¿En qué momento alguien se puede hacer amigo de Michael Jordan en su etapa más brillante?
¿Cómo es que alguien que no pertenece al círculo del deportista más famoso y reconocido del planeta de un día a otro ingresa en él?
El único mexicano que tiene la respuesta a esas preguntas es Carlos Bremer.
Hoy en día Carlos Bremer es un reconocido y mediático empresario, pero en los 90 no gozaba de esa notoriedad. Actualmente Director General y Presidente de Grupo Value, Carlos Bremer , puede presumir ser quizás el único amigo mexicano de Michael Jordan.
Fue durante un torneo de golf de celebridades que el empresario regiomontano coincidió con el mejor basquetbolista de la historia. Bremer, quien viajó por motivos de salud a un resort para descansar se percató que en el mismo complejo en el que él se hospedaba se llevaría a cabo un torneo donde participarían personajes famosos. La curiosidad le llevó a encontrar a los organizadores y al poco tiempo de hablar con ellos Bremer ya había puesto su nombre en la lista de espera por si alguno de los jugadores cancelaba su participación en el evento. El empresario les entregó, como le solicitaron, un listado de 10 personalidades con quien le hubiese gustado jugar el torneo, incluido el 23 de los Bulls, algo que en su momento era casi imposible de que ocurriera de acuerdo al director del torneo porque compartir el grupo con MJ era de interés de muchos y seguramente nadie cancelaría.
Las fuerzas del destino confabularon de maneras extrañas y al día siguiente Bremer recibió una llamada para decirle que tenia horario de salida y compartiría el grupo junto a Michael Jeffrey Jordan. El empresario, quien tenía muchos años sin jugar golf, jugó una ronda extraordinaria y aunado a su particular carisma conectó con la estrella de la NBA en lo que más le gusta, al ganar el segundo lugar del torneo.
Hace ya más de 20 años de ese día y a la fecha Carlos Bremer juega con regularidad golf junto a Jordan, se encuentran en algunos otros eventos y ambos mantienen una relación de amistad que ha rebasado los fairways. Y todo porque un día Carlos Bremer no tuvo temor de salir a competir al lado de uno de los hombres más competitivos de la historia.