Con la espina clavada en Europa

Américo Gallego, que en 1999 no pudo dirigir al Betis español por no tener tres años como entrenador en la Primera División de su país, ganó el domingo su tercer campeonato de Liga

BUENOS AIRES -- Américo Gallego, que en 1999 no pudo dirigir al Betis español por no tener tres años como entrenador en la Primera División de su país, ganó el domingo su tercer campeonato de Liga, esta vez con el Independiente, y vuelve a pensar en Europa.

Gallego tuvo su mayor frustración como director técnico a mediados de 1999, cuando el Betis de Sevilla le convocó para dirigir al equipo y el Comité Nacional de Entrenadores de España hizo cumplir las normas vigentes e impidió que firmara el contrato.

El tiempo ha pasado, sus requisitos se cumplen sobradamente y Europa vuelve a ser un punto de mira en el destino de este entrenador de 47 años.

Sus allegados comentaban tras el traumático momento vivido en el Betis que el "Tolo" había quedado anímicamente "tocado" por aquella circunstancia y que al regresar a Buenos Aires prometió cumplir con creces aquella exigencia porque su objetivo es entrenar a un equipo en Europa.

Hasta ese momento había dirigido sólo seis meses al River Plate, equipo con el que ganó el torneo Apertura de 1994 con amplitud. Poco después se incorporó como segundo entrenador de la selección que dirigía Daniel Passarella hasta julio de 1998, lo cual no le sirvió como antecedente para el fútbol español.

Un hecho similar había ocurrido en el club sevillano en 1991, cuando quiso contratar al argentino Carlos Pachamé para que se hiciera cargo del equipo en la siguiente temporada.

Pachamé, que ejerció de ayudante de Carlos Bilardo cuando éste era seleccionador de Argentina en el Mundial de Italia'90 y que con anterioridad había dirigido las selecciones juveniles de su país, no cumplió estos mismos requisitos y la Federación Española no le concedió la ficha, por lo que el Betis, entonces presidido por Hugo Galera, desestimó su contratación.

En 2000 el River Plate volvió a contratar a Gallego y el equipo ganó el torneo Clausura de ese año, pero tras renovar el compromiso para la temporada siguiente Ramón Díaz, el entrenador más exitoso de la historia del club, le desplazó en el cargo.

El "Tolo" recuerda que este año, cuando la directiva del Independiente -cuyo equipo penaba en los últimos puestos de la tabla de posiciones- le propuso hacerse cargo de esa brasa caliente, sus amigos le dijeron que estaba loco.

Pero el fichaje de una decena de jugadores le dio la posibilidad de conformar un equipo que deslumbró en los primeros tramos del torneo Apertura y que corroboró sus condiciones en la jornada final, en la que derrotó al San Lorenzo por 0-3 tras un período de flojeras en el que pareció que el Boca Juniors le alcanzaría en el liderato.

Lo que pocos recuerdan hoy en Argentina, horas después de que el Independiente ganó su decimocuarto título de campeón en la historia, es que Gallego anunció hace poco más de dos meses que estaba decidido a irse del país por la inseguridad imperante.

Por esa razón había emigrado en esos días a España el centrocampista del River Plate Eduardo Coudet, harto de vivir pendiente de la delincuencia y la violencia que azota a Argentina.

Pero la obtención del título de campeón parece haber creado alrededor de Gallego la seguridad que antes presintió que no tenía y, tras el partido del domingo, deslizó que su intención es quedarse en el Independiente hasta mediados de 2003.

Sería absurdo interpretar que la inseguridad provocada por la delincuencia y la violencia pueda superarse con un campeonato, pero no es tan extraño creer que un título de Liga hace ver mejor las cosas.

De momento, Gallego sigue en Avellaneda, pero al poner un nuevo plazo en junio para su salida del Independiente salta a la vista la coincidencia de que en ese momento se abriría en España una posibilidad que al entrenador campeón del fútbol argentino le quedó atragantada hace tres años.

-EFE


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