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Michael Jordan y su lado competitivo provocaron miedo en sus compañeros y una pelea con Steve Kerr

"¿Por qué ca... en ese movimiento, hijo de...".

"Haz una pantalla, burro".

Las frases anteriores fueron dichas por Michael Jordan en un entrenamiento de los Chicago Bulls en la década de los 90, como se describe en el documental "The Last Dance", producido por ESPN en los Estados Unidos.

El lado ultra competitivo de Jordan y su excelencia pueden hacer que lo odien o lo amen, y mientras algunos interpretan ese comportamiento como arrogante, otros lo ven como algo necesario para alcanzar la grandeza.

"Se irritó en el entrenamiento y subió las escaleras, necesitaba pedirle que fuera genial y que se alistara. Ese es su papel como jefe", dice Phil Jackson en el documental.

Y Jordan asume el papel de ser impopular en ese sentido a veces.

"Mi mentalidad era ganar a cualquier precio. Si no quieres eso, no debes quedarte a mi lado porque voy a ridiculizarte hasta que llegues a mi nivel. Y si no llegas allí, será un infierno para ti", dice el excamiseta número 23 de los Bulls.

"La gente le tenía miedo. Éramos sus compañeros, y teníamos miedo. Era puro miedo", dijo Jud Buechler, exjugador de Chicago entre 1994 y 98.

"El factor miedo a MJ era grande. Seamos claros. Era un imbécil, un imbécil. Exageraba innumerables veces. Pero a medida que pasaba el tiempo, era un maldito compañero de equipo", analizó Will Purdue, exjugador de los Bulls en los 90.

"Nos estaba presionando para mejorar porque quería ganar. Y supongo que funcionó", resumió Bill Wennington, expivote del equipo en los años 90.

La pelea con Steve Kerr

Jordan le gritaba a sus compañeros de equipo especialmente en el entrenamiento. Steve Kerr, exjugador de los Bulls entre 93 y 98 y actual entrenador de los Golden State Warriors, lo sabe bien.

"Todos los días en el entrenamiento eran una guerra. Todos los días eran una batalla. Y hablaba mucho...", recordó Kerr.

Kerr, Luc Longley, Toni Kukoc y otros jugadores estaban en el equipo de los Bulls cuando Jordan regresó de su primer retiro. Sin embargo, no habían formado parte del equipo que se coronó tres veces campeón a principios de los 90.

"Quería que entendieran cómo era estar en las trincheras. Sin entenderlo, no podrías hacerlo bien cuando comenzaba la guerra. Steve (Kerr), Luc (Longley), surfearon la ola del tercer campeonato y no tuvieron nada que ver con eso. Éramos un mier... cuando llegué era necesario crecer para tener un equipo de calidad. Tienes estándares que alcanzar. Tienes que llegar listo para jugar", recuerda Jordan.

"Éramos oponentes en una disputa, él dijo que todo estaba mal y yo estaba molesto porque estábamos siendo destrozados", dijo Kerr de la fatídica sesión de entrenamiento.

"Phil sintió mi frustración, pero trató de calmarme. Y me volví loco. 'Estar protegiendo a este tipo no va a ayudar cuando tengamos equipos físicamente fuertes", agregó Jordan.

Hasta que se agotó la paciencia de la estrella. "En la siguiente jugada, salí y dije 'Si fue falta, es real".

"Soy un ser humano muy paciente, pero hay momentos en que exploto porque soy muy competitivo. No me doy la vuelta, voy a pelear", dice Kerr.

"Él viene y me golpea en el pecho. Le pegué en el ojo... Phil me sacó del entrenamiento", reveló Jordan.

"Fui al vestuario y dijo: 'Lo sé, perdí el control. Golpeé al pequeño en la cancha'", dijo Phil Jackson.

Pero incluso Jordan sintió que había superado el punto y decidió ofrecerle una disculpa a su compañero de equipo: "Me sentía como niño. Llamé a Steve y me disculpé. Me sentí mal".

"Lo mejor que hice fue enfrentarlo, porque él probó con quién jugaba y yo lo enfrenté", dice Kerr.

Pero al final, la pelea terminó sirviendo como una lección para ambos, quienes comenzaron a fomentar una mayor amistad. "Se ganó mi respeto", finalizó Jordan.