
5.000 metros: 13:16,38 (Oslo, 1984)
10.000 metros: 27:17,48 (Estocolmo, 1984)
Maratón: 2h07.12 (Rotterdam, 1985)