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Encarnación: 'Cuando uno es prospecto, a uno lo tratan diferente'.

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Severino, el aprendiz de Pedro Martínez (1:58)

Luis Severino se dio el lujo de contar para su preparación con el apoyo del ídolo dominicano Pedro Martínez. (1:58)

Como parte del proyecto Béisbol Experience, publicaremos una entrevista todos los días del 15 al 25 de junio. Encuentra todas ellas aquí.

A los 34 años, el primera base de los Indios de Cleveland, Edwin Encarnación, ha sido tres veces All Star y ganador del Clásico Mundial de Béisbol con República Dominicana. Él habló con Marly Rivera acerca de sus primeros días en Estados Unidos, el racismo contra las prospectos latinos y qué consejo le daría al Edwin Encarnación de 17 años de edad.

¿Qué fue lo más difícil cuando primero llegaste de República Dominicana?

Yo creo que la cultura. Uno tiene que adaptarse al idioma, que muchos cuando llegamos no sabemos hablar inglés. Al principio de mi carrera era un poquito más difícil que ahora. Ahora los muchachos tienen más oportunidades de aprender. Hay más latinos, tienen intérpretes, los jugadores reciben ayuda en ligas menores. Esas son cosas que antes no se veían. La adaptación, alejarte de tu familia y estar solo en Estados Unidos-es lo más difícil que uno pasa.

¿Cómo hacías para la comida?

Era bien difícil, pero lo primero que uno aprende es a decir 'the same', para pedir lo mismo que pide el otro, porque es lo único que uno sabe.

¿Quién te ayudó con el inglés?

Yo tenía un coach latino que se llama Carlos Subero; ahora está con Milwaukee como coach de primera base. Era el único coach latino que había ahí, y nos ayudó bastante los primeros años ya que era bien difícil para nosotros. Él era quien nos interpretaba y nos decía todo lo que decían en inglés, porque sabíamos muy pocas cosas.

Háblame de la transición a ligas menores.

Cuando yo firmé mi primer año profesional tenía 17 años. Estábamos en Port Charlotte, Florida. Vivía un poco cómodo porque tuve la oportunidad de estar con unos muchachos que ya estaban en extended spring training y tenían un apartamento y le habían dado un buen bono. Me llevaron para allá a vivir. Después, cuando estaba en Clase A y vas poco a poco subiendo de liga, dormías donde fuera, en camas de aire, en casas que no estaban amuebladas. En esos tiempos no había internet. No había nada. No tenías nada.

En los road trips, los equipos nos daban 'meal money', que eran $20. Entonces nosotros para ayudarnos lo que hacíamos es que, si éramos 6 u 8 latinos, combinábamos el dinero y hacíamos una compra. Comprábamos pollo y arroz. Teníamos una olla eléctrica que era para hacer arroz, y teníamos olla para hacer la carne. Dentro del hotel era prohibido para cocinar. Así que nosotros tapábamos el humo de las ollas para que no sonara la alarma, y cocinábamos ahí y nos ahorrábamos mucho dinero. Si cada quien ponía $20 hacíamos una compra buena y nos daba para los cuatro u ocho días que durábamos en el road trip.

Cuando miras atrás y ves todo por lo que pasaste, ¿te sientes privilegiado?

Cuando mira atrás uno lo que hace es que le da gracias a Dios, ya que hay tantos y tantos muchachos que uno vio, que jugaron con uno y en contra de uno, que lo que querían era el sueño que todos quieren lograr, que es jugar en Grandes Ligas. Sólo algunos lo logramos. Así que sí, esto es un privilegio, y uno tiene que estar bien agradecido de la bendición que uno tiene de haber llegado aquí, y de todas las personas que ayudaron a uno a llegar aquí, porque uno no lo hace solo. Sin todas esas personas uno no estuviera aquí.

¿Sentiste alguna vez racismo por ser latino?

En los años míos en ligas menores, siempre estuve dentro los primeros prospectos y la verdad es que cuando uno es prospecto, a uno lo tratan diferente. Pero sí, lo vi en otros compañeros míos, los que no eran prospectos igual que yo. Me hacía sentir muy mal eso, ya que sabía que conmigo no se metían porque que yo era prospecto. Pero muchos de los muchachos que jugaron conmigo, que eran latinos, si se veía que muchas veces había racismo con ellos. Los trataban muy diferente a los demás.

Antes que existiera el sistema de traductores, ¿sentías que la gente no entendía quién era Edwin Encarnación?

Sí. Muchas veces muchos de los periodistas americanos no te hacían entrevistas porque uno no hablaba el idioma. Ahora uno puede expresarle con confianza y libertad, y eso ha ayudado bastante también a los jugadores latinos. Yo a mi hijo lo tengo en una escuela bilingüe para que no pase por lo que uno ha pasado. Por eso uno se preocupa, por eso uno trabaja.

¿Qué le dirías al Edwin Encarnación de 17 años de edad?

Lo primero es que siga trabajando fuerte. Que su trabajo fuerte lo llevará al éxito. Yo ahora mismo soy un ejemplo de eso. También le diría que siempre se mantenga humilde. Nunca me he llevado de eso que era un prospecto. Mi sueño era llegar a Grandes Ligas y no iba a descansar ni a dejar de trabajar para lograrlo. Pero lo más importante que le diría, y que le digo a los jóvenes hoy en día, es que no pierdan la esperanza. Que tenga mucha fe y que la combine con el trabajo fuerte, que todo se puede lograr en la vida.