La Conferencia Este ha sido propiedad exclusiva de LeBron James con el Miami Heat o los Cleveland Cavaliers desde el 2011, pero existe un equipo que no reside en Boston y es capaz de destronarlo esta temporada. Me refiero a los Washington Wizards.
Si, ya sé que sueno como uno de esos hípsters del básquetbol que quieren lucirse con el vaticinio del “tapado” que nadie ve venir hasta fines de mayo y que los Wizards no han ganado 50 juegos en la temporada regular ni alcanzado las Finales de su propia conferencia desde…¡1979?!, pero permíteme convencerte sobre cómo es posible que ellos acaben con casi cuatro décadas de miseria antes de que cierres esta ventana para ver una versión pirata de los últimos dos episodios de “Game of Thrones”.
Primero que nada, el interés por ver a este equipo en acción es tal que ellos estarán jugando ante una audiencia nacional 18 veces esta temporada (10 por ESPN). Cinco de ellas ocurren en sus ocho compromisos iniciales, así que el mundo los juzgará desde el principio.
Su potencial para impresionar es enorme, ya que los Wizards regresan con el mismo quinteto titular que ganó 49 juegos durante la campaña regular y luego cayó en siete juegos ante los Boston Celtics durante la segunda ronda de los playoffs. La continuidad vale, es propicia para hacer historia y debería al menos otorgarles las herramientas necesarias para dar el mismo salto de calidad que la temporada pasada con un nuevo aumento de ocho victorias, aunque pasar de 49 a 57 es infinitamente más difícil que de 41 a 49.
Es más, si Kyrie Irving hace las valijas y se marcha de Cleveland, entonces podríamos estar hablando de la mejor alineación del Este.
LOS CINCO AMIGOS
John Wall y Bradley Beal son los pilares del equipo, mientras que Otto Porter Jr. mejoró tanto que su porcentaje de efectividad ajustado en tiros de campo fue el quinto más alto de la liga y el mejor entre jugadores que no son pivotes. Sus escoltas en ese rubro fueron nada menos que LeBron y Kevin Durant, y por eso los Brooklyn Nets lo quisieron birlar como agente libre restringido este verano con una oferta de 106.5 millones de dólares por cuatro años.
Además, Markieff Morris es un ala pivot sólido y experimentado que se complementa bien con un grandote que puede ser rudo y fino a la misma vez como Marcin Gortat. Gortat contó con la distinción de ser el quinto jugador más preciso en tiros de campo de toda la liga con un 57.9 por ciento de efectividad. No te sorprendas si él aparece en su primer Juego de las Estrellas tras 13 años de espera en febrero.
Sin embargo, el mantener a esta base intacta no le salió barato a Ted Leonsis como dueño del equipo.
EL COSTO DE QUERER GANAR
John Wall's Game 6 game-winner is up for #BestPlayoffMoment!
— Washington Wizards (@WashWizards) June 19, 2017
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Los Wizards cuentan con la cuarta plantilla más cara de la NBA y dos de los 20 jugadores más costosos de la liga esta temporada en Beal y Porter, cuyo salario combinado es de 48.5 millones de dólares. Durant gana apenas 250 mil más que Porter, y solamente uno de ellos se ufana de ser campeón y Jugador Más Valioso de las Finales de la NBA.
Las otras tres plantillas con billeteras más gordas son los finalistas de las tres temporadas más recientes (Cleveland Cavaliers y Golden State Warriors), y un equipo de mercado pequeño con aspiraciones enormes y dos estrellas gigantes como Paul George y Russell Westbrook, el MVP de la NBA.
Eso significa que para justificar a esta inversión a largo plazo, alguien en los Wizards va a tener que elevar su nivel de muy bueno a súper estelar. Ese alguien es John Wall.
LA ESPERANZA DE LA CAPITAL
Washington, D.C. está tristemente acostumbrada como ciudad a ver a sus estrellas caer a la tierra. Kirk Cousins es un quarterback decente pero le pagan como si fuese Tom Brady en los Redskins, Alex Ovechkin es una decepción constante en los playoffs con los Capitals, y Bryce Harper todavía no pudo llevar a los Nationals a una Serie Mundial. Depende de Wall el poder cambiar a esa deprimente tendencia y justificar la extensión de contrato por cuatro años y 170 millones de dólares que le otorgaron en julio y comienza en el 2019.
Leonsis lo denominó “un talento excepcional” que convierte a los Wizards en un equipo con calidad de campeón, pero por cada aficionado que te muestra a su triple ganador con tres segundos por jugar en el sexto juego de la serie contra los Celtics hay otro que lo cuestiona y con razón por errarse sus últimos 11 intentos en el séptimo juego definitivo que terminó mandando a él y a su equipo de vacaciones prematuramente.
Wall es un base dinámico y uno de los mejores anotadores de la NBA. Sus 23.1 puntos y 10.7 asistencias por partido fueron de lo mejor de su carrera hasta ahora, pero su octava temporada debe ser la que lo ve elevar al nivel de sus compañeros junto al suyo como líder del equipo. No puede haber una noche heroica y otra fantasmal, la consistencia a un nivel de élite debe ser su máximo objetivo.
Los Wizards llegaron a hacerle la vida imposible a LeBron y los Cavs durante la campaña pasada con una victoria y dos derrotas en tres partidos, aunque una de las caídas fue gracias a un triple milagroso de James que mandó al juego a la prórroga para una eventual victoria de Cleveland por 140-135.
Beal no tuvo pelos en la lengua cuando especuló con que Cleveland “tenía miedo” de enfrentarlos en los playoffs. Eso quizás sea exagerado, pero los Cavaliers tampoco se esforzaron demasiado por terminar primeros de la conferencia en la temporada regular y enfrentarlos en la segunda ronda como Boston.
Llegó la hora de que los basquetbolistas de la capital estadounidense no sean como los políticos de esta y respalden a sus palabras con acciones dignas de campeón.